Patrones de crecimiento

De Libros y Sermones Bíblicos

“Que no os hagáis perezosos, mas imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” (Hebreos 6:12).
- Hebreos 6:11-12

Hebreos 6:4-8 nos habla de que existe el serio peligro de la apostasía bajo el nuevo pacto, pero también hemos visto que la apostasía no es algo que le suceda a aquellos que han entrado en el nuevo pacto con una fe salvífica. Por ello, cuando alguien que se confiesa creyente se aparta de Dios permanentemente, podemos estar seguros de que era alguien que había entrado en el pacto sin poseer una fe que salva.

Esto plantea una pregunta para aquellos que permanecen fieles a Cristo. ¿Cómo podemos estar seguros de que tenemos una fe verdadera? El autor de Hebreos sabía que esta pregunta surgiría y por ello nos alienta a mostrar la misma diligencia hasta el fin, para tener plena certeza de la esperanza (vs. 11). Cuando hacemos esto el amor y las buenas obras que nacen de nuestro caminar con Cristo evidencian nuestra regeneración y nos aseguran de que Dios no se va a olvidar de nosotros (vv. 9-10).

Ayer miramos cómo el amor que tenemos hacia Cristo y hacia sus santos demuestra que somos verdaderos cristianos. Las buenas obras son también una evidencia de esto (6:10), lo cual concuerda con el resto de la enseñanza del Nuevo Testamento acerca de la autenticidad de la fe, que es considerada genuina solamente si produce buenas obras.

Tanto en el amor como en las buenas obras, debemos demostrar diligencia para tener la seguridad completa de la salvación (6:10-11). Lejos de ser un asunto secundario de la vida cristiana, la seguridad demostrada por el amor y las buenas obras debe ser algo que busquemos ardiente y diligentemente.

Cuando buscamos esta seguridad a través del amor y las buenas obras, no seremos perezosos sino “imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas” (6:12). Esta cita se refiere a los santos del antiguo pacto que perseveraron en fe, amor y obras a lo largo de sus vidas. Heredaron las promesas cuando Dios les atrajo hasta sí mismo a través de la fe y les conformó a su imagen gradualmente durante toda su vida. Ninguno de ellos tenía una fe perfecta. Por ejemplo, Abraham desobedeció al tener un hijo con Hagar porque no creyó que Sara pudiese concebir. Sin embargo, reconoció su pecado y pudo crecer en fe. Creyó a Dios y obró para su salvación hasta el punto de estar dispuesto a sacrificar a Isaac, el hijo prometido.

Coram Deo (en la presencia de Dios)

Algunos de aquellos que recibieron la carta a los Hebreos querían volver al viejo pacto. Para evitar esto, el autor les exhorta a imitar la fe de los santos del antiguo pacto. Esta fe no estaba puesta en la eficacia del antiguo pacto, sino por el contrario, en Dios mismo (Hebreos 11). Lea Hebreos 11 y agradezca a Dios que hayan quedado registrados tantos ejemplos de fe.

Pasajes para ampliar el estudio

Génesis 22
2º Crónicas 33:1-20
Efesios 4:11-16
Hebreos 10:24