¿Por qué no puedo vencer mi amargura e ira?

De Libros y Sermones Bíblicos

A continuación, una transcripción editada del audio.

¿Por qué no puedo vencer mi amargura e ira?

La mayoría de nuestra amargura e ira hacia los demás tiene raíces en una imposibilidad de ser profundamente sorprendido por el amor de Cristo hacia nosotros en nuestros pecados. Si tú estás luchando contra la amargura, entonces puede ser que el Señor está permitiendo que el mismo pecado que está fluyendo de tu incapacidad de ver a Cristo sea el medio por el cual llegues a verlo.

En otras palabras, tal vez este tiempo de rabia, ira, y un espíritu harto que dice: "Me voy de aquí y no quiero nada que ver contigo", es donde has tenido que llegar con el fin de ver la enormidad de tu pecado desde el punto de vista de un santo perdonado y justificado. Y el Señor lo ha hecho para que tú te sorprendas de Su gracia de una manera más profunda de lo que hayas sido sorprendido por la gracia de Dios anteriormente. Y ahora, de esa experiencia puede fluir la gracia hacia los demás.

Esa es la única solución aquí. No me cabe duda de que otra persona sea parte del problema. Esto probablemente no sea sólo algo de un solo sentido y que solamente sea tu culpa. Pero la solución no es arreglar a la otra persona. La solución es adquirir un corazón que sobreabunde con acción de gracias por la gracia de Cristo y que derrame gracia hacia los demás.

Lo que estoy tratando de enfatizar es que tal vez Dios te ha traído a este punto de sentir tu culpa para que la gracia tenga un sabor más dulce que nunca antes. Tenemos que ver nuestro pecado, pero algunos de nosotros hemos crecido en hogares tan "buenos" que no creemos que alguna vez hayamos hecho algo serio.

Sin embargo, la falta de perdón es un pecado que lleva al infierno. La Biblia dice que si no perdonas a los que pecan contra ti, Dios no te perdonará (Mateo 6:15). En otras palabras, esto es un asunto mortal. Un espíritu que constantemente no perdona, y que sea amargo y furioso mata el corazón de una persona, haciendo que naufraguen en su fe y demuestran que nunca pertenecieron a Dios. Dios te está mostrando qué tan grave es este pecado.

Esto significa que ahora tienes la posibilidad de decir: "Si Él todavía me ama y me perdona esto, ¡es como perdonar al Apóstol Pablo!" (Es como perdonar a asesinos, porque la Biblia dice que si odias a tu hermano, lo has matado [Mateo 5:21-22]). Y entonces tal vez la transacción emocional del perdón y justificación te abrumaría de tal manera que los recursos que no tienes ahora para amar a esa otra persona se te darían por causa de esa experiencia fresca y nueva de la gracia.

Yo oraría así. "Perdónense unos a otros, como Dios os perdonó a vosotros en Cristo" es una palabra increíblemente importante en Efesios 4:32. Ahora tienes la posibilidad de sentirte perdonado por Dios por las cosas que son mortalmente peligrosas, que podría abrir la puerta a una mayor gracia hacia esa otra persona.