Uno de mis héroes...

De Libros y Sermones Bíblicos

... es mi hermano mayor, Jim. Lo ha sido desde que era joven. Siendo cinco años mayor que yo, siempre fue el epítome de lo que significaba ser grande.

Pero cuando él estaba en la universidad (y yo en Jr. High) se convirtió dramáticamente. Y se convirtió en el modelo más significativo para mí en mi adolescencia y a los años 20 de lo que significaba ser discípulo de Jesús. Realmente vivió lo que creía.

Todavía lo hace. El y su increíble esposa, Raquel, han sido plantadores de iglesias entre los pobres urbanos de Minneapolis durante los últimos 15 años. Conozco el trabajo que hacen. Es difícil. No llama mucha atención.

Un llamado a predicar y vivir el Evangelio con aquellos que luchan contra la pobreza generacional, las adicciones que controlan la vida y los hábitos destructivos profundamente arraigados generalmente no produce estadísticas impresionantes. Es el trabajo duro de plantar y cultivar. Puede ser que gran parte de la cosecha sea cosechada por otros.

Pero tal fidelidad no se pierde en Jesús. Lo sabe. Y recompensará.

Todo esto salió de mi corazón la semana pasada cuando leí la carta del ministerio de diciembre de Jim de 2 páginas. Es una hermosa reflexión navideña sobre lo que Jesús quiso decir con -benditos son los pobres.-Se lo voy a leer a mis hijos.

¿Quién se merece un hermano así? Dudo que se dé cuenta de lo mucho que me ha dado forma. Sigue siendo uno de mis héroes.