Grandeza, Humildad, Servicio

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English: Greatness, Humility, Servanthood

© Desiring God

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Por John Piper sobre Humildad
Una parte de la serie Article

Traducción por Desiring God


Marcos 10:32-45

E iban por el camino subiendo a Jerusalén, y Jesús iba delante de ellos; y estaban perplejos, y los que le seguían tenían miedo. Y tomando aparte de nuevo a los doce, comenzó a decirles lo que le iba a suceder: He aquí, subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los principales sacerdotes y a los escribas, y le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles. Y se burlarán de Él y le escupirán, le azotarán y le matarán, y tres días después resucitará. Y se le acercaron Jacobo y Juan, los dos hijos de Zebedeo, diciéndole: Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos. Y Él les dijo: ¿Qué queréis que haga por vosotros? Ellos le dijeron: Concédenos que en tu gloria nos sentemos uno a tu derecha y el otro a tu izquierda. Pero Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo bebo, o ser bautizados con el bautismo con que soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: La copa que yo bebo, beberéis; y seréis bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado. Pero el que os sentéis a mi derecha o a mi izquierda, no es mío el concederlo, sino que es para quienes ha sido preparado. Al oír esto, los diez comenzaron a indignarse contra Jacobo y Juan. Y llamándolos junto a sí, Jesús les dijo: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. Pero entre vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será siervo de todos. Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

La Humildad del Evangelio

Este mensaje es un interludio tópico en nuestra exposición del evangelio de Juan. Ha estado por mucho tiempo en mi mente, y en las últimas semanas he dado versiones de este sermón al personal de Desiring God, al personal pastoral y a otros. Es un mensaje sobre la humildad que define a una persona que es transformada por el evangelio de Jesús. Es sobre la humildad del evangelio.

Estoy hablando sobre esto porque quiero ser humilde y quiero que esta iglesia esté marcada por la humildad. Como iglesia, somos humanos, somos muchos, somos ampliamente conocidos, y somos pecadores. Es una mezcla peligrosa. Tiene casi todos los ingredientes que van hacia el recipiente del orgullo.

La Humildad que Dios Ve

Sé que la persona mejor y más humilde que ha caminado sobre la Tierra fue torturada hasta morir porque fue acusada de arrogancia blasfema. "Entonces, por esta causa, los judíos aún más procuraban matarle, porque. . . . también llamaba a Dios su propio Padre, haciéndose igual a Dios" (Juan 5:18). Así que no espero que sus seguidores puedan escapar alguna vez de la acusación de arrogancia. Si usted es el testigo más humilde y sincero de Jesús como el único camino a Dios, será acusado de arrogancia.

Así que mi propósito no es evitar la acusación. Quiero evitar la realidad del orgullo. Quiero que en mí haya una verdadera humildad, y en este personal, y en estos ancianos, y en esta iglesia, el tipo de humildad que Dios ve y que ven las personas que pueden discernir espiritualmente, aun cuando el mundo no la pueda ver.

Un Enfoque Anual y una Pasión de por Vida

Una evidencia de cuán crucial sentimos que es este asunto, es que el personal pastoral de grupos pequeños, estará leyendo y orando y aplicando, en este próximo año, el libro de Mahaney Humility: True Greatness (Humildad: Verdadera Grandeza). Los cinco que guiamos a esos pequeños grupos estuvimos de acuerdo en esto, que la batalla para matar nuestro orgullo y todos sus frutos feos no sería un interés temporal con este sermón, sino un enfoque anual, y una pasión de por vida para nosotros.

Mi oración es que Dios obre en nosotros, que halla una especie de contagio que infecte a la iglesia con esta feliz condición llamada humildad. Ustedes, ciertamente, serán bienvenidos a unírsenos para leer el libro, pero no esperamos que toda la iglesia edifique sus grupos pequeños como nosotros, aunque estamos orando para que todos nuestros miembros se involucren en los grupos pequeños, como la forma en que pueden darse a conocer y ser cuidados en esta iglesia.

Captando Qué es la Humildad

Así que me gustaría comenzar, no con una definición de humildad, sino con seis pasajes de las Escrituras y con un breve comentario sobre cada uno. Creo que en esos textos captaremos qué es la humildad. Luego bosquejaré algunas implicaciones para nosotros como iglesia. Y terminaré con la pregunta de por qué es tan importante, y trataré de responder algunas objeciones que pone el mundo a la humildad.

Primero, entonces, seis textos que nos muestran qué quiere decir Dios con humildad.

1. 1 Corintios 1:26-31

Pues considerad, hermanos, vuestro llamamiento; no hubo muchos sabios conforme a la carne, ni muchos poderosos, ni muchos nobles; sino que Dios ha escogido lo necio del mundo, para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo, para avergonzar a lo que es fuerte; y lo vil y despreciado del mundo ha escogido Dios; lo que no es, para anular lo que es; para que nadie se jacte delante de Dios. Mas por obra suya estáis vosotros en Cristo Jesús, el cual se hizo para nosotros sabiduría de Dios, y justificación, y santificación, y redención, para que, tal como está escrito: "El que se gloría, que se gloríe en el Señor".

Mi mensaje aquí es que la humidad está conforme y alegre con que Dios reciba todo el crédito por escogernos y llamarnos según su propósito, no es nuestro mérito. Y lo hace (v.29) "para que nadie se jacte delante de Dios", sino que (v.31) "El que se gloría, que se gloríe en el Señor”. La humildad está conforme y alegre con que Dios actúe de manera que toda jactancia sea alejada del hombre y puesta sobre sí mismo. ¿Es feliz usted con ello? ¿Está contento porque Dios actúe así? La humildad se alegra.

2. 1 Corintios 4:6-7

Esto, hermanos, lo he aplicado en sentido figurado a mí mismo y a Apolos por amor a vosotros, para que en nosotros aprendáis a no sobrepasar lo que está escrito, para que ninguno de vosotros se vuelva arrogante a favor del uno contra el otro. Porque ¿quién te distingue? ¿Qué tienes que no recibiste? Y si lo recibiste, ¿por qué te jactas como si no lo hubieras recibido?

La humildad está conforme y está contenta porque todo lo que tenemos es un don de Dios, y corta la raíz de la jactancia en nuestras características distintivas. No importa el talento, inteligencia, habilidad, don, aspecto, pedigrí, posesión, ingenio, influencia que tenga, ponga a un lado el orgullo, porque es un don, y ponga a un lado toda desesperanza, porque es un don de Dios.

3. Santiago 4:13-17

Oíd ahora, los que decís: Hoy o mañana iremos a tal o cual ciudad y pasaremos allá un año, haremos negocio y tendremos ganancia. Sin embargo, no sabéis cómo será vuestra vida mañana. Sólo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece. Más bien, debierais decir: Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto o aquello. Pero ahora os jactáis en vuestra arrogancia; toda jactancia semejante es mala. A aquel, pues, que sabe hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.

La humildad está conforme con que Dios gobierne los latidos de nuestros corazones y gobierne nuestra llegada segura a cada destino. Si llegamos, Dios nos llevó. Y si no llegamos, Dios quiso que no llegáramos. La humildad se aloja bajo esta providencia soberana y alegremente anida allí.

4. Colosenses 3:12-13

Entonces, como escogidos de Dios, santos y amados, revestíos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre y paciencia; soportándoos unos a otros y perdonándoos unos a otros, si alguno tiene queja contra otro; como Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros.

Una de las implicaciones de este texto, es que nuestra humilde disposición a perdonar a otros sus ofensas está enraizada en el perdón de Dios a nosotros mediante Jesús. En otras palabras, la humildad cristiana está enraizada en el evangelio. La verdadera humildad es la humildad del evangelio. No solamente es imitar a Jesús en su disposición a morir por otros; es una humildad habilitada por Jesús, porque Él murió por nosotros. La humildad está enraizada en el evangelio.

5. Filipenses 2:3-8

Nada hagáis por egoísmo o por vanagloria, sino que con actitud humilde cada uno de vosotros considere al otro como más importante que a sí mismo, no buscando cada uno sus propios intereses, sino más bien los intereses de los demás. Haya, pues, en vosotros esta actitud que hubo también en Cristo Jesús, el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

La humildad sirve. La humildad desciende y levanta a otros. La humildad mira las necesidades de otros y busca tiempo y esfuerzo para ayudar en esas necesidades. Jesús tomó la forma de un siervo y se humilló a sí mismo, hasta la muerte. "Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" (Marcos 10:45). La humildad mide todo lo que hace según el servicio de bien que hace a los demás. ¿Estoy alimentando mi ego, o estoy alimentando la fe de otros? La humildad sirve.

6. Marcos 10:42-44

Y llamándolos junto a sí, Jesús les dijo: Sabéis que los que son reconocidos como gobernantes de los gentiles se enseñorean de ellos, y que sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. Pero entre vosotros no es así, sino que cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será siervo de todos.

La humildad está conforme y se alegra porque este servicio es la verdadera grandeza. Versículos 43-44: "cualquiera de vosotros que desee llegar a ser grande será vuestro servidor, y cualquiera de vosotros que desee ser el primero será siervo de todos". En Resumen

Para resumir.

1. La humildad está contenta con que Dios reciba todo el crédito por escogernos, a fin de que sólo nos jactemos en Él y no en el hombre. 2. La humildad admite alegremente que todo lo que tenemos es don gratuito de Dios, así que no nos podemos jactar en ello. 3. La humildad está contenta al afirmar que Dios gobierna soberanamente sobre los latidos de nuestros corazones, y sobre nuestras llegadas seguras, o sobre nuestra imposibilidad de llegar. 4. La raíz de la humildad es el evangelio, que Cristo murió por nuestros pecados. Así de pecador yo era. Así de dependiente soy. 5. La humildad se da a sí misma para servir a todos, en lugar de buscar ser servida. 6. Y la humildad está contenta al afirmar que este servicio es la verdadera grandeza.

Si Dios obrara esta humildad en nosotros, ¡oh cuán libremente nos serviríamos unos a otros! Una de las razones por las que oro y predico con relación a la humildad es que la iglesia sobrevive y florece por el servicio. Cada miembro de Cristo está equipado, de alguna manera, para servir. En una iglesia de 4500 personas, el ejército de voluntarios para servir, que hace posible nuestro ministerio, es de cientos y cientos de personas. Aquí hay una lista de los tipos de ministerios que dependen de humildes voluntarios de servicio.

Después del servicio de adoración en dos semanas, ustedes recibirán el Panfleto de Ministerio de Otoño con detalles específicos para ayudarles a involucrarse con maneras de servir. Pero usted no tiene que esperar. Los Efectos Omnipresentes de la Humildad

Mi mensaje aquí es que sin humildad somos incapaces de servir, o serviremos por razones equivocadas. Parece casi imposible exagerar cuán penetrantes son los efectos de la humildad en nuestras vidas. Escuche cómo describe Juan Calvino la importancia de la humildad.

Siempre he estado excesivamente gozoso con las palabras de Crisóstomo: "El fundamento de nuestra filosofía es la humildad"; y aun más con las de Agustín: "Como el orador, cuando le preguntaron, ¿cuál es el primer precepto de la elocuencia? respondió: Entrega: ¿cuál es el segundo? Entrega: ¿cuál es el tercero? Entrega: por tanto, si me preguntan con relación a los preceptos de la religión cristiana, responderé, primero, segundo, y tercero: humildad". (Institutes 2.2.11)

¿Por qué? ¿Por qué es tan penetrante la humildad, como para ser el primero, el segundo, y el tercer precepto del cristianismo? Es la obra de Dios detrás de cualquier cosa que hace que sean posibles todos los demás bienes en el cristianismo Por ejemplo:

La fe. ¿Acaso alguien hubiera dependido de Cristo, como persona necesitada, débil, y pecadora, si Dios no le hubiera hecho humilde?

Adoración. ¿Acaso alguien exaltaría la dignidad de Dios, en lugar de anhelar exaltarse a sí mismo, si Dios no le hubiera hecho humilde?

Obediencia. ¿Acaso alguien rendiría su autonomía y se sometería obedientemente a la autoridad absoluta de las Escrituras, si Dios no le hubiera hecho humilde?

Amor. ¿Acaso alguien buscaría el bien de otros a un gran costo personal, si Dios no le hubiera hecho humilde?

Y la lista continúa. Cada bien en la vida cristiana crece en el suelo de la humildad. Sin humildad, cada virtud y cada gracia se marchita. Por eso es que Calvino dijo que la humildad es el primer, segundo, y tercer precepto de la fe cristiana. Y pudo haber dicho el cuarto, quinto, sexto, y más. Es penetrantemente eficaz. Respondiendo las Objeciones del Mundo

Por tanto, concluyendo, y para darles un sabor más completo de cómo es la humildad, permítanme tratar de responder, brevemente, unas pocas objeciones que el mundo pueda tener contra este énfasis en la humildad.

Objeción 1: La humildad hace que una persona sea triste, lúgubre, abatida, infeliz

Respuesta: No, la humildad del evangelio libera de la necesidad de representar y posar y calcular qué piensen los demás, de modo que se es libre para reír, con lo que realmente es gracioso, con la más grandiosa y sonora carcajada. En realidad, la gente orgullosa no se permite reír. No se ponen rojos, ni se caen de las sillas, ni tuercen sus rostros con las contorsiones de la verdadera risa libre. La gente orgullosa necesita mantener su dignidad. Los humildes son libres para aullar a carcajadas.

Objeción 2: La humildad hace las personas sean miedosas y tímidas

Respuesta: No, el mundo piensa así, porque piensa que la mayor fuente del coraje es la autoconfianza. No es así. La confianza en Dios es la mejor fuente de coraje. Y sólo los humildes descansan en Dios al buscar confianza. "Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú que temes al hombre mortal, y al hijo del hombre que como hierba es tratado? ¿Has olvidado al Señor, tu Hacedor...?” (Isaías 51:12-13). En otras palabras, el temor al hombre es una señal de orgullo, no es la humildad de los evangelios.

Objeción 3: La humildad hace a las personas pasivas, y elimina el motor impulsor del éxito

Respuesta: No, el mundo piensa así, porque para el mundo, el motor impulsor del éxito es alimentar el ego con logros propios. Pero Pablo dice en 1 Corintios 15:10: "Pero por la gracia de Dios soy lo que soy. . . he trabajado mucho más que todos ellos, aunque no yo, sino la gracia de Dios en mí".

El poder de la gracia de Dios en el corazón del creyente humilde que depende supremamente de Dios, produce una energía y diligencia increíbles. "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; porque Dios es quien obra en vosotros tanto el querer como el hacer, para su beneplácito" (Filipenses 2:12-13). La Paradoja del Protestantismo

El legado de Juan Calvino en el mundo occidental es uno de absoluta dependencia en la gracia soberana de Dios y, por ello, es la liberación de un raudal de energía y creatividad y diligencia, y de una obra con un significado profundo, moldeando la cultura, para la gloria de Dios.

Llámenlo una paradoja, si quieren, pero es bíblica e histórica. La profunda dependencia humilde en la gracia soberana de Dios ha producido logros que cambiaron el mundo. Miles han dicho con el apóstol Pablo en Colosenses 1:29: "Y con este fin también trabajo, esforzándome según su poder que obra poderosamente en mí”. No es un orgullo que exalta el ego; es una fe que exalta a Jesús. Gozo, Coraje, e Industria

La respuesta es: no. La humildad del evangelio, la humildad basada en la gracia, la humildad que exalta a Jesús, no nos hace lúgubres, o tímidos, o pasivos. Nos hace gozoso, y valientes, y diligentes.

Nos hace siervos, como Jesús. Sólo Dios puede hacerlo. Y lo hace mediante Jesús en el evangelio. Quiera Él obrar en nosotros, y liberar un raudal de servicio en nuestra iglesia y en el mundo. Amén.


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