La familia: junta en la presencia de Dios

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English: The Family: Together in God's Presence

© Desiring God

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Por John Piper sobre Crianza de los Hijos

Traducción por Luximar Arenas Petty


La adoración centrada en Dios es sumamente importante en la vida de nuestra iglesia. Nos acercamos a la adoración del domingo en la mañana con gran seriedad y sinceridad y expectativa. Tratamos de desarraigar todo lo que es frívolo o intrascendente o conversaciones insignificantes.

No todos los servicios son de esta manera. Los domingos en la mañana es el Monte de la Transfiguración - el formidable lugar de gloria que nos deja sin habla. Los domingos y los miércoles en la noche es el Monte de los Olivos - el lugar íntimo para conversar con el Señor y entre nosotros.

En este artículo, esperamos hacer dos cosas: 1) demostrar que los padres (o algún adulto responsable) debe llevar a los niños pequeños al servicio de adoración del domingo en la mañana en lugar de enviarlos a un “servicio para niños”; 2) dar algunos consejos prácticos acerca de cómo hacerlo.

No pretendemos que nuestra manera de adoración sea la única manera válida. No todas nuestras ideas pueden coincidir con la manera en que otras iglesias lo hacen.

Por ejemplo, nosotros no tenemos una predicación para niños como parte de nuestro servicio del domingo en la mañana. Sería divertido para los niños, pero a la larga debilitaría la intensidad espiritual de nuestra adoración. Hay un tiempo señalado para todo. Y creemos que, al menos una hora a la semana debemos mantener una intensidad máxima del movimiento de reverencia.

Contenido

El mayor obstáculo

Hay varias razones por las cuales nosotros instamos a los padres a traer a sus hijos a la adoración. Pero estos razonamientos no tienen mucho peso con los padres que no aman adorar a Dios.

El mayor obstáculo para los niños en la adoración es que sus padres no la valoran. Los niños pueden sentir la diferencia entre el deber y el placer. Por lo tanto, el trabajo principal y más importante de un padre es enamorarse de la adoración a Dios. No puedes dar lo que no posees.

Compañerismo

Rendir adoración juntos contraataca la fragmentación actual de las familias. La agitada vida Americana deja muy poco tiempo para el compañerismo significativo. Es difícil sobrestimar la buena influencia de las familias que están haciendo algo valioso juntos semana tras semana, año tras año.

La adoración es lo más valioso que un ser humano puede hacer. El efecto acumulativo de pasar 650 servicios de adoración con mamá y papá entre las edades de 4 a 17 años es incalculable.

Capture el Espíritu

Los padres tienen la responsabilidad de enseñar a sus hijos por su propio ejemplo el significado y el valor de la adoración. Por lo tanto, los padres deben querer a sus hijos con ellos en la adoración y así los niños pueden capturar el espíritu y la forma de adorar de sus padres.

Los hijos deben ver como mamá y papá inclinan sus cabezas en oración sincera durante el preludio y en otras ocasiones no dirigidas. Ellos deben ver como mamá y papá cantan alabanzas a Dios con gozo reflejado en sus rostros, y como ellos escuchan ávidamente a Su Palabra. Ellos deben capturar el espíritu de sus padres en un encuentro con el Dios vivo.

Algo parece ir mal cuando los padres quieren llevar a sus hijos en los años de formación y ponerlos con otros niños y otros adultos para formar su actitud y comportamiento en la adoración. Los padres deben ser celosos de modelar a sus hijos el tremendo valor que ellos ponen en reverenciar en la presencia del Dios Todopoderoso.

No es una expectativa excesiva

Sentarse quieto y estar en silencio por una hora o dos el domingo no es una expectativa excesiva para un niño saludable de 6 años de edad quien ha sido enseñado a obedecer a sus padres. Requiere una medida de disciplina, pero eso es precisamente lo que queremos animar a los padres a impartir a sus hijos en los primeros cinco años.

De esta manera el deseo de tener a los niños en el servicio de adoración es parte de una preocupación más amplia que los niños sean criados para que ellos sean sumisos y respetuosos en todos los sentidos “...teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad”. (1 Timoteo 3:4)

Los niños pueden ser enseñados en los primeros cinco años de vida a obedecer a sus padres y a su madre cuando ellos le dicen, “siéntate quieto y en silencio”. La incapacidad de los padres de controlar sus hijos no debe ser resuelta por servicios alternativos si no por una renovación de la disciplina en el hogar.

No todo pasa sobre sus cabezas

Los niños absorben una tremenda cantidad de lo que es valor. Y esto es verdad aún si ellos dicen que están aburridos.

La música y las palabras vienen a ser conocidas. El mensaje de la música se comienza a comprender. El desarrollo del servicio viene a sentirse natural. El coro hace una impresión especial con un tipo de música que los niños puede que no oigan en ningún otro momento. Aunque la mayoría de las predicaciones van sobre sus cabezas, la experiencia demuestra que los niños escuchan y recuerdan cosas extraordinarias.

El contenido de las oraciones y las canciones y la predicación les da a los padres oportunidades sin precedentes para enseñar a sus hijos las grandes verdades de nuestra fe. Si los padres sólo aprendieran a preguntarles a sus hijos después del servicio y a continuación explicarles las cosas, la capacidad de los niños a participar aumentaría.

No todo lo que experimentan los niños tiene que ser puesto a su nivel con el fin de hacerles bien. Algunas cosas deben ser. Pero no todo.

Por ejemplo, para aprender un nuevo idioma se puede ir paso a paso desde el alfabeto al vocabulario, la gramática, la sintaxis. O se puede tomar un curso donde usted se sumerja de cabeza, y todo lo que usted escuche es el idioma que no conoce. La mayoría de los profesores de idiomas coincidirían que la segunda opción es con diferencia la más eficaz.

El servicio de adoración los domingos no es inútil para los niños sólo porque la mayor parte de el pasa sobre sus cabezas. Ellos pueden y crecerán en este nuevo idioma más rápido que lo que pensamos - si los padres fomentan una actitud positiva y feliz.

Un sentido de respeto

Hay un sentido de solemnidad y respeto el cual los niños deben experimentar en la presencia de Dios. Esto no es probable que suceda en los niños de la iglesia. ¿Existe tal cosa como niños truenos o niños relámpagos o el estruendo del mar “para los niños”?

Un sentido profundo a lo desconocido y a lo misterioso puede crecer en el alma de un niño sensible en adoración solemne - si sus padres buscan decididamente a Dios por ellos mismos. Un movimiento profundo de la magnificencia de Dios puede venir al joven y tierno corazón a través de ciertos momentos de grandes himnos o en “silencios sonoros” o en la predicación fidedigna. Hay un valor incalculable en el cultivo de un corazón que teme y ama a Dios.

Nosotros no creemos que los niños quienes han estado en el servicio para niños por varios años entre las edades de 6 a 12 estarán más dispuestos o mejor capacitados para disfrutar la adoración que si ellos pasan esos años al lado de sus padres. De hecho, lo opuesto es probablemente el caso.

Probablemente será más difícil aclimatar un niño de 10 ó 12 años de edad al nuevo servicio de adoración que a uno de 5 ó 6 años de edad. El cemento es mucho menos húmedo, y las amplias posibilidades de darle forma a los impulsos del corazón se han ido.

Algunas sugerencias prácticas de Noël

Cuando nuestros cuatro hijos crecieron hasta ser unos jovencitos, asumimos que el capítulo de nuestras vidas de formación en adoración había terminado. Pero Dios tiene sorpresas maravillosas. Nuestro hijo más pequeño tenía 12 años cuando adoptamos a nuestra hija quien solo tenía un par de meses. Así que nuestra experiencia con niños pequeños en el banco comenzó hace más de veinte años y continuará por un rato más.

Empezando paso a paso

Descubrimos que la primera “escuela” para adorar es el hogar - cuando ayudamos a un bebé a estar en silencio solo por un momento mientras le pedimos a Dios bendecir nuestra comida, cuando un niño que comienza a caminar está sentado quieto para escuchar la historia bíblica, cuando un niño está aprendiendo a prestar atención a la Palabra de Dios y a orar durante los momentos de devoción familiar.

