El don no deseado de la soltería

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Deseaba un grado de MSR. En vez de eso, obtuve una Licenciatura en Ciencias Políticas.  
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Deseaba conseguir marido en la universidad. En vez de eso, conseguí una licenciatura en Ciencias Políticas.  
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Nunca fui la chica que soñó casarse. Ingresé a la universidad soltera, y lista para conquistar al mundo. Tenía a Cristo, estaba obteniendo una buena educación, y estaba contenta. Los deseos de una familia vivían en algún lugar fuera de la tierra de mis treinta años.  
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Nunca fui el tipo de chica que soñaba con casarse. Ingresé a la universidad soltera, lista para conquistar el mundo. Tenía a Cristo, estaba recibiendo una buena educación y me sentía contenta. Los deseos de formar una familia vivían en algún lugar allá afuera, en la tierra de los treinta y tantos años.  
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En algún punto de mis años universitarios, los amigos de la infancia comenzaron a comprometerse, casarse y luego embarazarse. Muy rápidamente la expresión, “no es bueno para un hombre estar solo”, comenzó a sonar como yo, también.  
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En algún punto de la carrera universitaria, mis amigos de la infancia comenzaron a comprometerse, casarse y luego embarazarse. Muy rápidamente, empecé a sentirme identificada yo también con la expresión “no es bueno que el hombre esté solo”.  
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Una mañana, vi en una publicación que otra amiga más se había comprometido. Era una buena amiga, y estaba feliz por ella. Comencé a llorar. Sin embargo, me di cuenta que las lágrimas que brotaban de mis ojos no eran por la felicidad que sentía por ella. Se debían porque deseaba que fuese yo publicando sobre mi compromiso, y no ella.  
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Una mañana, vi una publicación de otra amiga más que anunciaba que se había comprometido. Era una buena amiga y estaba feliz por ella. Empecé a llorar. Sin embargo, me di cuenta de que las lágrimas que brotaban de mis ojos no eran por la felicidad que sentía por ella. Eran porque deseaba ser yo quien estaba anunciando su compromiso, y no ella.  
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En ese momento, me di cuenta que todo lo que deseaba era casarme y comenzar una familia. La descripción del empleo de esposa y mamá de repente sonaba mejor que cualquier empleo que mi diploma pudiera otorgarme.  
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En ese momento, me di cuenta de que todo lo que deseaba era casarme y formar una familia. La descripción del empleo de esposa y mamá de repente se veía mejor que cualquier otro empleo que mi diploma pudiera valerme.  
Así comenzó mi batalla con el descontento y la soledad.  
Así comenzó mi batalla con el descontento y la soledad.  
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==== La Batalla con la Soledad ====
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==== La batalla con la soledad ====
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Más temprano que tarde, conocí a alguien. Por un año y medio, nuestra amistad creció muy profundamente, y parecía que nos encaminábamos a una relación seria. Comencé a esperanzarme en él, creyendo que era el cumplimiento de mis nuevos deseos. Luego, dentro de una semana, ambos confesamos nuestros sentimientos el uno por el otro - y luego días después terminamos nuestra amistad y cualquier posibilidad de avanzar como pareja.  
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Más pronto de lo que esperaba, conocí a alguien. Por un año y medio, nuestra amistad fue creciendo y haciéndose cada vez más profunda, y parecía que nos encaminábamos a una relación seria. Comencé a poner mis esperanzas en él, creyendo que él era el cumplimiento de mis nuevos deseos. Luego, dentro del plazo de una semana, ambos confesamos nuestros sentimientos el uno por el otro... y días después, terminamos con nuestra amistad y con toda posibilidad de avanzar como pareja.  
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Signo de batalla con el descontento y la soledad, segundo round.  
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Batalla con el descontento y la soledad, segundo round.  
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Las mujeres de mayor edad me exhortaban a sacar provecho de mi tiempo como mujer soltera. Este no fue un consejo inoportuno, si bien un consejo confuso para procesarlo emocionalmente. Como alguien que ha visto recientemente pocas desventajas de la soltería, ahora estaba teniendo problemas para ver alguna ventaja de permanecer soltera.  
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Las mujeres mayores me aconsejaban que sacara provecho de mi tiempo de soltera. No fue un consejo inoportuno, aunque fue un consejo confuso para procesarlo emocionalmente. Siendo una persona que hacía poco tiempo veía pocas desventajas en la soltería, ahora me estaba costando problemas para ver alguna ventaja en seguir soltera.  
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==== El Don de la Soltería es Dios  ====
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==== El regalo de la soltería es Dios  ====
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En su libro ''Let Me Be a Woman'' (Déjenme Ser una Mujer), Elisabeth Elliot discute sobre el don de la soltería. Escribe,
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En su libro ''Let Me Be a Woman'' (Déjenme ser mujer), Elisabeth Elliot habla del don de la soltería y escribe:
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:Ahora habiendo gastado más de cuarenta y ún años soltera, he aprendido que en verdad es un don. No uno que elegiría. No uno que muchas mujeres elegirían. Pero, recuerden: no elegimos nuestros dones. Nos son otorgados por un Donante divino que sabe el fin del comienzo, y quiere por encima de todo eso darnos el don de Él mismo.
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:Habiendo pasado ya más de 41 años soltera, he aprendido que en verdad es un don. No uno que yo elegiría. No uno que muchas mujeres elegirían. Pero recuerden: nosotros no elegimos nuestros dones. Nos son otorgados por un Dador divino que sabe cómo va a ser el fin desde el comienzo, y quiere, por encima de todo lo demás, darnos el don que es Él mismo.
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La valoración y advertencia honesta de Elliot sobre el don de la soltería es un alivio al alma de una mujer que tampoco desearía elegir permanecer soltera.  
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La valoración y la exhortación honesta de Elliot sobre el don de la soltería es un bálsamo para el alma de la mujer que tampoco desearía ni elegiría permanecer soltera.  
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Concluye sus pensamientos diciendo: “es dentro de la esfera de las circunstancias que Él elige por nosotras - solteras, casadas, viudas - que lo recibamos a Él. Es allí y en ningún otro lugar donde Él se hace conocido a nosotras. Es allí donde estamos permitidas servirle”.  
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Ella concluye sus pensamientos diciendo: “Es dentro de la esfera de las circunstancias que Él elige que nosotras —solteras, casadas y viudas— lo recibamos a Él. Es en ese lugar y no en ningún otro donde Él se da a conocer a nosotras. Es allí donde tenemos la posibilidad de servirlo”.  
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==== La Perspectiva de Una Mujer Soltera ====
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==== La perspectiva de una mujer soltera ====
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Elisabeth Elliot y el apóstol Pablo tuvieron el mismo alcance al don de la soltería. Paul exhortó a los solteros a usar sus dones de soltería como una plataforma para el servicio con el fin de “promover el buen orden y asegurar su devoción sin quiebres hacia el Señor” (1 Corintios 7:35).  
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Elisabeth Elliot y el apóstol Pablo tuvieron una forma similar de abordar el don de la soltería. En un pasaje muy conocido, Pablo exhortó a los solteros que usaran sus dones de soltería como una plataforma para el servicio, con el fin de “promover lo que es honesto y para asegurar [nuestra] constante devoción al Señor” o, como dice la Biblia Dios Habla Hoy, “para que vivan de una manera digna, sirviendo al Señor sin distracciones” (1 Corintios 7:35).  
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En la práctica, el vivir soltera sin distracciones me parecía una paradoja. Estaba distraída por la mentira que lo mejor de la vida nunca vendría. Estaba distraida por los pensamientos que mi más alta felicidad solamente pudiera ser ganada al otro lado del matrimonio, y que nunca podía llegar allí. Comencé a fijarme una norma de la forma de pensamiento sutil pero peligrosa que la completa felicidad en la vida de cualquier persona sólo podía venir en forma de matrimonio.  
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En la práctica, vivir soltera sin distracciones me parecía una paradoja. Estaba distraída por la mentira de que lo mejor de la vida nunca llegaría. Estaba distraída por los pensamientos de que solamente podría alcanzar la cumbre de mi felicidad al otro lado del matrimonio, y que yo quizás nunca llegaría allí. Comencé a prescribir para mí misma una forma de pensamiento sutil pero peligrosa que decía que la felicidad completa en la vida de cualquier persona sólo podía venir en forma de matrimonio.  
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Sin embargo, el Salmo 16:11 no dice que en el matrimonio está la completa felicidad. En vez de eso, los salmistas dicen que “En tu presencia está la completa felicidad. En tu mano derecha están los placeres para siempre jamás”.  
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Sin embargo, Salmos 16:11 no dice que en el matrimonio está la plenitud de gozo. En vez de eso, el salmista dice: ''“En tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre”''.  
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==== Las Formas Inesperadas de los Dones de Dios ====
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==== Las formas inesperadas de los dones de Dios ====
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Este pasaje y su promesa de felicidad es el porqué Elisabeth Elliot puede asegurar a las mujeres solteras que la soltería es en realidad un don. En vez de ver la soltería como un claro recordatorio de que carezco de algo, veo que el don es bueno porque el Donante es bueno. Si ser soltera me permite el don de Él, y si en Él hay completa felicidad, no puede haber disputa de lo que es el don de la soltería.  
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Este pasaje y su promesa de gozo es la razón por la que Elisabeth Elliot puede asegurar a las mujeres solteras que la soltería es realmente un regalo. En vez de ver la soltería como un recordatorio flagrante de que carezco de algo, veo que el don es bueno porque el Dador de los dones es bueno. Si ser soltera me permite tener el don que es Él, y si en Él hay plenitud de gozo, no puede negarse de ninguna manera que la soltería es un don.  
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El entender el don de la soltería es entender la relación entre el servicio y la felicidad. Ese cuando una vida es devota al servicio de un Dios sagrado, ahí hay felicidad. Ese cuando hay felicidad hallada en la presencia de un Dios santo, el servicio se derrama. Como un matrimonio, estas verdades son dos experiencias por separado que vienen juntas diariamente como una.  
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Entender el don de la soltería es entender la relación entre el servicio y la felicidad; que cuando una vida está dedicada al servicio de un Dios santo, hay felicidad; que cuando hallamos la felicidad en la presencia de un Dios santo, el servicio se desborda. Como en el matrimonio, estas verdades son dos experiencias por separado que se juntan diariamente para hacerse una.  
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Cuando el servicio y la felicidad colisionan, hay menos espacio en mi corazón para el descontento o la soledad, ya que la mirada de mi corazón está volteada hacia arriba y hacia abajo. Cuando el servicio hacia Cristo y la felicidad en Cristo están casados en mí, soy capaz de ver que todo don que da es bueno - incluso cuando no viene en forma de anillo de diamantes.  
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Cuando el servicio y la felicidad se fusionan, hay menos espacio en mi corazón para el descontento o la soledad, porque la mirada de mi corazón está puesta afuera y arriba. Cuando el servicio a Cristo y el gozo en Cristo están casados en mí, soy capaz de ver que todo don que Él da es bueno, incluso cuando no viene en forma de anillo de diamantes.  
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Revisión de 00:49 10 feb 2016

