Hierba Provechosa

De Libros y Sermones Bíblicos

“Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios” (Heb. 6:7).
- Hebreos 6:7-8

En los últimos días hemos estado estudiando uno de los pasajes más difíciles de interpretar en toda la Biblia —Hebreos 6:4-6. En estos tres versículos se nos dice que los que recaen no pueden ser llevados de nuevo al arrepentimiento. Muchas personas creen que este pasaje se refiere a los cristianos genuinos y que aquellos con verdadera fe pueden perder su salvación. Pero, como hemos visto, no hay nada en este pasaje que sugiere que el autor esté hablando de los cristianos genuinos. Al contrario, debido a que una persona no regenerada puede experimentar las bendiciones del nuevo pacto mencionadas en 6:4-5, el texto podría referirse a las personas que dicen tener fe pero quienes están, en realidad, lejos del reino.

Hebreos 6:7-8 confirma que 6:4-6 no se refiere a aquellos que tienen verdadera fe. En estos dos versículos leemos de una tierra en la que cae la lluvia. En contexto, la lluvia es un ejemplo de las bendiciones continuas de Dios que se derraman sobre la iglesia como un grupo visible. Una parte de esta tierra recibe el agua y produce hierba provechosa (6:7). Otra parte de la tierra recibe el agua y sólo produce espinas y abrojos (6:8). Ambas partes reciben la bendición de la lluvia, pero sólo una produce hierba provechosa. Si la tierra no es buena desde el principio, y si realmente no acepta todos los beneficios que ofrece la lluvia, no puede, y nunca, producirá hierba provechosa (una buena cosecha). No es que la tierra lleve buenos frutos al principio y después deje de hacerlo y luego produzca espinos y abrojos. Más bien, la tierra sólo produce una o la otra desde el comienzo de la lluvia. La lluvia nunca produce hierba provechosa si desde el principio la tierra no es buena.

Esta analogía demuestra que Hebreos 6:4-6 se refiere a las personas que profesan la fe externamente pero nunca fueron salvos. Ellos son la tierra mala que produce crecimiento, pero después son revelados ser espinas y abrojos sin valor. Debido a que son parte del nuevo pacto en virtud del hecho de que están de acuerdo en estar en la iglesia visible, sí reciben alguna bendición, sí reciben la lluvia. Pero debido a que no son buena tierra, recaen, crucificando de nuevo a Cristo al seguir su camino (v. 6).

La apostasía es un pecado real y su posibilidad produce temor. Pero note que sólo porque alguien parece haberla cometido, no significa que lo hayan hecho. No podemos ver el futuro, y la persona que hoy parece haber negado a Cristo puede, al igual que Pedro, eventualmente revelarse a sí mismo como un verdadero cristiano por medio del arrepentimiento.

Coram Deo

Algunos cristianos piensan que han cometido el pecado de la apostasía, demostrando que nunca fueron salvos realmente. Pero el hecho mismo de que se preocupen por ello podría indicar que el Espíritu Santo está obrando en sus corazones para llevarlos al arrepentimiento. Alguien que no se preocupa por recaer demuestra que nunca fue un verdadero cristiano.

Pasajes para Estudio Adicional

Gen. 4:1-24
2 Cron. 18:1-22
Marcos 4:1-20
Lucas 6:43-45

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