¿Pueden los ministerios de jóvenes trabajar junto a los padres?

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English: Can Youth Ministers Actually Work with Parents?

© The Gospel Coalition

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Por John Pond sobre Ministerio de Jóvenes

Traducción por The Gospel Coalition


Por años siempre le he dicho al pastor, a los padres, o a cualquier otro que me pregunte, "¡claro que trabajo junto a los padres!". No queremos ser ese ministerio de jóvenes que no trabaja junto a los padres, que siente que son los principales encargados de discipular. Sin embargo, hace unos años me di cuenta de que cuando se trataba de trabajar esto, no estaba "practicando lo que predicaba". Hablando con otros ministros de jóvenes me di cuenta de que no era el único. ¿De qué manera práctica el ministerio de jóvenes y los padres trabajan juntos para ver este discipulado cumplirse en la vida de nuestros adolescentes? En vez de trabajar aisladamente y pretender que lo estamos haciendo juntos. Los siguientes elementos deben estar en el contexto de una relación entre el ministerio de jóvenes y los padres para que el trabajar juntos sea realidad y no solo teoría.

Contenido

Comuníquense regularmente

Sí, ya sabes que la comunicación es la llave para toda relación. Sin embargo, en mi experiencia los ministerios de jóvenes normalmente solo hablan con los padres cuando sucede algo malo o cuando necesitan una casa para una actividad especial. El ministro de jóvenes y los padres deben estar hablando regularmente. Es siempre una buena idea dejar saber a los padres lo qué se está predicando en cada reunión. Cuando tienes tu lección o sermón preparado, a través del correo electrónico, mensaje de texto, o un mensaje por Facebook, déjales saber a los padres lo qué estarás enseñando, y dales algunas preguntas útiles con las que puedan discutir lo que aprendieron sus hijos cuando lleguen a casa. Además, el ministerio de jóvenes necesita tener reuniones regulares con los padres para hablar de visión, próximos eventos, y escuchar de los padres sus preguntas y preocupaciones.

Oren juntos

Puedes solo decirlo, o puedes planificarlo. Decirle a los padres que estás orando por ellos y por sus hijos es una cosa, pero puedes planear un tiempo para orar con ellos y por ellos. En nuestro ministerio juvenil nos reunimos con los padres cada dos lunes después del trabajo, para orar con ellos y por ellos. Al mismo tiempo, escuchamos sus inquietudes y nos unimos a ellos para levantar sus hijos al Padre. Probablemente, no es un campamento de verano más lo que los muchachos necesitan para por fin cambiar. Ese trabajo viene del Señor, especialmente a través de los padres en la vida de él o ella. Orar por los padres de tus jóvenes es la forma en la que verdaderamente oras por el crecimiento de tus jóvenes.

Pasa tiempo con los padres

Así como los líderes juveniles quieren pasar tiempo con sus jóvenes en los partidos de fútbol del colegio o desayunar con ellos antes de ir al colegio, ellos necesitan iniciar relaciones con los padres. Invita a un padre a almorzar, siéntate junto a ellos en un juego, o invítalos a cenar o a tomarse un café. Conócelos y ten una relación con ellos. Este contexto facilitará el que puedas comunicar tu visión. Si esta relación no se desarrolla, es probable que los padres no conozcan el corazón y la mente del ministerio juvenil, y ellos siempre estarán preguntándose hacia dónde va el ministerio.

Crea calendarios pro-familia

Si de verdad buscas el acompañamiento de los padres, asegúrate de no estar sobrecargando con eventos el calendario de tu ministerio. Hace algunos años, un grupo de padres me pidió que dejara libre de eventos el tiempo de vacaciones de verano para ellos poder estar con sus hijos. Después de escuchar al grupo descubrí que sus agendas estaban muy ocupadas y que no estaban pasando tiempo adecuado en familia. En lugar de entrar en un discurso sobre sus agendas, encuéntrate con los padres a mitad del camino y ayúdalos. Sermonear a los padres sobre lo que están haciendo mal no será productivo al final. Caminar a su lado para ofrecer soluciones es algo proactivo y amoroso. Lo que podría ser ¿Cómo seria si la mayoría, ¡o todos!, los padres te apoyaran y oraran por ti porque ellos saben lo que estás tratando de hacer? Tus recursos no tendrían límite. ¡Necesitas a los padres! En todos tus eventos y prédicas rara vez podrás llegar al corazón de tus jóvenes sin conocer y pasar tiempo con sus padres. Ellos son los principales hacedores de discípulos, y pueden ayudarte a entender a sus hijos mejor de los que pudieras hacerlo por tu propia cuenta. Si esto no está pasando es solo porque no has tomado el tiempo de compartir tu corazón con los padres sobre la visión que Dios te ha dado. Tú puedes ser capaz de señalar sus debilidades, así como ellos señalan las tuyas. Pero ellos necesitan más de tu oración y de tus recursos que de tu resentimiento.

Padres, ¿cómo luciría saber que lo que enseñas en casa está siendo compartido por el ministerio de jóvenes en la iglesia? Padres, ¡ustedes necesitan el ministerio de jóvenes! El ministerio de jóvenes tiene una real influencia en sus hijos, y puede ser usado para hacer crecer sus mentes y corazones. El ministerio de jóvenes nunca los remplazará, pero tiene el potencial para ser una voz importante si le das tu soporte, oración y tiempo.

El ministerio juvenil y los padres son los mejores aliados cuando trabajan juntos. Si queremos que nuestros jóvenes sean preservados en la fe después de la secundaria, teniendo gozo en Cristo y no en el pecado, los padres y el ministerio de jóvenes deben apoyarse y estimularse mútuamente. El discipulado comienza a profundizarse en los años de adolescencia, y toda la iglesia debe cooperar. ¿Qué está en juego? Solo las futuras familias de la iglesia.


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