Crecimiento Bíblico de la Iglesia: I Tesalonicenses 3:12-4:12

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English: Biblical Church Growth I Thessalonians 3:12-4:12

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Por Mark Dever sobre Santificación y Crecimiento
Una parte de la serie Sermon

Traducción por Maria Luisa Davalos


Conferencia Teológica Reformada de Toledo
27 de Abril del 2002

¿Cómo se puede lograr que su iglesia crezca? Según los anuncios publicados en una reciente edición de una importante revista evangélica, las iglesias pueden crecer si asisten a un seminario sobre la capacitación efectiva de líderes eclesiásticos en la iglesia local; si compran nueva literatura para la Escuela Dominical; si compran equipo de comunicación eléctrica en una tienda en Alabama; si escogen el estudio bíblico o libro cristiano correcto, o la universidad o seminario correcto. Un destacado seminario dice que si se ingresa, "le dará el poder para cambiar el mundo."

El crecimiento de la Iglesia actualmente es una grande empresa. Mucha gente, desde burócratas de denominaciones en decadencia, a sociólogos de la religión, y jóvenes y serios pastores evangélicos, quisieran saber cómo es una iglesia en crecimiento y cómo tener una.

El apóstol Pablo sabía que fundamentalmente una iglesia en crecimiento está formada por cristianos en crecimiento. Por eso se tomó el tiempo para orar e instruir a los cristianos que conocía, y por la gracia de Dios, la iglesia creció. Vayamos ahora a la primera carta de Pablo a los Tesalonicenses, comenzando en 3:12.

12 y que el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros, y para con todos, como también nosotros lo hacemos para con vosotros; 13 a fin de que El afirme vuestros corazones irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesús con todos sus santos. 1 Por lo demás, hermanos, os rogamos, pues, y os exhortamos en el Señor Jesús, que como habéis recibido de nosotros instrucciones acerca de la manera en que debéis andar y agradar a Dios (como de hecho ya andáis), así abundéis en ello más y más. 2 Pues sabéis qué preceptos os dimos por autoridad del Señor Jesús. 3 Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; 4 que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, 5 no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6 y que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto, porque el Señor es el vengador en todas estas cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente. 7 Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación. 8 Por consiguiente, el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino al Dios que os da su Espíritu Santo. 9 Mas en cuanto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que nadie os escriba, porque vosotros mismos habéis sido enseñados por Dios a amaros unos a otros; 10 porque en verdad lo practicáis con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero os instamos, hermanos, a que abundéis en ello más y más, 11 y a que tengáis por vuestra ambición el llevar una vida tranquila, y os ocupéis en vuestros propios asuntos y trabajéis con vuestras manos, tal como os hemos mandado; 12 a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.

Primero veremos las oraciones de Pablo para tener una iglesia en crecimiento, 3:12-13, el motivo para una iglesia en crecimiento, 4:1, y las instrucciones para una iglesia en crecimiento, 4:2-12.

En primer lugar, tal como lo hizo en el capítulo 1, vv. 2-3, Pablo compartió con los Tesalonicenses aquello por lo que estaba orando para ellos. El oraba por dos cosas por ellos – amor y santidad.

El verso 12 nos dice que oró por ellos así, Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros.

Pablo sabe que Dios es la fuente del amor. Noten que Pablo no solamente les dice que sean más llenos de amor. Pablo ora a Dios sobre estas peticiones, porque sabe que lo que está pidiendo es algo que Dios con seguridad lo puede hacer, y lo que desea es algo que Dios ha dicho. Después de todo, es Dios quien ha dado el ejemplo del amor y también nos da el poder para seguir ese ejemplo. "EEn esto conocemos el amor: en que El puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios," (I Juan 4:7-8).

Nosotros los cristianos entonces amamos, porque Dios nos amó primero--en el sentido en que nos ha dado un ejemplo de amor, así también El nos da el poder para amar. Entonces, si necesitamos crecer en amor, ¿qué haremos? Al menos una cosa podemos hacer al respecto, orar. La manera de crecer es orando.

Pablo asume que ellos se aman (esto queda claro desde el verso 4:9), pero quiere que su amor crezca, incluso que desborde – ¡que desborde su cause, que se salga de sus límites! Los cristianos siempre deberían estar creciendo. Es bueno orar por esta causa por aquellos que conocemos, y por nosotros mismos--que tengamos más y más amor entre nosotros y para todos los demás.

También vemos en el verso 13 que Pablo oró por santidad. Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos.

Nuevamente, noten la fuente de su fortaleza. Pablo ora para que Dios afirme el centro de su ser--sus personalidades, sus voluntades, ese lugar en donde las metas y ambiciones de la vida se guardan--sus corazones. Les dice porqué quiere que sus corazones sean afirmados: para que puedan ser irreprensibles en santidad. Pablo ora en forma negativa para que no haya pecado que caiga sobre ellos, para que sean irreprensibles. También ora en forma positiva para que sean santos, que sus vidas reflejen el puro y buen carácter de Dios. Pablo quiere que se quiten lo viejo y se pongan lo nuevo. Pablo enfatiza que no sean simplemente irreprensibles a los ojos del mundo, sino irreprensibles "en la presencia de Dios nuestro Padre" al momento del juicio final, cuando todos los libros se abren, cuando nuestro Señor Jesús venga con todos sus santos. El tema del FINAL se encuentra a lo largo de toda esta carta.

Es interesante que Pablo no les diga que ha orado por—su salud física y su prosperidad, el fin de su persecución —cosas por las que probablemente le diríamos a alguien que estamos orando. No estoy diciendo que Pablo nunca oró por estas cosas por ellos. Pero no es lo que comparte con ellos aquí. Pablo parece estar especialmente preocupado en orar no por la prosperidad física o material de ellos, sino por su prosperidad espiritual.

Pablo no solo oró por los Tesalonicenses, también los motivó para que vivieran para complacer a Dios (4:1). Pablo les imploró. Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más.

Les había recordado de muchas cosas de las que ya les había hablado antes cuando estuvo con ellos. Y ahora, ¿que les dice que ya les había instruido? En cómo vivir. No era una simple instrucción sobre lo que debían creer, sino en cómo debían vivir. Cuando Pablo estuvo con estos creyentes, no solamente les había enseñado palabras, sino que les había enseñado cómo vivir. Cuando escuchó que estaban firmes en el Señor, como dice en v. 8, esto no solamente significaba que tenían la creencia correcta, sino que aún vivían sus vidas correctamente. Como dijo Matthew Henry, "Hablar bien sin vivir bien nunca nos llevará al cielo."

Pablo les recuerda cómo deben vivir, "para complacer a Dios." Sin importar las apariencias de las iglesias de fácil uso, en el corazón de cualquier iglesia que realmente está creciendo estará el deseo de complacer a Dios. Si somos honestos, debemos admitir que todos vivimos para complacer a alguien. Pero la pregunta crucial es, quién es esa persona. ¿De quién requiere aprobación para estar contento y feliz? Según la Biblia, el cristiano vive para complacer a Dios. Es solamente en la medida en que el deseo de complacer a Dios llega al centro de la vida del cristiano, de la vida de la iglesia, que se dará un crecimiento.

Ya ves, aquí nuevamente, tenemos la idea de crecimiento. Pablo dice "como ya lo están haciendo," háganlo "más y más." No solamente quiere que crezcan, sino que abunden. La marca de un cristiano en crecimiento no es la perfección sino el deseo de crecer.

Pablo los exhorta a que hagan esto. Esta palabra "exhortar" en v. 1 es utilizada por Pablo para introducir exhortaciones apasionadas, para dejar bien claro su punto. "Hermanos, os rogamos, pues, y os exhortamos en el Señor Jesús, que como habéis recibido de nosotros instrucciones acerca de la manera en que debéis andar y agradar a Dios (como de hecho ya andáis), así abundéis en ello más y más." Pablo les exhortó para que crecieran más y más en una forma de vida que complaciera a Dios. Esta es la motivación de una iglesia en crecimiento.

Pablo había orado para que ellos fueran llenos de amor y santos. Les imploró para que así lo hicieran. Ahora, en la parte final y más extensa de nuestro pasaje añade unas instrucciones específicas para lograr una iglesia en crecimiento (4:2-12).

En primer lugar les instruye sobre la santidad en vv. 2-8. Veamos qué dice.

2Pues sabéis qué preceptos os dimos por autoridad del Señor Jesús. 3Porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación; es decir, que os abstengáis de inmoralidad sexual; 4que cada uno de vosotros sepa cómo poseer su propio vaso en santificación y honor, 5no en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; 6y que nadie peque y defraude a su hermano en este asunto, porque el Señor es el vengador en todas estas cosas, como también antes os lo dijimos y advertimos solemnemente. 7Porque Dios no nos ha llamado a impureza, sino a santificación. 8Por consiguiente, el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino al Dios que os da su Espíritu Santo.

De manera que deben vivir más y más en santidad. "Sean santos" dice Pablo (v. 3). En las versiones antiguas diría "santificación." Es la voluntad de Dios que seamos cada vez más santificados – hechos santos, especiales, apartados. Lo más fundamentalmente santo es Dios. Tal como Hannah oró, "No hay nadie tan santo como el SEÑOR” 1 Samuel 2:2. Por Tanto, debemos reflejar el carácter de Dios en nuestro comportamiento santo. Lo que con más claridad demuestra que somos Su gente es un estilo de vida santo. No debemos confundir a otros al profesar ser hijos de un Dios Santo, y sin embargo, no vivir vidas santas.

Y entonces tenemos el tipo de declaración sobre la santidad que Pablo hace aquí, donde las implicaciones morales deben destacarse en el significado de la palabra. Nuestros cuerpos deben mantenerse limpios y puros para Él; y al hacerlo, la maravillosa santidad del Señor, dadora de vida, brillará en nuestras vidas, iluminando al oscuro mundo que nos rodea. Entonces, aquí Pablo dice específicamente, eviten la inmoralidad sexual (v. 3) – cualquier tipo de contacto sexual fuera del matrimonio. ¿Por qué? Todo vuelve al hecho de complacer al Señor. Pablo nos ofrece dos razones. En primer lugar, en el verso 6, debido al castigo prometido --El Señor castigará a los hombres por estas cosas. Pablo siguió fielmente el ejemplo de Jesús al enseñar a estos jóvenes creyentes que el Señor puede volver en cualquier momento y por lo tanto debemos vivir preparados. Y eso significa que no deben entregarse a aquello que ciertamente merece un castigo por parte de Jesús. En segundo lugar, dice en v. 7, por el propósito que Dios tiene para ellos --Dios no nos llamó para ser impuros sino para vivir una vida santa. Tal como Pablo dijo a los creyentes en Efesio, Dios "según nos escogió en Él, antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él," (1:4). Pablo oró para que los creyentes Filipenses fueran "puros y sin mancha hasta el día de Cristo," (1:10). Dijo a los creyentes Colosenses que Cristo los había reconciliado en su cuerpo "a fin de presentaros santos, sin mancha e irreprensibles delante de Él" (1:22).

Notemos que esta vida de santidad es la vida que complace a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. Así es como Él quiere que vivamos. Las instrucciones son, "por la autoridad del Señor Jesucristo" (v. 2). "Es la voluntad de Dios", dice Pablo en v.3. Y en v. 8, deja claro que "el que rechaza esto no rechaza a hombre, sino al Dios que nos da su Espíritu Santo." Dios nos da Su Espíritu de santidad. Él es santo. Él hace a aquellos en quienes vive como Él mismo--santos.

Es un hecho que es el mensaje de Dios el que da a Pablo tal urgencia. Pablo claramente quería que ellos supieran que éstas no eran solamente sus ideas. No, en esto, Pablo estaba siguiendo las instrucciones que Jesús dio a sus discípulos, que enseñaran a otros lo que ÉL les había enseñado (Mateo 28:18-20).

Este es el corazón de una buena prédica. Ciertamente, la prédica es, como ya se había dicho, la verdad a través de la personalidad. Pero esa personalidad debe ampliar la verdad de Dios, no oscurecerla. Es bueno – incluso necesario – que los predicadores usen el buen juicio que Dios les ha dado, pero siempre de manera que ilumine el texto, más que simplemente iluminar los pensamientos propios del predicador. Cualquiera que quiera predicar debe confirmar su llamado estudiando para poder hablar sobre la palabra de Dios, y no simplemente sobre sus propias ideas.

Finalmente, en vv. 9-12, les instruye sobre el amor (4:9-12).

9Mas en cuanto al amor fraternal, no tenéis necesidad de que nadie os escriba, porque vosotros mismos habéis sido enseñados por Dios a amaros unos a otros; 10porque en verdad lo practicáis con todos los hermanos que están en toda Macedonia. Pero os instamos, hermanos, a que abundéis en ello más y más, 11y a que tengáis por vuestra ambición el llevar una vida tranquila, y os ocupéis en vuestros propios asuntos y trabajéis con vuestras manos, tal como os hemos mandado; 12a fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada.

Ya se amaban unos a otros con amor fraternal. Nuevamente, notemos la importancia del ánimo. Dios les había enseñado sobre esto. Ellos habían respondido. Pablo había tomado nota y los había animado. No es de sorprenderse entonces que al comienzo de la siguiente carta que les escribe se encuentren estas palabras en 1:3: "Siempre tenemos que dar gracias a Dios por vosotros, hermanos, como es justo, porque vuestra fe aumenta grandemente, y el amor de cada uno de vosotros hacia los demás abunda más y más."

Aunque Dios evidentemente ya les había enseñado sobre el amor, Pablo dice que a pesar de esto, podrían crecer, podrían abundar, de manera que los exhorta, les exhorta, tal como lo había hecho en el tema anterior sobre santidad sexual, a hacerlo más y más. Aunque su amor era extenso, e iba más allá de los límites de su congregación local, aún así, Pablo podría exhortarlos a amarse unos a otros más y más. Detalla esto en 5:12-15: respeten a los líderes (5:12-13), amonesten a los indisciplinados (5:14), animen a los desalentados (5:14), sostengan a los débiles (5:14), sean pacientes con todos (5:14), no devuelvan mal con mal (5:15), procurad siempre lo bueno los unos para con los otros, y para con todos. (5:15).

Pareciera, sin embargo, que existían algunos problemas en esta iglesia. Un malentendido de las enseñanzas de Pablo sobre el regreso de Cristo quizás haya llevado a algunos de ellos a un estado marcado por una combinación perturbadora de fanatismo y pereza, al negar el curso normal de la vida para esperar el inminente regreso del Señor. Entonces, Pablo les dijo que debían ambicionarel llevar una vida tranquila; es decir, no una vida agitada y agitante, sino una vida en paz con Dios, con los demás y con uno mismo (cf. vive en paz 5:13). Esta es una notable idea ¿no es cierto?--ambicionar llevar una vida tranquila. En una de mis películas favoritas--Un hombre para toda estación--un joven graduado de Cambridge se acerca a Sir Thomas More de Robert Bolt, pidiéndole ayuda para conseguir empleo. More le ofrece recomendarlo para un puesto como profesor en una escuela. Pero Rich, el joven, la rechaza, prefiriendo más bien un puesto en la corte. More le responde advirtiéndole sobre las tentaciones del poder y del privilegio, y termina recomendándole nuevamente el puesto de profesor: "El hombre debe ir donde no será tentado... ¿Porqué no ser un profesor? Tú serías un buen profesor, tal vez uno excelente." Rich responde, "¿Y si yo fuera quien lo supiera?" More: "Tú, tus pupilos, tus amigos, Dios. No es un mal público. . . . Ah, y una vida tranquila." Fue el Señor Jesús quien enseñó a sus seguidores a orar, no nos dejes caer en la tentación. Y es Pablo quien nos dice que ambicionemos "una vida tranquila".

Pablo continúa instruyéndoles sobre la manera en que pueden lograr esto – simplemente ocupándose de sus propios asuntos. A primera vista, esto podría tener un énfasis diferente al amor fraternal que Pablo estaba recomendando; pero por supuesto, realmente ocuparte de tus propios asuntos, como debería ser, es amar a aquellos a tu alrededor. Hay una gran diferencia entre el altruismo, que significa poner las necesidades de los demás antes que las tuyas propias, y el egoísmo, que significa necesitar constantemente ser el primero en oír, o el primero en decir algo; o en ofenderse si no ha escuchado, y ofenderse si ha escuchado. Antes de buscar u ofrecer información sobre alguien más, sería bueno que a veces nos preguntemos a nosotros mismos, "¿Necesito saberlo? ¿Esta persona necesita saberlo?" No me malentiendan, como cristianos debemos preocuparnos por las vidas de los demás, pero para ello debemos hablar directamente unos con otros con amor humilde y preocupación, no criticándonos unos a otros por sentirnos justos, suponiendo que siempre conocemos el mejor paso.

Otra parte de este amor incluye trabajar con sus propias manos. Noten que Pablo también les dijo que amonestaran a los indisciplinados (5:14). Este era evidentemente un real y creciente problema en la iglesia Tesalónica. Es por eso que Pablo tuvo que advertirles nuevamente, en su siguiente carta, que se cuidaran de los indisciplinados (2 Tes. 3:6-12).

Como podemos ver, la preocupación de Pablo, según v.12, era ganar el respeto de otros--y así no traer extra piedra de tropiezo para las personas que escuchaban el evangelio-- para que no le debieran nada a nadie (cf. Romanos 13:8). Volverse dependiente de otra persona podría ser no solo un mal testimonio, sino que también podría innecesariamente, inhibir su libertad para dar testimonio a los extranjeros, y perturbar la paz en las relaciones entre los miembros de la iglesia (así, Pablo en II Tes. 3:11 hace una conexión entre ser indisciplinado y ser un entrometido).

¿Ven la relación entre amor fraternal y una vida tranquila? Es muy simple, este es el acto de amor que se debe hacer, no ser agobiante con los hermanos, ni escandaloso con otros.

En todo esto, Pablo les instruyó sobre cómo vivir como discípulos en crecimiento, como una iglesia en crecimiento, creciendo en santidad y en amor.

Conclusión

Este es el ejemplo del apóstol Pablo para que sepamos qué hacer para ayudar a que la iglesia crezca. ¿Ya tomó nota de lo que hizo Pablo cuando quiso ver a su iglesia crecer? El hizo lo que tú deberías hacer si quieres ver crecer a tu iglesia, o cualquier otra iglesia -- él intercedió por ellos para que fueran santos y llenos de amor, les imploró que fueran santos y llenos de amor, y les instruyó sobre cómo ser santos y llenos de amor.

No fue un accidente que Pablo estuviera tan preocupado porque estos cristianos fueran santos y llenos de amor, porque Dios ha llamado a la iglesia en conjunto, para que sea una foto, un reflejo de su carácter. De manera que al ser santos y llenos de amor, estos cristianos reflejarán el carácter de su Padre, quien ha mostrado ser, talvez más que ninguna otra cosa, santo y lleno de amor.

Entonces la manera de ser una iglesia en crecimiento, es reflejar el carácter de aquel que nos llamó a ser una iglesia en primer lugar. Después de todo, si no vamos a hacer esto, no vamos a crecer en ninguna dirección, no importa cuantas personas vengan.

Si crecemos como cristianos, o como iglesias, crecemos para Su gloria--no para la nuestra. Y yo creo que ésta es la manera en que veremos un verdadero crecimiento. Escuchemos la oración final de Pablo por los Tesalonicenses al final de su carta (5:23-24): "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará." Al final del día, entonces, nuestro crecimiento en santidad es una promesa.


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