Tengo Otras Ovejas Que No Son De Este Redil

De Libros y Sermones Bíblicos

Juan 10:11-18

Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. El huye porque sólo trabaja por el pago y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen, de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor. Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre.

Peter Cameron Scott fundó la American Inland Misión [Misión al Interior de África]. Él nació en 1867 en Escocia y fue a África como misionero siendo aun joven. Como muchos en esa generación, enfermó de malaria y tuvo que regresar a Bretaña.

Su segundo intento fue especialmente gozoso porque junto a él fue su hermano John. Pero el gozo se evaporó cuando John cayó, víctima de la fiebre. Scott enterró él mismo a su hermano y en la tumba se rededicó a sí mismo a la predicación del evangelio. Pero nuevamente se quebrantó su salud, y tuvo que regresar a Bretaña totalmente desanimado. Algunos de ustedes pudieran estar precisamente en ese mismo momento de sus esfuerzos por servir al Señor.

"Tengo otras ovejas"

En Londres, ocurrió algo sorprendente. Visitó la Abadía Westminster y la tumba de David Livingston y allí leyó las palabras del texto de nuestro sermón de hoy, escritas sobre la lápida. "Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas". Dios usó estas palabras para darle la confianza de retornar a África por el resto de su vida. Y el fruto de su vida aun permanece hoy.

El doble énfasis que quiero hacer partiendo de Juan 10:16 hoy, es que este es uno de los mayores fundamentos bíblicos para dos tipos de confianza en nuestras vidas. Y necesitas los dos tipos de confianza para vivir una vida cristiana gozosa y fructífera.

• Primero, Juan 10:16 da un gran fundamento para la confianza de que usted logrará llegar al cielo, y cuando digo "usted" hablo de quien recibe a Jesús como Salvador y Señor y Tesoro de sus vida. Usted ciertamente logrará llegar al cielo.

• Y, segundo, Juan 10:16 da un gran fundamento para nuestra confianza de que el propósito mundial y salvador de Dios, siendo usted parte de ese propósito, tendrá éxito. Suficientemente confiados como para no desperdiciar nuestras vidas

Peter Cameron Scott, al leer lo que Jesús dijo en Juan 10:16, fue restaurado a una confianza invencible de que lograría llegar al cielo, y de que su vida sería fructífera como misionero Y oro para que tenga un efecto similar en usted (provocándole una confianza inconmovible de que no podrá perderse, sino que perseverará hasta el fin y entrará en el gozo de su Señor). Y la confianza inconmovible de que su rol en los propósitos salvadores de Dios tendrá éxito. Usted no desperdiciará su vida.

Tomemos un elemento a la vez.

I. El Fundamento de Nuestra Confianza de Llegar al Cielo

Primero, Juan 10:16 como el fundamento de la confianza de que usted, que le ha entregado su vida a Cristo (Romanos 6:13; 12:1), llegará al cielo, no perecerá, sino que tendrá vida eterna (Juan 3:16). (Y, por supuesto, mi oración es que todos aquellos que no han dado sus vidas a Cristo escuchen y se sientan inclinados a hacerlo. Si lo quieren, el regalo es gratuito).

Juan 10:16: "Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor”.

Asimilemos cada una de estas cuatro declaraciones en el versículo 16. Y en esta primera sección, enfoquémonos en cómo usted, una de las ovejas de Cristo, vino a él y recibió vida, vida abundante (versículo 10), que nunca podrá acabarse.

1. "Tengo otras ovejas"

Enfóquese ahora en la palabra "tengo". Jesús tiene ovejas. Y él las tiene antes de que vengan a él. De otra manera, no hubiera dicho: "a ésas también me es necesario traerlas" (versículo 16).

Vea los versículos 3 y 4: A éste [al pastor de las ovejas] le abre el portero, y las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera. Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz (Vea también el versículo 14.)

Note la palabra "sus". Versículo 3: "llama a sus ovejas". Antes de llamarlas, son suyas. Jesús ha venido a Israel como Mesías, y está llamando a sus propias ovejas. Esta creando un nuevo pueblo, un nuevo rebaño. Pero estas ovejas son "suyas", él las tiene. Como dice el versículo 16, antes de llamarlas algunas son suyas y otras no. "Tengo otras ovejas. . . a ésas también me es necesario traerlas". Esto es lo primero que veremos: En cierto sentido, Jesús "tiene" as sus ovejas, ellas son "suyas", antes de traerlas a él.

¿Cómo es que Jesús ya las tiene?

Antes de mirar la siguiente declaración en el versículo 16, debiéramos preguntar: "¿Cómo es que Jesús puede tener a sus ovejas antes de llamarlas y que ellas puedan escuchar su voz y responder en fe y venir a él?"

La respuesta es que ya ellas pertenecen a Dios el Padre, y él las da a su Hijo. Usted puede verlo en muchos otros lugares de Juan. Por ejemplo, en Juan 17:6, Jesús ora a su Padre: "He manifestado tu nombre a los hombres que del mundo me diste; eran tuyos y me los diste". Dios había elegido a estas ovejas para sí ("eran tuyos") y las dio al Hijo ("y me los diste").

La Elección del Padre

Y podemos verlo en Juan 6:37: "Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí". El Padre las tiene antes que vengan a Jesús. Así Jesús puede decir en el versículo 16: "Tengo otras ovejas. . . a ésas también me es necesario traerlas", porque primero pertenecieron al Padre, antes de venir a Jesús. El padre las había elegido para sí. Y las da al Hijo.

Esta es una de las maneras en que Jesús habla de la gran verdad de la elección divina, de la que habla Pablo en Efesios 1:4. "[Dios] nos escogió en El antes de la fundación del mundo" (Efesios 1:4). "Eran tuyos, Padre, desde antes de la fundación del mundo, y me los diste" (vea también Juan 6:39, 44, 65; 17:9, 24; 18:9).

Así que Jesús dice: "Tengo ovejas que debo traer". Enfoquémonos ahora en la segunda declaración, en el versículo 16.

2. "a ésas también me es necesario traerlas"

Las palabras "me es necesario" son cruciales. La salvación de usted está incluida en este "me es necesario". "Me es necesario traer a mis ovejas". Ése es el "me es necesario" del compromiso divino. El Padre las ha escogido. Daré mi vida por ellas. Me es necesario traerlas. En otras palabras, no hay una duda: Serán traídas. No es posible que el Padre escoja a un rebaño para el Hijo, y que lo dé al Hijo, y sin embargo que el Hijo no lo traiga. La salvación de las ovejas de Cristo debe ocurrir.

¿Cómo las trae? ¿Cómo le trajo a usted? Él las trae por su Palabra. Las llama. Vea el versículo 3. "A éste le abre el portero. Las ovejas oyen su voz; llama a sus ovejas por nombre y las conduce afuera". Él las trae al llamarlas.

Y si preguntamos cómo lo hace hoy, él nos da la respuesta en Juan 20:21 y 17:20. Les dice a sus discípulos: "como el Padre me ha enviado [a llamar a los míos], así también yo os envío" (Juan 20:21). ¿Y cómo se escucha su voz cuando los envía? Jesús ora en Juan 17:20: "Mas no ruego [Padre] sólo por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos" (Juan 17:20). Es por su Palabra que Jesús traía y trae a sus ovejas. Mi predicación y el testimonio de ustedes son esa palabra.

3. "Y oirán mi voz"

"Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz" (Juan 10:16).

Para que no pasemos por alto su propósito al decir: "me es necesario traer", para que no pasemos por alto certeza de las palabras "me es necesario", Jesús dice con autoridad absoluta: "y oirán mi voz". Y eso significa que responderán. Vendrán.

Versículo 4: "Cuando saca todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas lo siguen porque conocen su voz". Versículo 27: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen"

¿Cómo saber si usted es una oveja?

Así es como usted sabe si es una de sus ovejas. Usted no pide leer el Libro de la Vida (Apocalipsis 13:8; 17:9; 20:12). Usted no curiosea en los decretos eternos de Dios. Usted escucha. Y si, cuando Jesús habla, escucha la voz de Dios y viene, entonces pertenece a Dios. ¿Y qué ocurre si no viene? ¿Qué ocurre si no cree? ¿Qué significaría?

