Espera la dificultad

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English: Expect Trouble

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Por Paul Tripp sobre Ministerio Pastoral

Traducción por María Gigliola Montealegre-Chaves

Son un problema cuando las personas afrontan el matrimonio. Son un problema cuado la gente piensa acerca del lugar de trabajo. Son un problema cuando las parejas esperan el nacimiento de su primer hijo. Son un problema cuando pensamos acerca de nuestras amistades. Y, por supuesto, son un problema cuando los pastores piensan sobre su vida en la iglesia. ¿Cuál es este problema? Las falsas expectativas. Estoy convencido de que las tenemos porque, a nivel raso, no tomamos en serio lo que la Biblia nos dice acerca del estado de este mundo. El pecado arrojó este mundo al conflicto. Puedes ver el humo y la suciedad de este problema propagándose a lo largo de las páginas de la Escritura.

No podemos escapar a ello: este mundo no funciona de la manera en que fue diseñado para funcionar. La Biblia nos advierte que vivimos, literalmente, en un mundo que gime y espera por la redención (ver Romanos 8:18ss). Vivimos en un mundo de enfermedad y muerte, los cuales no eran parte del plan inicial. Vivimos en un mundo de engaño y desilusión, y ninguno formaba parte de la intención original de Dios. Vivimos en un mundo de rebeldía y pecado, los cuales no son parte de lo "bueno" que Dios ha creado. Vivimos en un mundo de sufrimiento y pérdida, y ambos se encuentran muy lejos del plan de Dios. Vivimos en un mundo de violencia y guerra, que con toda seguridad no es la obra del Príncipe de Paz. Vivimos en un mundo en donde la lujuria y la codicia son los que motivan los corazones, y no es lo que Dios tenía como designio para el corazón. Vivimos en un mundo en donde todas estas cosas afectan completamente nuestras vidas y dificultan nuestros ministerios. Ninguna relación está exenta de la desilusión. Ninguna institución, incluyendo a la iglesia, está completamente libre de pecado y corrupción. Ningún lugar está libre de dificultades. Ningún instante de nuestras vidas o ministerios, permanece intocable a la Caída.

Desprevenidos y Poco Preparados

¿Por qué es tan importante reconocerlo? Porque no hemos tomado en serio lo que la Biblia nos dice sobre el mundo caído. Como he trabajado con pastores novatos, esto es lo que a menudo he visto. Debido a las falsas expectativas del ministerio, los pastores no se preparan bien para afrontar las dificultades que representa construir una comunidad de fe que sea saludable y que honre a Dios. Por consiguiente, los toma desprevenidos y poco preparados para el pecado que se encuentra adentro y las dificultades que se hallan afuera y que asoman sus amenazadoras cabezas dentro de la vida de sus iglesias. Esto provoca que reaccionen en vez de actuar con cautela y al final, no sólo están sufriendo por los problemas del ministerio en este mundo caído, sino que también sufren por el hecho de que, al sentirse sorprendidos y decepcionados, han hecho más difíciles sus propios problemas.

Como he trabajado con las iglesias, he visto cómo todo esto marca una tendencia a que el pastor y sus dirigentes jueguen entre sí con sus debilidades en lugar de hacerlo con sus fortalezas, y en vez de prepararse con los principios de la sabiduría de la Palabra de Dios y buscar el poder que confiere Su gracia, lamentablemente aprenden cómo ser políticamente estratégicos y a crear una protección a nivel personal. La Palabra de Dios es muy clara con respecto a cuán dañado está el mundo en el que vivimos. Esta claridad, por parte de Dios, tiene el objetivo de ayudarnos, con amor, a estar conscientes y preparados, ya que vivimos y ministramos los unos con los otros en medio del "ahora" y "lo que vendrá", a la espera de la restauración final de todas las cosas.

Pero hay algo más, las falsas expectativas provocan que cada uno de nosotros, incluso aquellos que estamos dentro del ministerio, vivamos de manera más independiente y autosuficiente de lo que deberíamos. En realidad, cada pastor aún tiene necesidad diaria de salvación, perdón y gracia fortificante, y necesitamos de esta gracia pues cada pastor es una persona en medio de su santificación y por lo tanto aún no está exento de la presencia y el poder del pecado. Lo que significa que a cada instante, aquellos que formamos parte del ministerio, ¡necesitamos ser liberados de nosotros mismos!

Vendrán las Dificultades

También necesitamos de la gracia de Dios para ser capaces de amar a las personas que fracasan y que son débiles, y a quienes estamos siempre llamados a amar y a ministrar o ministrar con ellas. Pero aquí hay algo más, la Palabra de Dios tiene la intención de ser "lámpara para nuestros pies y luz para nuestro camino" (Sal 119:105). Sólo podremos vivir y servir de manera adecuada en este mundo quebrantado cuando nos dejemos guiar y proteger por la luz de la sabiduría bíblica. Incluso aquellos que nos denominan como estudiantes de toda la vida de la Biblia, pueden vivir ajenos a cuán profunda es nuestra necesidad y que tan quebrantado está nuestro mundo. Cuando olvidamos, no anhelamos cada día la salvación y la guía de la Palabra de Dios en la práctica pastoral, por lo tanto, no nos percatamos de que estamos en manos de nuestra propia insensatez y reaccionamos frente a las cosas de tal manera que hacen más difíciles y profundos los problemas con los que ya lidiamos dentro de la desorganización del ministerio en la iglesia local.

Tenga la certeza de que a su ministerio llegarán los días de dificultad. Aún en medio de los conflictos, Dios nunca te abandona. ¿Qué es lo que Él te da cuando tienes problemas? ¡Se entrega a sí mismo! Él es quién te mantendrá a salvo. Escucha las reconfortantes palabras del Salmo 27:5: "porque en el día de la angustia me esconderá en su tabernáculo". Él está cerca y viene armado con la gracia transformadora y la sabiduría emancipadora. Pero es esencial que vivas con los ojos y el corazón abiertos a lo que las Escrituras te dicen sobre ti y la comunidad de fe. Si lo haces, vivirás tu vida con humildad y necesidad, en busca de la gracia y la sabiduría que tanto necesitas y que Dios nos da con tan buena voluntad y amor. Hay que ser realista. Recuerda, hay gracias sorprendentes para cada realidad que debas afrontar en tu vida y en el ministerio.


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