¿Ha Desechado Dios a Su Pueblo? Parte 2

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<blockquote>'''Romanos 11: 1-6''' </blockquote> <blockquote>Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham de la tribu de Benjamín.2 Dios no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Elías, como suplica a Dios contra Israel: 3 Señor, han dado muerte a tus profetas, han derribado tus altares; yo solo he quedado y atentan contra mi vida? 4 Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla a Baal. 5 Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios. 6 Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia. </blockquote>  
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'''Romanos 11:1-6'''  
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Si queremos conocer a Dios profunda y personalmente, debemos entenderlo en sus propios términos. No podemos imponerle a Dios la manera en que debe darse a conocer o revelarse. No podemos decir: «&nbsp;¡Dame un sueño!» o, «&nbsp;¡Dame una guía!» o, «&nbsp;¡Dame autoridad humana!» Dios dirá: «Les he dado la Biblia; léanla y lleguen a conocerme. No me digan cómo debo darme a conocer. Les diré cómo pueden conocerme. Vayan a sus Biblias y me conocerán».
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Pero aún cuando vamos a la Biblia para conocer a Dios, tenemos que tomar su revelación en sus propios términos. Y lo que descubrimos cuando tomamos la revelación divina en su totalidad, es que hay una historia en ella. Esta historia va desde de la predestinación y recorre toda la creación; el llamado de Abraham, Isaac y Jacob; la esclavitud de Israel en Egipto; el éxodo, la entrega de la ley y la peregrinación por el desierto; la tierra prometida, los jueces y la monarquía de Saúl, David y Salomón; el reino dividido de Judá e Israel; el exilio en Babilonia y el regreso a la tierra natal; el silencio entre el Antiguo y el Nuevo Testamento; la venida del Mesías – Cristo Jesús – y el rechazo de Cristo por su pueblo; la crucifixión, resurrección y ascensión; el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés; la caída de Jerusalén en el 70 DC.; y el asombroso esparcimiento del señorío de Cristo entre más y más naciones del mundo, incluyéndonos a nosotros.
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Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham de la tribu de Benjamín.2 Dios no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Elías, como suplica a Dios contra Israel: 3 Señor, han dado muerte a tus profetas, han derribado tus altares; yo solo he quedado y atentan contra mi vida? 4 Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla a Baal. 5 Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios. 6 Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia.  
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De esta manera Dios se ha revelado. Nosotros no decimos: «Dame un sueño». Decimos: «Dame una Biblia». Y cuando tenemos nuestra Biblia, no decimos: «Dame una guía sistemática de atributos divinos». Decimos: «Muéstrame tu gloria, oh Dios, por la manera en que has actuado en la historia, y la manera en que has hablado sobre tus obras». Así es como conocemos a Dios. Nos llegamos a él en sus propios términos. O sea, nos llegamos a Dios porque él ha obrado en la historia y porque nos ha dado un libro para contar esa historia y para explicar lo que ella significa.  
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Antes de comenzar el estudio del capítulo11de Romanos, instruyámonos sobre esta carta que es considerada la más importante de todas. Ninguna carta en la historia del mundo ha tenido un impacto tan grande como la epístola de Pablo a los Romanos. Existen razones para hacer esta afirmación. La primera es que esta carta es la Palabra de Dios expresada a través de un portavoz inspirado por Jesucristo, el apóstol Pablo, a quién Cristo había llamado y apartado antes de nacer (Gálatas 1:15). La segunda razón es que esta carta es la declaración más completa, en la Biblia, del evangelio de Cristo, el cual es poder de Dios para salvación a todo el que cree (Romanos 1:16).  
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===Martín Lutero en el Insuperable Valor de Esta Carta===
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=== Romanos 11: La Revelación de Dios y Su Obra en la Historia  ===
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Por  esta carta fue posible, en los años 1500, el impacto masivo de Martín Lutero para lograr el retorno de la iglesia al evangelio. Él dijo:   
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Ningún capítulo en el Nuevo Testamento revela a Dios y a su obra más que Romanos 11. Este capítulo aborda la manera en que Dios ha actuado y actuará hacia Israel y hacia las demás naciones en la historia. Por tanto, habla acerca de quién es Dios y cómo es él.  
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En esta epístola… encontramos de manera más abundante todo lo que un cristiano debe conocer, o sea, qué es la ley, el evangelio, el castigo, la gracia, la fe, la justicia, quién es Cristo, quién es Dios, qué son las buenas obras, el amor, la esperanza, la cruz; y también cómo debemos comportarnos con los demás, cómo saber si somos justos o pecadores, fuertes o débiles, amigos o enemigos aún de nuestro propio interés personal. Además, todo está hábilmente apoyado con la Escritura y probado con el propio ejemplo del apóstol San Pablo y el de los profetas, para que no deseemos nada más. Por tanto, parece que Pablo quiso resumir brevemente en esta epístola toda la doctrina cristiana y evangélica, y preparar una introducción para el Antiguo Testamento. Porque, sin lugar a dudas, quienquiera que tenga esta epístola bien dentro de su corazón, tiene consigo la luz y el poder del Antiguo Testamento. Por tanto, cada cristiano debe familiarizarse con esta carta y ejercitarse en ella continuamente. Para terminar, que Dios nos dé su gracia. Amén” (''Luther's Works'', Vol. 35, 1960, p. 380).   
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Por esta causa la historia es sumamente importante. Por esta razón hay historia. La historia existe para revelar a Dios. Dios no existe para revelar la historia. Él es el primero, el último y el intermedio en relación a la historia. Todo trata sobre él, de principio a fin. El universo existe para mostrar la plenitud de la gloria de las perfecciones de Dios.  
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Lutero va aún más lejos y dice unas palabras que quizás pocos de ustedes entenderán:
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Esta epístola es realmente la parte principal del Nuevo Testamento, y es verdaderamente el evangelio más puro. Es digna de que cada cristiano la conozca palabra por palabra, de corazón, y que se ocupe de practicarla cada día, como el pan diario del alma. (Obras de Lutero, Vol. 35, 1960, p.365).  
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*La Biblia dice que “los cielos cuentan la gloria de Dios” (Salmo 19:1).<br>
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*La Biblia dice que el pueblo de Israel existe para la gloria de Dios. “Así hice adherirse a mí a toda la casa de Israel – declara el Señor –, a fin de que fueran para mí por pueblo, por renombre, por alabanza y por gloria” (Jeremías 13:11).<br>
