El Objetivo del Amor de Dios Puede No Ser Lo Que Tu Piensas Que Es

De Libros y Sermones Bíblicos

Revisión a fecha de 13:19 25 nov 2013; Pcain (Discusión | contribuciones)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar anavegación, buscar

Recursos Relacionados
Leer más Por John Piper
Indice de Autores
Leer más sobre Amor de Dios
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: The Goal of God's Love May Not Be What You Think It Is

© Desiring God

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por John Piper sobre Amor de Dios

Traducción por Daniel Blanco


¿Acaso la gente va al Gran Cañón para incrementar su auto estima? Probablemente no. Esto es, al menos, una indicación de que las dichas más profundas en la vida no vienen de deleitarse en uno mismo, sino de ver el esplendor. Y al final, ni el Gran Cañón logrará esto. Fuimos creados para agradar a Dios.

Todos nosotros nos inclinamos a pensar que somos el centro del universo. ¿Cómo podremos ser curados de esta enfermedad que nos destruye esa dicha? Quizás escuchando de nuevo que la realidad está radicalmente centrada en Dios de acuerdo con la Biblia.

Tanto el Viejo como el Nuevo Testamento nos dicen que el amor que Dios tiene hacia nosotros es un medio para que nosotros lo glorifiquemos. "Cristo se hizo servidor ... para que los gentiles glorifiquen a Dios por su misericordia" (Romanos 15:8-9). Dios ha sido misericordioso con nosotros para que lo magnifiquemos. Lo vemos de nuevo en sus palabras, "En amor [Dios] nos predestinó para adopción... para alabanza de la gloria de su gracia" (Efesios 1:4-6). En otras palabras, el objetivo del amor de Dios hacia nosotros es que podamos alabarle. Una ilustración mas de Salmos 86:12-13: "Glorificaré tu nombre para siempre. Porque grande es tu misericordia para conmigo." El amor de Dios es la base. Su gloria es el objetivo.

Esto es impactante. El amor de Dios no significa que Dios nos eleve a nosotros, sino que Dios nos aparte del egocentrismo para que podamos elevarlo a Él por siempre. Y nuestro amor hacia otros no significa elevarlos a ellos, sino ayudarlos a encontrar satisfacción al exaltar a Dios. El amor verdadero tiene el propósito de satisfacer a la gente en la gloria de Dios. Todo amor que finaliza en el ser humano es eventualmente destructivo. No conduce a la gente hacia el único gozo duradero, es decir, Dios. El amor debe estar centrado en Dios, o no es amor verdadero; deja a la gente sin esa esperanza final de gozo.

Tomen la cruz de Cristo, por ejemplo. La muerte de Jesucristo es la expresión máxima de amor divino: "Dios demuestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros" (Romanos 5:8). No obstante, la Biblia también nos dice que el objetivo de la muerte de Cristo fue la "demostración de su justicia [la de Dios], porque en su tolerancia, Dios pasó por alto los pecados cometidos anteriormente" (Romanos 3:25). Pasar por alto los pecados crea un gran problema a la justicia de Dios. Lo hace ver como un juez que libera a criminales sin imponerles castigo. En otras palabras, la misericordia de Dios pone en riesgo su justicia misma.

Entonces, para reivindicar su justicia El hace lo impensable – entrega la vida de su Hijo como castigo sustituto por nuestros pecados. La cruz nos deja claro a todos que Dios no esconde la maldad bajo la alfombra del universo. La castiga en Jesús para aquellos que creen.

Pero observe que este acto, que es finalmente amoroso, tiene en su centro la reivindicación de la justicia de Dios. El amor del Viernes Santo es un amor que glorifica a Dios. Dios exalta a Dios en la cruz. Si no lo hiciera, no estaría siendo justo y no podría librarnos del pecado. Pero es un error decir, "Bueno, si el objetivo era rescatarnos, entonces nosotros fuimos el objetivo máximo de la cruz." No, fuimos rescatados del pecado para que pudiéramos ver y deleitarnos en la gloria de Dios. Este es el objetivo de amor final al morir Cristo por nosotros. El no murió para exaltarnos a nosotros, sino para liberarnos y así poder disfrutar al exaltar a Dios por siempre.

Es una gran equivocación convertir a la cruz en una prueba de que la auto estima es la base de la salud mental. Si yo me paro ante el amor de Dios y no siento un gozo saludable, satisfactorio, y liberador, a menos que yo convierta ese amor en un eco de mi auto estima, entonces soy como el hombre que se coloca ante el Gran Cañón y no siente una maravilla satisfactoria sino hasta que convierte él cañón en un estuche para su propia importancia. Eso no es la presencia de la salud mental, sino la atadura hacia uno mismo.

La cura para este cautiverio es ver que Dios es el único ser en el universo para el cual la auto exaltación es el mayor acto de amor. Al exaltarse a sí mismo – como el Gran Cañón – el recibe la gloria y nosotros el gozo. Las más grandes noticias en todo el mundo son que no existe un conflicto final entre mi pasión por el gozo y la pasión de Dios por su gloria. El nudo que sujeta estas cosas entre sí, es la verdad de que Dios es más glorificado en nosotros cuando nosotros estamos satisfechos más en El. Jesucristo murió y se levantó nuevamente para perdonar la traición de nuestras almas, las cuales en vez de deleitarse en Dios se deleitaban en ellas mismas. En la cruz de Cristo, Dios nos rescata de la casa de los espejos y nos lleva fuera a las montañas y cañones de su majestuosidad. Nada nos satisface - o magnifica a Dios – más que esto.


Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas