¿Cree usted que una iglesia debe ser regida por un anciano o varios?

De Libros y Sermones Bíblicos

Creemos que el Nuevo Testamento enseña que hay una pluralidad de ancianos. Esto significa que una iglesia no tiene que tener un liderazgo unitario donde solamente un hombre tiene la última autoridad. En vez de eso, una iglesia debe tener un “liderazgo compartido.” Como Alexander Strauch escribe, “Por definición, la estructura más vieja del gobierno es una forma colectiva de liderazgo en la cual cada anciano comparte igualmente la posición, la autoridad, y la responsabilidad de la oficina " (Strauch, Anciano Mayor Biblico, 39). El liderazgo compartido tiene el beneficio del balance en las debilidades de la gente, aligerando la carga de trabajo y proporcionando responsabilidad.

Hay varias líneas de la evidencia bíblica para esto. En una declaración destinada a aplicarse a las iglesias en general. Santiago asume que habrá ancianos (plural) dispuestos a orar por el enfermo en cada iglesia (Santiago 5:14). El libro de Hechos parece indicar que la práctica regular de Pablo era designar ancianos para conducir las iglesias que él plantó, puesto que después de su primer viaje del misionero leímos: “Después que designaron ancianos para cada iglesia, habiendo orado con ayuno, los encomendaron al Señor en quien habían creído (Hechos 14:23).

Además, Paul convocó las ancianos (plural) en Efeso para su exhortación de despedida (Hechos 20-17-18), Pablo ordenó a Tito“designar ancianos en toda la ciudad” (Titus 1:5), y Pedro habló de la responsabilidad de pastorear a la multitud como como corresponde a las ancianos (1 Peter 5:1 - 2). En todos los casos, las referencias a los ancianos están en plural, no en singular, indicando de esta forma que las iglesias fueron gobernadas por múltiples ancianos.

La liderazgo compartido es provisto de una estructura y eficiencia proporcionadas a través del concepto “primero entre iguales”. Aunque ningún anciano tiene una mayor autoridad formal que cualquiera de los otros, ciertos ancianos surgirán como líderes naturales en áreas específicas y proporcionan así liderazgo útil que los otros ancianos respetarán generalmente. También, es apropiado que los ancianos de una iglesia se centren en tareas diferentes. Por ejemplo, uno puede ser el principal responsable de la predicación del Domingo en las mañanas, otros para supervisar los grupos pequeños, otros para el evangelismo y alcanzar a otros, y así sucesivamente.