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English: Your Calling Is to Bless Believers

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Por John Piper sobre Grupos Pequeños
Una parte de la serie 1 Peter: Grow in the Grace & Knowledge of Christ

Traducción por David Acuña Astorga

1 Pedro 3:8–12 (LBLA)
En conclusión, sed todos de un mismo sentir, compasivos, fraternales, misericordiosos y de espíritu humilde; no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición. Pues, "El que quiere amar la vida y ver dias buenos, refrene su lengua del mal y sus labios no hablen engaño. Apártese del mal y haga el bien; busque la paz y sígala. Porque los ojos del Señor están sobre los justos, y sus oídos atentos a sus oraciones; pero el rostro del Señor esta contra los que hacen el mal.

Lo que Pedro ha estado haciendo desde 1 Pedro 2:13 es dar palabras especiales de guía, de enseñanza y de aliento a varios grupos de cristianos de las iglesias de Asia Menor. En 1 Pedro 2:13–17, se dirigió a los cristianos como ciudadanos y nos dijo cómo relacionarnos con las autoridades. En 1 Pedro 2:18–25, les habla a los sirvientes y les dice cómo relacionarse con sus maestros. En 1 Pedro 3:1–6, les habla a las esposas cristianas de los no creyentes y les muestra una forma de ganar a sus esposos. Y, en 1 Pedro 3:7, les habla a los esposos acerca de vivir sabia y consideradamente con sus esposas.

Contenido

Las palabras de Pedro para todos los miembros de la iglesia

Ahora, en el texto de hoy (1 Pedro 3:8–12), Pedro se dirige a nosotros como miembros de la iglesia. Podemos ver en el versículo 8: "En conclusión, sed todos de un mismo sentir . . . ”, etc. El "todos" aquí significa "todos ustedes". No "todas las cosas", sino todos los cristianos que viven juntos. El asunto aquí no es cómo relacionarse con las autoridades civiles, con los maestros, con los esposos no creyentes o con las esposas. El asunto es cómo relacionarse unos con otros en nuestra vida juntos como cristianos.

Esto es especialmente relevante para el enfoque de este domingo, porque te estamos instando a considerar con seriedad ser parte de un grupo pequeño como parte de nuestra vida juntos en Belén, y los grupos pequeños son instancias cruciales en que nos ministramos unos a otros como miembros del cuerpo. Este texto nos dice algo acerca del corazón que hay en un grupo pequeño próspero.

Sé un cierto tipo de persona: cinco rasgos

Ahora, de los cientos de cosas que Pedro nos puede decir acerca de nuestras relaciones al vivir juntos como cristianos, ¿qué nos dice? La respuesta es que nos llama a, primero, ser un cierto tipo de persona, no sólo a hacer una lista de cosas. Y no es un tipo de persona que puedas ser por ti mismo. Está tan en contra de los principios de la naturaleza humana que es prácticamente imposible sin la obra de la misericordia de Dios, llamada "nuevo nacimiento", mencionada en 1 Pedro 1:3.

Revisemos estos cinco rasgos del nuevo tipo de persona que Pedro nos llama a ser. Observa el versículo 8.

  1. Primero, dice sean todos "de un mismo sentir", es decir, tengan una mentalidad común, no necesariamente los mismos gustos, dones o hábitos, sino los mismos pensamientos y juicios sobre las cosas esenciales de la vida: Dios, la salvación, la virtud.
  2. A continuación, dice sean “compasivos". Esto es ser comprensivo, sentir lo que otros sienten, para poder responder con sensibilidad a la necesidad. Las personas que son verdaderamente "compasivas", generalmente, no dicen "sé cómo te sientes", pues, ya que ellos saben cómo te sientes, también saben cuán inútil es decirlo. La verdadera comprensión es una forma de ser bastante silenciosa e intensa en tiempo y presencia.
  3. A continuación, este versículo dice sean “fraternales”, que significa no verse unos a otros como extraños, conocidos o familiares distantes, sino como una familia cercana. En la familia, pueden existir algunas peleas bastante graves y algunos intercambios de fuertes palabras, pero sólo en los casos más extraños la familia se quiebra por eso.
  4. Luego, el versículo dice "misericordiosos". Esta no es una palabra acerca de la conducta, sino de los pensamientos, pues, literalmente, se refiere a las tripas, al vientre. La traducción literal del griego sería "sentirse generoso en el vientre". Estar dispuestos en lo más profundo a ayudar a los demás. Es exactamente lo contrario de la hipocresía, que finge sensibilidad y siente malicia.
  5. A continuación, el versículo dice “de espíritu humilde". Nuevamente, no se refiere a que finjamos el rol de un sirviente, sino que, en nuestro interior, con toda autenticidad, tengamos un espíritu humilde. Se refiere a sentir que somos completamente dependientes de Dios en cuanto a la vida, el respirar, la inteligencia, la estabilidad emocional, la fe, la seguridad y el uso de nuestros sentidos, y a sentir que somos completamente frágiles y vulnerables por nosotros mismos. Y, además, se refiere a sentirnos pecadores e indignos si nos vemos aparte de la gracia de Dios. Esta gracia nos hace sentir maravillados por ser amados, no avasalladores ni dominantes.

Estos cinco rasgos son descripciones de lo que somos en nuestro interior, no principalmente de cómo actuamos. Una mentalidad común, compasiva en cuanto a los sentimientos, un amor familiar, con agradable disposición en el fondo de nuestro ser, humilde en espíritu. Eso es un ser humano inusual. Es por esto que dije que responder el llamado que Pedro nos hace no es posible sin el milagroso nuevo nacimiento mediante la misericordia de Dios descrito en 1 Pedro 1:3.

Confía en Dios y conviértete en este tipo de persona

Podemos imaginar que decimos: "Pero Pedro, yo no soy así. Me estás pidiendo que sea algo que no soy".

La respuesta a eso sería: "Si naces otra vez, si el Espíritu de Dios realmente habita en ti, si eres un hijo de Dios por adopción, si Cristo es ahora tu tesoro y Dios es tu esperanza, entonces la semilla de todos estos rasgos está en ti y florecerá si confías en la gracia futura de Dios.

Como leí esta semana en Isaías 26:3–4:

Al de firme propósito guardarás en perfecta paz, porque en ti confía. Confiad en el Señor para siempre, porque en Dios el Señor, tenemos una Roca eterna.

En otras palabras, confía en Dios, para que la dependencia de Él, futura e interminable, similar a la que se tiene de una roca, satisfaga todas tus necesidades (físicas, morales, espirituales), y el Espíritu se liberará en ti para trabajar estos rasgos maravillosos y completamente antinaturales.

De acuerdo con 1 Pedro 1:3, la señal de una persona que nació de nuevo mediante la misericordia de Dios es una "esperanza viva" (una confianza continua y viva en la futura gracia de Dios) en Dios, la Roca eterna.

Aún cuando nuestra meta es ser lo que sólo Dios puede hacer que seamos, esto no quiere decir que no haya nada que podamos hacer o que podamos hacer por los otros en nuestros grupos pequeños para liberar este trabajo continuo de Dios en nosotros.

No devuelvas mal por mal. En vez de eso, bendice

El versículo 9 nos ayuda a ver cómo funciona esto, cómo podemos ayudarnos unos a otros en nuestros grupos pequeños. Dice que, a causa de toda esta transformación interna de la que habla el versículo 8 (mismo sentir, compasíón, fraternidad, misericordia y humildad), a causa de toda esa transformación interna, se debe actuar de cierta forma, que es en concreto "no devolviendo mal por mal, o insulto por insulto, sino más bien bendiciendo, porque fuisteis llamados con el propósito de heredar bendición".

¿A qué estamos llamados en este versículo?

Observemos cuidadosamente el versículo 9. Existe una pregunta crucial que debemos responder antes de aplicar este versículo a nosotros mismos y a los hábitos de nuestros grupos pequeños. ¿Se refiere el "llamado" del versículo 9 a nuestro acto de bendecir a aquellos que nos insultan? ¿Estamos llamados a esto? ¿O se refiere a la bendición que heredaremos? Ambas opciones son gramaticalmente posibles. Permíteme parafrasear ambas opciones para que veas la diferencia.

¿Quiere decir el versículo: "Bendice a aquellos que te insultan, pues has sido llamado a vivir así; responde al llamado para poder heredar una bendición"? ¿O quiere decir: "bendice a aquellos que te insultan, pues has sido llamado a heredar una bendición"? ¿Se refiere el "llamado" a lo que viene antes (bendecir a otros) o a lo que viene después (heredar una bendición)?

¿Por qué importa esto? ¿Hace alguna diferencia, pues en ambos casos tenemos que bendecir y en ambos casos vamos a heredar una bendición? La diferencia es la relación entre nuestro acto de bendecir a otros y la promesa de que recibiremos una bendición. Y esto es completamente crucial.

Si nuestro llamado es a bendecir a otros, entonces el versículo 9 enseña que esta es una condición que debemos cumplir para poder obtener nuestra herencia futura. El versículo quiere decir que nuestra bendición futura depende de que bendigamos a otros. "Fuiste llamado a bendecir para poder heredar una bendición". Si nuestro llamado en este versículo es a heredar la bendición, entonces el versículo no enseña esto. No se menciona la condicionalidad. "Bendice, pues has sido llamado a heredar una bendición".

Estamos llamados a bendecir a quienes nos insultan.