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*La Biblia dice que Cristo vino al mundo para morir y así dar a conocer la gloria de Dios. En víspera de su muerte dijo: “Ahora mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: Padre, sálvame de esta hora? Pero para esto he llegado a esta hora. Padre glorifica tu nombre” (Juan 12: 27.28).<br>
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*La Biblia dice que la existencia y el progreso de la iglesia cristiana durante siglos están para demostración de la gloria del Padre. “A él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos”. (Efesios 3:21).<br>
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*La Biblia dice que todos los gobernantes seculares y las instituciones existen por decreto de Dios (Romanos 13:1), para mostrar su poder y sus perfecciones, incluyendo su juicio y su ira. “Porque la escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para demostrar mi poder en ti, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra” (Romanos 9:17). Y cuando el rey Nabucodonosor descubrió esta verdad se recuperó de su locura y dijo: “Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, más él actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano ni decirle: ¿Qué has hecho?” (Daniel 4:35).
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Toda la historia – incluyendo todo lo que está sucediendo alrededor nuestro – es un lienzo que está siendo pintado por un artista infinitamente glorioso y misterioso. Y la parte más importante de esta pintura es la revelación de su gloria – incluyendo todo el dolor, todo el terror y toda la injusticia que son como un telón de fondo para la ira santa de Dios, para su justicia inviolable y para su gracia soberana.
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===Un Repaso a Romanos 9-11===
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¿Cómo es Dios? Aquí tenemos la parte más importante de la historia. Lo que ahora vemos principalmente es la obra en progreso, como dijo Pablo: “Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido” (1ra a los Corintios 13:12).
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Entonces, con ese recordatorio del valor insuperable de esta carta de Dios para su iglesia, y para nuestras propias almas, situémonos en la carta  hasta llegar al capítulo 11. El capítulo 9 comienza con el problema lamentable de que la mayor parte del pueblo de Israel ha rechazado a su Mesías y por tanto están maldecidos y separados de Cristo. Así que Pablo dice: “Porque desearía yo mismo ser anatema, separado de Cristo por amor a mis hermanos, mis parientes según la carne”.
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Pero los eventos decisivos para entender a Dios en la historia ya han sucedido. Jesucristo es el centro de la historia. Él es la representación más importante y la revelación más clara de Dios. La Biblia es el registro y la interpretación de los eventos decisivos de la historia, con Jesús en el centro. Este registro nos guía a la hora de interpretar cada pincelada hecha, sobre el lienzo que miramos en este tiempo.  
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Este problema tan lamentable levanta uno todavía mayor. Entonces, ¿qué sucede con la promesa de fidelidad de Dios para su pueblo? ¿Qué ocurre con  la palabra de Dios? Pablo responde de esta manera en Romanos 9:6: “Pero no es que la palabra de Dios halla fallado”. No estaría mal decir que los versículos restantes de Romanos 9-11 son el apoyo de Pablo a esta afirmación. La Palabra de Dios no ha fallado a pesar de que, en los tiempos de Pablo y en los nuestros, la gran mayoría de Israel ha rechazado al Mesías, está maldecida y separada de Cristo.  
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Romanos 11 es espectacular respecto a su visión de la obra de Dios en la historia. No es un accidente el hecho de que termine con las palabras: “¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!”. Oro porque el Señor le dé un sentido humilde de asombro y admiración por lo que vemos aquí. Porque algunas de estas verdades resultan extrañas para los oídos humanos caídos, seculares, centrados en sí mismos, sin un humilde sentido de reverencia; y al escucharlas pueden simplemente enojarse, pero también pueden descarriarse.  
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Su argumento se expresa en tres declaraciones.  
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=== Romanos 11:30-32: Un Sumario de Tres Versículos del Capítulo. ===
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===Primera Declaración: La Promesa Es para Aquellos que Constituyen el Israel Verdadero por Elección, No por Nacimiento Físico===
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Para darles solo una visión de hacia dónde está yendo Pablo y de lo extraño que resulta el control de Dios sobre la historia, veamos los versículos 30-32. Esta frase es lo último que dice antes de entonar su doxología. Él está resumiendo el trato de Dios con los gentiles y con los judíos en la historia:  
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<blockquote>Pues así como vosotros [gentiles] en otro tiempo fuisteis desobedientes a Dios, pero ahora se os ha mostrado misericordia por razón de la desobediencia de ellos [Israel], 31 así también ahora estos han sido desobedientes a Dios, para que por la misericordia mostrada a vosotros, también a ellos ahora les sea mostrada misericordia. 32 Porque Dios ha encerrado a todos en desobediencia para mostrar misericordia a todos. </blockquote>
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Podemos distinguir cuatro etapas en la historia:
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#Los gentiles fueron desobedientes a Dios. Hubo un período largo en la historia, en el cual se permitió que las naciones siguieran sus propios caminos, mientras Dios centraba su obra redentora en Israel.<br>
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#Entonces ocurrió la desobediencia decisiva de Israel a medida que rechazaba al Mesías y caían ante la “piedra de tropiezo” (Romanos 9:32-33).<br>
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#Esta desobediencia condujo a misericordia para los gentiles a medida que el evangelio se iba esparciendo entre las naciones. Como vemos en el versículo 31, estas etapas no son una mera secuencia. Pertenecen a un plan divino: Ellos (Israel) ahora han sido desobedientes “para que” por la misericordia mostrada a nosotros (gentiles), también ahora ellos puedan recibir misericordia. <br>
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#Israel recibe misericordia por la misericordia de Dios mostrada a los gentiles. Dios planeó mostrar misericordia a ambos: judíos y gentiles. Por tanto (v.32), él destinó la desobediencia para ambos de tal manera que pudiera tener misericordia de ellos.
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Este sumario de tres versículos pertenecientes a Romanos 11, es realmente asombroso. Lo que explica por qué conduce directamente al versículo 33: “¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!” ¡Que el Señor nos haga humildes y deseosos para seguirle en sus caminos “inescrutables” e “insondables”, y lleguemos a conocerle! Ese es mi propósito. Creo que conociendo a Dios, de la manera que él se revela en este capítulo, será bueno para nosotros y para nuestras familias, bueno para nuestra ciudad y para las naciones del mundo. Dios no habría soportado semejantes dolores para mostrarse de esta manera, si no fuera bueno para nosotros. Yo confío en él.
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Primero, Pablo declara que la palabra de la promesa salvadora de Dios no ha fallado, porque solo se refiere a los que verdaderamente constituyen el pueblo de Israel por la promesa y la elección, y no solo por el nacimiento físico. Romanos 9:8: “Esto es, no son los hijos de la carne los que son hijos de Dios, sino que los hijos de la promesa son considerados como descendientes”. En otras palabras, Dios no está comprometido a salvar a una persona solo porque sus ancestros o sus parientes sean judíos o gentiles. Dios es libre y cumple su promesa a Israel salvando a aquellos a quiénes elige, para que, como dice Romanos 9:11: “El propósito de Dios conforme a su elección permaneciera, no por las obras, sino por aquel que llama”. Así que la primera declaración con respecto al argumento de Pablo de que la palabra de Dios no ha fallado, es que no todo el Israel físico es un Israel espiritual, y que las promesas salvadoras son para los que constituyen el Israel espiritual por la virtud de la promesa y la elección de Dios.  
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=== Los Caminos Inescrutables de Dios en Romanos 11:1-6 ===
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===Segunda Declaración: Los Gentiles También Están Incluidos en la Promesa de Salvación ===
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Veamos los caminos de Dios en los versículos del 1-6:  
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<blockquote>Primero, el versículo habla de lo que Dios no hace: él no desecha a su pueblo. Versículo 1: “Digo entonces: ¿A caso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo!” Luego habla de lo que Dios hace: él los conoció con anterioridad. Versículo 2: “Dios no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad”. A continuación, habla de lo que Dios hizo y hace: él mantuvo un remanente para sí de personas leales en el tiempo de Elías y también lo hace en el tiempo de Pablo. Versículo 4: “Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla a Baal”. Y el versículo 5: “Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente”. Y finalmente nos dice (al final del versículo 5) cómo Dios lo hizo: los escogió por gracia. </blockquote>
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La próxima semana nos extenderemos un tiempo considerable en el significado de la gracia, y en la manera en que Dios ha mantenido un remanente para sí mismo según la elección. Aquí tenemos preguntas formidables: ¿Cómo se relaciona la elección con la gracia? Y, ¿cómo el hecho de que Dios haya mantenido un remanente de personas fieles se relaciona con la gracia? Guardaremos estas preguntas para la próxima semana.
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La segunda declaración referente al argumento de que la palabra de Dios no ha fallado, es que los gentiles también están incluidos en la promesa de salvación y de hecho están siendo salvos por gracia. Romanos 9:24: “Es decir, nosotros, a quienes también llamó, no solo de entre los judíos, sino también de entre los gentiles”. Pablo explica que este hecho es posible, porque la salvación es por gracia mediante la fe aparte de las obras de la ley. Romanos 9:30: “Los gentiles que no iban tras la justicia, alcanzaron justicia, es decir, la justicia que es por fe”. Jesucristo es el “fin de la ley para justicia a todo el que cree” (Romanos 10:4). La Palabra de Dios permanece porque se cumple en aquellos que tienen fe, incluyendo a los “gentiles”.  
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Miremos hoy, al hecho de que Dios no ha desechado a su pueblo, y lo que significa que Dios lo conociera con anterioridad.  
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===Tercera Declaración: Un Día Todo Israel Será Salvo===
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=== Dios No Ha Desechado a Su Pueblo  ===
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La tercera declaración de Pablo en defensa de la Palabra de Dios, es que un día “todo Israel será salvo”. En Romanos 11:25-26 Pablo nos dice, a nosotros los gentiles, que nos cuidemos de jactarnos ante los judíos o de llegar a enorgullecernos; él dice: “Porque no quiero, hermanos que ignoréis este misterio, para que no seáis sabios en vuestra propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. 26 Y así, todo Israel será salvo”.
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El argumento de Pablo en el versículo 1 de que Dios no ha desechado a su pueblo, se refiere a que él mismo es un judío. “Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín”. Así que las personas por las que Palo estaba interesado en el versículo 1 deben ser las del pueblo étnico, físico, de Israel, no de la iglesia de judíos y gentiles. «Dios no ha desechado al Israel étnico porque yo también soy un israelita étnico, de la tribu de Benjamín».  
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Esta tercera declaración con respecto al argumento de Pablo, está basada en Romanos 11 donde comenzamos hoy. Al principio del capítulo esta declaración no aparece ampliada completamente. Pablo comienza declarando que Dios tiene un remanente del Israel físico que es cristiano (que cree en el Mesías), que es heredero de la promesa. Y luego amplia su declaración expresando que un día este remanente llegará a ser una totalidad. Romanos 11:15: “Porque si el excluirlos a ellos [a Israel] es la reconciliación del mundo, ¿qué será su admisión, sino vida de entre los muertos?”. Hubo un rechazo, y un día habrá una aceptación. Hubo un “endurecimiento parcial” (11:25), y un día el velo será levantado y “todo Israel será salvo” (11:26). Así se desarrolla este capítulo hasta que llega a su clímax de alabanza en 11:33-36.  
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Pero alguien me preguntó la semana pasada: ¿Ese versículo quiere decirnos que todo el pueblo judío que ha existido será salvo? La respuesta es no. Jesús y Pablo tienen el mismo pensamiento sobre este asunto (así como los profetas judíos, ej. Ezequiel 18:20; Daniel 12:1-2). Jesús dice: “Y os digo que vendrán muchos [gentiles] del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero los hijos del reino [los israelitas] serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes” (Mateo 8:11-12). ÉL dijo a los fariseos: “¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno?” (Mateo 23:33).  
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Usted puede ver cuán extraordinariamente importante será este capítulo durante los próximos meses. Vivimos en un mundo donde el principal problema político posiblemente sea, cómo el mundo  comprende a Israel y se relaciona con él. Pienso que el mensaje de Romanos 11 es un mensaje extremadamente esencial tanto para el bien de Israel como para el bien de los palestinos, y de los cristianos gentiles, quienes necesitamos hacer juicios sobre Israel, mucho más cuidadosos de los que frecuentemente hacemos.  
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Y Pablo dice en Romanos 2: 8-9: “Pero a los que son ambiciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia: ira e indignación. Habrá tribulación y angustia para toda alma humana que hace lo malo, el judío primeramente y después el griego”. Por tanto no hay razón para pensar que toda persona judía será automáticamente salva por el hecho de ser judía. “No son los hijos de la carne los que son hijos de Dios” (Romanos 9:8). Ese principio no ha cambiado. Ningún individuo judío o gentil es salvo por su trasfondo u origen étnico. Bien, si no habla de toda persona judía, ¿a qué se refiere Pablo cuando dice en el versículo 2: “Dios no ha desechado a ''su pueblo'' al cual conoció con anterioridad”?
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===Una Visión General de Romanos 11===
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Podemos argumentar que simplemente se refiere al “remanente” mencionado en el versículo 5: “Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios”. En otras palabras, Pablo y otros judíos de su tiempo eran creyentes en el Mesías, y por esa razón existe un remanente fiel que heredará las promesas hechas a Israel. Por ese motivo Dios no ha desechado a su pueblo, es decir, a su remanente, al cual conoció con anterioridad.
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Ahora regresemos al texto de hoy y consideremos adónde llegaremos las próximas semanas, y luego volvamos atrás y preguntémonos por qué una persona debe preocuparse por estos mensajes sobre Romanos 9-11. Romanos 11:1: “Pregunto, entonces, ¿ha desechado Dios a su pueblo?” Esta pregunta es absolutamente importante a causa de los capítulos precedentes y del versículo que le antecede, Romanos 10:21: “Pero en cuanto a Israel, dice: Todo el día he extendido mis manos a un pueblo desobediente y rebelde”. En otras palabras, parece ser que Israel está resistiendo a Dios y por consiguiente ha sido desechado.  
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Aquí casi llegamos a la respuesta correcta. Pero hay un problema: Esa pregunta no es la que Pablo hace en el versículo 1 cuando dice: ¿“Acaso ha desechado Dios a su pueblo?” El problema que surge en el versículo 1 no se refiere a la ausencia de un remanente. Los capítulos del 9 al 10 fueron claros al referirse a la existencia de un remanente judío que sería salvo. (Romanos 9:24, 27, “el remanente será salvo”). La ausencia de un remanente no era el problema.  
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Por tanto, Pablo pregunta en el versículo 1: “¿Ha desechado Dios a su pueblo?” Y responde: “¡De ningún modo!” Entonces expone su argumento, su razón: “Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la  tribu de Benjamín”. ¿Ve usted cuán diferente resulta este argumento de cualquier otro que haya dicho hasta ahora en Romanos 9-11? Aquí Pablo está declarando que la fidelidad de Dios hacia su pueblo está confirmada precisamente en el hecho de que él es judío. « ¡Dios no ha desechado a su pueblo! ¡Miren! Soy un judío. Soy un israelita, un “miembro de la tribu de Benjamín”». La razón por la que menciona la tribu de la cual desciende, muestra que no está meramente pensando de sí mismo como un descendiente espiritual de Abraham, sino también como un descendiente físico. «Dios no ha desechado a su pueblo, porque yo no he sido desechado y formo parte del Israel físico». El argumento visto hasta ahora es nuevo en estos tres capítulos. Aquí llegamos a un nivel nuevo de esta argumentación.
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El problema en estos capítulos se presenta como que el Israel unificado, considerado en sentido general, vivo en cualquier generación dada, está, en su mayoría, pereciendo y siendo separado de Cristo. Este es el problema originado en el versículo 1. Pablo se refiere a este asunto cuando dice que Dios no ha desechado a su pueblo. Dios no ha desechado al pueblo de Israel unificado en sentido general en cualquier generación dada. En las próximas semanas compartiremos al menos 6 argumentos para la comprensión este asunto. (Romanos 11:15, 16, 24, 25, 28f, 31).  
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A partir de este momento Pablo argumenta que hay un remanente que lo incluye a él mismo (que incluye a todos los judíos seguidores de Jesús); un remanente que dirige nuestra atención hacia una plenitud: la abundancia de los primeros frutos que nos anuncia la cosecha. Necesitaremos seguir este argumento cuidadosamente. Pero lo dejaremos para la próxima semana. Ahora quiero volver a la pregunta de ''por qué'', mientras emprendemos Romanos 11. ¿Por qué una persona debe preocuparse por esta carta antigua? ¿Por qué una persona que está hoy aquí por primera vez, debe molestarse en remitirse a esta carta?
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=== Dios Ha Conocido a Su Pueblo Con Anterioridad  ===
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Verdaderamente, esta pregunta se refiere a si necesitamos estar seguros de que la Palabra de Dios para Israel no ha fallado. Pablo debe pensar que este tema es tremendamente importante ya que durante tres capítulos defiende la fidelidad de Dios a su Palabra dada Israel. ¿Por qué hace esta defensa? ¿Por qué debe prestarle atención?
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Pero por ahora vinculemos la frase anterior con la idea del conocimiento anticipado de Dios respecto a su pueblo. Pablo dice en el versículo 2: “Dios no ha desechado a su pueblo al cual conoció con anterioridad”. Pablo quiere decir que si Dios los conoció con anterioridad, entonces no los puede desechar. La idea de conocerles con anterioridad implica un compromiso con ellos. Y este compromiso no se puede romper. Es por esa razón que Pablo está seguro de que Dios no ha desechado a su pueblo en sentido general. Él los conoció con anterioridad. En el pasado, él los “conoció”.  
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Mencionaré dos razones. Por favor medite seriamente en ellas.  
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Entonces, ¿qué representa este conocimiento con anterioridad? La ilustración más clara sobre este asunto en relación a todo el pueblo de Israel se encuentra en Amós 3:2. Dios le dice a Israel: “Solo a vosotros os he escogido de todas las familias de la tierra”. Casi todo el mundo concuerda en que esta expresión quiere decir: «Solo a ustedes he escogido. Solo en ustedes he pensado, solo a ustedes los he hecho míos y solo a ustedes he conocido de la manera en que el esposo conoce a la esposa». Considero que aquí tenemos el conocimiento con anterioridad expresado en Romanos 11:2. Israel es el conocimiento con anterioridad por parte de Dios, es decir, un pueblo escogido.  
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===1. Si la Palabra de Dios Falla a Israel, Dios No Es Glorioso, y Dios No Es Dios.===
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En Romanos 11:28-29 encontramos una confirmación al respecto: “En cuanto al evangelio, [los israelitas] son enemigos por causa de vosotros [los gentiles]; pero en cuanto a la elección de Dios, son amados por causa de los padres; 29 porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables”.  
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Si la Palabra de Dios falla a Israel, Dios no es glorioso. Y si Dios no es glorioso, Dios no es Dios. Y si Dios no es Dios, nuestro más grande Tesoro es quitado de nosotros, y nos convertimos en bestias al igual que los monos y las marsopas, y todo nuestro amor y nuestros sentimientos no son más que productos químicos, y debemos pasar toda nuestra vida jugando a “imaginar” que todo vale la pena.  
