Por Que Creo en la Resurrección de Jesús

De Libros y Sermones Bíblicos

Solo voy a mencionar dos de las varias razones, una más histórica y otra más personal y subjetiva.

1) Existe un consenso general que los apóstoles fundaron la iglesia en Jerusalén por predicar la resurrección de Jesús. Pero hubiera sido imposible que los apóstoles predicaran tal mensaje así ni siquiera por una hora, si los gobernantes de Jerusalén, quienes tenían todas las razones de poner en silencio este mensaje, podrían haber señalado a la tumba ocupada de Jesús.

Pero el hecho es que la iglesia Cristiana se originó en Jerusalén a través de la predicación de la resurrección. Sin duda, los líderes judíos trataron de silenciar el mensaje pero no existen pruebas en absoluto de que produjeron el cuerpo muerto de Jesús. En cambio, iniciaron el rumor que los discípulos habían llegado durante la noche y robaron el cuerpo (Mateo 28: 11-15 y Justin Martyr Dialogue with Trypho, ch. 108). Pero nadie se toma en serio este rumor ya que sufre la objeción total que los apóstoles estarían predicando a riesgo de sus vidas, lo que sabía que era un fraude. Los apóstoles ya estaban apunto de dejarlo todo tras la muerte de Jesús (Lucas 24:21). Sus esperanzas habían sido defraudadas. Luego, en unas pocas semanas, todos ellos con su mayor alegría y convicción, arriesgaban sus vidas predicando una historia que ellos sabían que era falsa, o que sufrían ilusiones profundas y eternas, o la iglesia se levantó justo al lado de la tumba ocupada.

Pero todas estas alternativas son poco probables. No es probable que arriesgaran sus vidas con celo y amor por un fraude que acababan de inventar. Ni es probable que 500 personas alucinaran a la vez (1 Corintias 15:6). Y la predicación de la resurrección no pudiera haber durado una hora al lado de la tumba ocupada de Jesús. Por lo tanto, las pruebas de que Jesús resucitó de la muerte son muy fuertes. Existen otros tipos de pruebas que confirmen esta conclusión y le remito a varios libros para un tratamiento mas completo: Frank Morison, Who Moved the Stone?; J. N. D. Anderson, The Evidence for the Resurrection; and Daniel Fuller, Easter Faith and History (pg. 145-262).

2) Un segundo tipo de pruebas es más subjetivo pero no menos real ni menos verdadero a la vida. Según Juan 17:20, Jesús sabía que después de su muerte que mucha gente llegaría a creer en él por las palabras de los apóstoles. Así que la verificación de la resurrección de Jesús es realmente un problema de acreditar a los testigos. Pedro y Pablo y Mateo y Juan decían ser testigos de Cristo resucitado. Ahora, ¿Cómo vamos a decidir si son engañados, o engañosos o digno de confianza?

Los escépticos pueden decir que no hay manera en como decidir y darse por vencido. Pero hay mucho en juego para rendir con los escépticos. Por supuesto, la seguridad de la fe no es igual que las certezas de la lógica matemática; pero hay mucho en juego para disparar a lo loco. Debemos analizar las pruebas y decidir. Casi todo de la vida es así – desde contratar a una niñera a conducir un vehículo. Vivimos por probabilidades y apostamos nuestra vida en la gente cada día.

Puede ser que los críticos digan que los testigos de la Biblia se desacreditan a si mismos con desviaciones y contradicciones. Pero claro que no se puede descartar a un testigo por la resurrección porque cree en eso. Eso sería como decidir el caso antes de oír las pruebas, porque es más probable que los que si lo vieron lo creería. En cuanto a la carga de contradicciones, puede ser que las discrepancias aparentes (como un ángel contra dos ángeles en la tumba, Marcos 16:15; Lucas 24:4) son causa de diferentes maneras pero no dispares de informar de la misma realidad percibida. Pero incluso si admitimos con detalle las discrepancias menores, no se desacreditan a un testigo por eso, especialmente si su testimonio es corroborado en gran parte por otros.

¿Cómo debemos acreditar a estos testigos? La gente gana nuestra confianza en la belleza de su carácter. Cuando lo único que tenemos son sus obras (y es todo lo que tenemos) entonces debemos tratar de percibir el espíritu y el propósito del escritor en su mensaje. Si detectamos un sentido de humildad e integridad y sobriedad y un propósito de amor y de verdad entonces daremos el crédito al autor. Si detectamos una actitud intrigante, engañosa, y egoísta tendremos la tendencia de desacreditar lo que dijo.

Si, esto es subjetivo. Pero no es completamente arbitrario y queda abierto a correcciones. Así es como llegamos a hacer muchas decisiones. Formamos opiniones sobre las características de la gente y después nos aventuramos en sus palabras.

Durante mi vida con Pedro, Pablo, Mateo y Juan ellos han ganado mi respeto con sus profundas y detalladas evaluaciones de las condiciones de humanos, su búsqueda de la verdad, su sumisión al Creador y su ética de amor. Me resulta moralmente imposible desacreditar su testimonio de la resurrección como ilusión o engaño.

Descansando en las pruebas de Pascua,

Pastor John