En la iglesia, aún cuando nuestro hijos estaban aún en la edad de guardería. Comencé a ayudarles a tomar medidas para la asistencia regular posible al servicio de adoración del domingo en la mañana. He utilizado otras reuniones como campo de entrenamiento - bautismos, conciertos del coro, videos misioneros u otros eventos especiales que captarían la atención de un niño de 3 años de edad. Había hecho “promoción” de esto al niño como algo emocionante y de adultos. La asistencia especial ocasional poco a poco se convirtió en una asistencia regular por las noches, mientras que al mismo tiempo comenzábamos a intentar asistir los domingos en la mañana con más regularidad.

He optado por no usar el servicio infantil de la iglesia como una ruta de escape cuando el servicio se vuelve largo o si el niño se pone inquieto. No quiero transmitir que puede ir al servicio siempre y cuando parezca interesante, y si no se puede ir a jugar. Y quería evitar el modelo que pueda reforzar la idea que todo lo del servicio es bueno, hasta la predicación de la Palabra de Dios - entonces se puede ir.

Por supuesto, hay momentos cuando el niño se pone inquieto o ruidoso, a pesar de los mejores esfuerzos de los padres. Oro por la comprensión de las personas que están a mí alrededor, y trato de manejar discretamente el problema. Pero si el niño no se calma o se queda quieto, lo llevo afuera – por motivo de una rápida disciplina y por consideración de los otros adoradores. Entonces tengo que decidir si nos deslizamos nuevamente dentro del servicio o permanecemos en el área reservada para los padres con niños pequeños. Depende de cuan receptivo parezca el niño y si hay un momento apropiado en el fluir del servicio. Si permanecemos en el “área familiar” fuera del santuario, ayudo al niño a sentarse en silencio como si aún estuviéramos en el santuario.

Cuando ellos tenían cuatro años, nuestros hijos asumieron que iban a estar con nosotros en todos los servicios regulares semanales.

Preparación de toda la semana

Su previsión y conversación antes y después del servicio y durante la semana serán importantes para ayudar a su niño a aprender a amar la adoración y a comportarse bien en el servicio.

Ayude a sus hijos a familiarizarse con el pastor. Permítales estrechar sus manos con él en la puerta y ser recibidos por él. Hablen acerca de quiénes son los líderes de la adoración; llámelos por sus nombres. Sugiera que el maestro de la escuela dominical de su hijo invite al pastor a pasar unos pocos minutos con los niños si el programa de la iglesia del domingo en la mañana lo permite.

Si usted sabe cual será el pasaje de la Escritura para el próximo domingo, léanlo juntos varias veces durante la semana. La cara de los pequeñitos realmente se ilumina cuando escuchan palabras conocidas desde el púlpito.

Hable acerca de lo que es “especial” esta semana: un solo de trompeta, el canto de un amigo, un orador misionero de un país por el cual han estado orando.

Algunas veces puede tomar los elementos regulares del servicio y hacerlos parte de la previsión. “Hemos estado leyendo acerca de José ¿Qué crees que dirá el pastor acerca de él?”. “¿Qué podría cantar el coro esta mañana?” “Quizás podemos sentarnos cerca de nuestro amigo discapacitado y ayudarlo con el himnario para que pueda adorar mejor”.

Hay dos preparaciones adicionales e importantes previo al servicio para nosotros: un bolígrafo y una libreta para las “notas del domingo” y un viaje al cuarto de baño (abandonar el servicio es altamente desalentador).

¿Qué sucede durante el servicio?

Primero, dejo que el niño quien quiere una carpeta de adoración tenga una – esto ayuda al niño a sentir que participa en el servicio. Y en voz baja, antes que el servicio comience, puedo señalar las diferentes partes del servicio incluidas en la carpeta.

Durante el servicio, todos nos sentamos o paramos junto con el resto de la congregación. Yo comparto mi Biblia o el himnario o la carpeta de adoración con mi pequeño, porque el uso de estos es una parte importante del servicio.

El comienzo de la predicación es la señal para comenzar a “tomar notas”. (Quiero que las actividades del niño tengan relación con el servicio. Así que no traemos libros de la biblioteca para leer. Le permito a un niño muy pequeño mirar los dibujos en su Biblia, si puede hacerlo tranquilamente). Tomar notas no significa solamente hacer garabatos, sino “tomar notas” en un bloc especial usado sólo para el servicio.

El “tomar notas” crece a medida que el niño lo hace. Al principio hace dibujos de lo que el escucha en la predicación. Palabras particulares o nombres particulares desencadenados de los dibujos. Usted puede escoger una palabra que se usará con frecuencia en la predicación; haga que el niño la escuche cuidadosamente y márquela en sus “notas” cada vez que el oiga la palabra.

Más tarde puede que él quiera copiar letras o palabras del pasaje de la Escritura de la mañana. Cuando la ortografía le sea más fácil, el escribirá palabras y frases y luego las frases que el escucha en la predicación. Antes de lo que usted podría esperar, probablemente el estará esbozando la predicación y anotando conceptos completos.

Objetivos y requisitos

Mi entrenamiento para la adoración tiene tres objetivos principales:

  1. Que los niños aprendan pronto así como también que ellos pueden adorar a Dios de todo corazón.
  2. Que los padres sean capaces de adorar.
  3. Que los familiares no causen distracciones a las personas que están alrededor de ellos.

Así que hay ciertas expectativas que yo les enseño a los más pequeños o que espero de los mayores:

  • Sentados o parados o con los ojos cerrados cuando el servicio así lo requiera.
  • Sentarse derecho y quieto - no durmiéndose o jugueteando o arrastrándose, si no respetuoso hacia Dios y hacia los adoradores que están a su alrededor.
  • Mantenga los papeles de anuncios y las páginas de la Biblia y el himnario tan tranquilo como sea posible.
  • Manténgase alerta. Tomar notas ayuda. (¡Le permití a los más pequeños dormir, pero ellos normalmente no lo necesitaban!)
  • Mire hacia los líderes de adoración en la parte delantera. No están ojeando o mirando el reloj.
  • Si usted puede leer suficientemente rápido, cante junto con las palabras impresas. Al menos mantenga sus ojos en las palabras y trate de pensar en ellas. Si usted no puede leer aún, escuche con atención.

Creando un ambiente en el banco

Por mi parte, trato de crear un ambiente en nuestro banco que haga más fácil la adoración. En años anteriores, yo me sentaría entre cualquiera de los dos quienes tuvieran el problema más grande entre ellos ese día. Elegimos nuestros asientos donde podamos ver mejor hacia el frente (mientras estamos sentados; no arrodillados en el banco, ya que arrodillados conlleva a que se retuerzan y esto bloquea la vista de los demás).

Cada niño tiene su Biblia, dinero para la ofrenda y la carpeta de adoración a mano, así que no tienen que trepar y excavar durante el momento de adoración. Durante el preludio, si me doy cuenta que en el boletín hay algo fuera de lo común para lo cual necesitamos estar preparados (por ejemplo: una lectura antifonal u oraciones congregacionales), en voz baja señalo al niño que tiene suficiente edad para participar.

Después

Cuando el servicio termina, mis primeras palabras son para elogiar al niño que se ha comportado bien. Adicional al elogio, podría también mencionar una o dos cosas que ambos esperamos sean mejor la próxima vez.

Pero ¿que si ha habido incumplimiento de nuestras expectativas establecidas y pocos intentos de comportarse bien? Lo primero que sucede después del servicio es un viaje en silencio e inmediato al lugar más privado que podamos encontrar. Entonces las merecidas palabras serán dichas y las consecuencias administradas o prometidas.

Cercanía y afecto

En las escasas ocasiones cuando mi esposo-pastor puede sentarse con el resto de nosotros, el más pequeño sube directo a su regazo y es más atento y calmado que lo habitual. Qué cosa más maravillosa para una mente joven de asociar estrechamente la cercanía y el afecto del regazo del padre con un tiempo especial con Dios.

Un niño recibe casi la misma sensación de estar al lado de su padre o por un brazo alrededor del hombro una mano afectuosa en la rodilla.

El escenario de un círculo familiar unido y centrado en Dios será una imagen no verbal que crecerá cada vez más en la mente y el corazón del niño a medida que madura en agradecimiento a su familia y con profunda admiración a la grandeza de Dios.


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