La respuesta está en el versículo 26: "Pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas". El creer no le hace parte de su rebaño. El ser parte de su rebaño eternal es lo que le capacita para creer. La fe muestra que usted le pertenece a Dios, desde antes de la fundación del mundo.

Y si alguien dijera: "Bien, si soy parte de su rebaño desde antes de creer, entonces no necesito creer para ser salvo", esa persona estaría negando las palabras de Jesús. Por que Jesús dijo en el versículo 27: "Mis ovejas oyen mi voz. . . y me siguen". Si usted nunca le sigue, entonces nuca fue una de sus ovejas. Si le sigue, entonces siempre fue una de sus ovejas.

4. "Y serán un rebaño con un solo pastor”

"Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor (Juan 10:16).

Enfóquese en la palabra "serán". "Serán un rebaño". ¿Cuánto tiempo tendrá él un rebaño? ¿Cuán absoluta es su promesa?

La respuesta está en los versículos 28-30. Comienza en el versículo 27. "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen; y yo les doy vida eterna y jamás perecerán, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno" (Juan 10:28-30).

Una Cadena de seguridad

Este rebaño es eterno. Y ello significa que usted lo es, creyente. Usted llegará al cielo, para siempre. Subraye esta cadena de seguridad.

• Los que el Padre escogió para sí mismo, también los dio al Hijo.
• Y por los que pertenecen al Hijo, por ellos el Hijo dio su vida.
• Y aquellos por quienes él dio su vida, a ellos él llamó a sí mismo.
• Y a quienes llamó, escucharon su voz y le siguieron.
• Y los que le siguieron, recibieron vida eterna.
• Y los que recibieron vida eterna nunca podrán ser quitados de su mano.
• Y serán un rebaño y un pastor para siempre.

Así de seguro está usted. Así de sólida es su salvación. Este es el fundamento de la inconmovible confianza de que usted logrará llegar al cielo. Esta es la obra de Dios (1ra a los Corintios 1:30). ¡El que se gloríe que se gloríe en el Señor! (1ra a los Corintios 1:31).

II. El Fundamento de nuestra confianza en que el propósito salvador mundial de Dios--y nuestro rol en él--tendrá éxito

Usted pudiera decir, y estaría en lo correcto, que ya hemos visto este fundamento. Si Jesús salva a los suyos infaliblemente, entonces su propósito salvador mundial tendrá éxito. Y si tengo cierta responsabilidad en el llamado de estas ovejas, también tendré éxito. Eso es cierto.

De modo que lo que quiero hacer aquí es asegurarme de que sintamos la confianza de las palabras "no son de este redil", y "serán un rebaño con un solo pastor". Versículo 16: "Tengo otras ovejas que no son de este redil [es decir, de este redil étnicamente judío]; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño [compuesto por todos estos otros grupos étnicos de todo el mundo con las ovejas judías] con un solo pastor" (Juan 10:16).

Hasta ahora hemos dedicado todo este sermón a mostrar la salvación magnífica, soberana, que Dios está obrando para salvar a sus ovejas. Él les escogió desde antes de la creación, y envió a su Hijo al mundo para morir por ellos, y traerles a sí mismo y al Padre.

El Peligro de estancarnos y volvernos indiferentes

Pareciera que esta salvación pudiera producir la mayor humildad y la mayor gratitud posible. Dios no nos escogió o nos llamó porque fuéramos algo especial. Si hay algún tipo de distinción, se debe totalmente a su elección y llamamiento, libres e incondicionales.

Pero debido a que aun somos pecadores, la historia ha demostrado muchas veces que la iglesia se ha estancado y se ha vuelto indiferente al mundo; y que su posición elegida ha estado perversamente entretejida con la tela del etnocentrismo y el racismo y el nacionalismo. Y la iglesia ha llegado a sentirse cómoda con los de su tipo con este "redil".

