Apartando el peso de la baja imagen de nosotros mismos

De Libros y Sermones Bíblicos

(Diferencias entre revisiones)
Saltar anavegación, buscar
(Página creada con '{{info|Lay Aside the Weight of Low Self Image}}<br> Si descubrimos que tenemos problemas con una baja imagen de uno mismo, necesitamos observarla cuidadosamente, puede que no ...')
Línea 1: Línea 1:
{{info|Lay Aside the Weight of Low Self Image}}<br>  
{{info|Lay Aside the Weight of Low Self Image}}<br>  
-
Si descubrimos que tenemos problemas con una baja imagen de uno mismo, necesitamos observarla cuidadosamente, puede que no sea baja del todo. De hecho, puede ser una imagen de uno mismo frustrada y envanecida.  
+
Si descubrimos que tenemos problemas con una baja imagen de nosotros mismos, necesitamos observarla cuidadosamente, porque puede que no sea baja del todo. De hecho, puede ser una imagen de nosotros mismos frustrada y envanecida.  
-
Pablo escribió esto en Romanos 12:3:  
+
Pablo escribió esto en Romanos 12:3 (LBLA):  
 +
<blockquote>
 +
Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno.
 +
</blockquote>
 +
Lo que nuestro mundo a menudo llama bajo concepto de uno mismo, pienso que Pablo diría que es otra forma de pensar demasiado alto de nosotros mismos.
-
:En virtud de la gracia que me fue dada, le digo a cada uno de ustedes: no se estimen más de lo que conviene; pero tengan por ustedes una estima razonable, según la medida de la fe que Dios repartió a cada uno.
+
==== Formas santas e impías de pensar alto de nosotros mismos  ====
-
Lo que nuestro mundo a menudo llama imagen de uno mismo, pienso que Pablo diría que es otra forma de pensar demasiado alta de nosotros mismos.  
+
Hay una forma santa y humilde de pensar alto de nosotros mismos. Si somos cristianos, somos santos que formamos parte de un “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). Somos una nueva creación en Cristo y nunca más seremos las antiguas personas condenadas (2 Corintios 5:17). Dios tiene la intención de que esto forme parte de la imagen que tenemos de nosotros mismos.  
-
==== Formas Sagradas e Impías de Tener una Alta estima de Usted Mismo  ====
+
Pero existe una forma impía y orgullosa de tener una alta estima de nosotros mismos - siendo ambiciosamente egoístas y creyendo que somos más significativos que los demás (Filipenses 2:3). Esto no debería ser parte de nuestra imagen como cristianos, y si lo es, generalmente resulta en “pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia, desórdenes” (2 Corintios 12:20). Probablemente este es el pensar alto que Pablo tenía en mente en Romanos 12:3.
-
Hay una forma sagrada y humilde de tener una alta estima de usted mismo. Si es un Cristiano, es un santo que es parte de una “raza elegida, un sacerdocio real, una nación sagrada, una persona para la propia posesión [de Dios] y poder proclamar las excelencias de aquél que los sacó de la oscuridad hacia su maravillosa luz” (1 Pedro 2:9). Son una nueva creación en Cristo y nunca más serán esa persona condenada (2 Corintios 5:17). Dios tiene la intención de que esto sea parte de su imagen de uno mismo.
+
==== Formas santas e impías de pensar bajo de nosotros mismos  ====
-
Pero exise una forma que no es sagrada y orgullosa de tener un alta estima de usted mismo - siendo egoista, ambicioso y creer que usted mismo es más significativo que los demás (Filipenses 2:3). Esto no debe ser parte de su imagen de uno mismo como Cristiano, y si lo es, generalmente resulta en “contiendas, envidias, animosidades, rivalidades, detracciones, murmuraciones, engreimientos, y desórdenes” (2 Corintios 12:20). Este es probablemente el alta estima que Pablo tenía en mente en Romanos 12:3.  
+
De la misma forma, existen formas santas  e impías de tener una baja estima de nosotros mismos.  
-
==== Formas Sagradas e Impías de Tener una Baja estima de Usted Mismo  ====
+
Si nos vemos a nosotros mismos como alguien que una vez fue el primero de los pecadores (1 Timoteo 1:15), que somos lo que somos ahora por la gracia de Dios (1 Corintios 15:10), buscamos el último lugar en el banquete (Lucas 14:10) porque consideramos a los demás más importantes que a nosotros mismos (Filipenses 2:3), y el clamor de nuestro corazón es que “es necesario que [Jesús] crezca, y que yo disminuya” (Juan 3:30), esta es la humildad santa.
-
De la misma forma, existen formas sagradas e impías de tener una baja estima de usted mismo.  
+
Pero si sufrimos de un sentimiento crónico de fracaso, bajo rendimiento y vergüenza porque comparándonos con los demás simplemente no somos suficientemente inteligentes, atractivos, competentes, agraciados, organizados, educados, exitosos, ricos, o sobresalientes, casi siempre se trata de una humildad impía.  
-
Si se ve a usted mismo como alguna vez haber sido el primero de los pecadores (1 Timoteo 1:15), sólo ser lo que es ahora por la gracia de Dios (1 Corintios 15:10), busca el asiento bajo en el banquete (Lucas 14:10) porque considera a los demás más importantes que a usted mismo (Filipenses 2:3), y el llanto de su corazón es que “[Jesús] debe aumentar, pero yo debo disminuir” (Juan 3:30). Esta es la humildad sagrada.  
+
Y esta clase de bajo autoconcepto también tiende a resultar en “pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia y desórdenes” (2 Corintios 12:20). Porque, en realidad, estamos pensando bastante alto de nosotros mismos, y estamos tristes, avergonzados y frustrados ya que no podemos obtener la admiración de los demás que deseamos. Y estamos listos para derribar a aquellos que vemos por encima de nosotros.  
-
Pero si usted sufre de un sentido crónico de falla, bajo rendimiento y pena porque comparándose con los demás sólo no es lo suficientemente inteligente, atractivo, competente, agraciado, organizado, educado, exitoso, rico, o sobresaliente, casi siempre eso es una humildad impía.
+
==== Luchando contra la humildad impía ====
-
Y esta clase de baja imagen de uno mismo también tiende a “contiendas, envidias, animosidades, rivalidades, detracciones, murmuraciones, engreimientos, y desórdenes” (2 Corintios 12:20). Porque en verdad estamos teniendo un alta estima de nosotros mismos, y estamos tristes, apenados y frustrados ya que no podemos obtener la admiración de los demás que deseamos. Y estamos maduros para derribar a aquellos que vemos por encima de nosotros.  
+
Todos batallamos con esto a veces. Es una tentación común para el hombre (1 Corintios 10:13). Y Pablo nos ayuda a luchar contra esta forma invertida de pensar demasiado alto de nosotros mismos en Romanos 12.  
-
==== Luchando con la Humildad Impía  ====
+
Nos recuerda que “así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros” (Romanos 12:4-5). Estamos destinados a ser diferentes porque tenemos funciones diferentes. Esto debilita la envidia y motiva nuestro sentido de mayordomía.
-
Todos batallamos con esto a veces. Es una tentación común para el hombre (1 Corintios 10:13). Y Pablo ayuda a luchar con esta forma invertida de tener alta estima de nosostros mismos en Romanos 12.  
+
Y Pablo nos cuenta que estas funciones diferentes vienen a nosotros como dones de gracia por parte de Dios: “Pero teniendo dones que difieren, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos” (Romanos 12:6). Lo que tenemos, lo hemos recibido de Dios, y Él desea que estemos conformes con lo que tenemos (Hebreos 13:5). Y tenemos que usar lo que hemos recibido “según la medida de la fe que Dios ha distribuido a cada uno” (Romanos 12:3). Los dones vienen de Dios y la fe para usarlos viene de Dios. De hecho, “no podemos recibir nada si no nos es dado del cielo” (Juan 3:27). Esto debilita la codicia y motiva nuestra fe en Dios.  
-
Nos recuerda que “así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros con diversas funciones, también todos nosotros formamos un solo Cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a cada uno, somos miembros los unos de los otros” (Romanos 12:4-5). Estamos destinados a ser diferentes porque tenemos funciones diferentes. Esto debilita la envidia y motiva nuestro sentido de solidaridad.  
+
La humildad impía proviene del compararnos a nosotros mismos en el espíritu de los discípulos que competían para ver “cuál de ellos debería ser considerado como el mayor” (Lucas 22:24). Sin duda algunos se sentían claramente superiores, mientras los demás sentían envidia debido a sus menores dones, oportunidades o atención.  
-
Y Pablo nos cuenta que estas funciones diferentes vienen a nosotros como dones de gracia por parte de Dios: “Conforme a la gracia que Dios nos ha dado, todos tenemos aptitudes diferentes. El que tiene el don de la profecía, que lo ejerza según la medida de la fe” (Romanos 12:6). Lo que tenemos, lo hemos recibido de Dios, y Él desea que estemos conformes con lo que tenemos (Hebreos 13:5). Y tenemos que usar lo que hemos recibido “según la medida de la fe que Dios repartió a cada uno” (Romanos 12:3). Los dones vienen de Dios y la fe para usarlos viene de Dios. De hecho, “no podemos recibir incluso una cosa a menos que [nos] sea dado del cielo” (Juan 3:27). Esto debilita la codicia y motiva nuestra fe en Dios.  
+
Pero si hacemos morir esta humildad impía eligiendo creer que todos nosotros hemos sido asignados por Dios a funciones sagradas en el cuerpo de Cristo, y nos humillamos bajo la mano todopoderosa de Dios, confiando en Él para exaltarnos en los momentos y las formas apropiadas (1 Pedro 5:6). Si realmente buscamos considerar a los demás más importantes que a nosotros mismos (Filipenses 2:3), no confiamos en nuestro impulso de ser primeros, y recordamos que el que menos tiene entre nosotros a menudo es el que Dios considera grande (Lucas 9:48), entonces estaremos pensando con un piadoso “buen juicio”. (Romanos 12:3).  
-
La humildad impía proviene del compararnos a nosotros mismos con aquella persona en el espíritu de los discípulos que competían para ver “cuál de ellos iba a ser nombrado el más grandioso” (Lucas 22:24). Sin duda alguno de sintió claramente superior, mientras los demás sentían envidia debido a sus menores dones, menores oportunidades o menor atención.
+
Una imagen baja de uno mismo - humildad impía - que en realidad está pensando demasiado alto de nosotros mismos, es un peso que debemos apartar con el objetivo de correr nuestra carrera de fe (Hebreos 12:1). Miremos a Jesús (Hebreos 12:2), quien nos mostró cómo hacerlo viniendo a nosotros como el que sirve (Lucas 22:27), y se humilló a sí mismo al lugar más bajo por nosotros (Filipenses 2:8).  
-
 
