Entrega tu debilidad a Dios
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Steven Lee sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Natalia Micaela Moreno
“¿Cómo va todo?”
Algo que me molesta — y de lo que también soy culpable — es cuando estas palabras se usan como saludo más que como pregunta. Es fácil decir “¿Cómo va todo?” sin esperar realmente una respuesta substancial. A veces la gente me hace esta pregunta sin siquiera dejar de caminar al encontrarnos por la calle. La única respuesta apropiada, o hasta físicamente posible, se convierte en “Oh, bien” o “¡Genial!” — incluso cuando las cosas no vayan de ese modo. Este tipo de saludo superficial personifica a muchas de nuestras interacciones diarias. A menudo nadamos en la superficie de las relaciones pero raramente nos sumergimos hasta el verdadero estado de nuestros corazones.
Comunidad: Un Lugar de Realidad
La comunidad cristiana debería ser uno de los lugares en los que la gente puede ser vulnerable. Reunirnos con compañeros cristianos debería ser una de las pocas ocasiones en las que no ocultamos las realidades de la vida. Ser vulnerables podría significar ser honestos acerca del pecado, o la ruptura, o la debilidad, o simplemente el desastre en general que es la vida. La vulnerabilidad abarca culpa por el pasado, ansiedad leve, soledad, tristeza, o una falta en general de gozo o satisfacción. Algunos podrían dudar de Dios, sintiéndose abrumados o inadecuados como cristianos, esposos, esposas, padres o empleados.
Existe un riesgo cuando se espera que los cristianos sean abiertos y honestos, y no lo son. Si alguien decide abrirse y hablar de un problema, y otros responden con poca seriedad, clichés cristianos, silencio total, sorpresa y disgusto, o quizás incluso indiferencia, esto desalienta e incluso previene que la gente se abra. Comunica tanto a la persona que compartió como a las demás en el grupo que lo que se compartió no es importante. Otros recordarán esta experiencia y jamás volverán a compartir algo vulnerable sobre sí mismos. Cuando los cristianos no logran responder bien en momentos sensibles, atrofian sus amistades y ministerio, y esto lleva a relaciones agradables pero superficiales.
¿Qué es la Vulnerabilidad Redentora?
¿Qué es la vulnerabilidad redentora? Ser vulnerable es ser susceptible a ser herido o dañado. En el contexto de la comunidad, ser vulnerable es abrirse sobre la humanidad de uno. Es admitir que no somos personas perfectas. No hemos llegado. Somos personas rotas e incompletas viviendo en un mundo que en sí mismo está roto a causa de la caída. Experimentamos depresión, agotamiento, cáncer, tristeza, muerte, dolor, discapacidades, enfermedades, luchas relacionales, soledad, deseo, ansiedad, y la lista continúa.
Pero nuestra historia no tiene por qué terminar en ruptura. La "Vulnerabilidad Redentora" — una vulnerabilidad que lleva a la vida — es cuando compartimos nuestra ruptura de forma de mostrar el poder incomparable y la suficiencia de Cristo y el evangelio, lo que nos transforma cada vez más a semejanza de Cristo. La vulnerabilidad no es un fin en sí misma. En su lugar, nuestra vulnerabilidad debería señalarnos, individualmente y junto a otros creyentes, la suficiencia de Jesús. Mira hacia las esperanzas en la redención que tenemos en Cristo Jesús y el trabajo de la cruz.
Dios Usa Gente Débil Para sus Mejores Trabajos
Pablo llama a los Corintios a recordar que no eran la elite cultural, ni los políticamente poderosos, ni los materialmente ricos, sino los necios, débiles, inferiores y despreciados (1 Corintios 1:26–31). "El principio aquí es que Dios usa intencionalmente cosas débiles para llegar a sus gloriosos propósitos". La razón por la cual Dios lo hace de esta forma es “para que nadie se jacte delante de Dios” (1 Corintios 1:29, LBLA). Solo Dios obtendrá la gloria.
Dios no necesita a los poderosos, a los influyentes, o a los impulsores y movilizadores culturales para cumplir su trabajo. Dios en realidad se esfuerza para dar un impacto desproporcionado a los débiles, humildes y necios para que Cristo reciba toda la gloria. Dios intencionalmente usa gente débil para hacer sus mejores trabajos. Cuando reconocemos que somos personas débiles, dejamos de intentar mantener una fachada y en su lugar buscamos la suficiencia y bondad de nuestro Dios que trae redención, sanación y consuelo a nuestras dificultades.
Traer Redención a Nuestra Vulnerabilidad
Recientemente, un amigo compartió que su pequeño grupo — en un año — había atravesado la muerte de un pariente, un crimen grave, cargos relacionados con las drogas, problemas psicológicos, atracción hacia el mismo sexo, discordia marital, transiciones laborales, y discapacidades. Aún así, no se habían estancado en ninguno de estos problemas. Ellos oraron, estudiaron la palabra de Dios, se apoyaron entre ellos, y se recordaron los unos a los otros quién era Dios y lo que había hecho. No se convirtieron en un grupo de autoayuda. No solo escucharon y se lamentaron. Ellos escucharon, y entonces buscaron a Dios juntos. Dejaron que las verdades y promesas de las Escrituras llenaran sus corazones y mentes mientras atravesaban esas situaciones y circunstancias desafiantes.
Traer redención a nuestra vulnerabilidad significa abrirnos no para revolcarnos en nuestra situación, sino para elevar nuestros ojos todos juntos hacia Dios en esperanza. Podemos mirar juntos sus promesas. Clamamos juntos por consuelo, sabiduría, ayuda, y fe. Nos escuchamos los unos a los otros, y trabajamos juntos en oración porque a veces somos muy débiles como para orar solos. La debilidad y la vulnerabilidad nos recuerdan que somos dependientes y que Dios es suficiente. Dios ama encontrarnos en nuestros momentos de necesidad y darnos más de su gracia mientras nosotros la buscamos momento a momento, especialmente con otros.
Sin Soluciones Rápidas
La forma en que esto se desarrolle en nuestras comunidades y relaciones individuales requerirá sabiduría. No es simple u obvio. Atravesamos juntos cosas difíciles que pueden no tener conclusiones claras o incluso acabar de este lado del cielo. No aplicamos el evangelio como alguien colocando una venda sobre el cáncer. En su lugar, dejamos que la verdad del evangelio y el poder del Espíritu que mora llene nuestros cuerpos como drogas de quimioterapia que entran en nuestro torrente sanguíneo espiritual. Rara vez hay soluciones rápidas o simples para los problemas de la vida, pero podemos mirar hacia un Padre poderoso, misericordioso, amoroso, y suficiente que nos ha amado exhaustivamente a través de su Hijo en el Calvario.
La vulnerabilidad redentora no pone los focos sobre la vulnerabilidad, la ruptura, o el pecado. La vulnerabilidad redentora resalta y magnifica cuán bueno, suficiente, amable, persistente y gracioso es Dios. Es su gracia la que nos muestra nuestra necesidad de Él. Es su gracia la que causa que clamemos en dependencia, alejarnos del pecado y recordarnos su amor.
Podemos abrazar nuestras variadas debilidades para que se muestre el poder de Dios. Es el recordatorio que todos necesitamos a diario. Dios es suficiente. Dios es bueno. Dios te ama. Y Jesucristo nunca te dejará ni te abandonará. No importa cuán débiles o vulnerables seamos, podemos mirar a Cristo, cuya gracia es suficiente para nosotros y perfeccionada en nuestras debilidades (2 Corintios 12:9).
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