Dios nos da el sufrimiento por el bien de los demás

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El dolor y el sufrimiento progresivo son difíciles. Mi esposa y yo hemos luchado con su dolor crónico por cinco años hasta ahora. Todos sufrimos de alguna forma. Puede ser un dolor crónico, cáncer, relaciones rotas, discapacidad, o el problema contra los pecados dominantes. Es duro vivir en un mundo de futileza y de quebrantamiento. Gemimos por el día cuando todo se haga bien (Romanos 8: 18-25).  
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El dolor y el sufrimiento continuos son difíciles de soportar. Mi esposa y yo hemos luchado con su dolor crónico por cinco años hasta ahora. Todos sufrimos de alguna forma. Puede ser por un dolor crónico, un cáncer, relaciones rotas, una discapacidad, o la lucha contra los pecados que nos asedian. Es difícil vivir en un mundo de futilidad y quebrantamiento. Gemimos esperando el día en el que todo se corrija y se redima (Romanos 8:18-25).  
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Y aún así el sufrimiento parece ser uno de los grandes instrumentos en las manos de Dios para continuar revelándonos nuestra extrema dependencia en Él y nuestra extrema esperanza en Él, a pesar de nuestras circunstancias. Dios es bueno por otorgarnos el más grande regalo que puede darnos, el cual es más de sí mismo. Y a menudo debe quitarnos algo para ayudarnos a confiar solo en él, incluso si a ratos ''pareciera'' que hubiésemos recibido una sentencia de muerte (2 Corintios 1:8-11).  
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Aun así, el sufrimiento parece ser uno de los grandes instrumentos que Dios usa para continuar revelándonos nuestra dependencia extrema de Él y nuestra esperanza suprema en Él, a pesar de las circunstancias. Dios es bueno al otorgarnos el mayor de los regalos que pueda darnos, que es más de sí mismo. Y a menudo debe quitarnos algo para ayudarnos a confiar solo en Él, incluso si de a ratos ''pareciera'' que hemos recibido una sentencia de muerte (2 Corintios 1:8-11).  
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==== El Sufrimiento da importancia a la dependencia  ====
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==== El sufrimiento acentúa la dependencia  ====
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A fin de cuentas, el sufrimiento no crea dependencia, sino que le da importancia. Siempre somos ''completamente'' dependientes, ya sea si tenemos conocimiento o no. Dios es bueno con nosotros al continuar ''recordándonos'', para que así no corramos detrás de los ídolos que parezcan mejores y más confiables que él al momento. Una forma en la que Dios empuja nuestra memoria y preserva nuestra alegría en él en el medio del sufrimiento es mediante otra persona. Es importante que avancemos a lo largo del sufrimiento en comunidad con otros creyentes que puedan señalarnos a Cristo.  
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A fin de cuentas, el sufrimiento no crea dependencia, sino que la pone de relieve. Siempre somos ''completamente'' dependientes, ya sea que lo sepamos o no. Dios es bueno con nosotros al seguir ''recordándonos'' esta condición, para que así no corramos detrás de los ídolos que parezcan mejores y más confiables que Él de momento. Una de las formas en que Dios refresca nuestra memoria y preserva nuestro gozo en Él en medio del sufrimiento es mediante las personas que nos rodean. Es importante que atravesemos el sufrimiento en comunidad con otros creyentes que puedan señalarnos a Cristo.  
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En 2 Corintios 1:11, Pablo dice que desea que muchos se unan en oración por él, ya que a medida que Dios lo sostiene, Dios obtendrá más gloria. Pablo sabe que el compartir el sufrimiento y el soportar las heridas de cada uno le da gloria a Dios. Es humillante dejar que las personas entren en nuestras debilidades, pero sirve para dar importancia a la poderosa gracia sustentadora de Dios.  
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En 2 Corintios 1:11, Pablo dice que desea que muchos se unan en oración por él porque, en la medida en que Dios lo sostiene, Dios recibe más gloria. Pablo sabe que el compartir el sufrimiento y el soportar las cargas los unos de los otros da gloria a Dios. Dejar que las personas conozcan nuestras debilidades nos humilla, pero sirve para resaltar la poderosa gracia sustentadora de Dios.  
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==== Fortaleza en la Debilidad ====
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==== Fortaleza en la debilidad ====
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El dolor y el sufrimiento progresivo tienden a aislarnos de los demás. Nos enfermamos de ser “aquél enfermo” y nos cansamos de ser “aquél que siempre está acabado”. No nos gusta revelar nuestra debilidad. Pero Dios recibe gloria cuando dejamos que otros entren para ver su fortaleza en nuestra debilidad. Dios recibe gloria cuando no actuamos como si lo tuviéramos todo, sino cuando admitimos que Dios nos sostiene juntos mediante el evangelio de su Hijo, el ministerio de su Espíritu, y las oraciones de su gente.  