Mi respuesta es que el llamado del versículo 9 se refiere a que debemos bendecir a quienes nos insultan. Estamos llamados a vivir así. La razón por la que creo esto se debe al paralelo en 1 Pedro 2:21. El versículo 20 dice que, al sufrir por hacer el bien y soportarlo pacientemente, encontramos el favor de Dios. En otras palabras, es bueno no devolver mal por mal o el insulto por insulto, como dice 1 Pedro 3:9.

¿Por qué? En 1 Pedro 2:21, se da la razón: "Porque para este propósito habéis sido llamados, pues también Cristo sufrió por vosotros". Aquí está la palabra clave "llamados" y se refiere indudablemente al versículo 21, y dice que nuestro llamado no es a devolver mal por mal, sino a soportar pacientemente y, como dice el versículo 9, a bendecir a aquellos que nos insultan.

Si quieres conocer el llamado de tu vida, está en dos textos de 1 Pedro (2:21 y 3:9): soportar el sufrimiento injusto pacientemente y bendecir a aquellos que te hacen el mal y te injurian. Ese es nuestro llamado. Para eso existen los grupos pequeños, para ayudarnos unos a otros a convertirnos en personas que viven de esa forma para la gloria de Cristo, que vivió y murió de esa forma.

La condición para heredar nuestra bendición.

Ahora vemos cómo la última parte del versículo 9 encaja, esa última frase crucial. Cuando Pedro dice: "porque fuisteis llamados (en concreto, a bendecir a otros)” y añade: "con el propósito de heredar bendición". Cuando él dice esto, demuestra que el hecho de que bendigamos a otros es una de las condiciones que debemos cumplir para heredar nuestra bendición en la era que vendrá. Es lo mismo que en la bienaventuranza de Jesús, donde dice: "Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia". Mostrar compasión a otros es la condición para recibir la compasión de Dios.

Esto no nos enseña que nuestra bendición futura es algo que ganamos al hacer obras meritorias. Bendecir a aquellos que nos insultan no nos hace ganar nuestra bendición de Dios. Pedro dice, en 1 Pedro 1:13, que la bendición que vendrá a nosotros en la revelación de Jesús es la gracia, no el pago por nuestras obras, sino gracia gratuita. Dice en 1 Pedro 1:5 que " sois protegidos por el poder de Dios mediante la fe (no obras) para la salvación que está preparada para ser revelada en el último tiempo".

La bendición será "heredada", no ganada (1 Pedro 3:9). Será entregada por gracia, no por méritos.

La evidencia del nuevo nacimiento.

Sin embargo (y aquí muchos se pierden, así que pon atención), quienes han nacido de nuevo en Dios heredarán esa bendición por gracia. Y la evidencia de haber nacido de Dios es una esperanza viva y vital en esa bendición futura. La evidencia de haber nacido nuevamente es la fe en la gracia futura. Y la esencia de esta fe es que abrazamos la promesa de bendición como nuestro tesoro y depositamos nuestra esperanza en eso y aquello nos da satisfacción.

La evidencia de que esto último está pasando en tu vida es que ésta se vuelve un anticipo del futuro prometido que anhelas. Si anhelas el futuro de la gracia prometida de Dios por sobre todas las cosas, entonces tu vida se vuelve un anticipo de la gracia futura. No devolverás mal por mal, pues la mayor esperanza de tu vida es que Dios no te devuelva mal por mal a ti. Por el contrario, bendecirás a quienes te insultan, pues la bendición futura que abrazas como tu tesoro y en la que depositas tu esperanza, la que te da satisfacción, es precisamente ese tipo de bendición misericordiosa. La evidencia de que somos nacidos de Dios y de que heredaremos una bendición futura es que nuestras vidas se vuelven un anticipo del futuro que anhelamos.

Por lo tanto, cuando Pedro dice que bendecir a quienes nos insultan es nuestro llamado divino y que este llamado es una condición para heredar nuestra bendición futura, no está diciendo que ganamos nuestra bendición futura con obras meritorias. Está diciendo que debes nacer nuevamente de verdad, que debes poner tu esperanza y tu fe de manera tan genuina en esa bendición que la cualidad de esa bendición misericordiosa sea traída desde el futuro al presente y se muestre en tu vida.

La función número uno de los grupos pequeños

Esto significa que la función número uno de los grupos pequeños de Bethlehem es ayudarnos unos a otros a mantener esta completa convicción de fe en la gracia futura, para alertarnos unos a otros de falsas esperanzas y tesoros engañosos y para ayudarnos unos a otros, semana tras semana, a ver el valor incomparable de Jesús y del futuro en Él, para que le abracemos como nuestro tesoro, para que nos convirtamos en el tipo de persona que sólo Él puede hacernos y para vivir vidas que entreguen bendiciones a miles de personas.


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