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Estos versículos no se refieren al remanente. Los integrantes del remanente que cree, no son “enemigos de Dios” por causa de los gentiles. Ellos no son parte de la desobediencia que conduce a la misericordia para los gentiles (11:31-32). Romanos 11:28 se refiere al Israel agrupado en sentido general, vivo en cualquier generación, que es la nación visible y unificada, de personas llamadas judíos. Ellos, por haber desechado a Cristo, en el presente, son enemigos de Dios (lo digo con temor y anhelando su fe), y están separados de Cristo (Romanos 9:3). Pero aquí no termina esta historia. Hay un futuro para el Israel unificado, porque ellos existen como un pueblo que ha sido agrupado (no todo individuo que vivió) “elegido”. O sea, ellos han sido conocidos “con anterioridad”. Dios hizo un pacto con sus antepasados: “Solo a vosotros he escogido de todas las familias de la tierra” (Amos 3:2).  
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Pero Pablo está apasionado por la gloria de Dios, por la bondad de Dios y por el inexpresable significado de nuestras vidas. Y es entonces que escribe estos capítulos y los termina así:
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En la mente de Pablo, el hecho de que Dios haya guardado para sí un remanente de judíos que creen en el Mesías (versículos 4 y 5), muestra que Dios no ha concluido con el Israel unificado. A partir de aquí retomaremos el tema la próxima semana, Dios mediante. Dios ha guardado para sí un remanente conforme a la elección por la gracia.  
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¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos! 34  Pues, ¿quién ha conocido la mente del señor?, ¿o quién llegó a ser su consejero?, 35¿o quién le ha dado a él primero para que se le tenga que recompensar? 36 Porque de él, por él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria para siempre. Amén. (Romanos 11:33-36).
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La gloria de Dios, el hecho de ser Dios, y la importancia de nuestras vidas, dependen de la fidelidad de Dios a la Palabra dada a su pueblo Israel.  
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===2. Si la Palabra de Dios Falla a Israel, No Podemos Creer que las Promesas de Romanos 8 Sean Verdaderas para Nosotros===
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=== Pregunta de aplicación: «&nbsp;¿Ha Desechado Dios a los Gentiles?»  ===
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La segunda razón por la cual usted debe preocuparse por la fidelidad de Dios a la Palabra dada a su pueblo Israel, es que si Dios no mantiene su promesa a Israel, entonces es destruida toda nuestra esperanza de que mantendrá las promesas de Romanos 8.  
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Ahora, para terminar por hoy, considere esta pregunta de aplicación para usted. Suponga que hoy alguien levantó una objeción opuesta. Suponga que alguien preguntó: «&nbsp;¿Ha desechado Dios a los gentiles?» No digo que esta pregunta sea paralela a la referida a Israel; sino parecida: ¿Qué pasa si alguien dijo: «&nbsp;¿Ha desechado Dios a todos los gentiles?»? Y suponga que prestaron mucha atención a su manera de responder a la pregunta ¿Haría usted lo que hizo Pablo en esta última parte del versículo 1?
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¿Qué le parece la promesa de Romanos 8:38: “Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida… nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro”? ¿Podrá la muerte separarnos del amor de Dios? No si confiamos en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, y no si Dios es fiel. Pero si Dios no cumple sus promesas a Israel, ya no es fiel, y la promesa de Romanos 8:38 es poco confiable; igualmente la experiencia de ''Frances Ridley Havergal'' es falsa y usted nunca sabrá nada al respecto. Frances escribió la obra ''Like A River Glorious'' y murió a la edad de 42 años. Ella escribió:
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No le temo a la muerte. A menudo despierto en la noche y pienso en ella, miro hacia ella con una sensación de anticipación y expectación gozosa, lo que podría convertirse en impaciencia, sino fuera porque Jesús es mi Señor y mi Salvador. Siento que tengo trabajo que hacer para él, que no evadiré, y además, que su tiempo de llamarme a casa será el mejor y el más correcto; por tanto estoy contenta de esperar. [''Like A River Glorious: Prose, Poetry, and Music by Frances Ridley Havergal'', Rio, Wisconsin: The Havergal Trust, 2003, p. 710].
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Esta clase de esperanza, confianza, y aún de gozo ante la muerte, es posible si Dios mantiene sus promesas a Israel, y por consiguiente, en la carta a los Romanos, mantiene su promesa a aquellos que confían en su Hijo Jesús.
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Y  así sucede con todas las otras promesas por las que vivimos si somos cristianos. “¿Quién nos separará del amor de Cristo?  ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?” (Romanos 8: 35). Si se ha quemado su hogar en el Sur de California, ¿ha sido usted separado del amor de Cristo?  Si sobre usted ha caído una rampa del parqueo en ''New Jersey'', ¿ha sido usted separado del amor de Cristo? Si su hijo, o esposo, han sido asesinados en Bagdad, ¿ha sido usted separada del amor de Cristo? Si la semana pasada usted se enteró de que tiene cáncer del páncreas, el cual no se puede operar, ¿ha sido usted separado del amor de Cristo? Si su niñera deja caer un televisor sobre tu hijo recién nacido y muere, ¿ha sido usted separado del amor de Cristo? No si usted confía en Cristo, y si Dios mantiene sus promesas a Israel.  
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Pudiera usted decir: «No, Dios no ha desechado a los gentiles. Porque yo mismo soy gentil, y no estoy rechazado. He sido aceptado no fundamentalmente por los antepasados de los judíos, sino por Cristo, quien me amó y se dio a sí mismo por mí. Mis pecados están perdonados. Su justicia para mí se mantiene. Mi condenación ha sido quitada. Mi culpa fue llevada. He nacido de nuevo en la familia de Dios, no por nacimiento natural o alguna conexión étnica, sino por el Espíritu Santo quien cambió mi corazón y despertó mi fe. No soy un enemigo de Dios, sino su amigo. Ya nunca más seré rebelde ni estaré endurecido, sino quebrantado y dependiente. No, Dios no ha desechado a los gentiles porque en Cristo, él no me ha rechazado».  
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Si Dios le falla a Israel en sus promesas, entonces es infiel y no podemos decir: “En todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Romanos 8:37). Pero yo digo junto con el apóstol Pablo: “Dios no ha rechazado a su pueblo al cual conoció con anterioridad” (Romanos 11: 2). La Palabra de Dios no ha fallado. Y si usted lo desea confíe en él y dependa de su Hijo Jesús, y todas las promesas de Dios para la vida y la muerte serán suyas. Y usted estará seguro y disfrutará de la paz de Dios, ''como un río glorioso''.
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¡Oh! Cuánto oro para que usted diga así. Porque este Cristo murió y resucitó, para ser el Señor de Judíos y gentiles. ¡Que el Salvador reciba la recompensa de su sufrimiento aún en nuestros días!