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El dolor y el sufrimiento continuos tienden a aislarnos de los demás. Nos hartamos de ser “el enfermo” y nos cansamos de ser “el que siempre está cansado”. No nos gusta revelar nuestras debilidades, pero Dios recibe gloria cuando dejamos que otros se involucren para ver su fortaleza en nuestra debilidad. Dios recibe gloria cuando no actuamos como si lo tuviéramos todo, sino que admitimos que Dios nos sostiene mediante el evangelio de su Hijo, el ministerio de su Espíritu y las oraciones de su pueblo.  
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Una parte menos recordada del sufrimiento mutuo como creyentes es la manera en que aquellos que están sufriendo puedan confortar a otros de formas profundas y exclusivas. El dolor y el sufrimiento progresivo tienden apartar nuestra concentración dentro de nosotros mismos. Es tan constante que comienza a consumirnos y a dar color a todo lo que hacemos, siempre viviendo en una pose protectora.  
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Una parte menos recordada de atravesar el sufrimiento en una comunidad de creyentes es la manera en que aquellos que están sufriendo pueden confortar a los demás de formas profundas y únicas. El dolor y el sufrimiento continuos tienden a desviar nuestra atención hacia nosotros mismos. Es tan constante que comienza a consumirnos y a dar color a todo lo que hacemos: vivimos siempre en una pose protectora.  
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Sin embargo, Dios amableblemente conforta el sufrimiento mediante los medios de los otros que sufren. De hecho, Pablo dice que constituye uno de los planes de Dios para con nuestro dolor:  
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Sin embargo, Dios nos conforta de una manera hermosa en el sufrimiento mediante otras personas que también sufren. De hecho, Pablo dice que eso constituye uno de los planes de Dios para con nuestro dolor:  
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:Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios. Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación. (2 Corintios 1:3–5)
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:Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. Porque así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia, así también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo (2 Corintios 1:3–5).
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==== El Propósito de Dios en el Sufrimiento — y en la Consolación ====
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==== El propósito de Dios en el sufrimiento... y en la consolación ====
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Somos herederos con Jesucristo, hijos e hijas del Dios vivo a través del evangelio (Romanos 8:13-17). Y debido a esta relación, el soberano todo poderoso del universo también es Padre de misericordias y un Dios de toda consolación. Acá pablo dice que Dios los consuela en ''todas'' sus tribulaciones. No hay tribulación de la que Dios no esté al tanto o esté distante. Dios está infinitamente interesado en el cuidado y consolación de sus hijos e hijas en ''todas'' sus tribulaciones. Por lo que nunca están solos en su sufrimiento, sea cual sea el dolor o pérdida.  
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Somos coherederos con Jesucristo, hijos e hijas del Dios vivo a través del evangelio (Romanos 8:13-17). Debido a esta relación, el Soberano todopoderoso del universo también es Padre de misericordias y un Dios de toda consolación. En este pasaje, Pablo dice que Dios los consuela en ''todas'' sus tribulaciones. No hay tribulación de la que Dios no esté al tanto o en la que esté distante. Dios está infinitamente interesado en el cuidado y la consolación de sus hijos e hijas en ''todas'' sus tribulaciones. Por lo tanto, nunca estamos solos en el sufrimiento, sea cual sea el dolor o la pérdida.  
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Pero tenga en cuenta el propósito de Dios para su consuelo. A medida que buscamos a Dios para su consuelo y esperanza en el sufrimiento, quiere decir que nos incita a consolar a otos que están sintiéndose afligidos con el mismo consuelo que hemos recibido de Él.  
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No obstante, tengan en cuenta el propósito de Dios al darnos su consuelo. A medida que buscamos a Dios para recibir su consuelo y esperanza en el sufrimiento, Él nos incita a consolar a otros que están sintiéndose afligidos, con el mismo consuelo que nosotros hemos recibido de Él.  
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Dios nos consuela ''para que así'' podamos consolar a otros.<br> Dios nos concede misericordia ''para que así'' podamos ser misericordiosos con los demás.<br> Dios se mantiene de pie incondicionalmente con nosotros en nuestro sufrimiento ''para que así'' nos mantengamos de pie incondicionalmente con los demás que están sufriendo.<br> Dios nunca nos deja solo en nuestro sufrimiento ''para que así'' no dejemos a los demás solos en el suyo. <br>  
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Dios nos consuela ''para que así'' podamos consolar a otros.<br> Dios nos concede misericordia ''para que así'' podamos ser misericordiosos con los demás.<br> Dios nos acompaña incondicionalmente en nuestro sufrimiento ''para que así'' podamos acompañar incondicionalmente a otras personas que están sufriendo.<br> Dios nunca nos deja solos en nuestro sufrimiento ''para que así'' no dejemos a los demás solos en el suyo. <br>  
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Es hermoso cuando la consolación se extiende de esta forma, y debe suceder a menudo en el cuerpo de Cristo. Es dulce ver a las personas redimir su sufrimiento al desprenderse los ojos de sí mismos y volverse hacia Dios para hallar fortaleza, y luego hacia los demás para ofrecer el consuelo que Dios les ha brindado.  
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Es hermoso ver que la consolación se extiende de esta forma, debería suceder a menudo en el cuerpo de Cristo. Es dulce ver a las personas redimir su sufrimiento al desviar la mirada de sí mismos y volverse hacia Dios para hallar fortaleza, ''y luego'' hacia los demás para ofrecerles el consuelo que Dios les ha brindado.  
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==== Todos están sufriendo ====
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==== Todos sufren ====
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No solo es dulce, sino que es necesario para la gloria de Dios y para el bien de su iglesia. El sufrimiento viene en muchas y diversas formas. Como un joven pastor, una de las primeras cosas que me di cuenta es que todos están sufriendo. Parece diferente en muchos casos, pero aún nadie que conozca ha escapado completamente del maleficio y el dolor del sufrimiento.  
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No solo es dulce, sino que es necesario para la gloria de Dios y para el bien de su iglesia. El sufrimiento viene en muchas y diversas formas. Siendo un pastor joven, una de las primeras cosas de las que me di cuenta es de que todos sufren. Se ve diferente en muchos casos, pero aún no conocí a nadie que haya escapado completamente de la maldición y el dolor del sufrimiento.  
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He sido humillado una y otra, y otra vez viendo a mi esposa - luego de años de dolor crónico - atender desinteresadamente a otros aquejados detrás de tras bastidores. Siempre ha sido compasiva, pero mediante su sufrimiento, ella ahora siempre está acercándose al sufrimiento de los demás porque sabe el dolor y las penurias. Sabe cuándo motivar. Sabe cuándo simplemente quejarse junto con alguien. Dios la ha consolado para que así pueda consolar a otros. Esa es toda Su gracia ''en'' su dolor. Es toda Su fuerza en su debilidad. Él se merece toda la gloria, y aún así pretende usarla para completar Su propósito de consolar a los demás.  
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He sido humillado una y otra y otra vez al ver a mi esposa —luego de años de dolor crónico— atender desinteresadamente, tras bastidores, a otras personas aquejadas por el sufrimiento. Siempre ha sido compasiva, pero mediante su sufrimiento, ella ahora siempre se acerca al sufrimiento de los demás porque sabe del dolor y las luchas. Sabe cuándo motivar. Sabe cuándo simplemente quejarse junto a alguien. Dios la ha consolado ''para que así'' ella pueda consolar a otros. En su dolor, toda gracia viene de Él. En su debilidad, toda fuerza viene de Él. Él se merece toda la gloria, y aun así pretende usarla para cumplir Su propósito de consolar a los demás.  
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Dios significa para nosotros no dejar que nuestro sufrimiento se convierta en una excusa para mantener oculta nuestra debilidad o sólo enfocarnos en nosotros mismos. En vez de eso, mostramos algo hermoso del evangelio y del mayor consuelo de Cristo a medida que dejamos que otros entren para ver nuestra debilidad, con el objeto de decir que la fortaleza de Cristo es lo suficientemente fuerte para ellos - su debilidad, su dolor o su sufrimiento. Mostramos magníficamente la bondad del evangelio a medida que volteamos nuestros ojos hacia Dios y luego hacia los demás para ser sus medios de consuelo para ''ellos''. Entonces, redimiremos nuestro sufrimiento - o tanto mejor, llevaremos a cabo uno de los buenos propósitos de Dios por ello.  
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Estar en Dios para nosotros implica no dejar que nuestro sufrimiento se convierta en una excusa para mantener oculta nuestra debilidad o solo enfocarnos en nosotros mismos. Por el contrario, mostramos algo hermoso del evangelio y del mismo consuelo de Cristo cuando dejamos que los demás vean nuestra debilidad, con el fin de demostrarles que la fortaleza de Cristo es toda la fortaleza que ellos necesitan en su debilidad, su dolor o su sufrimiento. Exponemos magníficamente la bondad del evangelio cuando alzamos nuestros ojos hacia Dios y luego hacia los demás para ser el medio por el cual Él les da consuelo ''a ellos''. De esa manera redimiremos nuestro sufrimiento, o tanto mejor, llevaremos a cabo uno de los buenos propósitos por los que Dios permite nuestro sufrimiento.  
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Debemos estar listos para compartir nuestro consuelo en el medio del sufrimiento, ya que la gloria de Dios está en juego y los afligidos son muchos.  
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Debemos estar listos para compartir nuestro consuelo en medio del sufrimiento, ya que la gloria de Dios está en juego y los afligidos son muchos.  
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Revisión de 00:08 16 feb 2016