Jesús lo vio en sus días, vio que esto ocurriría. Y por ello, justo aquí en medio de una de las declaraciones más gloriosas sobre la elección y la gracia soberana, dice, con una advertencia cortante como un cuchillo: "Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor (Juan 10:16).

Las Ovejas esparcidas

Estas otras ovejas están esparcidas por todo el mundo, y por nuestras Citties, en los miles de grupos étnicos que Dios quiere salvar. Medite en dos pasajes que Juan escribió.

En Juan 11:51-52, él registra una profecía del Sumo Sacerdote, Caifás, acerca de Jesús: "Profetizó que Jesús iba a morir por la nación; y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos". Es lo mismo que decir: Él murió por las ovejas en este rebaño judío, y no solo por ellos, sino por las otras ovejas que no son de este rebaño. Juan dice que Jesús murió "para reunir en uno a los hijos de Dios que están esparcidos". Tengo otras ovejas, a ésas también me es necesario traerlas.

¿Por donde están esparcidas? ¿Dónde están? Juan tuvo una visión en Apocalipsis 5:9-10, donde da la respuesta. Las voces en el cielo cantaban:

Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos, porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre compraste para Dios a gente de toda tribu, lengua, pueblo y nación. Y los has hecho un reino y sacerdotes para nuestro Dios; y reinarán sobre la tierra.

Cuando el Gran Pastor puso su vida por las ovejas, las compró de cada tribu, lengua, y pueblo, y nación. Por tanto, sea cual sea el grupo étnico que le rodea, hay ovejas que deben ser encontradas (Hechos 18:10). Ellas necesitan escuchar la voz de Jesús. Hay hermanos y hermanas que deben ser encontrados allí. Nosotros no nos atrevemos a mirar con desdén a grupo racial o étnico alguno. No nos atrevemos a retener el tesoro del evangelio, como si fuéramos dignos de él y ellos no.

Despertando a las otras ovejas

Dios ha derramado su gracia, una y otra vez, sobre esta iglesia y sobre el mundo, para despertarnos del sopor del estancamiento, de la auto-satisfacción, de la actitud de solo-los-nuestros.

A principio de 1600, John Eliot, en Boston, despertó de un redil puritano y vio que había "otras ovejas" entre los algoquines. Un siglo después David Brainerd despertó del redil congregacional en Nueva Inglaterra y vio que había "otras ovejas" entre los housatónicos y los de delawares. Al final del siglo XVIII, William Carey despertó del redil Bautista británico y vio que había "otras ovejas" en la India.

Y justo cuando las agencias misioneras y las iglesias estaban contentándose con el éxito en las costas alrededor del mundo, Hudson Taylor despertó al darse cuenta de los pueblos de las vastas extensiones del interior de China, y Peter Cameron Scott despertó al darse cuenta de los pueblos del interior de África.

Y justo cuando el cristianismo occidental comenzó a contentarse, en el siglo XX, porque cada país del mundo había sido penetrado con el evangelio, Cameron Towsend y Ralph Winter despertaron a la realidad de que hay 17 mil pueblos inalcanzados y miles de idiomas sin Biblia. Dios ha sido tan misericordioso y paciente con nosotros.

Dios Triunfará

"Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño con un solo pastor" -Juan 10:16 es el fundamento de nuestra confianza de que lograremos llegar al cielo, y es el fundamento para nuestra confianza de que el propósito mundial de Dios tendrá éxito al traer a sus ovejas de cada raza, tribu, lengua, de cada grupo de pueblos, a un rebaño con un Gran Pastor.

Por tanto, Bethlehem, resistiremos la arrogancia étnica; y buscaremos la diversidad étnica basada en el evangelio; y la armonía racial que exalta a Cristo; y oraremos para que la trascendente voz de Jesús sea escuchada dondequiera que haya hostilidades étnicas creando disturbios; y enviaremos misioneros a los pueblos inalcanzados del mundo, hasta que venga Jesús.

Y lo haremos con gran confianza de que sea lo que sea que nos suceda, lograremos llegar al cielo, y el plan de Dios triunfará.