El Señor Estuvo a mi Lado… Para Que Todas las Naciones Escuchen

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English: The Lord Stood By Me . . . That All the Nations Might Hear

© Desiring God

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Por John Piper sobre Misiones

Traducción por Ruben Saenz Serrano


2 Timoteo 4:5-22

«Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio. Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. Procura venir pronto a verme, porque Demas me ha desamparado, amando este mundo, y se ha ido a Tesalónica. Crescente fue a Galacia, y Tito a Dalmacia. Solo Lucas está conmigo. Toma a Marcos y tráele contigo, porque me es útil para el ministerio. A Tíquico lo envié a Efeso. Trae, cuando vengas, el capote que dejé en Troas en casa de Carpo, y los libros, mayormente los pergaminos. Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforma a sus hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras. En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león. Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A El sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. Saluda a Prisca y a Aquila, y a la casa de Onesíforo. Erasto se quedó en Corinto y a Trófimo dejé en Mileto enfermo. Procura venir antes del invierno. Eubulo te saluda, y Prudente, Lino, Claudia y todos los hermanos. El Señor Jesucristo esté con tu espíritu. La gracia sea con vosotros. Amén»

Manejé el contexto entonces con cierto detalle. Pero ahora es el cierre de la semana de misiones y no voy a hacer lo mismo. A cambio, voy a ir directamente desde el simple significado de las palabras de estos versículos a la aplicación a misiones con la esperanza de que Dios use el testimonio de Pablo y el testimonio de otros misioneros para estimular en ustedes una aventura más radical en la fidelidad de Dios para finalizar la Gran Comisión para la gloria de su nombre y el bien de las naciones.

Pero antes que haga esta aplicación, vamos a hacer esto: no todos los que vienen a adorar esta mañana, lo hacen animados con un sentido de la pasión por la gloria de Cristo entre los pueblos del mundo. La mayoría de nosotros tenemos un concepto muy estrecho y estamos centrados en nuestra propia etnicidad y somos muchas veces racistas en nuestra manera de vivir. Difícilmente alguna vez pensamos en la multinacional, multiétnica y multilingüística causa de Dios; y cuáles son los designios de Dios para Guinea, Africa Occidental, Indonesia, Tanzania, Tailandia, Kazakstán, Uzbekistán, Turquía, China, Checoeslovaquia, Siberia, Japón, Camerún, Myanmar, Somalia o Winnebago, or Dakota, o Chippewa de Minnesota.

Por lo tanto no asumas que esta mañana vienes a adorar con un claro y contundente conocimiento e interés sobre las noticias del mundo -–no con una serie de triunfos como los del equipo de futbol americano de los Vikingos, no con una profanación de Marilyn Manson, no con las elecciones presidenciales en los Estados Unidos, no con el conflicto Israelí-palestino, sino con la propagación de la verdad y fe cristiana entre los pueblos del mundo en el camino a una consumación traída por Dios que haga que la historia del mundo como es en realidad: un breve preludio para el eterno y glorioso reino de Dios.

Ni siquiera asumo que vienes con el corazón centrado en el propósito global de Dios. Por eso quiero comenzar simplemente dejando que Dios te diga en sus propias palabras acerca de sus prioridades.

Las Promesas del Antiguo Testamento

Primero en el Antiguo Testamento hay Promesas:

Salmo 22:27-28: «Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la tierra, y todas las familias de las naciones adorarán delante de ti. Porque de Jehová es el reino, y El regirá las naciones»

Luego en el Antiguo Testamento hay oraciones:

Salmo 67:3 «Te alaben los pueblos, Oh Dios; todos los pueblos te alaben»

Luego en el Antiguo Testamento hay mandamientos:

Salmo 96:3 y 10 «Proclamad entre las naciones su gloria, en todos los pueblos sus maravillas. Decid entre las naciones; Jehová reina»

Luego en el Nuevo Testamento hay la gran comisión del Cristo resucitado:

Mateo 28:18-20 «Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo»

Luego está la gran vida de completa dedicación del apóstol Pablo a su misión:

Romanos 15:20-21 «Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio, no donde Cristo ya hubiese sido nombrado, para no edificar sobre fundamento ajeno, sino, como está escrito: aquellos a quienes nunca les fue anunciado acerca de El, verán; y los que nunca han oído de El, entenderán»

Luego está el magnífico cuadro del resultado final del propósito de Dios en la historia:

Apocalipsis 5:9-10 «y cantaban un nuevo cántico, diciendo: digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra»

Este es el gran cuadro. Esto es la cristiandad. Este es el designio de Dios en la historia mundial –que gente de todas las naciones y tribus y lenguas vengan a alabar a Dios a través de Cristo Jesús.

Puedes decir: ¿Pero no es el evangelio el buscar el perdón de mis pecados y tener la esperanza de la vida eterna, y ser lleno con el Espíritu de santidad, y ser cambiado a la imagen de Jesús, de manera que pueda ser una mejor madre o mejor padre, o hijo, o hija, o amigo, o empleado, o ciudadano? Y la respuesta es Sí. Pero si eso es todo lo que vives en tu caminar con Cristo, te estás perdiendo toda la perspectiva. Te pierdes el punto principal de todo ello. Eres igual a un bat boy en el estadio de los Yanquis de New York, que piensa que el punto principal de la serie mundial es pasar los bates a los jugadores.

Por lo tanto, en esta mañana les exhorto encarecidamente en el nombre de Jesús a despertar y abrir sus corazones, ampliar sus mentes y abrir sus alas. Superen sus vidas limitadas –sí, para una vida muy importante, la cual Dios no menosprecie– y vean el gran y emocionante cuadro de los propósitos globales de Dios para la historia del mundo, el cual no puede fallar. «Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero» (Isaías 46:10)

Y mientras Dios te dé alas para volar y veas el mundo de la manera en que El lo ve, oro porque muchos de ustedes, sean liberados de su presente situación –trabajo, vecindario, estado, nación, planes– y sean llamados a un compromiso en este histórico y global propósito de Dios, para que vayan, no solamente que envíen.

Y para hacer eso, y para darles ánimo les menciono 2 Timoteo 4:17, que es también un gran incentivo y una grande esperanza para lo será una nueva y radical empresa en Jesús. «Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león»

Esta es la experiencia de Pablo con Mateo 28:18-20. Recuerda que allí Jesús dijo: «Toda la autoridad es mía…. Id y haced discípulos…. Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo»

Aquí Pablo está ya cercano al fin su vida, –esta es su última carta. Ha quedado solo en Roma, ante las grandes autoridades del mundo– a lo que parece abandonado por el hombre, pero no por Jesús. Lo vemos en el Vs. 16; «En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon» Pero luego, en el versículo 17, él dice cuatro grandes cosas:

  1. - «El Señor estuvo conmigo» Tal como lo prometió a todos los misioneros, El lo hará: «Estaré con ustedes hasta el fin del mundo»
  2. - «El Señor me dio fuerzas» El es el Rey resucitado, el Creador y Sostenedor del universo, y toda la autoridad sobre las naciones le pertenece a El. Este es el Señor que estuvo a su lado y que le dio fortaleza.
  3. - Esta fortaleza fue para «que fuese cumplida la predicación» no para estuviese cómodo y seguro. «El Señor estuvo a mi lado y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación» «Recibirán poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos» (Hechos 1:8) El poder y la fuerza del Cristo resucitado, así como su autoridad, son para testificar con el evangelio de que El murió por los pecadores y resucitó y está reuniendo a su pueblo de entre todas las naciones.
  4. - Y la cuarta cosa que Pablo dijo, es que de esta proclamación del evangelio, él tuvo esta fuerza y habló del evangelio de manera que «todos los gentiles –o todas las naciones– puedan escuchar»

Esta fue su pasión hasta el final. Difundir, difundir, difundir. No tengo dudas de que cuando Pablo murió, él oraba así: “Oh Señor, permite que mi muerte magnifique a Cristo entre los pueblos de la tierra.” (Filipenses 1:19-21)

El Señor estuvo a mi lado; el Señor me dio fortaleza, con esa fortaleza el evangelio fue predicado; y la meta fueron los gentiles, todas las naciones. Esa fue la experiencia de Pablo de la fidelidad de Cristo y de su cercanía y ayuda. Y ese ha sido el caso de miles de misioneros en miles ce crisis. Y esas serán tus experiencias cuando sigas a Cristo, donde quiera que te guíe.