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Sobre esta Traducción
English: God Brings Us Suffering for Others’ Sake

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Por Dave Zuleger sobre Sufrimiento

Traducción por Carlos Diaz


El dolor y el sufrimiento continuos son difíciles de soportar. Mi esposa y yo hemos luchado con su dolor crónico por cinco años hasta ahora. Todos sufrimos de alguna forma. Puede ser por un dolor crónico, un cáncer, relaciones rotas, una discapacidad, o la lucha contra los pecados que nos asedian. Es difícil vivir en un mundo de futilidad y quebrantamiento. Gemimos esperando el día en el que todo se corrija y se redima (Romanos 8:18-25).

Aun así, el sufrimiento parece ser uno de los grandes instrumentos que Dios usa para continuar revelándonos nuestra dependencia extrema de Él y nuestra esperanza suprema en Él, a pesar de las circunstancias. Dios es bueno al otorgarnos el mayor de los regalos que pueda darnos, que es más de sí mismo. Y a menudo debe quitarnos algo para ayudarnos a confiar solo en Él, incluso si de a ratos pareciera que hemos recibido una sentencia de muerte (2 Corintios 1:8-11).

Contenido

El sufrimiento acentúa la dependencia

A fin de cuentas, el sufrimiento no crea dependencia, sino que la pone de relieve. Siempre somos completamente dependientes, ya sea que lo sepamos o no. Dios es bueno con nosotros al seguir recordándonos esta condición, para que así no corramos detrás de los ídolos que parezcan mejores y más confiables que Él de momento. Una de las formas en que Dios refresca nuestra memoria y preserva nuestro gozo en Él en medio del sufrimiento es mediante las personas que nos rodean. Es importante que atravesemos el sufrimiento en comunidad con otros creyentes que puedan señalarnos a Cristo.

En 2 Corintios 1:11, Pablo dice que desea que muchos se unan en oración por él porque, en la medida en que Dios lo sostiene, Dios recibe más gloria. Pablo sabe que el compartir el sufrimiento y el soportar las cargas los unos de los otros da gloria a Dios. Dejar que las personas conozcan nuestras debilidades nos humilla, pero sirve para resaltar la poderosa gracia sustentadora de Dios.

Fortaleza en la debilidad

El dolor y el sufrimiento continuos tienden a aislarnos de los demás. Nos hartamos de ser “el enfermo” y nos cansamos de ser “el que siempre está cansado”. No nos gusta revelar nuestras debilidades, pero Dios recibe gloria cuando dejamos que otros se involucren para ver su fortaleza en nuestra debilidad. Dios recibe gloria cuando no actuamos como si lo tuviéramos todo, sino que admitimos que Dios nos sostiene mediante el evangelio de su Hijo, el ministerio de su Espíritu y las oraciones de su pueblo.

Una parte menos recordada de atravesar el sufrimiento en una comunidad de creyentes es la manera en que aquellos que están sufriendo pueden confortar a los demás de formas profundas y únicas. El dolor y el sufrimiento continuos tienden a desviar nuestra atención hacia nosotros mismos. Es tan constante que comienza a consumirnos y a dar color a todo lo que hacemos: vivimos siempre en una pose protectora.

