El Volcán De La Semana Santa

De Libros y Sermones Bíblicos

(Diferencias entre revisiones)
Saltar anavegación, buscar
Pcain (Discusión | contribuciones)
(Página creada con '{{info|Holy Week Volcano}}<br> ''La Lava Le Puede Alcanzar'' En preparación para la Semana Santa, he estado leyendo los capítulos finales de cada Evangelio. El viernes pas...')

Última versión de 19:36 9 may 2016

Recursos Relacionados
Leer más Por John Piper
Indice de Autores
Leer más sobre La Ira de Dios
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: Holy Week Volcano

© Desiring God

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por John Piper sobre La Ira de Dios
Una parte de la serie Taste & See

Traducción por Javier Matus


La Lava Le Puede Alcanzar

En preparación para la Semana Santa, he estado leyendo los capítulos finales de cada Evangelio. El viernes pasado ocurrió algo extraño cuando estaba leyendo Lucas 22:63-65.

Y los hombres que custodiaban a Jesús se burlaban de él y le golpeaban; y vendándole los ojos, le golpeaban el rostro, y le preguntaban, diciendo: “Profetiza, ¿quién es el que te golpeó?” Y decían otras muchas cosas injuriándole.

Al leer estas terribles palabras me vi diciendo a Jesús: “Lo siento. Lo siento, Jesús. ¡Perdóname!”

Me sentía como un actor aquí, no sólo un espectador. Yo era tanto una parte de esa fea turba que sabía que era tan culpable como ellos. Sentí que si la ira de Dios se hubiera derramado sobre aquellos soldados y me hubiera barrido a mí también, se habría hecho justicia. Yo no estaba allí, pero su pecado fue mi pecado. No habría sido injusto para mí caer bajo su sentencia.

¿Le ha molestado que a veces en el Antiguo Testamento cuando un hombre peca, muchos son barridos en el castigo que Dios trae? Por ejemplo, cuando David pecó al hacer un censo del pueblo (2 Samuel 24:10), “Murieron del pueblo, desde Dan hasta Beerseba, setenta mil hombres” (2 Samuel 24:15). Otro ejemplo es cuando Acán se guardó parte del botín de Jericó y fue lapidada toda su familia (Josué 7:25). Tal vez mi experiencia en la lectura de Lucas 22 es un indicio de la justicia divina en esto.

Una analogía me vino a la mente. Los corazones de la humanidad son como un manto fundido debajo de la superficie de toda la tierra. La lava fundida debajo de la tierra es la maldad universal del corazón humano —la rebelión contra Dios y el egoísmo hacia las personas. Aquí y allá, un volcán de rebelión estalla el cual Dios ve conveniente juzgar inmediatamente. Él puede hacerlo haciendo que la lava abrasadora y destructiva fluya no sólo por la montaña que entró en erupción, sino también a través de los valles que no entraron en erupción pero que tienen la misma lava fundida del pecado debajo de la superficie.

La razón por la que confieso el pecado de golpear a Jesús a pesar de que yo no estaba allí es que la misma lava de rebelión está en mi propio corazón. He visto suficiente de ella como para saberlo. Así que, aunque no estalló en tal atrocidad volcánica como la crucifixión, todavía es merecedora de juicio. Si Dios hubiese escogido llover la lava de su maldad sobre sus propias cabezas y parte de ella me hubiese consumido, no habría podido criticar la justicia de Dios.

Podemos preguntarnos por qué Dios escoge recompensar algunos males de inmediato y no a otros. Y nos preguntamos cómo Él decide a quién barrer en el juicio. ¿Por qué setenta mil? ¿Por qué no cincuenta mil, o cien o diez? ¿Por qué la esposa de Acán y no el vecino codicioso a dos tiendas de ahí? Dudo que las respuestas estén disponibles para nosotros ahora. Sólo nos queda confiar en que estas decisiones vienen de una Sabiduría tan grande que puede discernir todos los efectos posibles en todos los tiempos y lugares y personas posibles. La extensión del flujo de la lava de la rebelión y el juicio de una persona queda en las manos de Dios solamente.

Y creo de Romanos 8:28 que a pesar de que la lava de la recompensa se apodera de mí a una distancia del volcán, hay misericordia en ella. No merezco escapar, porque conozco mi propio corazón. Pero confío en Cristo, y entonces sé que el juicio se convertirá en gozo. Aunque él me matare, en él esperaré. Porque estimada es a los ojos de Jehová la muerte de Sus santos.

En camino hacia la Semana Santa con Jesús,

El Pastor John


Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas