El Fruto de la Esperanza: La Alegría

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English: The Fruit of Hope: Joy

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Por John Piper sobre Esperanza
Una parte de la serie Hope in God!

Traducción por Pilar Daza Pareja

Romanos 12:11-12 No seáis perezosos en lo que requiere diligencia; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor, gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración,

Hoy comenzamos a dar respuesta a la última pregunta de nuestra serie de mensajes sobre la esperanza cristiana. Hasta el momento hemos hecho estas cuatro preguntas:

1.  ¿Cual es la definición de Esperanza Cristiana? Respuesta: una confiada expectativa de cosas buenas que han de venir (Hebreos 6:11). 2.  ¿Cual es la base de la Esperanza Cristiana? Respuesta:
  • la soberana gracia de Dios (2 Tesalonicenses 2:16), y
  • la buena nueva de que Cristo murió por los pecadores (Colosenses 1:23).
3.  ¿Cual es la causa de la esperanza Cristiana en el corazón del hombre? ¿Que la ocasiona y que la mantiene? Respuesta:
  • la labor de Dios en la regeneración (1 Pedro 1:3), y
  • las promesas de Dios en su palabra (Romanos 15:4).
4.  ¿Cual es el contenido de la Esperanza Cristiana? ¿Que esperamos? Respuesta:
  • La venida de Jesucristo (Tito 2:13),
  • la redención de nuestro cuerpo (Romanos 8:23),
  • la consumación de nuestra justicia (Gálatas 5:5),
  • compartir la gloria de Dios (Romanos 5:2), y
  • heredar la vida eterna (Tito 1:2, 3:7).

Ahora vamos a plantear una pregunta más y, Dios mediante, pasaremos los cuatro domingos del mes de julio dando una respuesta. La pregunta es: ¿Cuál es el fruto de nuestra esperanza cristiana? ¿Qué viene de la esperanza? ¿La esperanza produce algo en la vida diaria?

La esperanza como un Árbol

Vamos a utilizar una imagen para tratar de ver lo que hemos estado haciendo durante estas semanas. Imaginaos la esperanza como un árbol.

La tierra de la cual puede crecer la esperanza es la gracia de Dios y el evangelio de Cristo.

El brote del árbol, el principio de la esperanza, ocurre en la regeneración, o nuevo nacimiento.

El alimento que sustenta esta nueva esperanza y la hace crecer fuerte es la Palabra de Dios, sobre todo las promesas.

Las fuertes fibras del tronco de madera se equiparan a la expectativa confiada de que algún día nos encontraremos con Cristo cara a cara, tendremos cuerpos nuevos que ya nunca se enfermarán, estaremos totalmente libres de la lucha contra el pecado, compartiremos en la gloria de Dios, y nunca nos veremos amenazados con la pérdida porque la nueva vida va a durar para siempre jamás.

Esto simplemente nos deja ahora con la pregunta: ¿Este árbol da fruto? La respuesta del Nuevo Testamento es un rotundo ¡Sí! Y vamos a ver cuatro de estos frutos de la esperanza.

  1. La esperanza tiene el fruto del gozo.
  2. La esperanza tiene el fruto del amor.
  3. La esperanza tiene el fruto de la audacia.
  4. La esperanza tiene el fruto de la resistencia.

O, para decirlo de otra manera, sin la esperanza cristiana mi vida y tu vida no pueden producir alegría cristiana, amor, audacia o resistencia. Existen tipos de amor, de alegría, de coraje y de resistencia, que poseen las personas que no tienen esperanza en Dios, pero estas no son las virtudes cristianas que glorifican a Dios y dan testimonio de su obra salvadora en el alma. El gozo, el amor, la valentía y la resistencia que no crecen en el árbol de la esperanza, en la tierra de gracia y de verdad, no tienen ningún valor espiritual o eterno.

Tres preguntas sobre el gozo y la esperanza

Hoy nos centramos en el primer fruto de la esperanza. Nuestro texto es la primera frase en Romanos 12:12 — "¡Regocijaros en la esperanza!" Podríamos parafrasear de esta manera: "¡Que tu gozo sea el gozo que proviene de la esperanza!" O bien: "¡Lleva el fruto del gozo en la rama de la esperanza!" O bien: "¡Alégrate porque tienes la esperanza!" ¡El texto establece una relación estrecha entre gozo y esperanza!

Para descomprimir este texto vamos a hacer tres preguntas:

  1. ¿Qué es gozo cristiano? (Ya hemos contestado: "¿Qué es la esperanza?")
  2. ¿Puede este gozo ser mandado?
  3. ¿Cómo podemos obedecer esta orden? ¿Cómo se relacionan entre sí el gozo y la esperanza en la práctica?

1. ¿Qué es gozo Cristiano?

Es muy difícil poner en palabras las experiencias emocionales. Pero voy a tratar de, al menos señalar la dirección correcta con tres contrastes, tres cosas que el gozo no es, y tres cosas que la alegría es.

El Gozo Cristiano no es un acto de fuerza de voluntad

En primer lugar, el gozo Cristiano no es un acto de fuerza de voluntad, sino una respuesta espontánea y emocional del corazón. El gozo cristiano tiene esto en común con todo gozo, ya sea cristiano o no.

Cuando Pedro, en 1 Pedro 1:9, habla acerca de regocijarse con "gozo inefable y lleno de gloria" en anticipación a nuestra salvación final, no está describiendo una decisión; está describiendo una explosión. Podéis decidir cepillaros los dientes, o poneros una inyección para la alergia, pero no podéis decidir regocijaros. Podéis decidir hacer cosas que os proporcionan alegría — dar un paseo por el campo, visitar a un amigo, leer un salmo — pero que el gozo realmente se produzca no está en vuestro poder, de la misma forma que lo están otros muchos actos. Puede o no puede estar allí.

A eso me refiero cuando lo llamo espontáneo. Os podéis preparar para ello, como quien enarbola las velas de una nave en un mar en calma. Pero no podéis hacer que sople el viento. El Espíritu sopla hacia donde él quiere, y el gozo es un fruto del Espíritu (Gálatas 5:22).

Este es el primero contraste: El Gozo Cristiano no es un acto de fuerza de voluntad. Es una respuesta espontánea y emocional del corazón.

El gozo cristiano no es superficial y endeble

Segundo, el gozo cristiano no es superficial y endeble sino profundo y firme.

Es por ello que la gente lo diferencia de la felicidad y el placer. La felicidad y el placer parecen demasiado superficiales y endebles. Por supuesto que debemos ser muy cuidadosos con esto. Existe una felicidad superficial y un placer superficial. Pero la Biblia también habla de "los deleites para siempre en la diestra del Señor" (Salmo 16:11); y dice; "¡bienaventurado el pueblo cuyo Dios es el SEÑOR!" (Salmo 144:15). De modo que las palabras felicidad y placer no tienen que ser superficiales. Pueden significar exactamente lo mismo que el gozo.

Pero sí es cierto que el gozo cristiano es profundo y firme en lugar de superficial y débil. La razón por la que sabemos esto es que la Biblia describe el gozo cristiano como un nuevo brote en medio del dolor y el sufrimiento. Romanos 5:3: "nos gloriamos en las tribulaciones". 1 Tesalonicenses 1:6: "...habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo". 2 Corintios 8:2: "pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad".

Esta es claramente una emoción muy peculiar, que no sólo permanece sino que florece con la aflicción. Aun es más sorprendente leer que el gozo de Pablo no sólo puede existir acompañado del sufrimiento, sino en medio del dolor, que es su opuesto. En 2 Corintios 6:10 se describe a sí mismo "como entristecido, mas siempre gozoso; como pobre, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo."

Creo que eso es a lo que quiero llegar, cuando digo que el gozo cristiano no es superficial y endeble sino profundo y firme. Creo que yo he experimentado personalmente un poco del significado de las palabras de Pablo en mi vida, por ejemplo, cuando murió mi madre en 1974. Lloré más que nunca, pero no como los que no tienen esperanza (1 Tesalonicenses 4:13). En las profundidades de la turbulencia, en la superficie de mi vida existía la poderosa corriente de confianza y gozo de que todo estaba bien en manos de un Dios soberano.

Este es el segundo contraste que nos ayudará a entender el gozo cristiano. En primer lugar, no es un acto de fuerza de voluntad, sino una respuesta espontánea y emocional del corazón. Segundo, no es superficial y endeble sino profundo y firme.

El gozo cristiano no es físico

Tercero, el gozo cristiano no es físico sino espiritual.

Esto diferencia al gozo cristiano de todos los otros gozos. Cuando algo se denomina espiritual en la Biblia, significa que viene del Espíritu Santo y tiene el carácter del Espíritu Santo. Nunca cometas el error de pensar que algo es "espiritual" simplemente porque tiene que ver con el espíritu, o que algo es físico, simplemente porque tiene que ver con el cuerpo o con las cosas materiales.

El orgullo es físico, pero reside en el espíritu del hombre. La envidia es física, pero reside en el espíritu del hombre. Y lo mismo ocurre con los celos, la ira, los conflictos, la autocompasión, el resentimiento, la amargura, el odio, la codicia y el egoísmo. Todos ellos provienen del espíritu interior de una persona, pero la Biblia no se refiere a ellos como espirituales. Se denominan físicos, porque no necesitan influencias especiales y sobrenaturales del Espíritu Santo para producirlos. Nosotros producimos estas cosas por nuestra propia naturaleza. Por ello se denominan físicos.

