Sublime Gracia en los Escombros del Adulterio
De Libros y Sermones BÃblicos
Por Jon Bloom sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Natalia Micaela Moreno
En los devocionales del personal recientemente estuvimos en Proverbios 6. Salomón advierte a su hijo contra la devastación del adulterio. En los versículos 32-33 (LBLA) escribe,
El que comete adulterio no tiene entendimiento;
destruye su alma el que lo hace.
Heridas y vergüenza hallará,
y su afrenta no se borrará.
Para Salomón, toda advertencia contra el adulterio debe haber sido influenciada por la memoria de su padre y madre, David y Betsabé. Imagina lo que debe haber sentido. Él era el producto de un matrimonio que nunca debería haber sido.
Observó a la familia real, en medio de la edad de oro de Israel, implosionar porque esta unión que lo trajo a la existencia había llegado a existir. Dios "apartó" el pecado de David (2 Samuel 12:13), determinando soportar su condenación él mismo (Romanos 3:25-26). Pero él no quitó de David sus heridas y desgracia.
Sin embargo, de los restos que era la familia de David, emerge Salomón. Al escogerlo, de todos los hijos, para asumir el trono y escribir la Sagrada Escritura, Dios está diciendo algo sorprendente: realmente puede obrar todas las cosas, incluido el pecado devastador, para bien para aquellos que lo aman y son llamados según su propósito (Romanos 8:28).
La destrucción provocada por el adulterio es muy real. Su desgracia es duradera. Se debe evitar a toda costa. Pero todavía no es más poderosa que la gracia de Dios.
Para aquellos que, como David, han caído, sean fuertes. Si te has arrepentido y confiado en Cristo, Él ha soportado toda tu condenación. Y aunque veas con arrepentimiento doloroso y apropiado el daño que causó tu adulterio, mantén los ojos abiertos. Es de Dios traer algo inesperadamente e increíblemente bueno de ello. Porque la gracia de Dios es más fuerte que el pecado del hombre.
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