¿Por Qué Exigir a Niños Incorregibles que se Comporten Como si Fuesen Buenos?

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English: Why Require Unregenerate Children to Act Like They’re Good?

© Desiring God

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Por John Piper sobre Crianza de los Hijos

Traducción por Laura Coloma


Si el cumplimiento externo de los mandamientos de Dios (como no mentirás, no robarás, no matarás) es hipócrita y espiritualmente deficiente, entonces ¿por qué los padres deben exigir obediencia de sus hijos incorregibles?

¿No los afirmaría esto simplemente en una conformidad religiosa no espiritual, un patrón de vida hipócrita y moralismos legalistas?

Aquí hay por lo menos tres razones por las cuales los padres cristianos deben exigir a sus hijos pequeños (corregibles o incorregibles) a comportarse en formas que cumplan externamente con la voluntad revelada de Dios.

Digo “niños pequeños” porque a medida que el niño crece, existen ciertas conformidades externas a la voluntad revelada de Dios que deben ser exigidas y otras que no. Me parece, por ejemplo, que mientras los padres deben exigir una vida sin drogas, decencia respetuosa a alguien de 15 años, no ayudaría mucho exigirle a alguien de 15 años incrédulo e indiferente que lea la Biblia diariamente. Sin embargo, sería inteligente pedirle eso a un niño de 6 años y hacer lo posible para ayudarlo a que lo disfrute y vea los beneficios de hacerlo.

1) Para niños, el cumplimiento externo, no espiritual de los patrones de comportamiento exigidos por Dios es mejor que el no cumplimiento externo, no espiritual de esos patrones de comportamiento.

Un niño incrédulo de 5 años respetuoso y educado es mejor para el mundo que uno más auténtico desafiante, irrespetuoso, mal educado, acosador incrédulo. La familia, las amistades, la iglesia y el mundo en general estarán agradecidos por padres que contienen los impulsos egocéntricos de sus hijos y confirman en ellos cada impulso hacia la cortesía y la amabilidad y el respeto.

2) Exigir obediencia a los niños de acuerdo con Dios los hará confrontar el significado del pecado en relación a Dios, la naturaleza de sus propias depravaciones y la necesidad de transformación interna por el poder de la gracia a través del evangelio de Cristo.

Llega un momento en el cual la “ley” ilumina al niño. Eso quiere decir que el niño entiende que Dios (no sólo sus padres) exige de ellos cierto estilo de vida y que no le gusta una parte de eso y no puede cumplirlo todo.

En este momento de crisis, la buena noticia que Dios murió por nuestros pecados es sumamente importante. ¿Se asentará el niño en un esfuerzo moralista por el resto de su vida, tratando de ganar la aceptación y el amor de Dios? ¿O escuchará y creerá que la aceptación y el perdón y el amor de Dios son regalos – y recibirá este Dios en Cristo como el tesoro supremo de su vida?

Al niño le costará entender el significado de la cruz si los padres no le han exigido conductas, algunas de las cuales no le gustan, y ninguna de ellas puede hacer perfectamente.

Cristo vivió y murió para darnos la rectitud que necesitamos (y que no podemos desempeñar) y para soportar por nosotros el castigo que merecemos (pero que no podemos aguantar). Si los padres no exigen rectitud externa y aplican medidas de castigo, será difícil para el niño entender las categorías de la cruz.

3) Las huellas de devoción, civismo y modales (“por favor,” “gracias” y el contacto visual) son hábitos que, si Dios quiere, son llenados más adelante con gracia y se convierten en formas más útiles de bendecir a otros y expresar un corazón humilde.

Ningún padre se puede dar el lujo de no enseñar a su hijo mientras esperan por su regeneración. Si no exigimos obediencia, confirmamos el desafío. Si no inculcamos buenos modales, entrenamos groserías. Si no desarrollamos las disciplinas de rezo y de escuchar la Biblia, estamos consolidando la sensación que no rezar y no leer la Biblia es normal.

Los buenos hábitos inculcados podrían convertirse más adelante en legalismos formalistas. La insolencia inculcada, la grosería y la falta de religión seguramente se convertirán en decadencia mundana. Pero por la gracia de Dios y saturados de oraciones, los buenos hábitos podrían ser llenados con la vida del Espíritu a través de la fe. Pero los patrones de insolencia y groserías y falta de religión serán difíciles de romper.

Cuidado. Aquí solo estamos respondiendo una pregunta: ¿Por qué los padres exigen a sus hijos conductas sumisas cuando pueden ser rebeldes incorregibles de corazón? Obviamente esto no es todo que deben hacer los padres cristianos.

Aun busco crecer en mi papel como padre (de nuestra familia y de nuestra iglesia).

Pastor John


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