Abramos el almacén de gracia de Dios

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Descubro que mientras más me fijo en mi falta de recursos, de las fortalezas que no tengo, las debilidades que tengo, más pesado se vuelve el peso de la no creencia y más difícil se vuelve la carrera de la fe (Hebreos 12:1).  
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Descubro que mientras más me fijo en mi falta de recursos, en las fortalezas que no tengo y en las debilidades que tengo más pesado se vuelve el peso de la falta de creencia y más difícil se vuelve la carrera de la fe (Hebreos 12:1).
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El apreciar un defecto le da energía a nuestros miedos y drena nuestra esperanza. Un defecto nos dice que no tenemos lo suficiente para efectuar el pago, cumplir las necesidades, hacer el plazo de entrega, rezar el sermón, arreglar el matrimonio, guiar a los niños, consolar al necesitado, derrotar el pecado, o superar las debilidades. No tomamos los riesgos al observar un déficit.  
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Observar la escasez da energía a nuestros miedos y drena nuestra esperanza. La escasez nos dice que no tenemos lo suficiente para efectuar un pago, para satisfacer las necesidades, para cumplir un plazo de entrega, para predicar un sermón, para arreglar el matrimonio, para instruir a los hijos, para consolar a los necesitados, para derrotar el pecado o para superar las debilidades. No nos arriesgamos cuando prevemos escasez.
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Por otra parte, el mirar un superávit le da energía a nuestro valor y nos llena de esperanza. Un superávit significa que hay más que suficiente para cumplir nuestras necesidades. Y un superávit nos motiva a soñar en grande y dar generosidad a otros.  
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Por otra parte, mirar el excedente da energía a nuestro valor y nos llena de esperanza. Un excedente significa que hay más que suficiente para satisfacer nuestras necesidades y nos motiva a soñar en grande y a ser generosos con los demás.
==== No tiene ningún déficit  ====
==== No tiene ningún déficit  ====

Revisión de 15:42 18 dic 2015

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English: Unlock God’s Storehouse of Grace

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Por Jon Bloom sobre Fe

Traducción por Carlos Diaz


Nada disminuirá nuestra fe como mirar aquello de lo que carecemos.

Descubro que mientras más me fijo en mi falta de recursos, en las fortalezas que no tengo y en las debilidades que tengo más pesado se vuelve el peso de la falta de creencia y más difícil se vuelve la carrera de la fe (Hebreos 12:1).

Observar la escasez da energía a nuestros miedos y drena nuestra esperanza. La escasez nos dice que no tenemos lo suficiente para efectuar un pago, para satisfacer las necesidades, para cumplir un plazo de entrega, para predicar un sermón, para arreglar el matrimonio, para instruir a los hijos, para consolar a los necesitados, para derrotar el pecado o para superar las debilidades. No nos arriesgamos cuando prevemos escasez.

Por otra parte, mirar el excedente da energía a nuestro valor y nos llena de esperanza. Un excedente significa que hay más que suficiente para satisfacer nuestras necesidades y nos motiva a soñar en grande y a ser generosos con los demás.

Contenido

No tiene ningún déficit

Abandonados a nosotros mismos, tenemos déficits que son horriblemente reales. Sin Dios en este mundo tendríamos una muy buena razón para sentirnos desesperanzados (Efesios 2:12).

Pero la buena nueva es que eres un Cristiano, no tienes déficits nunca más. Ninguno. Cristo no sólo pagó tu pecado inconmesurable (Colosenses 2:14), Él también adquirió para tí “todas las cosas” (Romanos 8:32). ¡Esas son todas las cosas! Lo que tienes es un cántaro de aceite de la provisión de Dios que nunca disminuirá (1 Reyes 17:14). Tienes una cuenta bancaria que no puedes sobregirar.

Si esta no ha sido nuestra experiencia, estamos tentados a calificar este reclamo bastante increíble. Pero no podemos calificarla y ser fieles a la Biblia. Esta no es una escatología sobrevalorada de la teología de la prosperidad. Es lo que la Biblia nos dice sin equivocarse y sin disculparse sobre lo que debiéramos esperar experimentar justo en esta era:

Dios colmará con magnificencia todas las necesidades de ustedes, conforme a su riqueza, en gloria de Cristo Jesús. (Filipenses 4:19)
Dios tiene poder para colmarlos de todos sus dones, a fin de que siempre tengan lo que les hace falta, y aún les sobre para hacer toda clase de buenas obras. (2 Corintios 9:8)

Son promesas fabulosas. No son promesas de una salud inquebrantable (Filipenses 2:25-27) o una prosperidad extravagante (Filipenses 4:12). Pero prometen que Dios proveerá toda necesidad para que así abundemos en todas buenas obras y estar “enriquecidos en toda forma para ser generoso en toda forma” (2 Corintios 9:11).

