6 Rasgos de un Pastor en el Temor de Dios

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English: 6 Traits of a Pastor in Awe of God

© The Gospel Coalition

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Por Paul Tripp sobre Ministerio Pastoral

Traducción por Manuel Bento Falcón


¿Qué rasgos produce el temor de Dios en el corazón de un pastor que son vitales para un ministerio efectivo, productivo y que honre a Dios? aquí tenemos una lista de seis.

1. Humildad

No hay nada como permanecer sin defensas frente a la impresionante gloria de Dios para ponerte en tu lugar, corregir una visión distorsionada de ti mismo, tirarte fuera de la arrogancia funcional, y sacarte de los vientos de tu fariseísmo. Al encarar su gloria quedo desnudo sin gloria a la que agarrarme en mí o en nadie más. Mientras me comparo a mí mismo con otros siempre puedo encontrar alguien cuya existencia hace que yo parezca justo en comparación. Pero si comparo mis sucios harapos con el lino puro y siempre sin mancha de la justicia de Dios, me dan ganas de huir y esconderme quebrantado en vergüenza.

Eso es lo que le pasó a Isaías, como se registra en el capítulo seis. Está delante del impresionante trono de la gloria de Dios y dice, " ¡Ay de mí! Porque perdido estoy, pues soy hombre de labios inmundos y en medio de un pueblo de labios inmundos habito, porque han visto mis ojos al Rey, el SEÑOR de los ejércitos." (Isaías 6:5, LBLA) Isaías no está hablando aquí en una hipérbole religiosa formal. No está tratando de congraciarse con Dios siendo humilde. No, está aprendiendo que solamente a la luz de la impresionante gloria y santidad de Dios puedes tener una visión precisa de ti mismo y la profunda necesidad de rescate que solamente un Dios de gloriosa gracia puede proporcionar.

En alguna parte del camino en el ministerio muchos pastores han olvidado quien son. Tienen visiones de si mismos hinchadas, distorsionadas, grandiosas que los convierten en altamente inabordables y les permiten justificar las cosas que piensan, desean, dicen y hacen y que simplemente no son justificables de acuerdo a la Biblia. He estado en esa situación a veces y he vuelto a caer. Y en esos momentos necesito ser rescatado de mi mismo. Cuando tienes demasiada admiración por ti mismo, estás listo para ser un santurrón, controlador, demasiado confiado, juzgador, y un autócrata eclesiástico sin fallos de opinión. Sin darte cuenta construyes un reino cuyo trono será habitado por ti, sin importar cuanto te convenzas a ti mismo de que todo lo haces por la gloria de Dios.

2. Ternura

La humildad que solamente el temor de Dios puede producir en mi corazón produce ternura pastoral hacia la gente que necesita la misma gracia. Nadie da gracia mejor que una persona que está profundamente persuadida de que la necesita ella misma y la recibe de Cristo. Esta ternura me hace gracioso, gentil, paciente, comprensivo y me da esperanza al encarar el pecado de otros, sin llegar nunca a comprometer el santo llamado de Dios. Me protege de afirmaciones mortales como, "No puedo creer que hicieses tal cosa, " que me dice que soy esencialmente diferente de todos los demás. Es difícil llevar el evangelio a la gente cuando estás mirándolos por encima del hombro. Al encarar el pecado de otros, la ternura inspirada por el temor me libera de ser un agente de condenación o de pedir a la ley que haga lo que solamente la gracia puede cumplir y me motiva a ser una herramienta de esa gracia.

3. Pasión

No importa que sea lo que funcione o no funcione en mi ministerio, no importa cuales sean las dificultades que enfrente, no importa las batallas que esté luchando, la expansiva gloria de Dios me da razones para levantarme por la mañana y hacer lo que he sido habilitado y llamado a hacer con entusiasmo, coraje y confianza. Mi gozo no está atado de manos a las circunstancias o las relaciones. Mi corazón no es jalado a donde quiera que estas van. Tengo razones para tener gozo porque soy un hijo elegido y un siervo reclutado del Rey de reyes y el Señor de señores, el gran Creador, el Salvador, el Soberano, el Victorioso, aquel que reina y reinará por siempre. Él es mi Padre, mi Salvador y mi Jefe. Siempre está cerca y siempre es fiel. Mi pasión por el ministerio no viene por cómo me reciban. Fluye de la realidad de que he sido recibido por él. No soy entusiasta porque le guste a la gente, sino porque él me ha aceptado y enviado. No soy apasionado porque mi ministerio sea glorioso, sino porque Dios es eternamente e inmutablemente glorioso. Así que predico, enseño, aconsejo, dirijo, y sirvo con una pasión por el evangelio que inspira y enciende de igual manera a la gente que me rodea.

4. Confianza

La confianza, el sentir interior de bienestar y de capacidad, viene de conocer a Aquel a quien sirvo. Él es mi confianza y habilidad. No me llamará a hacer una tarea a menos que me haya capacitado para hacerla. Él tiene más celo por la salud de su iglesia de la que yo tendré jamás. Nadie tiene más interés en el uso de mis dones que Aquel que me los dio. Nadie tiene más celo por su gloria que él. Está siempre presente y siempre dispuesto. Él es todo poderoso y conocedor de todo. Es ilimitado en amor y gloriosa gracia. Él no cambia; él es fiel para siempre. Su palabra no dejará de ser verdad. Su poder para salvar nunca se extinguirá. Su reinado nunca se acabará. Nunca será conquistado por alguien mayor que él mismo. Puedo hacer lo que he sido llamado a hacer con confianza, no por lo que soy, sino porque él es mi Padre, y él es glorioso en toda forma.

5. Disciplina

El ministerio no es siempre glorioso. A veces tus ingenuas expectativas han demostrado ser justamente eso---ingenuas. A veces va a necesitarse más que el éxito ministerial y la apreciación de la gente para sacarte de la cama y cumplir con tu llamado. A veces no verás mucho fruto como resultado de tu trabajo y no tendrás esperanza de ver pronto una cosecha. A veces pensarás que has sido traicionado y te sentirás solo. Por tanto tu disciplina debe estar enraizada en algo más profundo que en una valoración horizontal de como las cosas parecen estar yendo. Cada vez estoy más y más persuadido en mi vida de que una auto disciplina rígida, del tipo que es esencial en el ministerio pastoral, está enraizada en la adoración. La impresionante gloria de la existencia de Dios, su carácter, su plan, su presencia, sus promesas, y su gracia me dan razones para trabajar duro y no abandonar, sin importar si estamos en un periodo "bueno" o en uno tormentoso.

6. Descanso

Finalmente, al encarar mis debilidades y el desorden de la iglesia local, ¿qué es lo que da descanso a mi corazón? la gloria da descanso. Es el conocimiento de que nada es demasiado difícil para el Dios al que sirves. Es la seguridad de que todas las cosas son posibles en él. Es el saber, junto con Abraham, que aquel que hizo todas esas promesas es fiel. Puede parecer que hay muchas razones horizontales para estar ansioso, pero no dejaré que mi corazón sea capturado por la preocupación o el miedo, porque el Dios de gloria inestimable que me envió ha hecho esta promesa: "Estaré contigo." No tengo que negar o minimizar la realidad para sentirme bien, porque él ha invadido mi existencia con su gloria, y puedo descansar incluso en el quebranto entre el "ya" y el "aún no."

Recuperando Tu Temor

No puedo darte un conjunto de estrategias para ti como conclusión. Pero te aconsejo que corras ahora, corre rápido, hacia tu Padre de impresionante gloria. Confiesa la ofensa de tu aburrimiento. Ruega que tus ojos se abran a la demostración de 360 grados y 24 horas 7 días a la semana de su gloria, a la cual has estado cegado. Determina pasar una porción cada día meditando sobre su gloria. Clama por la ayuda de otros. Y recuérdate a ti mismo el ser agradecido a Jesús, que te ofrece esta gracia incluso en esos momentos cuando la gracia no es tan valiosa y gloriosa para ti como debería serlo.


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