Confío en ellos con mis pecados

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English: I Trust Them with My Sins

© Desiring God

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Por Sam Allberry sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Kilian Medina


Contenido

Cuatro maneras de acoger a la confesión

No es un viaje largo — solo treinta minutos — pero es intenso, siempre siento una extraña mezcla de ansias y excitación. Normalmente es un lunes por la tarde, y mi destino es un lugar al que nosotros tres llamamos “El armario.”

Nosotros tres somos Ray Ortlund, T. J. Tims, y yo. Y “el armario” es como llamamos al nuevo estudio de Ray, no porque sea pequeño, sino porque para nosotros representa un portal a un mundo mejor. Lunes por la tarde es típicamente cuando nos juntamos los tres para rezar y para ponernos al día, y específicamente para confesar nuestros pecados.

El nuevo testamento nos enseña repetidas veces la necesidad de ser transparentes entre nosotros, John nos anima a “caminar en la luz” (1 John 1:7), James nos anima a “confesar nuestros pecados entre nosotros y rezar por el otro” (James 5:16). Esta ultima frase nos llamaba la atención: nos gustaba la idea de vivir en la transparencia. Es lo que me excita mientras conduzco a la casa de Ray. Pero lo primero viene como resultado de lo segundo – en otras palabras, caminar en la luz viene cuando confesamos nuestros pecados. Esta es la parte que siempre me hace sentir un poco ansioso. La transparencia no puede ocurrir sin la confesión. Necesitamos practicar James 5:16 para así poder disfrutar 1 John 1:7.

Puerta a la luz

Ser honestos sobre nuestros pecados requiere que seamos honestos no solo con Dios, sino con el prójimo. Puede ser que pensemos que esto ultimo seria lo más sencillo de los dos: Si ya nos hemos confesado con Dios, seguramente confesarse con el prójimo no puede ser para tanto. Pero para mí se hace lo contrario. Dios ya sabe lo peor sobre mí. Nunca admitiré algo que el ya no sabe – mejor que yo incluso. Pero este no es el caso con Ray y T.J., Puedo quedar mal confesando les mis pecados.

Hay más razones por las que podamos encontrar la confesión a otras personas complicado. Ser abiertos nos hace vulnerable. Muchas veces en el pasado, he arriesgado ser abierto con personas solo para encontrarme con una mirada indiferente o con una respuesta muy intensa. A veces es difícil saber si queremos arriesgarnos a ser transparentes. Pero en realidad nos perdemos muchas cosas si no lo somos. Ambos John y James nos enseñan los beneficios:

Si caminamos en la luz, ya que él está en la luz, tenemos compañerismo con el prójimo, y la sangre de Jesus, su hijo, nos limpia de todo pecado. (1 John 1:7)
Confesad vuestros pecados entre vosotros y rezad por el prójimo, que así seréis curados. (James 5:16)

El compañerismo verdadero y profundo nace a través de este tipo de honestidad. James incluso dice que hay curación que ocurre en esto. El mero acto de confesar nuestros pecados y confiarlos en el conocimiento de amigos en los que confiamos, ya hace algo dentro de nosotros, vierte salud y luz en los lugares rotos y oscurecidos de nuestro corazón.

Como escuchar los pecados de otro

He encontrado este compañerismo, curación y luz en mis momentos con Ray y T.J. los tres estamos en un tipo de ministerio pastoral a tiempo completo, cosa que le puede causar mucho aislamiento a muchos pastores, pero yo nunca me he sentido tan conocido como me siento ahora, da vergüenza confesar lo que tengo que confesar, desde luego. Pero también es liberador. No tengo que fingir. No escondo nada, preguntándome, si algún día sera descubierto. Verdaderamente saben lo peor de mí (¡Y yo sobre ellos!), y esto hace nuestro continuado afecto entre nosotros más bonito.

He intentado pensar como hemos llegado hasta aquí – que características de estos dos hombres me han ayudado a ser tan abierto con ellos.

Se imperturbable

Ni Ray ni T.J. han colapsado en shock cuando les he confesado algo. Creo que es porque ellos conocen sus propios corazones lo suficientemente bien. Cuando conocemos nuestra propia depravación, es difícil sorprenderse con la de otro.

Creo que es por esto por lo que Paul se describe a si mismo como “el primero” de los pecadores (1 Timothy 1:15). Dudo que este sugiriendo que de todas las personas, él tenga la mayor capacidad o el peor historial cuando a pecados se refiere. Cuando alguien sabe lo mal que su corazón esta, es difícil pensar que haya alguien ahí fuera que este peor.

Si somos imperturbables – porque sabemos cuan culpable y lleno de pecado que estamos – hacemos que sea mucho más fácil para otro confesarse. Si yo comparto un pecado especialmente doloroso para mí, y tú respondes con asco y sorprendido, me lo pensare dos veces antes de admitir algo así contigo (o con alguien en general) nunca más, pero si respondes con una medida de comprensión, sabiendo que tu propio corazón es propenso al pecado (aunque sea en maneras diferentes), lo encontrare mucho más fácil ser honesto contigo la próxima vez.

Se reciproco

Es difícil ser transparente con alguien si ellos realmente no lo son contigo. Entre amigos cristianos, construir confianza requiere suficiente mutualidad. Es difícil seguir desvelando nuestras almas si la otra persona se mantiene cerrada. Tenemos diferentes personalidades y experiencias, por lo que naturalmente todos no nos abriremos con los demás en la misma medida. Pero a la vez, la honestidad genera honestidad. La transparencia de otro nos hace más sencillo ser transparentes, y vice versa.

Ray y T.J. siempre han sido abiertos conmigo. Nunca han dudado en confiar en mí con sus problemas. Su ejemplo hace mucho más sencillo para mí hacer lo mismo con ellos.

Sé un buen oyente

Una vez, compartí con Ray un pecado especialmente doloroso. El escucho con mucho cuidado antes de preguntar una o dos preguntas de búsqueda, asegurándose de que tuviera tanta información sobre la situación como pudiera, y asegurándose de que le estaba dando la historia completa y de que no me estaba guardando ningún detalle importante. Y su encantadora escucha hizo que el consejo que me dio mucho más profundo y útil.

Si quieres que otros sean honestos contigo, aprende a escuchar bien. “Si uno da una respuesta antes de escuchar, es su disparate y vergüenza” (Proverbios 18:13). Tenemos que ser “rápidos a la hora de escuchar y lentos a la hora de hablar” (James 1:19).

Escuchar bien también significa recordar bien. No nos hacemos ningún favor entre nosotros si, después de que alguien nos cuente algo importante, nos olvidamos rápidamente de que se trataba y de como le afecto. Recordando sus luchas es parte de como llevamos sus cargas. Solo entonces podemos cuidar bien de el siguiendo como se siente y haciendo todo lo que podamos para animarlo a que se arrepienta bien de sus pecados y que siga luchando.

Sé un amigo

Por último, lleva tiempo cultivar el compañerismo confiable, confidencial y profundo que acoge este tipo de transparencia mutua – este caminar en la luz juntos. Ocasionalmente, puede ser que nos encontremos experimentando un momento de estar caminando en la luz de una manera gloriosa con un creyente que no conocemos de mucho, aunque estos momentos suelen ser raros. Lo que todos necesitamos de verdad son hermanos y hermanas comprometidos caminando junto a nosotros por un largo plazo – no una confesión de carretera aquí y allí.

De lo que de verdad estamos hablando aquí es amistad verdadera. Paul nos dice “Daros la bienvenida entre vosotros como Cristo os ha dado la bienvenida a vosotros, por la gloria de Dios” (Romanos 15:7). Honestidad, animo, fidelidad y reprensión amorosa cuando sea necesario – estas son las características que encontramos en nuestra amistad con Cristo. La mejor manera de acoger transparencia entre nosotros es cultivándola en el corazón de Cristo.

Esto es lo que he experimentado con mis verdaderos amigos, Ray y T.J. Es lo que hace nuestros encuentros los lunes en “el armario” un portal a un mundo mejor – un mundo en el que caminamos abiertamente en la luz de la Luz.


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