Última versión de 19:10 6 dic 2010

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English: Has God Rejected His People? Part 2

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Por John Piper sobre Historia Redentora
Una parte de la serie Romans: The Greatest Letter Ever Written

Traducción por Desiring God

Romanos 11: 1-6
Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham de la tribu de Benjamín.2 Dios no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad. ¿O no sabéis lo que dice la Escritura en el pasaje sobre Elías, como suplica a Dios contra Israel: 3 Señor, han dado muerte a tus profetas, han derribado tus altares; yo solo he quedado y atentan contra mi vida? 4 Pero, ¿qué le dice la respuesta divina?: Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla a Baal. 5 Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios. 6 Pero si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia.

Si queremos conocer a Dios profunda y personalmente, debemos entenderlo en sus propios términos. No podemos imponerle a Dios la manera en que debe darse a conocer o revelarse. No podemos decir: « ¡Dame un sueño!» o, « ¡Dame una guía!» o, « ¡Dame autoridad humana!» Dios dirá: «Les he dado la Biblia; léanla y lleguen a conocerme. No me digan cómo debo darme a conocer. Les diré cómo pueden conocerme. Vayan a sus Biblias y me conocerán».

Pero aún cuando vamos a la Biblia para conocer a Dios, tenemos que tomar su revelación en sus propios términos. Y lo que descubrimos cuando tomamos la revelación divina en su totalidad, es que hay una historia en ella. Esta historia va desde de la predestinación y recorre toda la creación; el llamado de Abraham, Isaac y Jacob; la esclavitud de Israel en Egipto; el éxodo, la entrega de la ley y la peregrinación por el desierto; la tierra prometida, los jueces y la monarquía de Saúl, David y Salomón; el reino dividido de Judá e Israel; el exilio en Babilonia y el regreso a la tierra natal; el silencio entre el Antiguo y el Nuevo Testamento; la venida del Mesías – Cristo Jesús – y el rechazo de Cristo por su pueblo; la crucifixión, resurrección y ascensión; el derramamiento del Espíritu Santo en Pentecostés; la caída de Jerusalén en el 70 DC.; y el asombroso esparcimiento del señorío de Cristo entre más y más naciones del mundo, incluyéndonos a nosotros.

De esta manera Dios se ha revelado. Nosotros no decimos: «Dame un sueño». Decimos: «Dame una Biblia». Y cuando tenemos nuestra Biblia, no decimos: «Dame una guía sistemática de atributos divinos». Decimos: «Muéstrame tu gloria, oh Dios, por la manera en que has actuado en la historia, y la manera en que has hablado sobre tus obras». Así es como conocemos a Dios. Nos llegamos a él en sus propios términos. O sea, nos llegamos a Dios porque él ha obrado en la historia y porque nos ha dado un libro para contar esa historia y para explicar lo que ella significa.

Contenido

Romanos 11: La Revelación de Dios y Su Obra en la Historia

Ningún capítulo en el Nuevo Testamento revela a Dios y a su obra más que Romanos 11. Este capítulo aborda la manera en que Dios ha actuado y actuará hacia Israel y hacia las demás naciones en la historia. Por tanto, habla acerca de quién es Dios y cómo es él.

Por esta causa la historia es sumamente importante. Por esta razón hay historia. La historia existe para revelar a Dios. Dios no existe para revelar la historia. Él es el primero, el último y el intermedio en relación a la historia. Todo trata sobre él, de principio a fin. El universo existe para mostrar la plenitud de la gloria de las perfecciones de Dios.

  • La Biblia dice que “los cielos cuentan la gloria de Dios” (Salmo 19:1).
  • La Biblia dice que el pueblo de Israel existe para la gloria de Dios. “Así hice adherirse a mí a toda la casa de Israel – declara el Señor –, a fin de que fueran para mí por pueblo, por renombre, por alabanza y por gloria” (Jeremías 13:11).
  • La Biblia dice que Cristo vino al mundo para morir y así dar a conocer la gloria de Dios. En víspera de su muerte dijo: “Ahora mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: Padre, sálvame de esta hora? Pero para esto he llegado a esta hora. Padre glorifica tu nombre” (Juan 12: 27.28).
  • La Biblia dice que la existencia y el progreso de la iglesia cristiana durante siglos están para demostración de la gloria del Padre. “A él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos”. (Efesios 3:21).
  • La Biblia dice que todos los gobernantes seculares y las instituciones existen por decreto de Dios (Romanos 13:1), para mostrar su poder y sus perfecciones, incluyendo su juicio y su ira. “Porque la escritura dice a Faraón: Para esto mismo te he levantado, para demostrar mi poder en ti, y para que mi nombre sea proclamado por toda la tierra” (Romanos 9:17). Y cuando el rey Nabucodonosor descubrió esta verdad se recuperó de su locura y dijo: “Y todos los habitantes de la tierra son considerados como nada, más él actúa conforme a su voluntad en el ejército del cielo y entre los habitantes de la tierra; nadie puede detener su mano ni decirle: ¿Qué has hecho?” (Daniel 4:35).

Toda la historia – incluyendo todo lo que está sucediendo alrededor nuestro – es un lienzo que está siendo pintado por un artista infinitamente glorioso y misterioso. Y la parte más importante de esta pintura es la revelación de su gloria – incluyendo todo el dolor, todo el terror y toda la injusticia que son como un telón de fondo para la ira santa de Dios, para su justicia inviolable y para su gracia soberana.

¿Cómo es Dios? Aquí tenemos la parte más importante de la historia. Lo que ahora vemos principalmente es la obra en progreso, como dijo Pablo: “Porque ahora vemos por un espejo, veladamente, pero entonces veremos cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, como he sido conocido” (1ra a los Corintios 13:12).