Lo que hace es algo espiritual que se produce bajo las influencias especiales del Espíritu de Dios, y tiene el carácter del Espíritu de Dios. Por lo tanto cuando decimos que la alegría cristiana es espiritual y no natural, nos referimos a que es producida por el Espíritu de Dios y es el tipo de gozo que Dios tiene.

Gálatas 5:22 dice: "El fruto del Espíritu es amor, gozo, paz..."; 1 Tesalonicenses 1:6: dice que los cristianos, "...recibieron la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo"; Romanos 14:17 dice que " el reino de Dios... es justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo". Y Jesús, en varias ocasiones, dijo que quería tener su gozo cumplido en sus discípulos (Juan 15:11; 17:13).

Por lo tanto existen muchas evidencias bíblicas de que el gozo cristiano no es el mero producto del espíritu humano en respuesta a circunstancias placenteras. Es el producto, o el fruto, del Espíritu de Dios. Y no es simplemente un gozo humano, es el gozo de Cristo hecho realidad en nosotros.

Una advertencia contra el falso gozo

Una de las razones prácticas por la que es importante saber esto, es porque nos advierte en contra de un falso gozo. Incluso en las cosas espirituales hay un falso gozo que muchos confunden con gozo espiritual. Por ejemplo, en la parábola de la siembra (ó parábola de los cuatro suelos), Jesús dio esta interpretación de la semilla sembrada en terreno pedregoso:

En cuanto a lo que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra y al momento la recibe con alegría; pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que sólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae. (Mateo 13:20)

Aquí vemos un gozo en la palabra de Dios que no es espiritual, y que no evidencia que una verdadera conversión ha tenido lugar. No es la obra del Espíritu de Dios que mora en nosotros. No tiene el carácter del gozo de Cristo. Se desvanece como el rocío, cuando el ardiente sol de la aflicción se alza en el cielo.

¿Por qué este gozo desaparece tan fácilmente? ¿Por qué es superficial y endeble? Evidentemente, porque no era un gozo en Dios, sino sólo en algunas de las comodidades que Dios nos puede dar. Cuando aparecen las aflicciones, las persecuciones y los tiempos difíciles, y desaparecen las comodidades, también lo hace el gozo. Debido a que no fue el fruto del Espíritu, tampoco es el gozo de Cristo que se complace en Dios, sin importar cuáles sean las circunstancias externas.

En respuesta a nuestra primera pregunta, entonces: ¿Qué es gozo cristiano? -

  1. En primer lugar, no es un acto de fuerza de voluntad, sino una respuesta espontánea y emocional del corazón.
  2. Segundo, no es superficial y endeble sino profundo y firme.
  3. Tercero, no es físico sino espiritual.

Ahora, en vista de todo esto, volvemos a nuestra segunda pregunta:

2. ¿Puede este gozo ser mandado?

¿Puede Dios ordenarnos que nos regocijemos, si el gozo no es un acto de fuerza de voluntad, sino una respuesta emocional espontánea del corazón; si no es un producto de los recursos naturales, sino fruto del Espíritu Santo? La respuesta que yace en muchas partes de las Escrituras, es la siguiente: sí, puede, y lo hace.

Mandatos para regocijarnos en la Biblia

Mateo 5:12: "Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande". 1 Tesalonicenses 5:16: "¡Estad siempre gozosos!" Filipenses 4:4: "Regocijaos en el Señor siempre; otra vez os lo diré: ¡Regocijaos!" 1 Pedro 4:13: "en la medida en que compartís los padecimientos de Cristo, regocijaos". Y a pesar de que la palabra usada para decir "regocijaos" aquí en Romanos 12:12 no es, literalmente, un imperativo ("gozándoos en la esperanza" LBLA), su significado es claramente imperativo: "gozándoos en la esperanza, perseverando en el sufrimiento, dedicados a la oración". Se trata claramente de cosas que estamos obligados a hacer. Esto es aún más evidente en el versículo 15, donde todas las versiones lo traducen como un mandato: "¡Gozaos con los que se gozan!"

Así que la respuesta es: Sí, Dios puede, y ordena a su pueblo que se regocije. A pesar de que este gozo no viene controlado por nuestra fuerza de voluntad, y de que es un fruto del Espíritu de Dios y está por encima de nuestros recursos naturales, a pesar de ello, ¡se nos ordena que tengamos esta experiencia!

¿Por qué se nos ordena que sintamos gozo?

¿Por qué? Debido a que debemos sentirlo — Dios es infinitamente digno de nuestro deleite. Y porque lo único que se interpone entre la orden de Dios de que nos regocijemos, y nuestra experiencia en ese gozo es un corazón pecador, un corazón que se deleita más en las cosas mundanas que en Dios. Y si tratamos de justificar nuestra desobediencia diciendo: "No puedo regocijarme en Dios, tengo un corazón pecador", nuestras palabras no nos excusarán, sino que nos condenan.

En definitiva, es correcto que Dios ordene a sus criaturas que experimenten un espontáneo y profundo deleite espiritual en él, del mismo modo que es correcto que Dios nos exija nacer de nuevo (Juan 3:3) y que nos hagamos un corazón nuevo (Ezequiel 18:31). La rectitud no deja de ser un deber sólo porque somos malos.

Y así llegamos a nuestra última pregunta:

3. ¿Cómo podemos obedecer esta orden?

Y puesto que el texto dice: "Regocijaos en la esperanza", nos preguntamos: "¿Cómo entra la esperanza en nuestra obediencia a este mandamiento?" Y, como ya hemos visto que el gozo cristiano es un fruto del Espíritu, nosotros también debemos preguntarnos, "¿Cómo pueden el Espíritu Santo y la esperanza relacionarse entre sí para generar gozo?"

Hay dos lugares en Romanos, donde el gozo y la esperanza y el Espíritu Santo se hallan reunidos para que podamos ver cómo se relacionan entre sí (5:2-5 y 15:13). Sólo tendremos tiempo para ver uno de ellos.

Gozo, esperanza, y el Espíritu Santo

Por lo tanto vamos a considerar Romanos 5:2-5.

Por medio de Él [es decir, Cristo] hemos obtenido acceso a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de compartir la gloria de Dios. 3 Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; 4 y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.

En el versículo 2 Pablo dice que él también hace lo que ordena en Romanos 12:12: goza con la esperanza, en concreto, la esperanza en la gloria de Dios.

Luego en el versículo 3, dice que se alegra en sus sufrimientos también. Pero ¿por qué? La respuesta es que sólo es otra manera de regocijo en la esperanza. Seguid su línea de pensamiento: la razón por la que se regocijan en el sufrimiento es que la tribulación produce paciencia y la paciencia, carácter y ¡el carácter produce esperanza! Así que, cuando se regocija en el sufrimiento, realmente se regocija en una mayor esperanza. La esperanza es la gran fuente de gozo en la vida de Pablo.

Matthew Henry lo expresó así:

El gozo y la paz de los creyentes provienen esencialmente de sus esperanzas. Lo que se opone a ellos es poco, comparado con lo que está reservado para ellos. Por lo tanto, cuanta más esperanza tienen, más alegría y paz tienen... Los cristianos deben desear y trabajar por una abundancia de esperanza. (Comentario sobre Romanos 15:13)

Pero, ¿cómo puede esta esperanza y este gozo en Romanos 5:2-4 referirse a la obra del Espíritu Santo? Esto es lo que Pablo nos dice en el versículo 5: "y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado".

El versículo 5 dice que bajo nuestra esperanza, dándole un fundamento inconmovible, está es el amor de Dios. Y la obra del Espíritu Santo consiste en verter su amor en nuestros corazones, para que lo veamos, lo comprendamos y lo cuidemos.

Ahora podemos poner todas las piezas juntas: en primer lugar, está el amor de Dios que nos elige, nos llama, nos justifica y nos garantiza una participación en la gloria de Dios. Luego, está la obra del Espíritu Santo, que derrama el amor de Dios en nuestros corazones para que podamos reconocerlo y apreciarlo. Entonces, de esta experiencia profunda del amor de Dios crece una esperanza inquebrantable, aun en medio del sufrimiento. Y por último, en esta esperanza nos regocijamos.

Cómo luchar por la alegría en la vida cotidiana

Entonces, ¿cómo obedecer el mandamiento de regocijarnos? ¿Cómo podemos luchar por obtener el gozo dentro de los altibajos de la vida cotidiana?

Primero, reconozcamos que por naturaleza somos pecadores e incapaces de convertirnos en esa clase de personas que se regocijan en la gloria de Dios antes que en su propia gloria.

En segundo lugar, vamos a clamar al Dios de la esperanza para que envíe a su Espíritu Santo a verter el amor de Dios en nuestros corazones.

En tercer lugar, vamos a pensar en las expresiones bíblicas y en los testimonios del amor de Dios por los pecadores arrepentidos. Por ejemplo:

¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Será la tribulación, la angustia, la persecución, el hambre, la desnudez, el peligro, o la espada? Como está escrito:

"Por causa tuya somos puestos a muerte
todo el día;
somos considerados como ovejas
para el matadero."

No, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Y así, finalmente, cuando el amor de Dios nos ha llenado de esperanza en la gloria de Dios, nos regocijamos en la esperanza, y de nuevo os digo: ¡Regocijaos!


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