Dios se glorifica en los deseos de bondad
De Libros y Sermones BÃblicos
Por John Piper sobre Santificación y Crecimiento
Traducción por Karina Cappelletti
2 Tesalonicenses 1:3-12
Siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe aumenta grandemente, y el amor de cada uno de vosotros hacia los demás abunda más y más; de manera que nosotros mismos hablamos con orgullo de vosotros entre las iglesias de Dios, por vuestra perseverancia y fe en medio de todas las persecuciones y aflicciones que soportáis. Esta es una señal evidente del justo juicio de Dios, para que seáis considerados dignos del reino de Dios, por el cual en verdad estáis sufriendo. Porque después de todo, es justo delante de Dios retribuir con aflicción a los que os afligen, y daros alivio a vosotros que sois afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con sus poderosos ángeles en llama de fuego, dando retribución a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando El venga para ser glorificado en sus santos en aquel día y para ser admirado entre todos los que han creído; porque nuestro testimonio ha sido creído por vosotros. Con este fin también nosotros oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos de vuestro llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe, con poder, a fin de que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros, y vosotros en El, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
Un pensamiento sobre la palabra “Deseo”
Creo que esta mañana nos va a ser útil comenzar con un comentario sobre la palabra "deseo" en el versículo 11. La LBLA dice, "Con este fin también nosotros oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos de vuestro llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe, con poder." Si tiene la versión DHH el “deseo se bondad” se traduce como “los buenos deseos” y en la RVR1960 aparece como “propósito de bondad”. La NVI utiliza palabras diferentes ya que dice que Dios perfeccione "toda disposición al bien".
Creo que las tres versiones modernas son correctas al decir que lo que Dios cumple es todo deseo de bondad, la disposición al bien o todo propósito de bondad. La razón es que el "deseo de bondad " y la "obra de fe" parecen ser una pareja y sabemos que la fe y la obra de las que se habla de son las nuestras. Por lo tanto, parece natural que el "deseo de bondad" sea nuestro también.
Pero ¿qué pasa con la diferencia entre la traducción de "deseo" o "propósito" por un lado, y "disposición" por el otro? Bueno, la palabra griega eudokia parece incluir tanto la idea del deseo, así como el juicio considerado con respecto a lo que es deseable.
Así que esta mañana cuando uso el término "deseo", quiero que se entienda en un sentido lo suficientemente amplio como para incluir a todos los actos de la mente que van después de la bondad. Para algunos esto puede ser un objetivo decidido, considerado, planeado detenidamente. Para otros puede ser una búsqueda más intuitiva y menos reflexiva. Pero en cualquier caso, lo que quiero excluir es a un enfoque de medusas a la vida que apenas flota con las corrientes de los tiempos y el espíritu de la época. Todos los cristianos deben ser delfines en el mar del secularismo ya sea que sus metas sean sentidas intuitivamente como deseos profundos, o sean sopesadas, consideradas y resueltas.
El deber de todo cristiano
Vamos a enfocar nuestros pensamientos en 2 Tesalonicenses 1:11-12.
Con este fin también nosotros oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos de vuestro llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe, con poder, a fin de que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros, y vosotros en El, conforme a la gracia de nuestro Dios y del Señor Jesucristo.
La doctrina de que me gustaría desarrollar en estos versículos es la siguiente: ES DEBER DE LOS CRISTIANOS BUSCAR EL PODER DE DIOS PARA CUMPLIR TODO DESEO DE BONDAD. Se puede ver claramente en el versículo 11 al final. Pablo ora para que Dios " cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe, con poder".
¿Por qué es el deber de todo cristiano? La primera pregunta entonces es: "¿Por qué?" Pablo mismo debe haber preguntado "por qué" muchas veces ya que siempre responde a esa pregunta. Aquí la responde de tres maneras.
1. Ser considerado digno del llamado de Dios
La primera respuesta se da en el versículo 11. Es deber de todo cristiano buscar el poder de Dios para cumplir todo deseo de bondad, porque al hacerlo somos considerados dignos del llamado de Dios.
“Con este fin también nosotros oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os considere dignos de vuestro llamamiento y cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe, con poder”. Si se pregunta, cuál es la relación entre ser considerados por Dios dignos del llamado (en la primera mitad del versículo), y es el cumplimiento de Dios de todo deseo de bondad (en la segunda mitad del versículo), la respuesta seguramente sería que su cumplimiento de todo deseo de bondad es la forma en la cual nos considera dignos. No son dos cosas diferentes.
Así que la primera razón por la cual debemos buscar el poder de Dios para cumplir todo deseo de bondad es que al hacer esto, seremos considerados dignos del llamado de Dios. Aviso 1 Tesalonicenses 2:12, donde Pablo usa el mismo lenguaje y nos ayuda a entender qué es el llamado de Dios. Exhorta y anima a "llevar una vida digna de Dios, quien os llamó a su reino y a su gloria." Por lo que su llamado es un llamado a su gloria. Se trata de la concesión de un destino.