Hace cien años John Paton, originario de Escocia, llevó el evangelio a las Nuevas Hébridas, en el Pacifico sur, ahora llamado Vanuatu. En unos meses su esposa y su hijo murieron. Pero Paton, permaneció plantando la iglesia en esas islas, hasta que fue un hombre viejo. La experiencia de Pablo en 2 Timoteo 4:17, fue también su experiencia. El mencionó las palabras de Jesús: «Yo estoy con vosotros hasta el fin del mundo» Luego dijo: Esta es una preciosa promesa. Cuántas veces he adorado a Jesús por ello, me regocijo en ello. Bendito sea su nombre. (John G: Paton: Misionero en las Nuevas Hébridas, una autobiografía editada por su hermano, pg. 154)

En una ocasión fue rodeado por una multitud que quería matarlo. El se escondió entre las ramas de un árbol y pasó una noche terrible. Más tarde, escribió:

Sentado allí entre esas ramas, tan seguro como si estuviera en los brazos de Jesús, nunca en mis aflicciones, me sentí más cerca del Señor y nunca me habló tan suavemente en mi alma como en esa ocasión. Mientras entrego todo mi corazón a Jesús, no me importaría pasar muchas noches solo en ese árbol, para sentir otra vez la presencia espiritual de mi Salvador, y disfrutar de la consolación de su compañerismo. (Autobiografía, pg. 200)

Esta es la promesa de Cristo para ti, cuando entregas tu vida a su cuidado en su misión.

Alexander Duff, que nació en Escocia en 1806, y se fue a la India cuando tenía 24 años de edad, y que sufrió dos naufragios en su camino, se quedó allí por casi 40 años trabajando para Cristo y su reino, le escribió a su hija más tarde en su vida:

¿Por qué yo, que he sido el hijo de muchas misericordias, sería infiel o dudaría? Si todo hombre viviente debe confiar absolutamente en el Señor, y poner sobre El la carga de sus cuidados… Yo soy ese hombre. Todos mis días he sido un hijo de la providencia, el Señor me ha dirigido y guiado en formas desconocidas para mí –en formas que son propias de El, y para el cumplimiento de sus propios y divinos fines. (William Paton: Alexander Duff: Pionero de la Educación Misionera, pg 232)

El Señor estuvo con él, guiándolo toda su vida. Y El hará lo mismo para ti, cuando te ofrezcas a El para que te use en su misión.

Pero esto no significa que dejaremos de sufrir terribles pérdidas. Significa que Cristo está allí y gobierna todas las cosas y nos ayuda, nos sostiene y convierte todas las pérdidas en ganancia cuando confiamos en El.

William Carey, el padre de las misiones modernas, partió para la India desde Inglaterra en 1793 y nunca regresó. Trabajó por 40 años sin tomar vacaciones. Perdió a dos de sus tres esposas que murieron. Cuando tuvo una fiebre, le aplicaron 100 sanguijuelas en su muslo. Y el 11 de Marzo de 1812 –después de casi 20 años de trabajo– un incendio destruyó años de irremplazable trabajo: el borrador del diccionario de este gran políglota, las gramáticas sikh y telugu, diez versiones de la Biblia que estaban listas para la imprenta, la traducción del ramayana, en la cual, él y sus compañeros habían estado trabajando por seis años.

Carey no estuvo allí, se encontraba en Calcuta. Cuando Marshman le informó, sus ojos se llenaron de lágrimas, y más tarde dijo:

En una sola tarde fueron consumidos años de trabajo. Cuán inescrutables son los caminos de Dios. Ultimamente he conseguido llevar algunas cosas a la más alta perfección de la cual ellos podían ser capaces, y he contemplado el establecimiento misionero tal vez con demasiado orgullo. El Señor me ha humillado de manera que mire hacia El de manera más simple. (Mary Drewry, Willian Carey: Una Biografía, pg. 154)

Carey sabía, y Carey aprendió dolorosamente, que las misiones de Cristo siguen adelante cuando solamente le miramos a El. “Yo estaré contigo, yo te ayudará” En todas sus pérdidas, el Señor estuvo con él. Nunca le abandonó. Nunca lo pudo haber soportado, como lo hizo, sin el Señor.

Su contraseña fue: “Espera grandes cosas de Dios, haz grandes cosas para Dios” En ese orden. Primero confía en El. Confía en sus promesas. El estará junto a ti. El te dará fortaleza. Y luego… luego “haz grandes cosas para Dios”. Tú abrirás tu boca, y las naciones oirán y estarán contentas.

Este es mi llamado para ti esta mañana. Pon tu vida en sus manos y confía en que El estará allí cuando intentes algo nuevo para El.



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