El peso de la gloria: La importancia de C.S. Lewis

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C.S. Lewis salió a la luz como el icono del siglo XX en el mundo de la literatura cristiana. Su gran trabajo, que combina el razonamiento intelectual agudo con la imaginación creativa sin precedentes, le hizo famoso no sólo en el mundo cristiano sino también en el secular. Las Crónicas de Narnia y La Trilogía del Espacio, donde abunda el simbolismo cristiano dramático, las leyeron ávidamente aquellos sin interés alguno en el cristianismo, pero que gozaron de la absoluta fuerza del drama de las propias historias. C.S. Lewis, un experto en literatura inglesa, funcionó también como intelectual cristiano. Poseía una pasión que alcanzaba el mundo intelectual de su tiempo en representación del cristianismo. Mediante sus luchas personales con la duda y el dolor, fue capaz de allanar unos cimientos intelectuales sólidos en su propia fe. C.S. Lewis no tenía interés en un salto místico de fe desprovista de escrutinio racional. Detestaba a aquellos que dejaban sus mentes en los parqueaderos al acudir a la iglesia y estaba convencido que el cristianismo se trataba en el fondo de algo racional y defendible con una sana argumentación. Su obra mostraba el enlace del arte y la ciencia, de la razón y de la imaginación creativa que fue incomparable. Su don de la escritura creativa fue igualado por pocos de sus contemporáneos del siglo XX. Fue realmente un genio literario capaz de expresar la profunda verdad cristiana a través del arte de manera similar a aquella conseguida por Bach con su música y por Rembrandt con su pintura. Incluso hoy día, su obra introductoria a la fe Cristiana (''El Mero Cristianismo'') permanece como un bestseller perenne.  
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C.S. Lewis salió a la luz como el icono del siglo XX en el mundo de la literatura cristiana. Su gran trabajo, que combina el razonamiento intelectual agudo con la imaginación creativa sin precedentes, le hizo famoso no sólo en el mundo cristiano sino también en el secular. Las Crónicas de Narnia y La Trilogía del Espacio, donde abunda el simbolismo cristiano dramático, las leyeron ávidamente aquellos sin interés alguno en el cristianismo, pero que gozaron de la absoluta fuerza del drama de las propias historias. C.S. Lewis, un experto en literatura inglesa, funcionó también como intelectual cristiano. Poseía una pasión que alcanzaba el mundo intelectual de su tiempo en representación del cristianismo. Mediante sus luchas personales con la duda y el dolor, fue capaz de allanar unos cimientos intelectuales sólidos en su propia fe. C.S. Lewis no tenía interés en un salto místico de fe desprovista de escrutinio racional. Detestaba a aquellos que dejaban sus mentes en los parqueaderos al acudir a la iglesia y estaba convencido que el cristianismo se trataba en el fondo de algo racional y defendible con una sana argumentación. Su obra mostraba el enlace del arte y la ciencia, de la razón y de la imaginación creativa que fue incomparable. Su don de la escritura creativa fue igualado por pocos de sus contemporáneos del siglo XX. Fue realmente un genio literario capaz de expresar la profunda verdad cristiana a través del arte de manera similar a aquella conseguida por Bach con su música y por Rembrandt con su pintura. Incluso hoy día, su obra introductoria a la fe Cristiana (''Mero Cristianismo'') permanece como un bestseller perenne.  
<br>Cabe observar que aunque un experto literario, C.S. Lewis siguió siendo un laico teológicamente hablando. De hecho, fue un laico culto y estudiado, pero que no se benefició de las destrezas de la formación técnica de la teología. Algunas de sus observaciones teológicas indican una cierta falta de entendimiento técnico del que se le puede disculpar ciertamente. Su obra Mero Cristianismo ha sido el único volumen más importante de la apologética conocida del mundo cristiano del siglo XX. De nuevo, Lewis, con su estilo incomparable, fue capaz de llegar al núcleo fundamental de la fe Cristiana sin deformarlo en categorías simplistas.  
<br>Cabe observar que aunque un experto literario, C.S. Lewis siguió siendo un laico teológicamente hablando. De hecho, fue un laico culto y estudiado, pero que no se benefició de las destrezas de la formación técnica de la teología. Algunas de sus observaciones teológicas indican una cierta falta de entendimiento técnico del que se le puede disculpar ciertamente. Su obra Mero Cristianismo ha sido el único volumen más importante de la apologética conocida del mundo cristiano del siglo XX. De nuevo, Lewis, con su estilo incomparable, fue capaz de llegar al núcleo fundamental de la fe Cristiana sin deformarlo en categorías simplistas.  
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<br>Su razonamiento, aunque fuerte, no fue siempre técnicamente firme. Por ejemplo, en su defensa de la resurrección, utilizó un argumento que ha impresionado a muchos a pesar de su invalidez. El sigue una discusión antigua de que la verdad de las afirmaciones de los escritores del Nuevo Testamento acerca de la resurrección de Jesús se verifican con la buena voluntad de morir por las verdades que ellos adoptaron. Y la pregunta que se formula es: ¿Qué resulta más fácil de creer: que esos hombres crearon un falso mito y luego murieron por esa falsedad o que Jesús realmente regresó de la sepultura? La respuesta a esta pregunta es sencilla a primera vista. Resulta mucho más fácil creer que los hombres fueron engañados con esta falsedad en la que creían realmente, y estarían dispuestos a dar sus vidas por ello, que creer que alguien regresó de la muerte. Tiene que haber otras razones para apoyar la afirmación de la verdad de la resurrección, aparte de que las personas estaban dispuestas a morir por ella. Se podría observar la violencia de Oriente Medio y las 50.000 personas tan persuadidas por las verdades del Islam que eran capaces de sacrificarse con bombas suicidas. La historia está repleta de ejemplos de gente engañada que han muerto por sus falsas creencias. La historia no está llena de ejemplos de resurrecciones. Sin embargo, a pesar de la falta de solidez de este argumento en particular, Lewis no obstante creó un gran impacto en las personas que se encontraban involucradas en sus exploraciones iniciales de las afirmaciones de la verdad del cristianismo.  
<br>Su razonamiento, aunque fuerte, no fue siempre técnicamente firme. Por ejemplo, en su defensa de la resurrección, utilizó un argumento que ha impresionado a muchos a pesar de su invalidez. El sigue una discusión antigua de que la verdad de las afirmaciones de los escritores del Nuevo Testamento acerca de la resurrección de Jesús se verifican con la buena voluntad de morir por las verdades que ellos adoptaron. Y la pregunta que se formula es: ¿Qué resulta más fácil de creer: que esos hombres crearon un falso mito y luego murieron por esa falsedad o que Jesús realmente regresó de la sepultura? La respuesta a esta pregunta es sencilla a primera vista. Resulta mucho más fácil creer que los hombres fueron engañados con esta falsedad en la que creían realmente, y estarían dispuestos a dar sus vidas por ello, que creer que alguien regresó de la muerte. Tiene que haber otras razones para apoyar la afirmación de la verdad de la resurrección, aparte de que las personas estaban dispuestas a morir por ella. Se podría observar la violencia de Oriente Medio y las 50.000 personas tan persuadidas por las verdades del Islam que eran capaces de sacrificarse con bombas suicidas. La historia está repleta de ejemplos de gente engañada que han muerto por sus falsas creencias. La historia no está llena de ejemplos de resurrecciones. Sin embargo, a pesar de la falta de solidez de este argumento en particular, Lewis no obstante creó un gran impacto en las personas que se encontraban involucradas en sus exploraciones iniciales de las afirmaciones de la verdad del cristianismo.  
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<br>Hasta este día, las personas que no leen una biblia o no leen otra literatura cristiana, cogerán ''Mera Cristiandad'' y se encontrarán comprometidos con los procesos mentales agudos de C.S. Lewis. La iglesia tiene una gran deuda con este hombre por su falta de voluntad de capitular el irracionalismo que marcó tanto al pensamiento Cristiano en el siglo XX (un irracionalismo que produjo lo que muchos describen como un “Cristianismo mecánico”.  
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<br>Hasta este día, las personas que no leen una biblia o no leen otra literatura cristiana, cogerán ''Mero Cristianismo'' y se encontrarán comprometidos con los procesos mentales agudos de C.S. Lewis. La iglesia tiene una gran deuda con este hombre por su falta de voluntad de capitular el irracionalismo que marcó tanto al pensamiento Cristiano en el siglo XX (un irracionalismo que produjo lo que muchos describen como un “Cristianismo mecánico”.  
<br>El Cristianismo de C.S. Lewis se trata de algo consciente donde existe una unión maravillosa entre la cabeza y el corazón. Lewis era un hombre de gran sensibilidad al dolor humano y experimentó el fuego de la santificación a través del dolor y de la angustia personal. Su sensibilidad se desarrolló de tales experiencias y su habilidad para comunicarlo honorablemente. El ser creativo es la señal de profundidad, el ser creativo sin distorsión alguna resulta realmente raro y aún en las historias que C.S. Lewis hiló, los poderes de la creatividad alcanzaron niveles como nunca antes. Aslan, el león de Las Crónicas de Narnia, captura el personaje y la personalidad de Jesús; es simplemente asombroso. Creo que cada generación continuará beneficiándose de las apreciaciones plasmadas en papel por esta personalidad asombrosa.<br>
<br>El Cristianismo de C.S. Lewis se trata de algo consciente donde existe una unión maravillosa entre la cabeza y el corazón. Lewis era un hombre de gran sensibilidad al dolor humano y experimentó el fuego de la santificación a través del dolor y de la angustia personal. Su sensibilidad se desarrolló de tales experiencias y su habilidad para comunicarlo honorablemente. El ser creativo es la señal de profundidad, el ser creativo sin distorsión alguna resulta realmente raro y aún en las historias que C.S. Lewis hiló, los poderes de la creatividad alcanzaron niveles como nunca antes. Aslan, el león de Las Crónicas de Narnia, captura el personaje y la personalidad de Jesús; es simplemente asombroso. Creo que cada generación continuará beneficiándose de las apreciaciones plasmadas en papel por esta personalidad asombrosa.<br>

Revisión de 14:19 6 oct 2017

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English: The Weight of Glory: The Significance of C.S. Lewis

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Por R.C. Sproul sobre Biografía Cristiana
Una parte de la serie Right Now Counts Forever

Traducción por Pilar Peña


C.S. Lewis salió a la luz como el icono del siglo XX en el mundo de la literatura cristiana. Su gran trabajo, que combina el razonamiento intelectual agudo con la imaginación creativa sin precedentes, le hizo famoso no sólo en el mundo cristiano sino también en el secular. Las Crónicas de Narnia y La Trilogía del Espacio, donde abunda el simbolismo cristiano dramático, las leyeron ávidamente aquellos sin interés alguno en el cristianismo, pero que gozaron de la absoluta fuerza del drama de las propias historias. C.S. Lewis, un experto en literatura inglesa, funcionó también como intelectual cristiano. Poseía una pasión que alcanzaba el mundo intelectual de su tiempo en representación del cristianismo. Mediante sus luchas personales con la duda y el dolor, fue capaz de allanar unos cimientos intelectuales sólidos en su propia fe. C.S. Lewis no tenía interés en un salto místico de fe desprovista de escrutinio racional. Detestaba a aquellos que dejaban sus mentes en los parqueaderos al acudir a la iglesia y estaba convencido que el cristianismo se trataba en el fondo de algo racional y defendible con una sana argumentación. Su obra mostraba el enlace del arte y la ciencia, de la razón y de la imaginación creativa que fue incomparable. Su don de la escritura creativa fue igualado por pocos de sus contemporáneos del siglo XX. Fue realmente un genio literario capaz de expresar la profunda verdad cristiana a través del arte de manera similar a aquella conseguida por Bach con su música y por Rembrandt con su pintura. Incluso hoy día, su obra introductoria a la fe Cristiana (Mero Cristianismo) permanece como un bestseller perenne.


Cabe observar que aunque un experto literario, C.S. Lewis siguió siendo un laico teológicamente hablando. De hecho, fue un laico culto y estudiado, pero que no se benefició de las destrezas de la formación técnica de la teología. Algunas de sus observaciones teológicas indican una cierta falta de entendimiento técnico del que se le puede disculpar ciertamente. Su obra Mero Cristianismo ha sido el único volumen más importante de la apologética conocida del mundo cristiano del siglo XX. De nuevo, Lewis, con su estilo incomparable, fue capaz de llegar al núcleo fundamental de la fe Cristiana sin deformarlo en categorías simplistas.


Su razonamiento, aunque fuerte, no fue siempre técnicamente firme. Por ejemplo, en su defensa de la resurrección, utilizó un argumento que ha impresionado a muchos a pesar de su invalidez. El sigue una discusión antigua de que la verdad de las afirmaciones de los escritores del Nuevo Testamento acerca de la resurrección de Jesús se verifican con la buena voluntad de morir por las verdades que ellos adoptaron. Y la pregunta que se formula es: ¿Qué resulta más fácil de creer: que esos hombres crearon un falso mito y luego murieron por esa falsedad o que Jesús realmente regresó de la sepultura? La respuesta a esta pregunta es sencilla a primera vista. Resulta mucho más fácil creer que los hombres fueron engañados con esta falsedad en la que creían realmente, y estarían dispuestos a dar sus vidas por ello, que creer que alguien regresó de la muerte. Tiene que haber otras razones para apoyar la afirmación de la verdad de la resurrección, aparte de que las personas estaban dispuestas a morir por ella. Se podría observar la violencia de Oriente Medio y las 50.000 personas tan persuadidas por las verdades del Islam que eran capaces de sacrificarse con bombas suicidas. La historia está repleta de ejemplos de gente engañada que han muerto por sus falsas creencias. La historia no está llena de ejemplos de resurrecciones. Sin embargo, a pesar de la falta de solidez de este argumento en particular, Lewis no obstante creó un gran impacto en las personas que se encontraban involucradas en sus exploraciones iniciales de las afirmaciones de la verdad del cristianismo.


Hasta este día, las personas que no leen una biblia o no leen otra literatura cristiana, cogerán Mero Cristianismo y se encontrarán comprometidos con los procesos mentales agudos de C.S. Lewis. La iglesia tiene una gran deuda con este hombre por su falta de voluntad de capitular el irracionalismo que marcó tanto al pensamiento Cristiano en el siglo XX (un irracionalismo que produjo lo que muchos describen como un “Cristianismo mecánico”.


El Cristianismo de C.S. Lewis se trata de algo consciente donde existe una unión maravillosa entre la cabeza y el corazón. Lewis era un hombre de gran sensibilidad al dolor humano y experimentó el fuego de la santificación a través del dolor y de la angustia personal. Su sensibilidad se desarrolló de tales experiencias y su habilidad para comunicarlo honorablemente. El ser creativo es la señal de profundidad, el ser creativo sin distorsión alguna resulta realmente raro y aún en las historias que C.S. Lewis hiló, los poderes de la creatividad alcanzaron niveles como nunca antes. Aslan, el león de Las Crónicas de Narnia, captura el personaje y la personalidad de Jesús; es simplemente asombroso. Creo que cada generación continuará beneficiándose de las apreciaciones plasmadas en papel por esta personalidad asombrosa.


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