| - | {{info|Faith's Checkbook/August 23}} <br> <br>23 de Agosto<br>“Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan.”<br>Proverbios 8: 17.<br>La sabiduría ama a los que la aman, y busca a los que la buscan. El que busca<br>ser sabio, ya es sabio, y el que diligentemente busca la sabiduría, ya casi la ha<br>encontrado. Lo que es válido para la sabiduría en general, es especialmente<br>válido para la sabiduría encarnada en nuestro Señor Jesús. A Él hemos de amar y<br>buscar, y, a cambio, gozaremos de Su amor, y lo encontraremos.<br>Nuestra obligación es buscar a Jesús pronto en la vida. ¡Felices son los jóvenes<br>que pasan su mañana con Jesús! Nunca es demasiado temprano para buscar al<br>Señor Jesús. Los que buscan temprano tienen certeza de encontrar. Hemos de<br>buscarle temprano con diligencia. Los comerciantes que prosperan se levantan<br>temprano, y los santos que prosperan buscan a Jesús con avidez. Los que<br>encuentran a Jesús para su enriquecimiento se entregan de corazón a buscarlo.<br>Primero, hemos de buscarlo, y por tanto hemos de buscarlo lo más temprano<br>posible. Jesús por sobre todo. Jesús, primero, y ninguna otra cosa, ni siquiera<br>como un mal secundario.<br>La bendición es que Él será hallado. Él se revela más y más a nuestra búsqueda.<br>Él se entrega más plenamente a nuestra comunión. Felices los hombres que<br>buscan a uno que, cuando es encontrado, permanece con ellos para siempre, un<br>tesoro que se torna cada vez más precioso para sus corazones y sus<br>entendimientos. Señor Jesús, yo te he encontrado; sé encontrado por mí hasta un<br>grado inefable de gozosa satisfacción
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