Honra al padre y a la madre de tus nietos

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Ser padres de niños devotos es una bendición solo superada por nietos religiosos. Ver a los hijos de tus hijos caminar en la fe es un testimonio de bondad, misericordia y fe en el Señor.  
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Ser padres de niños piadosos es una bendición indescriptible, solo para ser superada al tener nietos devotos. Ver a los hijos de tus hijos caminar en la fe es un testimonio de bondad, misericordia y fe en el Señor.  
Siendo padres y abuelos cristianos, tenemos el privilegio de continuar el modelo que Moisés le dio a los israelitas: «''Debes tener temor del Señor, tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno, tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados''». (Deuteronomio 6:2)  
Siendo padres y abuelos cristianos, tenemos el privilegio de continuar el modelo que Moisés le dio a los israelitas: «''Debes tener temor del Señor, tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno, tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados''». (Deuteronomio 6:2)  

Revisión de 17:13 8 mar 2018

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English: Honor Your Grandchildren’s Father and Mother

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Por Nancy Wilson sobre Crianza de los Hijos

Traducción por Silvana Borghi


Ser padres de niños piadosos es una bendición indescriptible, solo para ser superada al tener nietos devotos. Ver a los hijos de tus hijos caminar en la fe es un testimonio de bondad, misericordia y fe en el Señor.

Siendo padres y abuelos cristianos, tenemos el privilegio de continuar el modelo que Moisés le dio a los israelitas: «Debes tener temor del Señor, tu Dios, guardando todos sus estatutos y sus mandamientos que yo te ordeno, tú y tus hijos y tus nietos, todos los días de tu vida, para que tus días sean prolongados». (Deuteronomio 6:2)

Como abuelas, tenemos que hacer más que, simplemente aclamar a nuestros hijos y nietos y comprarles amuletos de Navidad (aunque hagamos esas cosas y más). Nuestro deber más importante es temer al Señor y obedecerlo todos los días de nuestra vida.

Nuestros nietos deberán recordarnos por la fe, el temor de Dios y todo nuestro amor que damos y fluye del deseo de ser una fuente de bendición material y espiritual para nuestros nietos. Es natural y obvio que ansiemos tener un rol activo en brindarles nuestra fe a ellos.

Contenido

Los activos espirituales de sus nietos

Loida, la abuela de Timoteo, ha dado una mano para trasladar su fe a su nieto. De otra manera, ¿por qué Pablo la mencionaría así como a la madre de Timoteo, Eunice en su segunda carta a Timoteo?

«Porque tengo presente la fe sincera que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida y en tu madre Eunice y estoy seguro que en ti también». (2 Timoteo 1:5)

Claramente la abuela Loida impresionó a Pablo por ser una mujer cuya fe fue un verdadero logro. Era firme. Y aunque nuestras vidas son bastante diferentes de esta mujer judía del siglo I, seguro podemos ver en ella un gran activo espiritual para nuestros propios nietos de nuestra generación.

Con nietos que van de las edades de dos años ha diecinueve, esto es algo que lo que he pensado por bastante tiempo. Y aunque mi crianza haya sido diferente que la suya, espero poder ofrecerle algunas sugerencias.

No te metas en el camino

Es fácil admirar a los nietos. ¿Qué abuela no se ha sentido embelesada con dicha y alegría con la llegada de un niño recién nacido? Creo que amar a los nietos es la parte más fácil. Es algo natural y abundante. Tanto que a veces incluso tenemos que controlarlo. Eso es lo primero. No permitas que el amor por tus nietos deje en el camino su crecimiento espiritual. ¿Cómo puede eso pasar?

Cuando mi yerno se llevaba a nuestro primer nieto por el pasillo porque él necesitaba algo de disciplina, me encontré ofreciendo excusas por su mala conducta (me gustaría poder pedirle disculpas a Ben después). Pero recuerdo el momento del cambio cuando, en vez de avergonzarme, dije algo así: —Dios te bendiga, Ben. ¡Deseo que mi nieto sea devoto y feliz y mi primer nieto ha crecido y se ha convertido en un buen hombre! ¡Gracias a Dios!

Honra a sus padres y madres

Aunque deseemos ser las fuentes de discipulado para nuestros nietos, debemos tratar de no hacer el trabajo de los padres. Las abuelas podemos ayudar, no ser un obstáculo ni una interferencia. Dios llamó a los padres a criar a sus propios hijos en el Señor y nuestro rol como abuelas es apoyar sus esfuerzos. Incluso y especialmente cuando podemos estar en desacuerdo con cómo ellos lo están haciendo. Y eso haremos.

Recuerden, sus hijos ya han crecido y se han ido de casa. Ya han tenido la oportunidad de criarlos en la fe cristiana. Ahora su trabajo es alentarlos, no enseñarlos ni amonestarlos. Si tienen una buena relación con sus hijos adultos, ellos recibirán de buena gana sus aportes. Sin embargo siempre es mejor si esperamos a que se nos solicite.

A lo largo de los años he tenido que aconsejar bastante a madres jóvenes que están pasando por un momento difícil con sus propias madres o suegras. Diría que los temas más importantes son las críticas y la interferencia.

Por ejemplo, los padres no quieren que los chicos tengan cierta clase de juguete pero, los abuelos se los compran igual. O los abuelos les compran muchas cosas. O los abuelos critican a los padres por cómo los crían. Toda esta crítica e interferencia solo tendrá éxito en alejar a sus propios hijos. Pueden no acordar con sus decisiones sin decirles nada.

Es más fructífero hablar con Dios de ello y Él le mostrará dónde se está leyendo la situación equivocada o le dará la paciencia para mantenerse callado. Recuerda cómo te sentías cuando eras una madre joven. ¿Te gustaba que tus padres te criticaran? ¡Lo dudo!

Hogares abiertos y oraciones incesantes

Convierte tu casa en un hogar acogedor para tus hijos casados y nietos. No los recibas con una lista de reglas. ¿Qué es más importante?

Mi hermosa mesa de comedor está llena de arañazos y rayas. Pero me hace sonreír cuando pienso en todos los momentos felices alrededor de ella. ¡Incluso hay una cara sonriente tallada en un lugar! Ni siquiera quiero saber cuál de mis nietos (o invitados) hizo esto. Pero por lo menos, es una cara sonriente y no una con el ceño fruncido. Quizás piensen que soy rara pero puedo atesorar esa pequeña pieza de arte en mi mesa.

Finalmente, oren por sus nietos y no paren de alentarlos y bendecirlos en Cristo. ¡Sus acciones hablan más fuerte que sus palabras!

«Mas la misericordia del Señor es desde la eternidad hasta la eternidad, para los que le temen y su justicia para los hijos de los hijos». Salmo 103:17



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