Pero los eventos decisivos para entender a Dios en la historia ya han sucedido. Jesucristo es el centro de la historia. Él es la representación más importante y la revelación más clara de Dios. La Biblia es el registro y la interpretación de los eventos decisivos de la historia, con Jesús en el centro. Este registro nos guía a la hora de interpretar cada pincelada hecha, sobre el lienzo que miramos en este tiempo.

Romanos 11 es espectacular respecto a su visión de la obra de Dios en la historia. No es un accidente el hecho de que termine con las palabras: “¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!”. Oro porque el Señor le dé un sentido humilde de asombro y admiración por lo que vemos aquí. Porque algunas de estas verdades resultan extrañas para los oídos humanos caídos, seculares, centrados en sí mismos, sin un humilde sentido de reverencia; y al escucharlas pueden simplemente enojarse, pero también pueden descarriarse.

Romanos 11:30-32: Un Sumario de Tres Versículos del Capítulo.

Para darles solo una visión de hacia dónde está yendo Pablo y de lo extraño que resulta el control de Dios sobre la historia, veamos los versículos 30-32. Esta frase es lo último que dice antes de entonar su doxología. Él está resumiendo el trato de Dios con los gentiles y con los judíos en la historia:

Pues así como vosotros [gentiles] en otro tiempo fuisteis desobedientes a Dios, pero ahora se os ha mostrado misericordia por razón de la desobediencia de ellos [Israel], 31 así también ahora estos han sido desobedientes a Dios, para que por la misericordia mostrada a vosotros, también a ellos ahora les sea mostrada misericordia. 32 Porque Dios ha encerrado a todos en desobediencia para mostrar misericordia a todos.

Podemos distinguir cuatro etapas en la historia:

  1. Los gentiles fueron desobedientes a Dios. Hubo un período largo en la historia, en el cual se permitió que las naciones siguieran sus propios caminos, mientras Dios centraba su obra redentora en Israel.
  2. Entonces ocurrió la desobediencia decisiva de Israel a medida que rechazaba al Mesías y caían ante la “piedra de tropiezo” (Romanos 9:32-33).
  3. Esta desobediencia condujo a misericordia para los gentiles a medida que el evangelio se iba esparciendo entre las naciones. Como vemos en el versículo 31, estas etapas no son una mera secuencia. Pertenecen a un plan divino: Ellos (Israel) ahora han sido desobedientes “para que” por la misericordia mostrada a nosotros (gentiles), también ahora ellos puedan recibir misericordia.
  4. Israel recibe misericordia por la misericordia de Dios mostrada a los gentiles. Dios planeó mostrar misericordia a ambos: judíos y gentiles. Por tanto (v.32), él destinó la desobediencia para ambos de tal manera que pudiera tener misericordia de ellos.

Este sumario de tres versículos pertenecientes a Romanos 11, es realmente asombroso. Lo que explica por qué conduce directamente al versículo 33: “¡Oh, profundidad de las riquezas y de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios e inescrutables sus caminos!” ¡Que el Señor nos haga humildes y deseosos para seguirle en sus caminos “inescrutables” e “insondables”, y lleguemos a conocerle! Ese es mi propósito. Creo que conociendo a Dios, de la manera que él se revela en este capítulo, será bueno para nosotros y para nuestras familias, bueno para nuestra ciudad y para las naciones del mundo. Dios no habría soportado semejantes dolores para mostrarse de esta manera, si no fuera bueno para nosotros. Yo confío en él.

Los Caminos Inescrutables de Dios en Romanos 11:1-6

Veamos los caminos de Dios en los versículos del 1-6:

Primero, el versículo habla de lo que Dios no hace: él no desecha a su pueblo. Versículo 1: “Digo entonces: ¿A caso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo!” Luego habla de lo que Dios hace: él los conoció con anterioridad. Versículo 2: “Dios no ha desechado a su pueblo, al cual conoció con anterioridad”. A continuación, habla de lo que Dios hizo y hace: él mantuvo un remanente para sí de personas leales en el tiempo de Elías y también lo hace en el tiempo de Pablo. Versículo 4: “Me he reservado siete mil hombres que no han doblado la rodilla a Baal”. Y el versículo 5: “Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente”. Y finalmente nos dice (al final del versículo 5) cómo Dios lo hizo: los escogió por gracia.

La próxima semana nos extenderemos un tiempo considerable en el significado de la gracia, y en la manera en que Dios ha mantenido un remanente para sí mismo según la elección. Aquí tenemos preguntas formidables: ¿Cómo se relaciona la elección con la gracia? Y, ¿cómo el hecho de que Dios haya mantenido un remanente de personas fieles se relaciona con la gracia? Guardaremos estas preguntas para la próxima semana.

Miremos hoy, al hecho de que Dios no ha desechado a su pueblo, y lo que significa que Dios lo conociera con anterioridad.

Dios No Ha Desechado a Su Pueblo

El argumento de Pablo en el versículo 1 de que Dios no ha desechado a su pueblo, se refiere a que él mismo es un judío. “Digo entonces: ¿Acaso ha desechado Dios a su pueblo? ¡De ningún modo! Porque yo también soy israelita, descendiente de Abraham, de la tribu de Benjamín”. Así que las personas por las que Palo estaba interesado en el versículo 1 deben ser las del pueblo étnico, físico, de Israel, no de la iglesia de judíos y gentiles. «Dios no ha desechado al Israel étnico porque yo también soy un israelita étnico, de la tribu de Benjamín».

Pero alguien me preguntó la semana pasada: ¿Ese versículo quiere decirnos que todo el pueblo judío que ha existido será salvo? La respuesta es no. Jesús y Pablo tienen el mismo pensamiento sobre este asunto (así como los profetas judíos, ej. Ezequiel 18:20; Daniel 12:1-2). Jesús dice: “Y os digo que vendrán muchos [gentiles] del oriente y del occidente, y se sentarán a la mesa con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. Pero los hijos del reino [los israelitas] serán arrojados a las tinieblas de afuera; allí será el llanto y el crujir de dientes” (Mateo 8:11-12). ÉL dijo a los fariseos: “¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparéis del juicio del infierno?” (Mateo 23:33).

Y Pablo dice en Romanos 2: 8-9: “Pero a los que son ambiciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia: ira e indignación. Habrá tribulación y angustia para toda alma humana que hace lo malo, el judío primeramente y después el griego”. Por tanto no hay razón para pensar que toda persona judía será automáticamente salva por el hecho de ser judía. “No son los hijos de la carne los que son hijos de Dios” (Romanos 9:8). Ese principio no ha cambiado. Ningún individuo judío o gentil es salvo por su trasfondo u origen étnico. Bien, si no habla de toda persona judía, ¿a qué se refiere Pablo cuando dice en el versículo 2: “Dios no ha desechado a su pueblo al cual conoció con anterioridad”?

Podemos argumentar que simplemente se refiere al “remanente” mencionado en el versículo 5: “Y de la misma manera, también ha quedado en el tiempo presente un remanente conforme a la elección de la gracia de Dios”. En otras palabras, Pablo y otros judíos de su tiempo eran creyentes en el Mesías, y por esa razón existe un remanente fiel que heredará las promesas hechas a Israel. Por ese motivo Dios no ha desechado a su pueblo, es decir, a su remanente, al cual conoció con anterioridad.

Aquí casi llegamos a la respuesta correcta. Pero hay un problema: Esa pregunta no es la que Pablo hace en el versículo 1 cuando dice: ¿“Acaso ha desechado Dios a su pueblo?” El problema que surge en el versículo 1 no se refiere a la ausencia de un remanente. Los capítulos del 9 al 10 fueron claros al referirse a la existencia de un remanente judío que sería salvo. (Romanos 9:24, 27, “el remanente será salvo”). La ausencia de un remanente no era el problema.

El problema en estos capítulos se presenta como que el Israel unificado, considerado en sentido general, vivo en cualquier generación dada, está, en su mayoría, pereciendo y siendo separado de Cristo. Este es el problema originado en el versículo 1. Pablo se refiere a este asunto cuando dice que Dios no ha desechado a su pueblo. Dios no ha desechado al pueblo de Israel unificado en sentido general en cualquier generación dada. En las próximas semanas compartiremos al menos 6 argumentos para la comprensión este asunto. (Romanos 11:15, 16, 24, 25, 28f, 31).

Dios Ha Conocido a Su Pueblo Con Anterioridad

Pero por ahora vinculemos la frase anterior con la idea del conocimiento anticipado de Dios respecto a su pueblo. Pablo dice en el versículo 2: “Dios no ha desechado a su pueblo al cual conoció con anterioridad”. Pablo quiere decir que si Dios los conoció con anterioridad, entonces no los puede desechar. La idea de conocerles con anterioridad implica un compromiso con ellos. Y este compromiso no se puede romper. Es por esa razón que Pablo está seguro de que Dios no ha desechado a su pueblo en sentido general. Él los conoció con anterioridad. En el pasado, él los “conoció”.

Entonces, ¿qué representa este conocimiento con anterioridad? La ilustración más clara sobre este asunto en relación a todo el pueblo de Israel se encuentra en Amós 3:2. Dios le dice a Israel: “Solo a vosotros os he escogido de todas las familias de la tierra”. Casi todo el mundo concuerda en que esta expresión quiere decir: «Solo a ustedes he escogido. Solo en ustedes he pensado, solo a ustedes los he hecho míos y solo a ustedes he conocido de la manera en que el esposo conoce a la esposa». Considero que aquí tenemos el conocimiento con anterioridad expresado en Romanos 11:2. Israel es el conocimiento con anterioridad por parte de Dios, es decir, un pueblo escogido.

En Romanos 11:28-29 encontramos una confirmación al respecto: “En cuanto al evangelio, [los israelitas] son enemigos por causa de vosotros [los gentiles]; pero en cuanto a la elección de Dios, son amados por causa de los padres; 29 porque los dones y el llamamiento de Dios son irrevocables”.

Estos versículos no se refieren al remanente. Los integrantes del remanente que cree, no son “enemigos de Dios” por causa de los gentiles. Ellos no son parte de la desobediencia que conduce a la misericordia para los gentiles (11:31-32). Romanos 11:28 se refiere al Israel agrupado en sentido general, vivo en cualquier generación, que es la nación visible y unificada, de personas llamadas judíos. Ellos, por haber desechado a Cristo, en el presente, son enemigos de Dios (lo digo con temor y anhelando su fe), y están separados de Cristo (Romanos 9:3). Pero aquí no termina esta historia. Hay un futuro para el Israel unificado, porque ellos existen como un pueblo que ha sido agrupado (no todo individuo que vivió) “elegido”. O sea, ellos han sido conocidos “con anterioridad”. Dios hizo un pacto con sus antepasados: “Solo a vosotros he escogido de todas las familias de la tierra” (Amos 3:2).

En la mente de Pablo, el hecho de que Dios haya guardado para sí un remanente de judíos que creen en el Mesías (versículos 4 y 5), muestra que Dios no ha concluido con el Israel unificado. A partir de aquí retomaremos el tema la próxima semana, Dios mediante. Dios ha guardado para sí un remanente conforme a la elección por la gracia.

Pregunta de aplicación: « ¿Ha Desechado Dios a los Gentiles?»

Ahora, para terminar por hoy, considere esta pregunta de aplicación para usted. Suponga que hoy alguien levantó una objeción opuesta. Suponga que alguien preguntó: « ¿Ha desechado Dios a los gentiles?» No digo que esta pregunta sea paralela a la referida a Israel; sino parecida: ¿Qué pasa si alguien dijo: « ¿Ha desechado Dios a todos los gentiles?»? Y suponga que prestaron mucha atención a su manera de responder a la pregunta ¿Haría usted lo que hizo Pablo en esta última parte del versículo 1?

Pudiera usted decir: «No, Dios no ha desechado a los gentiles. Porque yo mismo soy gentil, y no estoy rechazado. He sido aceptado no fundamentalmente por los antepasados de los judíos, sino por Cristo, quien me amó y se dio a sí mismo por mí. Mis pecados están perdonados. Su justicia para mí se mantiene. Mi condenación ha sido quitada. Mi culpa fue llevada. He nacido de nuevo en la familia de Dios, no por nacimiento natural o alguna conexión étnica, sino por el Espíritu Santo quien cambió mi corazón y despertó mi fe. No soy un enemigo de Dios, sino su amigo. Ya nunca más seré rebelde ni estaré endurecido, sino quebrantado y dependiente. No, Dios no ha desechado a los gentiles porque en Cristo, él no me ha rechazado».

¡Oh! Cuánto oro para que usted diga así. Porque este Cristo murió y resucitó, para ser el Señor de Judíos y gentiles. ¡Que el Salvador reciba la recompensa de su sufrimiento aún en nuestros días!


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