¿Y recuerda Romanos 8:30? - " y a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó". El llamado es un llamado a la gloria. Y no abortará. "Fiel es el que os llama, el cual también lo hará." (1 Tesalonicenses 5:24). "el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es Dios, por medio de quien fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro” (1 Corintios 1:8-9).
Ahora, lo que dice el versículo 11 es que hay una forma de vida que es digna de ese llamado. "Digno" no quiere decir que merece o meritorio. Esto significa adecuado, correcto, apropiado. Supongamos que redecora un dormitorio libre en su casa porque quiere honrar a un huésped especial que viene a quedarse. Pinta las paredes deslucidas. Compra una colcha nueva. Pule la madera. Y luego se aparta cierta distancia para ver si la habitación es digna de la presencia de su huésped, y la vieja pantalla de la lámpara desentona terriblemente. Está sucia y desgastada y no coincide con la pintura. Está fuera de lugar, es impropia, inadecuada, y en ese sentido "indigna" de la habitación y el huésped.
Así que decide deshacerse de ella. ¿Por qué? Para que la habitación sea digna de su destino. El huésped está por venir. Bueno, ese es el primer motivo para buscar el poder de Dios para que cumpla los deseos de bondad en nuestras propias vidas, también. Hay una sensación de armonía y aptitud que disfrutamos cuando deseamos deshacernos de las pantallas sucias y desgastadas de nuestras vidas. Dios había puesto en marcha un proyecto de redecoración en ti y hay cosas que son simplemente impropias e indignas de su nuevo llamado. Así que busque el poder de Dios para cumplir los deseos de deshacerse de estas cosas, porque hasta que no lo haga, habrá un sentimiento atormentante de incorrección y de ineptitud y de inadecuación en su corazón.
2. Glorificar el Nombre de Jesús
La segunda razón para buscar el poder de Dios para cumplir con los deseos de bondad se da en la primera mitad del versículo 12: "... a fin de que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros”. Esto es cierto en dos sentidos.
En primer lugar, cuando trabaja incansablemente para hacer que la habitación sea adecuada y apropiada para un huésped, se muestra la consideración que usted tiene para su huésped. Lo glorifica al querer tener una habitación digna de su presencia.
Pero hay algo más profundo aquí que eso. ¡El versículo 11 es una oración para que Dios cumpla nuestros deseos de bondad POR SU PODER! Es por eso que el Señor Jesús será glorificado. El punto es exactamente el mismo que 1 Pedro 4:11, "el que sirve, que lo haga por la fortaleza que Dios da, para que en todo Dios sea glorificado mediante Jesucristo." Aquí Pablo dice: "Que cada uno cumpla todo deseo de bondad por el poder de Dios para que el nombre de nuestro Señor sea glorificado." Dios da el poder, Dios recibe la gloria por medio de Jesucristo.
¿Ve la diferencia entre la moralidad y el cristianismo? ¿Ve por qué a menudo digo que hay una inmoralidad sin Dios y una moralidad sin Dios? Bueno, se encuentra aquí mismo. Pablo dice, no tengan deseos de bondad sin Dios. ¿Y que hace que un deseo de bondad sea sin Dios? No depende del poder de Dios para su cumplimiento, y no da la gloria a Dios por su cumplimiento.
¡Oh que todo el que llega a Belén pueda explicar la frase "pecado moral"! ¡O que todos podamos dar cuenta de la "moralidad pecaminosa"! Hasta que no veamos esto, somos tan vulnerables a la sustitución del cristianismo por la moralidad. La "Moralidad pecaminosa" es la realización de deseos de bondad NO por el poder de Dios, y que NO son para la gloria de Dios.
Sin embargo, nuestro gran anhelo es ver al Señor Jesús glorificado en el mundo, y por lo tanto vamos a buscar el poder de DIOS para cumplir con nuestros deseos de bondad. Esa es la segunda razón. Cuando se busca su poder, Él se lleva la gloria.
3. Ser nosotros mismos glorificados
La última razón que Pablo menciona por la cual debemos buscar el poder de Dios para cumplir con todo deseo de bondad es que esto se traducirá en que nosotros seremos glorificados también. Versículo 12: "... a fin de que el nombre de nuestro Señor Jesús sea glorificado en vosotros, y vosotros en El”.
Ahora bien, alguien puede preguntar: "¿No se nos enseñó en Romanos 8:30 que a los que predestinó, a ésos también llamó; y a los que llamó, a ésos también justificó; y a los que justificó, a ésos también glorificó? ¿Y, entonces, no se les garantiza la glorificación a todos los que llamó?" Y yo respondería: "Sí, ¡por supuesto!" A quien se le puede decir: "Bueno, entonces, ¿por qué Pablo ora aquí para que los que son llamados cumplan ciertas condiciones "a fin de" poder ser glorificados con Cristo? ¿Es nuestra glorificación cierta o depende de cosas como el cumplimiento de todo deseo de bondad?"
