El destino: La vida eterna

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En Juan 6:40 Jesús dijo: "[Porque] esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final". El no sólo es la vida; también nos dice (11:25-26) que Él es la resurrección.  
En Juan 6:40 Jesús dijo: "[Porque] esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final". El no sólo es la vida; también nos dice (11:25-26) que Él es la resurrección.  
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La semana pasada inhumamos a Flossie O'Connor y Marion Newstrum. Ellas tienen vida eterna en el cielo con Cristo (2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23). Pero su experiencia de vida eterna será más completa cuando el Señor descienda con una trompeta y con la llamada de los arcángeles, y los cadáveres de los que han muerto en Cristo se levanten de entre los muertos.  
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La semana pasada enterramos a Flossie O'Connor y Marion Newstrum. Ellas tienen vida eterna en el cielo con Cristo (2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23). Pero su experiencia de vida eterna será más completa cuando el Señor descienda con una trompeta y con la llamada de los arcángeles, y los cadáveres de los que han muerto en Cristo se levanten de entre los muertos.  
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La vida eterna abarca el cuerpo y el alma.  
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La vida eterna abarca el cuerpo y el alma.
==== Novena etapa: Perdura por siempre jamás ====
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Revisión de 15:21 18 oct 2017

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Sobre esta Traducción
English: The Destiny: Eternal Life

© Desiring God

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Por John Piper sobre El Evangelio
Una parte de la serie John 3:16

Traducción por Pilar Daza Pareja


Juan 3:16

Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que dió a su Hijo unigénito,
para que todo aquel que cree en Él,
no se pierda,
mas tenga vida eterna.

Una vez más quisiera que centraras tu mente y tu corazón en las palabras de Jesús en Juan 3:16: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dió a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en Él, no se pierda, mas tenga vida eterna". Estas palabras nos advierten del peligro en el que nos encontramos si no estamos con Jesús: el peligro de perecer. Ellas encierran la maravillosa esperanza del designio de Dios de rescatarnos de perecer: su amor, al enviar a su Hijo. La semana pasada nos enfocamos en el deber que nos vincula con su amor: creer en su Hijo. Y esta semana centraremos nuestra atención en el destino que nos espera si creemos: la vida eterna.

  1. El peligro: condenación.
  2. El designio: el amor.
  3. El deber: la fe.
  4. El destino: la vida eterna.

Contenido

El destino: La vida eterna

Que apropiado resulta que la mañana de Navidad nos centremos en la vida eterna. Jesús nos dice en Juan 10:10: "Yo he venido [eso es Navidad] para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia", que la tengan en plenitud y la tengan para siempre. De modo que la vida eterna es el propósito de Cristo en Navidad.

Y mi propósito, como el tuyo, en este servicio, es tu vida eterna. Yo quiero que la tengas, que sepas en qué consiste, que la disfrutes y que la compartas.

Así que lo que voy a hacer es guiarte a través de las etapas de la vida eterna. Te tendras que preguntar ¿en cuál de estas etapas estoy? ¿Cual es tu experiencia sobre la vida eterna?

Primera etapa: En Cristo

La vida eterna está en Cristo.

Juan 1:4: "En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres". O en Juan 14:6 Jesús dijo: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida". La vida eterna es ante todo, la vida del Hijo de Dios. Es la vida de Dios.

Por tanto, es sobrenatural. No es algo que tengamos por naturaleza. Si la recibimos, lo hacemos como un don (cf. 17:2; 10:28) y como un acto sobrenatural, más allá de lo que nosotros podamos fabricar. La vida eterna es la vida de Cristo. "En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres".

Segunda etapa: Mediante la Palabra de Cristo

La vida eterna viene a nosotros mediante la Palabra de Cristo.

En Juan 6:68, Pedro le dice a Jesús: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna". (Cf. 5:24). La vida de Cristo llega al mundo a través de sus palabras. El mismo es llamado el Verbo de Dios: "En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios... y el Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros" (Juan 1:1, 14).

Y cuando él se encontraba con nosotros en la tierra, hablaba de palabras de vida. E instruyó a sus discípulos para que fuesen a enseñar el camino que él enseñaba. Y dijo que otros creerían en él a través de sus palabras (17:20). Así pues, la vida eterna se prolonga de Cristo a los demás a través de su palabra.

Tercera etapa: Dios acerca a las personas a Cristo

Al escuchar las palabras de vida eterna, Dios acerca a las personas a Cristo.

En Juan 6:44, Jesús dice: "Nadie puede venir a mí si no lo trae el Padre que me envió". Cristo está allí donde se recibe la vida eterna. Debemos ir hacia él si queremos tenerla (5:40). Las palabras de vida nos la ofrecen, la describen, nos dicen cómo obtenerla y nos invitan a ir a ella.

Pero Juan 3:20 describe cómo, por nuestra naturaleza, odiamos la luz de la vida. No queremos venir porque quedamos al descubierto y expuestos por la luz de la vida. Nuestra única esperanza es el misericordioso "acercamiento" de Dios. El vence nuestro odio por la luz y nos abre los ojos para que empecemos a ver a Cristo como realmente es.

Habrán visto las calcomanías en los parachoques de carros que dicen "Empieza viendo las motocicletas". Eso no se debe a que la gente no las vea de verdad. Esto es porque es necesario que las vean desde otro punto de vista. Pues así sucede con Cristo desde un punto de vista más serio. La gente sabe acerca de él, pero no lo ven como quien realmente es; de lo contrario se sentirían abrumados por su grandeza, su belleza, su poder, su bondad, su sabiduría y su amor.

Si la vida eterna ha de entrar en nuestras vidas, debemos empezar a ver a Jesús, y eso es lo que hace el acercamiento de Dios. Nos abre los ojos para ver el Jesús que ya vemos en la Palabra.

¿Es esta la etapa de vida eterna en la cual te encuentras?

Cuarta etapa: Creeyendo en Cristo

Recibimos vida eterna al creer en Cristo.

Cuando escuchamos las palabras de vida, y cedemos ante el poder de atracción de Dios, y creemos en Jesús, lo recibimos en nuestras vidas y con él recibimos la vida eterna, porque él es la vida eterna (Juan 14:6).

En Juan 15:5, Jesús dice: "Yo soy la vid, vosotros los sarmientos". En otras palabras, al creer en Cristo nos unimos a él como un sarmiento se une a la vid, de forma que la vida de la vid fluya por las ramas. Su vida eterna fluye dentro de nosotros y ahora nosotros tenemos vida eterna.

Esto es una gran labor que Dios está llevando a cabo en todo el mundo, todos los días. Por ejemplo, mi amigo John Ensor, pastor y líder pro-vida en Boston, escribió en su carta de Navidad esta pasada semana:

Eres consciente de las muchas obras poderosas de Dios tanto en las Escrituras como en el mundo actual. Dios está haciendo cosas increíbles aquí en casa y en el extranjero. Hace dos semanas, Kristen y yo tuvimos la oportunidad de guiar a una estudiante comunista china a la fe en Cristo. Ella es una apasionada de Mao y está haciendo su doctorado aquí en Boston. Tuvimos la oportunidad de ayudarla en un momento de crisis y el resultado fue que ella entregó su vida a Cristo. Ya se ha leído los cuatro evangelios, y por Navidad vino a la celebración de puertas abiertas en casa y cantó villancicos al Señor. Creo que en los próximos días habrá más Cristo y menos Mao. ¡Este es el poder de Dios!

Quinta etapa: Ahora tenemos vida eterna

Al creer tenemos vida eterna AHORA, no sólo en el futuro.

Jesús nos dice en Juan 5:24: "En verdad, en verdad os digo: el que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene [no dice "tendrá" sino "tiene" – ¡ahora!] vida eterna y no viene a condenación, sino que ha pasado de muerte a vida". Dicho de otro modo: la vida eterna no es algo que debas esperar después de la muerte. Es algo que tienes AHORA si crees en Jesús.

Creer es el vínculo que nos une con la vida de Dios en Cristo ahora. Si tenemos a Cristo, tenemos su vida ahora. Y su vida es eterna.

Sexta etapa: Una relación personal con Dios

Esta vida eterna es una relación personal con Dios el Padre y Dios el Hijo.

En Juan 17:3, Jesús define la vida eterna de esa forma. Cuando se hallaba orando a su Padre en el cielo dijo: "Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado". La vida eterna es un conocimiento íntimo y personal de Dios. No es una vacuna contra la enfermedad de la muerte, que funciona de forma inconsciente como si fuese un antibiótico espiritual. Sino una experiencia consciente de conocer a Dios y de relacionarse con Él.

Para ver cómo puede ser así, conecte esto con el texto de Juan 1:4, que ya hemos visto en la primera etapa: "En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres". La vida es la luz. ¿Esto qué quiere decir? Significa, creo yo, que cuando la vida eterna de Cristo entra en nuestras vidas a través de la fe, arroja luz sobre Dios y sobre Cristo para que puedas conocerlos personalmente. Ahora los puedes ver con mucha más claridad como nunca antes lo habías hecho. Antes de la fe los veías como a través de una niebla. Entonces Dios te permitió ver lo suficiente para acercarte a la fe. Ahora en la fe, la vida viene y con ella las luces se dispersan por todas partes, y la realidad personal de Dios es tan poderosa que puedes conocerlo, puedes relacionarte con él y puedes tener comunión con él.

"Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado". La vida eterna trae la luz del conocimiento personal al corazón, y nosotros le conocemos, vivimos con él y hablamos con él, AHORA.

Séptima etapa: No se interrumpe con la muerte

La vida eterna no se interrumpe con la muerte.

En Juan 11:25-26, Jesús dice: "Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá, 26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás". Yo creo que lo que quiere decir es lo siguiente: a todo aquel que tenga vida eterna por la fe, no se le quitará la vida; aunque muera, vivirá. La muerte física no convierte la vida eterna en vida temporal.

Uno de los momentos más intensos de mi vida en el seminario fue en el funeral de uno de mis profesores, James Morgan, de 37 años, que tenía esposa y cuatro hijos. Lewis Smedes nos lo comunicó con estos versículos y en un determinado momento levantó la voz y dijo con gran autoridad, "¡James Morgan no ha muerto! Porque Jesús ha dicho: «Todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente»".

La vida eterna no se interrumpe con la muerte.

Octava etapa: Nos hace completos en la Resurrección

La vida eterna estará completa cuando nuestros cuerpos se levanten de entre los muertos y se reúnan con nuestro espíritu.

En Juan 6:40 Jesús dijo: "[Porque] esta es la voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en El, tenga vida eterna, y yo mismo lo resucitaré en el día final". El no sólo es la vida; también nos dice (11:25-26) que Él es la resurrección.

La semana pasada enterramos a Flossie O'Connor y Marion Newstrum. Ellas tienen vida eterna en el cielo con Cristo (2 Corintios 5:8; Filipenses 1:23). Pero su experiencia de vida eterna será más completa cuando el Señor descienda con una trompeta y con la llamada de los arcángeles, y los cadáveres de los que han muerto en Cristo se levanten de entre los muertos.

La vida eterna abarca el cuerpo y el alma.

Novena etapa: Perdura por siempre jamás

La vida eterna perdura por siempre jamás.

¿Cuánto tiempo es para siempre? ¿Os hace temblar el pensar que tanto depende de vuestro despertar espiritual en esta vida? ¿Por cuánto tiempo es? Una vez oí a Jerry Healy en una Capilla Bethel describirlo de esta manera: si un pajarito tuviese que volar desde la costa hasta una gran llanura y depositar un grano de arena cada mil años, cuando el montículo de arena llegue a la altura del monte Everest, la eternidad no habrá hecho más que empezar.

¿Por qué existe la Eternidad?

Existe porque eso es lo que tardaremos en conocer las glorias inagotables de Dios. Hace doscientos cincuenta años Jonathan Edwards predicó sobre lo que sería experimentar la vida eterna, sobre lo que sería ver y conocer a Dios para toda la eternidad. Él se preguntaba si eso terminaría siendo soso y aburrido.

La fuente que suministra [los] gozos y deleites que el alma tiene al ver a Dios... es infinita... La comprensión puede extenderse hasta donde desee, pero dirige su vuelo hacia una extensión sin fin, y se sumerge en un océano sin fondo. Puede descubrir más y más sobre la belleza y el encanto de Dios, pero nunca se agotará la fuente...

Luego comenta sobre el amor infinito de Dios basándose en Efesios 3:18-19: "Que seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios".

No podemos, por mucho que nos elevemos, llegar a la altura de [el amor de Dios]; nunca podremos, descendiendo, alcanzar sus profundidades; ni tampoco, mediante la medición, podremos conocer la longitud y la anchura del mismo... Dejad que los pensamientos y deseos se extiendan como quieran, aquí hay suficiente espacio donde lo pueden hacer para siempre. ¡Cuán benditos son, por lo tanto, aquellos que ven a Dios, aquellos que han venido a esta fuente inagotable!... Después de haber tenido el placer de contemplar el rostro de Dios durante millones de años, la historia no será aburrida, la fruición de esta delicia será tan exquisita como siempre... (Works of Jonathan Edwards, Edinburgh, 1974, vol. 2, p. 909)

¿En qué etapa de la vida eterna os encontráis?

¿En qué etapa de la vida eterna os encontráis? Vosotros os encontráis al menos en la segunda etapa: escuchando las palabras de la vida. Eso es sobre lo que he estado hablando. Y yo creo que Dios ya ha llevado a muchos a la tercera etapa: él os está atrayendo al ayudaros a ver quién es Cristo. Ojalá que esta mañana crucéis el umbral de la vida y creáis, y entréis en posesión de la vida eterna y participéis de esa relación maravillosa que es conocer el único Dios verdadero, y al que él envió, Jesucristo.

¿Qué pasa si esta mañana creéis y finalmente decís: "Señor Jesús, te veo en tu Palabra, y ya no me resistiré más. Yo confío en ti con mi alma y con mi cuerpo. Creo en la promesa de Juan 3:16, de que todo aquel que cree en Cristo, no se pierde, mas tendrá vida eterna. Puedo recibir el regalo de la vida eterna."? Nos gustaría saber que está haciendo Dios en vuestras vidas para que podamos orar por vosotros. Y nos gustaría daros algunas direcciones útiles para seguir adelante con Cristo.

Hemos preparado el folleto sobre el culto para que todos respondáis a estos mensajes y al trabajo que Dios ha hecho en vuestras vidas este año. Dediquemos un momento a rellenarlo juntos.



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