La llave para el Almacén

Estas promesas de provisión son inequívocas y acusatorias, pero no son incondicionales. La condición es la fe (Mateo 17:20; Juan 11:40; Santiago 1:5–7). Abrimos la vasija de las provisiones de Dios y accedemos a la cuenta bancaria sin borde de Dios ejercitando la fe. Debemos actuar sobre las promesas, o su contenido permanece desaprovechado.

El escepticismo contempla lo que percibimos para que sea un déficit y se pierde corazón. El escepticismo no piensa que habrá algo en la vasija y por eso no la abre. El escepticismo no piensa que los fondos en la cuenta estarán disponibles y por lo tanto no los retira.

El escepticismo puede existir con alarmante facilidad junto con un asentamiento para que suene como una doctrina. Podemos afirmar la verdad de estas promesas, pero si estamos renuentes a actuar sobre ellas no nos hace bien. Ya que de hecho no las creemos.

En estas promesas, Dios nos muestra su almacén de abundante provisión. La fe es la llave que abre el almacén. ¡Y Dios desea que nosotros abramos su almacén! ¡Él desea que nosotros tengamos su abundante gracia! Aún así, requiere fe porque “sin fe es imposible agradar a Dios . . . [pero] él recompensa a aquellos quienes lo buscan” (Hebreos 11:6).

Detenga la Revisión del Déficit

Ahora, si eres como yo, en este punto dirás, “¡Lo sé! Pero diciéndome que no tengo suficiente fe, no me ayuda a tener más. ¡Sólo me muestra mi déficit y me hace sentir derrotado! ¡Muéstrame cómo tener más fe!”

¡Bien! Cuando estamos enfermos y cansados de ser un discípulo con “poca fe” (Lucas 12:28), estamos listos para tomar los pasos para cambiar.

Y el cambio comienza dejando nuestra revisión de déficits. Debemos dejar de contemplar nuestras faltas: nuestras faltas de recursos, sabiduría, y poder, incluso nuestra falta de fe. Nuestros déficits nos desmotivan y nos derrotan. Nuestros déficits agotan la fe. Por esta razón Satanás te acusa, intenta resaltar tu bancarrota, y por todo te motiva a pensar sobre tí msimo tanto como sea posible. No quiere que contemples a Jesús y toda la abundante gracia que Él adquirió para ti.

Busca Primero al Reino

Pero si buscamos a Jesús, Él nos muestra cómo incrementar la fe. Primero dice,

“Tampoco tienen que preocuparse por lo que van a comer o beber; no se inquieten. Porque son los paganos de este mundo los que van detrás de esas cosas y tu Padre sabe que ustedes las necesitan. Busquen más bien su Reino, y lo demás se les dará por añadidura.” (Lucas 12:29–31)

Jesús nos dice que no contemplemos los déficits del mundo, sino que busquemos el Reino del Padre. Hagamos las prioridades de su reino nuestras principales prioridades y él nos proveerá de todas las necesidades. ¿Qué propiedades específicas? Pregúntale a Dios y busca en las Escrituras. Él aclarará eso.

Luego Jesús dice,

“No temas, pequeño Rebaño, porque el Padre de ustedes ha querido darles el Reino. Vendan sus bienes y denlos como limosna. Háganse bolsas que no se desgasten y acumulen un tesoro inagotable en el cielo, donde no se acerca el ladrón ni destruye la polilla. Porque allí donde tengan su tesoro, tendrán también su corazón.” (Lucas 12:32–34)

En realidad Jesús nos dice que ejercitemos la fe despojándonos nosotros mismos de nuestros ídolos de seguridad y obsequiar más de lo que creamos que podamos. El desafío de Jesús: Poner a prueba la promesa y no temer. ¡Nuestro Padre se deleita en darnos el reino y todos sus tesoros!

Aparta el peso de tus déficits:

La promesa de Dios es que si hacemos esto, lo veremos actuar y nuestra fe aumentará.



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