La respuesta es: "Sí, nuestra gloria es cierta." Y: "Sí, nuestra glorificación depende de tener una vida digna de nuestro llamado por el cumplimiento de todo deseo de bondad." Y si cree en la soberanía de Dios, no hay ningún problema aquí. Pero si no cree, hay un problema enorme. Si Dios es soberano, puede garantizar su glorificación Y puede garantizar cualquier tipo de obediencia que exija como requisito previo para la glorificación.
No existe ninguna contradicción para Dios al establecer una conexión infalible entre ser llamado y ser glorificado, y luego exigir como requisito previo de la glorificación que los llamados anden como es digno de su llamado. Y este texto demuestra por qué no hay incompatibilidad, es decir, porque Dios es el que, con su poder permite el cumplimiento de los deseos de bondad que conducen a la gloria. Dios llama. Dios promete la gloria a los llamados. Dios establece requisitos previos para la gloria. Y los cumple con su poder. Si estamos dispuestos a dejar que Dios realmente sea Dios, "de quien y por quien y para quien son todas las cosas", entonces la necesidad de la obediencia no es una contradicción para asegurar nuestra glorificación.
Por el contrario, será un fuerte incentivo para buscar el poder de Dios para cumplir nuestros deseos de bondad. Y aquí está la tercera y última razón que Pablo da por lo que debe hacer esto. Debemos buscar el poder de Dios para cumplir con los deseos de bondad
- porque, al hacerlo, nos hacemos dignos de su llamado;
- porque, al hacerlo, Cristo es glorificado;
- porque, al hacerlo, nosotros también compartiremos su gloria.
¿Cómo lo hacemos?
Ahora la pregunta ante nosotros es: "¿Cómo?" En términos prácticos, ¿qué significa buscar y tener el poder de Dios para cumplir los deseos de bondad? Aquí podríamos hablar durante horas sólo de las pistas en 2 Tesalonicenses (¡lea el libro con esa pregunta presente!). Pero tengo que limitarme a dos puntos.
1. La necesidad de nuestros deseos
El primer punto es que la búsqueda del poder de Dios para cumplir con los deseos de bondad NO significa que nosotros realmente no deseamos o que nosotros realmente no usamos fuerza de voluntad. ¡El compromiso del poder de Dios nunca ocupa el lugar del compromiso de nuestra voluntad! ¡El poder de Dios en la santificación nunca nos hace pasivos! El poder de Dios está por debajo o detrás y dentro de nuestra voluntad, no reemplaza nuestra voluntad. La evidencia del poder de Dios en nuestras vidas no es la ausencia de nuestra voluntad, sino la fuerza de nuestra voluntad.
Cualquiera que diga, "Bueno, yo creo en la soberanía de Dios y por lo tanto me limitaré a sentarse y no hacer nada", en realidad no cree en la soberanía de Dios. Ya que ¿por qué alguien que cree en la soberanía de Dios le desobedece tan descaradamente? Al sentarse a no hacer nada, usted no está haciendo nada. Usted compromete activamente su voluntad en la decisión de sentarse. Y si esa es la forma en que trata con el pecado o la tentación en su vida, es una desobediencia flagrante, porque se nos manda a librar una buena batalla (1 Timoteo 1:18) y resistir al diablo (Santiago 4:7) y luchar por la santidad (Hebreos 12:14).
El versículo 11 dice que es por el poder de Dios que vamos a cumplir con el deseo de bondad y nuestra obra de fe. Pero esto no anula el significado de la palabra "deseo" y la palabra "obra". Parte de todo el proceso de caminar digno del llamado de Dios es el compromiso activa de nuestra voluntad en el deseo de hacer justicia. Si el pecado persiste en su vida, o si sigue descuidando alguna buena obra, simplemente porque usted espera ser salvo sin luchar, está agravando su desobediencia. Dios nunca va a aparecer con poder en su voluntad, en cualquier otra forma que no sea un deseo de bondad que usted tenga y mantenga.
Así que el primer punto es que las personas que creen en la soberanía de Dios como nosotros no debemos temer a comprometernos con su voluntad en la lucha por la santidad. “Esforzaos por entrar por la puerta estrecha, porque os digo que muchos tratarán de entrar y no podrán" (Lucas 13:24). ¡Así que cuando digo que es el deber de todo cristiano buscar el poder de Dios para cumplir su deseo de bondad, asumo que ellos mismos se proponen enérgicamente conocer la voluntad de Dios y desearla con todo el poder que reside dentro de ellos!
2. La obra de fe
El otro punto es el siguiente: cuando se alcanza un deseo de bondad por el poder de Dios, otro nombre para él es "obra de fe". En el versículo 11 cuando Pablo se refiere al cumplimiento para parte de Dios de los deseos de bondad y las obras de la fe, no creo que él tenga dos cosas diferentes en la mente, como si el deseo podría alcanzarse sin la fe. El término "deseo de bondad" se centra en el objetivo benéfico y afectuoso del acto, y el término "obra de fe" se centra en los medios de su realización. La contraparte humana del poder de Dios es la fe.
Así que el punto es que el cumplimiento de cualquier disposición por el poder de Dios es una "obra de la fe". En otras palabras, es una obra que se activa por nuestra confianza en las promesas de Dios. Voy a tratar de ilustrarlo.
La lectura de la Biblia como una obra de fe
Supongamos que desea leer la Biblia todos los días en el año 1986, por ejemplo durante 15 minutos. ¿Cómo esto se convierte en una obra de fe? Se convierte en una obra de fe cuando se superan con éxito los obstáculos al confiar en las promesas de Dios. Por ejemplo, cuando tiene este deseo, usted se provee de promesas como el Salmo 1:
¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda en el consejo de los impíos, ni se detiene en el camino de los pecadores, ni se sienta en la silla de los escarnecedores, sino que en la ley del SEÑOR está su deleite, y en su ley medita de día y de noche! Será como árbol firmemente plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no se marchita; en todo lo que hace, prospera.
Entonces, cuando se levanta una mañana y piensa en las 100 cosas que tienes que hacer ese día, y piensa que su prosperidad depende de salir a trabajar ya mismo y no tomarse el tiempo para la Palabra esa mañana, en ese momento la fe dice: "Yo creo en el Salmo 1, no en este pensamiento infernal que Satanás acaba de sembrar en mi mente. El hombre que tiene tiempo para meditar en la Palabra de Dios es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da su fruto a su tiempo, y su hoja no cae. ¡En todo lo que hace, prospera!” Y así la fe vence la tentación de abandonar el deseo, y se convierte en una obra de fe.
Dar una obra de fe
O supongamos que en el año 1986 usted desea acercarse a un estilo de vida similar al de los tiempos de guerra y dejar de gastar tanto dinero en sí mismo y guardar tanto en las cuentas con grandes intereses. Entonces desea dar el diez por ciento de sus ingresos brutos para el ministerio de la iglesia y un cinco por ciento adicional a otras agencias que exaltan a Cristo y traen salvación y esperanza a los necesitados.
Para tener éxito en este comienza a armarse con las promesas de Dios, como 2 Corintios 9:8, "Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra."
Y Hechos 20:35, "Más bienaventurado es dar que recibir".
Y el Salmo 4:7-8, "Alegría pusiste en mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su mosto. En paz me acostaré y así también dormiré; porque sólo tú, SEÑOR, me haces habitar seguro.”
Luego, cuando las tentaciones vienen y comienza a pensar que usted podría tener más paz y seguridad y más gozo y más felicidad si no da mucho de su dinero, pero la fe cree en las promesas de Dios y vence las mentiras de la carne: el dar se convierte en una obra de la fe.
Ser testigos como una obra de fe
O supongamos que se une a las 200 personas de Visión 20:20 en enero y desea realizar los ocho pasos hacia el evangelismo. Pero luego surgen los obstáculos habituales. Alguien dice: "No sé qué decir si te preguntan esto o aquello". Y la fe cree en la promesa de Marcos 13:11, "No os preocupéis de antemano por lo que vais a decir, sino que lo que os sea dado en aquella hora, eso hablad; porque no sois vosotros los que habláis, sino el Espíritu Santo."
Otro dice: "Van a ridiculizarlo a usted y a sus pariente. Todo podría ser mucho más difícil después de ser testigo de Cristo".
Y la fe cree en la Palabra del Señor: "Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande.” Y uno a uno, la fe enfrenta los obstáculos a la obediencia y los derrota, confiando en las promesas de Dios. Y así el ser testigo se convierte en una obra de fe.
El fortalecimiento de la fe en las promesas de Dios
Así que cuando Pablo ora en 2 Tesalonicenses 1:11 que Dios cumpla todo deseo de bondad y la obra de fe, con poder, en realidad él esta orando para que Dios fortalezca nuestra fe en sus promesas. En otras palabras, el poder de Dios para cumplir con nuestros deseos de bondad es simplemente su obra para superar nuestra falta de disposición irracional de creer en su Palabra.
Entonces llego a la conclusión de que es deber de los cristianos buscar el poder de Dios para cumplir todo deseo de bondad. Y esto significa, desarrollar un arsenal de las promesas de Dios y orar para que Dios muestre su poder haciendo para ser lo suficientemente razonable para creer en su Palabra frente a las tentaciones del maligno.
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