¿Has dudado alguna vez de tu devoción por Cristo?
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper sobre Vida Devocional
Traducción por Yura Gonzalez
Lo siguiente es una transcripción editada del audio.
¿Has tenido dudas alguna vez de la sinceridad de tu devoción por Cristo? Si es así, ¿Qué pides y hacia dónde vas en la palabra de Dios?
Y la respuesta es sí, las he tenido. Es aterrador, pero no las ignoro.
Soy cristiano desde hace 52 o 53 años. He estado en el ministerio supongo desde que tenía 28 años (antes, si contamos el seminario y la escuela). Ahora tengo 63. ¿Por qué debería preocuparme?
Satanás es muy, muy tramposo. Nuestros propios corazones están muy envilecidos. El pecado que habita en nosotros es real. Pasamos por temporadas bajas de origen físico, emocional o ataques espirituales que provocan hacernos las preguntas más aterradoras. "¿Hago esto porque así me gano la vida? ¿Soy pastor porque me ha ido bien (y por qué no querría que me fuera bien)? No he sido perseguido lo suficiente recientemente, y noto algunas evidencias de que mi vida no ha dado tantos frutos como me habría gustado”. Por eso.
Cuando eso sucede resulta muy perturbador porque si se afianza y nos domina sería nuestro fin. Sería el fin de la fe, del ministerio, y sería terrible.
Por eso le suplico al Señor que me abra los ojos. Le ruego que incline mi corazón ante sus testimonios. Le suplico que derrame el amor de Dios en mi corazón. Le pido que me ayude a ver la gloria de Cristo como auténticamente real y convincente. Y voy a esos lugares de la Biblia que hablan de su desinteresado amor por mí.
Les daré sólo un ejemplo. Esta mañana antes de salir de la cama sentí mi cuerpo pesado. Recordé entonces el verso Romanos 5: 5-6 porque ambos se reúnen allí: "La esperanza no te avergonzará, John Piper, porque el amor de Dios ha sido derramado en tu corazón por medio del Espíritu Santo que te fue dado.”
Allí dice que mi esperanza no me avergonzará porque la experiencia del amor de Dios me ha sido dada por el Espíritu Santo. Y luego añade: “porque Dios nos muestra su amor en que cuando aún éramos débiles, Cristo murió por los impíos".
Eso sucedió hace 2.000 años. Fui amado hace 2.000 años y ahora se da el Espíritu Santo.
Entonces, donde mi mente va es a la realidad histórica. Me amaba allí. Cristo murió por mí. ¡Ven Espíritu Santo! ¡Abre mis ojos! ¡Ayúdame a ver esta maravilla!
Y lo ha hecho hasta hoy. Y creo que lo hará hasta el final de mis días. Es esa la doctrina de la perseverancia. Lo ha hecho hasta este momento de mi vida. Él lo ha hecho, y rezo para que lo haga por ti.
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