Cómo cuidar a las mujeres que han sufrido un aborto natural

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English: How to Care for Women Who Have Miscarried

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Por Jasmine Holmes sobre Sufrimiento

Traducción por Roxana Verdejo


Recuerdo el entusiasmo con el que envié mensajes de textos a una amiga cuando me enteré de que estaba embarazada. Su embarazo estaba más avanzado y yo tenía miles de preguntas acerca de qué esperar durante el primer trimestre. Intercambiamos planes e incluso compartimos el mismo grupo de mujeres embarazadas de Facebook. Cerca de la fecha de su parto, yo le enviaba un mensaje de texto todos los días para preguntarle cómo estaba.

Entró en trabajo de parto dos semanas después de que yo sufrí un aborto natural. Unos días antes, me envió un mensaje de texto: «Está bien si prefieres que deje de enviarte mensajes de texto con noticias de mi bebé. Entiendo si es demasiado para ti en este momento y no me ofenderé».

Cualquiera que fuera mi respuesta, sabía que ella trataría de ser comprensiva y paciente conmigo. Días después de mi desolador anuncio, amigas como ella se volvieron invaluables para mí y, durante los siguientes meses he aprendido a apreciar su sensibilidad aún más.

No hay panacea que pueda hacer desaparecer el dolor de un aborto natural. Sin embargo, en mi búsqueda de amar a las mujeres que han vivido esta pérdida (Romanos 12:15), y como mujer que lo ha vivido en carne propia, hay algunas cosas que han sido recordatorios reconfortantes de cómo el Señor utiliza a su pueblo para cuidarse los unos a los otros.

Contenido

1. Comparte la alegría

Siempre he amado a los niños, pero mi interés en las complejidades del embarazo y el parto creció cuando tomé una clase sobre ética y la vida por nacer, a tal punto que hice un trabajo de investigación sobre la historia de la obstetricia. Se me abrió un mundo completamente nuevo. Siempre supe que el Señor es el autor de la vida (Salmos 139:13), pero me maravilló ver la belleza con la cual se crea esa vida en el vientre.

El embarazo es algo hermoso, y los niños son una herencia del Señor (Salmos 127:3). La realidad del aborto natural no debe silenciar nuestra acción de gracias por el regalo de esa nueva vida, ya sea que dure nueve semanas o noventa años. Si estás embarazada, no importa cuán temprano, tus noticias son motivo de regocijo, incluso si nos recuerdan una dolorosa pérdida.

2. Lleva con humildad

Sin embargo, en ese gozo, ten cuidado de no hacer alarde de tu seguridad, sino de llevar a tu hijo humildemente ante el Señor. En mi juventud, el aborto natural no era un tema envuelto en misterio. Por lo general, los embarazos se anunciaban temprano y se compartían las pérdidas. Aunque cada pareja debe elegir el momento y la transparencia que mejor le parezca, fui inmensamente bendecida por la transparencia de las madres en mi comunidad. El Señor las usó para enseñarme mucho antes de mi propio embarazo que el regalo de la vida estaba en las manos del Señor (Job 1:21).

No recomiendo que las madres embarazadas llenen sus mentes con estadísticas inminentes, búsquedas sin fin y vanas en Google sobre síntomas, o que se preparen para lo peor. Este tipo de pesimismo es solo un grito de ayuda de una persona que ansía el control de forma excesiva. Pero también advierto, especialmente a las jóvenes primerizas, que vean cada día que tienen con su pequeño como una bendición para ser recibida con gratitud, no como un derecho.

3. Ama escuchando

Puede ser fácil preguntarle a una mujer cómo se encuentra cuando el dolor del aborto natural es reciente, pero no olvides preguntarle cómo está seis, doce o dieciocho meses después. El aborto natural, especialmente durante el primer embarazo, acarrea una carga muy pesada. El Día de la Madre puede ser difícil. Los anuncios de embarazo pueden ser agridulces. La idea de un nuevo embarazo puede ser aterradora.

Dios nos ha posicionado en el cuerpo de Cristo y nos ha llamado a llevar los unos las cargas de los otros (Gálatas 6:2). El aborto natural es cada vez menos un tema tabú, y esta es una tendencia muy útil para el dolor que ha sido silenciado durante mucho tiempo. Ama a tus hermanas escuchándolas.

4. Permanece presente

Lo que más me gustó del mensaje de mi amiga fue que ella no desapareció de mi vida cuando pensó que su embarazo podría ser doloroso para mí. Me preguntó. No todas mis amigas se sintieron tan audaces, pero si se animaron y me preguntaron o no, yo aprecié que muchas de ellas se acercaron a mí.

El aborto natural asusta mucho, sobre todo a la futura mamá. Pone a prueba los límites de nuestra sumisión a la soberanía de Dios como casi ninguna otra situación. Nos obliga demostrar nuestras afirmaciones de que confiamos en que él sabe lo que es mejor para nosotras y nuestros seres queridos. No huyas de ese desafío que brota en la vida de las mujeres que te rodean; abrázalas y abraza el llamado a confiar en el Señor.

5. Haz preguntas

No todas las mujeres son iguales. Algunas de las cosas que he recomendado en este artículo realmente me bendijeron, pero pueden fastidiar a algunas mujeres. Al igual que con cualquier otro tipo de pérdida, el aborto natural afecta a las mujeres de muchas maneras diferentes. Sin embargo, cuando me preguntaban cuál era la mejor manera de cuidarme durante ese período oscuro, me sentía muy agradecida de que tenían esa pregunta como prioridad.

Mi amiga tiene la oportunidad de sostener a su bebé, y a mí me encanta ver fotos de él, no porque disminuye el dolor de mi propia pérdida, sino porque con su cuidado mi amiga me recordó que nos une algo más que la maternidad; ella es una hermana en Cristo, y su corazón escuchó los gemidos del mío. El valor de ese amor es inmenso.


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