Sin embargo, Dios nos conforta de una manera hermosa en el sufrimiento mediante otras personas que también sufren. De hecho, Pablo dice que eso constituye uno de los planes de Dios para con nuestro dolor:

Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en toda tribulación nuestra, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier aflicción con el consuelo con que nosotros mismos somos consolados por Dios. Porque así como los sufrimientos de Cristo son nuestros en abundancia, así también abunda nuestro consuelo por medio de Cristo (2 Corintios 1:3–5).

El propósito de Dios en el sufrimiento... y en la consolación

Somos coherederos con Jesucristo, hijos e hijas del Dios vivo a través del evangelio (Romanos 8:13-17). Debido a esta relación, el Soberano todopoderoso del universo también es Padre de misericordias y un Dios de toda consolación. En este pasaje, Pablo dice que Dios los consuela en todas sus tribulaciones. No hay tribulación de la que Dios no esté al tanto o en la que esté distante. Dios está infinitamente interesado en el cuidado y la consolación de sus hijos e hijas en todas sus tribulaciones. Por lo tanto, nunca estamos solos en el sufrimiento, sea cual sea el dolor o la pérdida.

No obstante, tengan en cuenta el propósito de Dios al darnos su consuelo. A medida que buscamos a Dios para recibir su consuelo y esperanza en el sufrimiento, Él nos incita a consolar a otros que están sintiéndose afligidos, con el mismo consuelo que nosotros hemos recibido de Él.

Dios nos consuela para que así podamos consolar a otros.
Dios nos concede misericordia para que así podamos ser misericordiosos con los demás.
Dios nos acompaña incondicionalmente en nuestro sufrimiento para que así podamos acompañar incondicionalmente a otras personas que están sufriendo.
Dios nunca nos deja solos en nuestro sufrimiento para que así no dejemos a los demás solos en el suyo.

Es hermoso ver que la consolación se extiende de esta forma, debería suceder a menudo en el cuerpo de Cristo. Es dulce ver a las personas redimir su sufrimiento al desviar la mirada de sí mismos y volverse hacia Dios para hallar fortaleza, y luego hacia los demás para ofrecerles el consuelo que Dios les ha brindado.

Todos sufren

No solo es dulce, sino que es necesario para la gloria de Dios y para el bien de su iglesia. El sufrimiento viene en muchas y diversas formas. Siendo un pastor joven, una de las primeras cosas de las que me di cuenta es de que todos sufren. Se ve diferente en muchos casos, pero aún no conocí a nadie que haya escapado completamente de la maldición y el dolor del sufrimiento.

He sido humillado una y otra y otra vez al ver a mi esposa —luego de años de dolor crónico— atender desinteresadamente, tras bastidores, a otras personas aquejadas por el sufrimiento. Siempre ha sido compasiva, pero mediante su sufrimiento, ella ahora siempre se acerca al sufrimiento de los demás porque sabe del dolor y las luchas. Sabe cuándo motivar. Sabe cuándo simplemente quejarse junto a alguien. Dios la ha consolado para que así ella pueda consolar a otros. En su dolor, toda gracia viene de Él. En su debilidad, toda fuerza viene de Él. Él se merece toda la gloria, y aun así pretende usarla para cumplir Su propósito de consolar a los demás.

Estar en Dios para nosotros implica no dejar que nuestro sufrimiento se convierta en una excusa para mantener oculta nuestra debilidad o solo enfocarnos en nosotros mismos. Por el contrario, mostramos algo hermoso del evangelio y del mismo consuelo de Cristo cuando dejamos que los demás vean nuestra debilidad, con el fin de demostrarles que la fortaleza de Cristo es toda la fortaleza que ellos necesitan en su debilidad, su dolor o su sufrimiento. Exponemos magníficamente la bondad del evangelio cuando alzamos nuestros ojos hacia Dios y luego hacia los demás para ser el medio por el cual Él les da consuelo a ellos. De esa manera redimiremos nuestro sufrimiento, o tanto mejor, llevaremos a cabo uno de los buenos propósitos por los que Dios permite nuestro sufrimiento.

Debemos estar listos para compartir nuestro consuelo en medio del sufrimiento, ya que la gloria de Dios está en juego y los afligidos son muchos.



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