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Sobre esta Traducción
English: The Good Unwanted Gift of Singleness

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Por Katelynn Luedke sobre Relaciones

Traducción por Carlos Diaz


Deseaba conseguir marido en la universidad. En vez de eso, conseguí una licenciatura en Ciencias Políticas.

Nunca fui el tipo de chica que soñaba con casarse. Ingresé a la universidad soltera, lista para conquistar el mundo. Tenía a Cristo, estaba recibiendo una buena educación y me sentía contenta. Los deseos de formar una familia vivían en algún lugar allá afuera, en la tierra de los treinta y tantos años.

En algún punto de la carrera universitaria, mis amigos de la infancia comenzaron a comprometerse, casarse y luego embarazarse. Muy rápidamente, empecé a sentirme identificada yo también con la expresión “no es bueno que el hombre esté solo”.

Una mañana, vi una publicación de otra amiga más que anunciaba que se había comprometido. Era una buena amiga y estaba feliz por ella. Empecé a llorar. Sin embargo, me di cuenta de que las lágrimas que brotaban de mis ojos no eran por la felicidad que sentía por ella. Eran porque deseaba ser yo quien estaba anunciando su compromiso, y no ella.

En ese momento, me di cuenta de que todo lo que deseaba era casarme y formar una familia. La descripción del empleo de esposa y mamá de repente se veía mejor que cualquier otro empleo que mi diploma pudiera valerme.

Así comenzó mi batalla con el descontento y la soledad.

Contenido

La batalla con la soledad

Más pronto de lo que esperaba, conocí a alguien. Por un año y medio, nuestra amistad fue creciendo y haciéndose cada vez más profunda, y parecía que nos encaminábamos a una relación seria. Comencé a poner mis esperanzas en él, creyendo que él era el cumplimiento de mis nuevos deseos. Luego, dentro del plazo de una semana, ambos confesamos nuestros sentimientos el uno por el otro... y días después, terminamos con nuestra amistad y con toda posibilidad de avanzar como pareja.

Batalla con el descontento y la soledad, segundo round.

Las mujeres mayores me aconsejaban que sacara provecho de mi tiempo de soltera. No fue un consejo inoportuno, aunque fue un consejo confuso para procesarlo emocionalmente. Siendo una persona que hacía poco tiempo veía pocas desventajas en la soltería, ahora me estaba costando problemas para ver alguna ventaja en seguir soltera.

El regalo de la soltería es Dios

En su libro Let Me Be a Woman (Déjenme ser mujer), Elisabeth Elliot habla del don de la soltería y escribe:

Habiendo pasado ya más de 41 años soltera, he aprendido que en verdad es un don. No uno que yo elegiría. No uno que muchas mujeres elegirían. Pero recuerden: nosotros no elegimos nuestros dones. Nos son otorgados por un Dador divino que sabe cómo va a ser el fin desde el comienzo, y quiere, por encima de todo lo demás, darnos el don que es Él mismo.

La valoración y la exhortación honesta de Elliot sobre el don de la soltería es un bálsamo para el alma de la mujer que tampoco desearía ni elegiría permanecer soltera.

Ella concluye sus pensamientos diciendo: “Es dentro de la esfera de las circunstancias que Él elige que nosotras —solteras, casadas y viudas— lo recibamos a Él. Es en ese lugar y no en ningún otro donde Él se da a conocer a nosotras. Es allí donde tenemos la posibilidad de servirlo”.

La perspectiva de una mujer soltera

Elisabeth Elliot y el apóstol Pablo tuvieron una forma similar de abordar el don de la soltería. En un pasaje muy conocido, Pablo exhortó a los solteros que usaran sus dones de soltería como una plataforma para el servicio, con el fin de “promover lo que es honesto y para asegurar [nuestra] constante devoción al Señor” o, como dice la Biblia Dios Habla Hoy, “para que vivan de una manera digna, sirviendo al Señor sin distracciones” (1 Corintios 7:35).

En la práctica, vivir soltera sin distracciones me parecía una paradoja. Estaba distraída por la mentira de que lo mejor de la vida nunca llegaría. Estaba distraída por los pensamientos de que solamente podría alcanzar la cumbre de mi felicidad al otro lado del matrimonio, y que yo quizás nunca llegaría allí. Comencé a prescribir para mí misma una forma de pensamiento sutil pero peligrosa que decía que la felicidad completa en la vida de cualquier persona sólo podía venir en forma de matrimonio.

Sin embargo, Salmos 16:11 no dice que en el matrimonio está la plenitud de gozo. En vez de eso, el salmista dice: “En tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre”.

Las formas inesperadas de los dones de Dios

Este pasaje y su promesa de gozo es la razón por la que Elisabeth Elliot puede asegurar a las mujeres solteras que la soltería es realmente un regalo. En vez de ver la soltería como un recordatorio flagrante de que carezco de algo, veo que el don es bueno porque el Dador de los dones es bueno. Si ser soltera me permite tener el don que es Él, y si en Él hay plenitud de gozo, no puede negarse de ninguna manera que la soltería es un don.

Entender el don de la soltería es entender la relación entre el servicio y la felicidad; que cuando una vida está dedicada al servicio de un Dios santo, hay felicidad; que cuando hallamos la felicidad en la presencia de un Dios santo, el servicio se desborda. Como en el matrimonio, estas verdades son dos experiencias por separado que se juntan diariamente para hacerse una.

Cuando el servicio y la felicidad se fusionan, hay menos espacio en mi corazón para el descontento o la soledad, porque la mirada de mi corazón está puesta afuera y arriba. Cuando el servicio a Cristo y el gozo en Cristo están casados en mí, soy capaz de ver que todo don que Él da es bueno, incluso cuando no viene en forma de anillo de diamantes.



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