Por qué Satanás está en la tierra
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper
sobre Satanás y Demonios
Una parte de la serie Taste & See
Traducción por Alexandra Tapia
Incentivos en la Lucha para Gozo en Jesús
Parte del problema del Diablo es el problema del por qué a Satanás le fue dada tanta libertad para dañar al mundo, cuando Dios tiene el derecho y poder de arrojarlo en la fosa. Un día Dios eliminará a Satanás totalmente (Revelaciones 20:3, 10). Eso no será injusto para Satanás. Tampoco sería injusto para Dios hacerlo hoy. Entonces, ¿por qué no lo hace, al ver cuánta miseria causa Satanás?
Satanás ruge como un león hambriento para destruir la fe (1 Pedro 5:8); él enferma a la gente (Hechos 10:38); él tienta al pecado (Lucas 22:3-4); él nubla la mente de los no creyentes (2 Corintios 4:4); él mantiene a la gente cautiva para que hagan su voluntad (2 Timoteo 2:26); él mata (Revelaciones 2:10). Un día Dios lo detendrá. ¿Por qué no lo detiene ahora?
¿Habrá la posibilidad de que el Diablo y sus ángeles se arrepientan? ¿Es que Dios les está otorgando tiempo? No. La Biblia enseña que no se arrepienten. Jesús dijo que “el fuego eterno… ha sido preparado para el Diablo y sus ángeles” (Mateo 25:41). Judas confirma este hecho cuando dice que a los ángeles caídos los “ha reservado debajo de la oscuridad en prisiones eternas hasta el juicio del gran día” (Judas 1:6).
¿Por qué entonces Dios tolera a Satanás? La clave es que Dios desea vencer a Satanás en la manera que glorifique no sólo su poder, sino también la belleza superior y valor y atractivo de su Hijo sobre Satanás. Dios podría simplemente usar su fulminante poder y sofocar a Satanás. Esto glorificaría el poder de Dios. Pero no mostraría tan claramente el valor superior de Jesús sobre Satanás. Esto se mostrará cuando Cristo derrote a Satanás con su muerte y luego al ganar mayor lealtad de los santos por las mentiras de Satanás.
Lo principal de este plan es que Dios derrote a Satanás en etapas a través del trabajo de Cristo. Pablo dice que así como fueron perdonadas todas nuestras ofensas por la muerte de Cristo en la cruz, así también, Dios “despojó a los principados y las potestades, los sacó a la vergüenza en público, triunfando sobre ellos en sí mismo” (Colosenses 2:15).
Esta fue la primera etapa de la derrota a Satanás. ¿Cómo fue vencido por la cruz? El arma letal que destruye el pecado destructor del alma y la culpa es arrebatada de la mano de Satanás. Es desarmado de la única arma que puede condenarnos – el imperdonable pecado. Lo podemos ver en 1 Corintios 15:55-57, “55¿Dónde está, Oh muerte, tu victoria? ¿Dónde, Oh sepulcro, tu aguijón? 56El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley; 57pero a Dios gracias, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo”.
Sin pecado ni ley para condenarnos, Satanás es un enemigo vencido. Está desarmado. Cristo ha triunfado sobre él, no sólo para arrojarlo en el infierno y anular su influencia en la tierra, sino para dejarlo vivir y contemplar, mientras millones de santos encuentran perdón por sus pecados y le dan su espalda a Satanás por la gran gloria de Cristo.
Hay una segunda etapa de derrota: la conversión de la gente por el poder del evangelio de la cruz. Jesús dice a Pablo que su misión a los Gentiles es “abrir sus ojos, para que se vuelvan … del poder de Satanás a Dios” (Hechos 26:18). Esto es lo que pasa cuando Dios quita la ceguera causada por el Diablo y nos otorga la luz del evangelio de la gloria de Cristo (2 Corintios 4:4-6). Esto permite a las persona ver la fealdad de Satanás y la belleza de Cristo, de tal manera que al realizar la decisión Cristo glorifica no sólo el poder de Dios, sino la belleza superior y valor de Cristo sobre Satanás.
Esta forma de vencer a Satanás implica un triunfo costoso. Cristo sufrió y el mundo sufre. Pero los valores de Dios no son tan fácilmente considerados. Si Cristo destruyera a todos los demonios ahora (que lo podría hacer), Su absoluto poder sería visto como glorioso, pero Su belleza superior y valor no brillaría tan fuerte como cuando la gente de Dios renuncie a las promesas de Satanás, confíe en la sangre y rectitud de Cristo, y goce en la mayor gloria de Jesús sobre Satanás.
Esto significa que nuestro preciado Cristo por sobre todas las promesas del pecado y Satanás, es parte del triunfo de aquellos designios de Dios para esta era. ¡Luchen contra el pecado! ¡Regocíjense en el Hijo de Dios!
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