Los ídolos del corazón de una madre
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Christina Fox sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Jeannette Blanco
Cuando estás molesto porque no puedes hacer algo que querías hacer, puede ser porque esa cosa se ha convertido en un ídolo en tu corazón.
Una tarde le contesté con estas palabras a uno de mis hijos quien estaba frustrado porque le había quitado su precioso y valioso tiempo en la computadora. Luego hablamos sobre cómo los ídolos no siempre son fáciles de reconocer y que nuestras respuestas emocionales a veces pueden ser un indicador de lo que está pasando en nuestro corazón.
Ídolos específicos a la maternidad
John Piper dice que "Dios se glorifica más en nosotros cuando estamos más satisfechos en él". Fuimos hechos para amar y adorar a Dios. Cuando él no es el anhelo de nuestro corazón y la fuente de nuestra satisfacción, buscamos llenar nuestros deseos en otra parte. En lugar de llenar el agujero en forma de Dios en nuestro corazón disfrutando de Él, lo llenamos con amor por las cosas, por las experiencias, los deseos y las respuestas de los demás.
A menudo pensamos en un ídolo como un objeto hecho por el hombre ante el cual una persona se postra y adora. Un ídolo es, realmente, cualquier cosa que amamos más que a Dios. Es algo que consume nuestro pensamiento y nuestras energías; algo tan central en nuestra vida que, si no lo tuviéramos, estaríamos devastados.
Hay ídolos específicos de la maternidad. Si usted es una madre, puede que reconozca muchos o todos estos:
- Afirmación: este ídolo puede incluir ser afirmado por amigos y familiares, e incluso por extraños, al decir que nuestros hijos "son tan bien portados " o "tienen tanto talento". El orgullo pronto burbujea en nuestro corazón. Y cuando no recibimos ese tipo de respuestas, o incluso recibimos lo contrario, nos sentimos desanimados y frustrados. También podemos buscar la afirmación a través de nuestros hijos; su amor por nosotros puede convertirse en un ídolo.
- Niños: Nuestros niños por sí mismos pueden convertirse en ídolos. Puede comenzar incluso con el deseo de tener hijos. Puede convertirse en un anhelo que lo consume todo, volviéndose más importante en nuestra vida que Dios. Una vez que tenemos hijos, pueden convertirse en ídolos cuando vivimos para ellos y siempre tratamos de hacerlos felices. Podemos buscar nuestra realización en y a través de ellos. Cuando no nos responden como esperamos o nos fallan de alguna manera, estamos devastados.
- Éxito: Queremos que nuestros hijos tengan éxito porque es un reflejo de nosotros. Podemos presionarlos sin cesar para que sobresalgan. Podemos tener en nuestra mente una imagen de cómo es nuestra "familia perfecta", y hasta que la tengamos, nos sentiremos como un fracaso. Si nuestros hijos tienen limitaciones de alguna manera, esto también puede destruir nuestros sueños.
- Control: Tener el control de todos los detalles de la vida es un gran ídolo para muchas mamás. Cuidamos detalladamente la higiene de sus pequeñas manos, los mantenemos alejados de otros niños que tengan secreción nasal y tratamos de planificar con anticipación cualquier evento inesperado. Pasamos nuestros días tratando de orquestar cada detalle de nuestra vida y de la vida de nuestros hijos. Pero debido a que nada está realmente bajo nuestro control, nos ponemos ansiosos, preocupados y agitados cuando las cosas no salen según lo planeado.
Estos no son los únicos ídolos que una madre puede tener. De hecho, las opciones para hacer ídolos son infinitas. Como dijo John Calvin tan memorablemente, nuestros corazones son fábricas de ídolos. La pregunta no es si nuestros corazones están fabricando ídolos, sino cuáles.
Derribando nuestros ídolos
He trabajado con mis hijos para aprender a identificar ídolos. Los he puesto a recortar palabras e imágenes de cosas que una persona podría amar más que a Dios. Luego las pegan en forma de corazón sobre un dibujo que yo había hecho de una persona. Hemos hecho esta actividad varias veces porque les ayuda a ver cuánto llenamos nuestros corazones con otras cosas además de Dios. Una vez, mi hijo dibujó un ceño fruncido en la cara de este dibujo, y dijo: “Está triste. Todas estas cosas que ama no lo han hecho feliz ".
Como mamás, encontrar nuestros propios ídolos puede requerir cierto esfuerzo. Como mala hierba, pudieron haberse retorcido alrededor de nuestro corazón, enterrándose profundamente en los recovecos y grietas. Es posible que se hayan convertido en una parte tan importante de nuestro corazón que tengamos problemas para reconocerlos.
Tenemos que orar para que Dios revele los ídolos en nuestro corazón y nos ayude a verlos y reconocerlos. A veces es de gran ayuda ser consciente de nuestras respuestas emocionales a las circunstancias de nuestra vida. ¿Cómo reaccionamos cuando nuestros hijos nos defraudan? ¿Cómo respondemos cuando no recibimos la afirmación que deseamos de los demás? Cuando Dios llama nuestra atención acerca de un ídolo, tenemos que reconocer humildemente nuestro pecado, arrepentirnos y alejarnos de ellos.
Alejarnos de nuestros ídolos no significa solamente alejarnos de ellos; sino que tenemos que volvernos hacia otra cosa. Y esa otra cosa es el gran Alguien: Jesús. Como escribe Tim Keller en Counterfeit Gods (“Dioses falsos”),
- Jesús debe volverse más hermoso para tu imaginación, más atractivo para tu corazón, que tu ídolo. Eso es lo que reemplazará tus dioses falsos. Si arrancas de raíz al ídolo y no “siembras” el amor de Cristo en su lugar, el ídolo volverá a crecer. (172)
No podemos simplemente esforzarnos más para evitar los ídolos. No podemos simplemente resolver resistirlos. Tenemos que enfocar nuestro corazón en la persona y el trabajo de Jesús. Debe ser la fuente de nuestra satisfacción. Nuestro objetivo es desearlo a él por encima de todo. Queremos morar, meditar y saturar nuestros corazones con la verdad del amor y la gracia de Dios por nosotros a través de la sangre derramada de Cristo por nosotros. Cuanto más descansamos y confiamos en el evangelio, más crece nuestro amor por Cristo hasta que se desborda, ahogando y lavando los ídolos de nuestro corazón.
¿Ha revelado la maternidad ídolos en su corazón? ¿Cómo puede el amor a Cristo desarraigar esos ídolos?
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