+
-
Pero si eliminamos esta humildad impía eligiendo creer que todos nosotros hemos sido asignados por las funciones sagradas de Dios en el cuerpo de Cristo, y nos humillamos bajo la mano todapoderosa de Dios, confiando en Él para exaltarnos en los momentos apropiados y las formas apropiadas (1 Pedro 5:6). Si realmente buscamos considerar a los demás más importantes que a nosotros mismos (Filipenses 2:3), y no confiamos primero en nuestro ímpetu, y recordamos que el que menos tiene entre nosotros a menudo es el que Dios considera grandioso (Lucas 9:48), entonces allí estaremos pensando con “juicio sobrio” divino (Romanos 12:3).
+
-
 
+
-
Una imagen de uno mismo baja - humildad impía - la cual está en verdad teniendo un alta estima de nosotros mismos, es un peso que debemos apartar con el objetivo de correr nuestra carrera de la fe (Hebreos 12:1). Permitámonos buscar a Jesús (Hebreos 12:2), quien nos mostró cómo hacerlo viniendo hacia nosotros como el que es siervo (Lucas 22:27), y se humilló a sí mismo al lugar más bajo por nosotros (Filipenses 2:8).  
+
<br>
<br>

Revisión de 23:33 17 feb 2017

Recursos Relacionados
Leer más Por Jon Bloom
Indice de Autores
Leer más sobre Orgullo
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: Lay Aside the Weight of Low Self Image

© Desiring God

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por Jon Bloom sobre Orgullo

Traducción por Carlos Diaz


Si descubrimos que tenemos problemas con una baja imagen de nosotros mismos, necesitamos observarla cuidadosamente, porque puede que no sea baja del todo. De hecho, puede ser una imagen de nosotros mismos frustrada y envanecida.

Pablo escribió esto en Romanos 12:3 (LBLA):

Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno.

Lo que nuestro mundo a menudo llama bajo concepto de uno mismo, pienso que Pablo diría que es otra forma de pensar demasiado alto de nosotros mismos.

Formas santas e impías de pensar alto de nosotros mismos

Hay una forma santa y humilde de pensar alto de nosotros mismos. Si somos cristianos, somos santos que formamos parte de un “linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1 Pedro 2:9). Somos una nueva creación en Cristo y nunca más seremos las antiguas personas condenadas (2 Corintios 5:17). Dios tiene la intención de que esto forme parte de la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Pero existe una forma impía y orgullosa de tener una alta estima de nosotros mismos - siendo ambiciosamente egoístas y creyendo que somos más significativos que los demás (Filipenses 2:3). Esto no debería ser parte de nuestra imagen como cristianos, y si lo es, generalmente resulta en “pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia, desórdenes” (2 Corintios 12:20). Probablemente este es el pensar alto que Pablo tenía en mente en Romanos 12:3.

Formas santas e impías de pensar bajo de nosotros mismos

De la misma forma, existen formas santas e impías de tener una baja estima de nosotros mismos.

Si nos vemos a nosotros mismos como alguien que una vez fue el primero de los pecadores (1 Timoteo 1:15), que somos lo que somos ahora por la gracia de Dios (1 Corintios 15:10), buscamos el último lugar en el banquete (Lucas 14:10) porque consideramos a los demás más importantes que a nosotros mismos (Filipenses 2:3), y el clamor de nuestro corazón es que “es necesario que [Jesús] crezca, y que yo disminuya” (Juan 3:30), esta es la humildad santa.

Pero si sufrimos de un sentimiento crónico de fracaso, bajo rendimiento y vergüenza porque comparándonos con los demás simplemente no somos suficientemente inteligentes, atractivos, competentes, agraciados, organizados, educados, exitosos, ricos, o sobresalientes, casi siempre se trata de una humildad impía.

Y esta clase de bajo autoconcepto también tiende a resultar en “pleitos, celos, enojos, rivalidades, difamaciones, chismes, arrogancia y desórdenes” (2 Corintios 12:20). Porque, en realidad, estamos pensando bastante alto de nosotros mismos, y estamos tristes, avergonzados y frustrados ya que no podemos obtener la admiración de los demás que deseamos. Y estamos listos para derribar a aquellos que vemos por encima de nosotros.

Luchando contra la humildad impía

Todos batallamos con esto a veces. Es una tentación común para el hombre (1 Corintios 10:13). Y Pablo nos ayuda a luchar contra esta forma invertida de pensar demasiado alto de nosotros mismos en Romanos 12.

Nos recuerda que “así como en un cuerpo tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma función, así nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo en Cristo e individualmente miembros los unos de los otros” (Romanos 12:4-5). Estamos destinados a ser diferentes porque tenemos funciones diferentes. Esto debilita la envidia y motiva nuestro sentido de mayordomía.

Y Pablo nos cuenta que estas funciones diferentes vienen a nosotros como dones de gracia por parte de Dios: “Pero teniendo dones que difieren, según la gracia que nos ha sido dada, usémoslos” (Romanos 12:6). Lo que tenemos, lo hemos recibido de Dios, y Él desea que estemos conformes con lo que tenemos (Hebreos 13:5). Y tenemos que usar lo que hemos recibido “según la medida de la fe que Dios ha distribuido a cada uno” (Romanos 12:3). Los dones vienen de Dios y la fe para usarlos viene de Dios. De hecho, “no podemos recibir nada si no nos es dado del cielo” (Juan 3:27). Esto debilita la codicia y motiva nuestra fe en Dios.

La humildad impía proviene del compararnos a nosotros mismos en el espíritu de los discípulos que competían para ver “cuál de ellos debería ser considerado como el mayor” (Lucas 22:24). Sin duda algunos se sentían claramente superiores, mientras los demás sentían envidia debido a sus menores dones, oportunidades o atención.

Pero si hacemos morir esta humildad impía eligiendo creer que todos nosotros hemos sido asignados por Dios a funciones sagradas en el cuerpo de Cristo, y nos humillamos bajo la mano todopoderosa de Dios, confiando en Él para exaltarnos en los momentos y las formas apropiadas (1 Pedro 5:6). Si realmente buscamos considerar a los demás más importantes que a nosotros mismos (Filipenses 2:3), no confiamos en nuestro impulso de ser primeros, y recordamos que el que menos tiene entre nosotros a menudo es el que Dios considera grande (Lucas 9:48), entonces estaremos pensando con un piadoso “buen juicio”. (Romanos 12:3).

Una imagen baja de uno mismo - humildad impía - que en realidad está pensando demasiado alto de nosotros mismos, es un peso que debemos apartar con el objetivo de correr nuestra carrera de fe (Hebreos 12:1). Miremos a Jesús (Hebreos 12:2), quien nos mostró cómo hacerlo viniendo a nosotros como el que sirve (Lucas 22:27), y se humilló a sí mismo al lugar más bajo por nosotros (Filipenses 2:8).



Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas