9 Maneras de conocer si el Evangelio de Cristo es cierto

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English: 9 Ways to Know the Gospel of Christ Is True

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Por John Piper sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Adriana Blasi


1. Jesucristo, según como nos lo presentan en el Nuevo Testamento, y como surge de todos los escritos, es demasiado único e inmenso como para haber sido inventado de manera tan uniformemente por estos autores.

La fuerza de Jesucristo liberó estos escritos; estos escritos no crearon la fuerza. Jesús es más grande y más persuasivo que cualquiera de sus testigos. Su realidad está a la zaga de estos escritos, como lo hace un evento genial y global al ser mostrado por un conductor de un noticiero. Algo formidable lleva a que estos diferentes testigos cuenten estas historias deslumbrantes, variadas, y aún unificadas, de Jesucristo.

2. Nadie ha podido jamás explicar la tumba vacía de Jesús en el entorno hostil de Jerusalén, donde los enemigos de Jesús hubieran dado cualquier cosa para mostrar el cuerpo, pero no fue así.

Las tentativas tempranas para cubrir el escándalo de la resurrección fueron claramente contradictorias a toda experiencia humana —los discípulos no se roban el cuerpo (Mateo 28:) para luego sacrificar sus vidas y para predicar el glorioso evangelio de la gracia basándose en una decepción. Las teorías modernas que Jesús no murió, sino que solo que se desvaneció, y luego se despertó en la tumba, movió la piedra y engañó sus escépticos discípulos haciéndoles creer que había resucitado como el Señor del universo, no son convincentes.

3. Abundaron los opositores cínicos de la Cristiandad en ocasión de afirmar que se podía consultar a muchos testigos oculares relacionados con a la resurrección de Jesús de entre los muertos.

"Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen" (1 Corintios 15:6). Tales afirmaciones, de ser posible, se expondrían como inmediatamente como falsas. Pero desconocemos tales denuncias. Abundaron los testigos oculares del Señor resucitado en el momento en que se hicieron las denuncias.

4. La iglesia primitiva fue una fuerza de fe, amor indomable y de sacrificio, basándose en la realidad de Jesucristo.

El carácter de esa iglesia, y la naturaleza del evangelio de la gracia y el perdón, y el coraje inmutable de los hombres y mujeres, aún hasta la muerte, no concordaba con la hipótesis de una histeria colectiva. Ellos simplemente no eran así. Algo totalmente real y magnífico había sucedido en el mundo y ellos estaban lo suficientemente cerca para saberlo, estar confiados y sujetos por su poder. Ese algo era Cristo Jesús, tal como todos testificaron, incluso al morir cantando.

5. Las profecías del Antiguo Testamento muestran un cumplimiento sorprendente sobre la vida de Jesucristo.

Los testigos de estos cumplimientos son tantos, tan diversos, demasiado sutiles y entrelazados en la historia de la iglesia del Nuevo Testamento, y de sus muchos escritos, como para ser fabricados por una gran conspiración. Hasta en los detalles, Jesucristo cumplió docenas de profecías del Antiguo Testamento que reivindican esta verdad.

6. Los testigos de Jesucristo, que escribieron los evangelios del Nuevo Testamento y las cartas no son ingenuos, engañosos ni dementes.

Esto se surge por sí mismo en los escritos. Los libros que soportan la impronta de la inteligencia, claridad mental, madurez y de una visión moral que es persuasiva. Ellos ganan nuestra confianza como testigos, especialmente cuando se los toma en su conjunto ofreciendo un gran mensaje unificador, enunciado de manera particular sobre Jesucristo.

7. La mirada universal que surge de los escritos del Nuevo Testamento cobra más sentido de la realidad, que cualquier otra cosmovisión.

No solo encaja en el corazón humano, sino también en el cosmos, la historia y en Dios, tal como Él se manifiesta en la naturaleza y en la consciencia. Algunos pueden arribar a esta conclusión luego de mucha reflexión, otros podrán llegar a este convencimiento mediante una idoneidad pre reflexiva, profunda e intuitiva de Cristo, y de su mensaje al mundo que conocen.

8. Cuando uno observa cómo se retrata realmente a Cristo en el evangelio, surge una luz espiritual de auto autentificación.

Esta es "la luz del conocimiento de la gloria de Dios" (2 Corintios 4:6), y es percibida inmediatamente por el corazón que el Espíritu despierta, como una luz al ojo abierto. El ojo no discute que hay luz. Ve la luz.

9. Cuando vemos y creemos en la gloria de Dios en el evangelio, el Espíritu Santo no es dado para que el amor de Dios pueda ser "derramado en nuestros corazones" (Romanos 5:5).

Esta experiencia del amor de Dios percibida en el corazón a través de Su evangelio, de quien murió por nosotros mientras aún éramos impíos, nos asegura que la esperanza que ha despertado toda la evidencia que hemos visto, no nos defraudará.


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