La Espera Es la Parte más Difícil

De Libros y Sermones Bíblicos

(Diferencias entre revisiones)
Saltar anavegación, buscar
(Página creada con '{{info|The Waiting Is the Hardest Part}}<br> Tom Petty tiene un talento natural para las letras atemporales con impacto universal. Algunos treinta años luego de su salida e...')
m (Protegió «La Espera Es la Parte más Difícil» ([edit=sysop] (indefinido) [move=sysop] (indefinido)))
 
(Una edición intermedia no se muestra.)
Línea 3: Línea 3:
Tom Petty tiene un talento natural para las letras atemporales con impacto universal.  
Tom Petty tiene un talento natural para las letras atemporales con impacto universal.  
-
Algunos treinta años luego de su salida en 1981, su canción “The Waiting” (La Espera) da un tirón a sus oyentes en una forma más poderosa que nunca. Ya sea que esté esperando en una línea, esperando en el tráfico, esperando por un servicio de comida o esperando por matrimonio, cotizar nuestro tiempo es más contracultural que nunca. Y proclamarla “la parte más difícil” resuena profundamente. Hemos estado condicionados a tenerla a nuestra forma, de inmediato. Primero fue la comida rápida y el café instantáneo; luego además fue todo lo restante.  
+
Unos treinta años después de su salida en 1981, su canción “The Waiting” (La Espera) arrastra a sus oyentes de forma más poderosa que nunca. Ya sea que esté esperando en una fila, esperando en el tráfico, esperando un servicio de comida o esperando para casarse, esperar es más contracultural que nunca. Y proclamarlo “la parte más difícil” hace que nos identifiquemos profundamente. Hemos sido condicionados a que las cosas se hagan a nuestra manera, de inmediato. Primero fue la comida rápida y el café instantáneo; luego fue también todo lo demás.
Pero nuestro desdén por esperar no es solamente el producto de las tendencias sociales y los cambios generacionales; es una expresión de algo profundamente humano.  
Pero nuestro desdén por esperar no es solamente el producto de las tendencias sociales y los cambios generacionales; es una expresión de algo profundamente humano.  
-
Nuestros niños mellizos de cuatro años ya pueden relacionarla. Escucharon el coro de Petty, y este atinó a un nervio — y se quedó con ellos más que cualquier cosa de su álbum de grandes éxitos. Ahora ellos lo cantan para calmarse a sí mismos cuando sienten la quema de esperar.  
+
Nuestros niños mellizos de cuatro años ya pueden identificarse con ello. Escucharon el estribillo de Petty, y este atinó a un nervio — y lo recordaron más que cualquier otra cosa de su álbum de grandes éxitos. Ahora lo cantan para calmarse a sí mismos cuando sienten la quemazón de la espera.  
-
Y los dolores de esperar parecen incluso más pronunciados en la mamá y el papá. Desde la gestación, el cuidado de los hijos ha puesto a prueba nuestra paciencia, y expuso la falta de laa misma, con una frecuencia y profundidad bochornosa.  
+
Y los dolores de esperar parecen incluso más pronunciados en mamá y el papá. Desde la gestación, el cuidado de los hijos ha puesto a prueba nuestra paciencia, y expuso la falta de la misma con una frecuencia y profundidad bochornosa.  
-
==== El Cristianismo Está Esperando ====
+
==== El cristianismo está esperando ====
-
Nuestra perspectiva respecto a esperar es quizás una de las formas más fuertes en la que nuestra sociedad está fuera de progreso con la perspectiva global bíblica. No es que esperar fue fácil para nuestros ancestros, sino que estaban más en paz con ello, y más listos para ver su bondad y potencial.  
+
Nuestra perspectiva respecto a esperar es quizás una de las formas más fuertes en las que nuestra sociedad está fuera de línea con la cosmovisión bíblica. No es que esperar fuese fácil para nuestros ancestros, sino que estaban más en paz con ello, y más listos para ver su beneficio y potencial.  
-
En el Antiguo Testamento, el salmista celebra la espera pacientemente por el Señor (Salmos 40:1), e Isaías promete que aquellos “que esperan por el SEÑOR renovarán sus fuerzas; les crecerán alas como de águilas; correrán sin fatigarse; andarán sin cansarse” (Isaías 40:31).  
+
En el Antiguo Testamento, el salmista celebra el esperar pacientemente al Señor (Salmos 40:1), e Isaías promete que aquellos “que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40:31, LBLA).  
-
Esperar en Dios es un refrán normal en la vida de la fe. Es una expresión del deseo de un corazón saludable: “Oh SEÑOR, esperamos por tí; tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma” (Isaías 26:8). Y es un eco del poder y gracia sin paralelo de Dios, “quien actúa por aquellos que esperan por él” (Isaías 64:4).  
+
Esperar en Dios es un refrán común en la vida de la fe. Es una expresión del deseo de un corazón saludable: “oh Señor, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma” (Isaías 26:8). Y es un eco del poder y gracia sin paralelo de Dios, “que obra a favor del que espera en Él” (Isaías 64:4).  
-
Con todos esos siglos de espera por el Mesías, podrías pensar que la espera estaría completa una vez que Jesús hubiera venido. Pero ahora en la era de la iglesia, esperamos tanto como nunca, llamados a vivir en la sombra de su regreso. “Esperamos por la revelación de nuestro Señor Jesús Cristo” (1 Corintios 1:7); somos personas “esperando por nuestra feliz esperanza, la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador, Cristo Jesús” (Carta a Tito 2:13). La iglesia es a lo que la comunidad se han “convertido a Dios abandonando a sus ídolos para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar a su Hijo que vendrá de los cielos” (Primera Carta a los Tesalonicenses 1:9–10), sabiendo que cuando él aparezca, viene “a salvar a aquellos que lo esperan con entusiasmo” (Carta a los Hebreos 9:28).  
+
Con todos esos siglos de espera por el Mesías, podrías pensar que la espera acabaría una vez que Jesús hubiese venido. Pero ahora en la era de la iglesia, esperamos tanto como nunca, llamados a vivir en la sombra de su regreso. Nosotros “Esperamos ansiosamente la revelación de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 1:7); somos personas “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesucristo” (Tito 2:13). La iglesia es esa comunidad que se ha “convertido de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo” (1 Tesalonicenses 1:9–10), sabiendo que cuando él aparezca, viene “para salvación de los que ansiosamente le esperan” (Hebreos 9:28).  
-
La iglesia se ha endurecido dos milenios de extensa espera. Nosotros “gemimos interiormente anhelando que se realice la redención de nuestro cuerpo” (Carta a los Romanos 8:23), y esperamos vivir en “una vida santa y piadosa, mientras esperan y ansían la venida del día de Dios . . . esperando cielos nuevos y una tierra nueva en que reine la justicia” (Segunda Carta de Pedro 3:11–13). Y mientras ofertamos nuestro tiempo sobre este lado, nos “mantenemos en el amor de Dios” mediante la “espera por la misericordia de nuestro Señor Jesús Cristo que nos lleva a la vida eterna” (Libro de Judas 21).  
+
La iglesia ha soportado dos milenios de extensa espera. Nosotros “gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo” (Romanos 8:23), e intentamos vivir en “santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Dios . . . esperando nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:11–13). Y mientras damos nuestro tiempo en esto, nos “conservamos en el amor de Dios” mediante el “esperar ansiosamente la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna” (Judas 21).  
-
==== La Paciencia Es la Virtud ====
+
==== La paciencia es la virtud ====
-
La virtud ilusa, entonces, la cual corresponde a esta temida condición es la paciencia. Es la primera cosa que Pablo celebra sobre el amor en el Primer Libro a los Corintios 13 — “el amor es paciencia” (Primer Libro a los Corintios 13:4) — y una de las más repetidas exhortaciones a los líderes de la iglesia (Primer Libro de los Tesalonicenses 5:14; Segundo Libro de Timoteo 2:24; 4:2). La vida eterna es la posesión de “aquellos quienes con paciencia en el haccer bien buscan la gloria y honor e inmortalidad” (Libro de los Romanos 2:7). Y la paciencia es una virtud muy rara, y de tal obra divina, que Pablo bosqueja dos veces sobre su ejercicio como una defensa de su apostolado (Segundo Libro de Corintios 6:4–6; 12:12).  
+
La virtud elusiva, entonces, que corresponde a esta temida condición es la paciencia. Es lo primero que Pablo celebra sobre el amor en 1 Corintios 13 — “el amor es paciente” (1 Corintios 13:4) — y una de las más repetidas exhortaciones a los líderes de la iglesia (1 Tesalonicenses 5:14; 2 Timoteo 2:24; 4:2). La vida eterna es la posesión de “los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria, honor e inmortalidad” (Romanos 2:7). Y la paciencia es una virtud tan rara, y de tal obra divina, que Pablo bosqueja dos veces sobre su ejercicio como una defensa de su apostolado (2 Corintios 6:4–6; 12:12).
-
La paciencia es la compañía de la humildad y la enemiga del orgullo. “La paciencia en espíritu es mejor que el orgullo en espíritu” (Libro de Eclesiastés 7:8). Es la postura apropiada de la criatura bastante iluminada para decir que, “Dios es soberano, y Yo no lo soy.Y no es nuestra propia producción, sino “la fruta del Espíritu” (Libro de Gálatas 5:22; 5:5).  
+
La paciencia es compañera de la humildad y enemiga del orgullo. “Mejor es la paciencia de espíritu que la altivez de espíritu” (Eclesiastés 7:8). Es la postura apropiada de la criatura que es lo bastante iluminada como para decir, “Dios es soberano, y yo no lo soy”. Y no es nuestra propia producción, sino “el fruto del Espíritu” (Gálatas 5:22; 5:5).  
-
==== Tres Caminos para Cultivar la Paciencia ====
+
==== Tres caminos para cultivar la paciencia ====
-
En la práctica de la paciencia es uno de los momentos que más sentimos la quema de la santificación y los gemidos internos del Espíritu (Romanos 8:23). En momentos puede parecer que estamos siendo conformistas con Jesús casi esforzadamente; los vientos del Espíritu en nuestras velas, a medida que alimentamos la nutrición del auto-olvido. Pero parte de esperar es la consciente adversidad. Saboreamos la píldora amarga de la paciencia y se siente más serpenteante lentamente en nuestra garganta. No es paciencia cuando somos gloriosamente ignorantes de la espera. Y así cuando sentimos la quema, necesitamos promesas divinas en el almacén y un plan de ataque. Aquí hay tres caminos bíblicos por cultivar la paciencia en la espera.  
+
En la práctica de la paciencia es uno de los momentos en que más sentimos la quemazón de la santificación y los gemidos internos del Espíritu (Romanos 8:23). Hay veces que puede parecer que estamos siendo conformados a Jesús casi sin esfuerzo; con los vientos del Espíritu en nuestras velas, a medida que recibimos el alimento del auto-olvido. Pero parte de la espera es la adversidad consciente. Saboreamos la píldora amarga de la paciencia y la sentimos serpentear lentamente en nuestra garganta. No es paciencia cuando somos gloriosamente ignorantes de la espera. Y por eso, cuando sentimos la quemazón, necesitamos tener almacenadas promesas divinas y un plan de ataque. He aquí tres formas bíblicas de cultivar la paciencia cuando esperamos.  
-
==== 1) Renovar la Fe y la Esperanza ====
+
==== 1) Renovar la fe y la esperanza ====
-
Cuando sentimos la primera resistencia, déjala que sea un recordatorio para ir al camino de Dios. Recalibra el enfoque de tu fe. Mueve el peso de tu autoconfianza, donde se mantiene gravitando de vuelta, y reorientada conscientemente a Dios. Ya sean simplemente ratos libres o días aparentemente interminables, esperar no es una pérdida en la economía de dios. Es en los retrasos y las pausas, y en darnos cuenta de nuestra falta de paciencia, que él trabaja para salvarnos de la autoconfianza y revitalizar nuestra fe y esperanza en él.  
+
Cuando sienta la primera resistencia, permita que sea un recordatorio para acudir a Dios. Recalibre el enfoque de su fe. Mueva el peso de su confianza lejos de sí mismo, donde se mantiene gravitando de vuelta, y reoriéntelo conscientemente hacia Dios. Ya sean simplemente ratos libres o días aparentemente interminables, esperar no es una pérdida en la economía de Dios. Es en los retrasos y las pausas, y en darnos cuenta de nuestra falta de paciencia, que Él obra para salvarnos de la autoconfianza y revitalizar nuestra fe y esperanza en él.  
-
La paciencia viene con la fe (Segundo Libro de Timoteo 3:10; Libro de los Hebreos 6:12) — fe para el momento, y esperanza hacia el futuro. La fe alimenta la esperanza, y cuando “esperamos por lo que no vemos, esperamos por ella con paciencia” (Libro de los Romanos 8:25).  
+
La paciencia viene con la fe (2 Timoteo 3:10; Hebreos 6:12) — fe para el momento, y esperanza hacia el futuro. La fe alimenta la esperanza, y cuando “esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos” (Romanos 8:25).  
-
==== 2) Orar y Dar las Gracias ====
+
==== 2) Orar y dar las gracias ====
-
Segundo, deje que la espera le incite a orar. Los llamamientos a “ser paciente en la tribulación” es seguida con el recordatorio a “ser constante en la plegaria” (Libro de los Romanos 12:12). Una vida saludable de plegaria no necesita horas cada día en el closet, sino ojos para ver las oportunidades, y un corazón al cual aferrarse, los momentos inesperados y temporadas de espera.  
+
Segundo, deje que la espera le incite a orar. Los llamamientos a “ser pacientes en la tribulación” continúan con el recordatorio a “dedicarse a la oración” (Romanos 12:12). Una vida saludable de oración no necesita horas cada día en el cuarto, sino ojos para ver las oportunidades, y un corazón al cual aferrarse, en los momentos inesperados y temporadas de espera.  
-
Y hay un rol notable para la ''acción de gracias'' al culrivar “la paciencia con disfrute”. Pablo reza por los Cristianos, “Fortalecidos plenamente con el poder de su gloria, adquirirán una verdadera firmeza y ''constancia de ánimo, y darán gracias con alegría al Padre,'' que nos ha hecho dignos de participar de la herencia luminosa de los santos”. (Libro de los Colosenses 1:11–12).  
+
Y hay un rol notable para la ''acción de gracias'' al culrivar “la paciencia con gozo”. Pablo ora para que los cristianos sean “fortalecidos con todo poder según la potencia de su gloria, para obtener toda perseverancia y ''paciencia, con gozo den gracias al Padre'' que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en luz”. (Colosenses 1:11–12).  
-
¿Cómo “adoptamos . . . la paciencia” (Libro de los Colosenses 3:12)? El apóstol nos apunta a una acción de gracias no una o dos veces, sino tres veces:  
+
¿Cómo nos “revestimos . . . de paciencia” (Colosenses 3:12)? El apóstol nos apunta a una acción de gracias no una o dos veces, sino tres veces:  
-
:''Se agradecido.'' Deja que la palabra de Cristo habite en ti ricamente, enseñando y exhortando el uno al otro en toda la sabiduría, cantando salmos e himnos y canciones espirituales, ''con gratitud en tus corazones hacia Dios.'' Y cualquier cosa que hagas, en la palabra o acto, haciendo todo en el nombre del Señor Jesús, ''dando gracias a Dios el Padre a través de él.'' (Libro de los Colosenses 3:15–17)
+
:''Sed agradecidos.'' Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, ''cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones''. Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, ''dando gracias por medio de Él a Dios el Padre''. (Colosenses 3:15–17)
-
Pocas cosas pasarán el tiempo tan efectivametne y ricamente como cuentas tus bendiciones u nombrándolas a Dios.  
+
Pocas cosas ayudarán a pasar el tiempo tan efectiva y ricamente como contar nuestras bendiciones y nombrarlas a Dios.  
-
==== 3) Recordar la Paciencia de Dios  ====
+
==== 3) Recordar la paciencia de Dios  ====
-
Finalmente, el dolor de esperar puede indicar a nuestros corazones a la paciencia salvadora de Dios. Debemos nuestro todo a su bondad y paciencia con nosotros. “¿Desprecias la riqueza de la bondad de Dios, de su tolerancia y de su paciencia, sin reconocer que esa bondad te debe llevar a la conversión?” (Romanos 2:4).  
+
Finalmente, el dolor de esperar puede apuntar nuestros corazones a la paciencia salvadora de Dios. Debemos nuestro todo a su bondad y paciencia con nosotros. “¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4).  
-
Él fue paciente cuando el primer hombre y la primera mujer pecaron. Su “paciencia esperó en los días de Noé” (Primera Carta a Pedro 3:20). Él fue paciente con Abraham y paciente con Israel. Él mostró su paciencia a través de sus profetas (Santiago 5:10). Y si él es paciente incluso con “navíos de ira preparados para la destrucción”, ¿cuánto más él ha mostrado su paciencia con nosotros en hacernos saber “las riquezas de su gloria para los navíos de misericordia, la cual él ha preparado con antelación para la gloria” (Romanos 9:22–23)?  
+
Él fue paciente cuando el primer hombre y la primera mujer pecaron. Su “paciencia esperó en los días de Noé” (1 Pedro 3:20). Él fue paciente con Abraham y paciente con Israel. Él mostró su paciencia a través de sus profetas (Santiago 5:10). Y si Él es paciente incluso con “los vasos de ira preparados para la destrucción”, ¿cuánto más él ha mostrado su paciencia con nosotros en darnos a conocer “las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano Él preparó para gloria” (Romanos 9:22–23)?  
-
Jesús mismo es la visualización climática de la paciencia perfecta de Dios hacia los pecadores (Primera Carta a Timoteo 1:16). Él es “paciente contigo, no desea que nadie perezca, sino que todo debería alcanzar el arrepentimiento” (Segunda Carta a Pedro 3:9). “Contamos con la paciencia del Señor como la salvación” (Segunda Carta a Pedro 3:15) y confiamos en su promesa, en toda nuestra espera, para “sostenerte hasta el final” (Primera Carta a los Corintios 1:8).  
+
Jesús mismo es la demostración máxima de la paciencia perfecta de Dios hacia los pecadores (1 Timoteo 1:16). Él es “paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). “Consideramos la paciencia de nuestro Señor como salvación” (2 Pedro 3:15) y confiamos en su promesa, en toda nuestra espera, para “confirmarnos hasta el fin” (1 Corintios 1:8).  
-
Quizá Tom Petty está en algo mejor que él sabe cuando canta sobre la espera, “You take it on faith, you take it to the heart” (“Recibes la fe, la tomas hasta el corazón”). Las intrusiones no bienvenidas de la espera dentro de nuestras vidas, ya sea que esté trillado en forma pesada, son oportunidades poderosas para darle la bienvenida a Dios dentro de cada momento y mantener nuestros corazones renovados en él.  
+
Quizá Tom Petty ha dado con algo mejor de lo que él mismo sabe cuando canta sobre esperar, “You take it on faith, you take it to the heart” (“La tomas con fe, la tomas hasta el corazón”). Las intrusiones no bienvenidas de la espera dentro de nuestras vidas, ya sea que sean pesadas o aparentemente trilladas, son oportunidades poderosas para darle la bienvenida a Dios dentro de cada momento y mantener nuestros corazones renovados en él.
-
 
+
-
<br>
+

Última versión de 21:49 29 feb 2016

Recursos Relacionados
Leer más Por David Mathis
Indice de Autores
Leer más sobre Santificación y Crecimiento
Indice de Temas
Recurso de la Semana
Cada semana enviamos un nuevo recurso bíblico de autores como John Piper, R.C. Sproul, Mark Dever, y Charles Spurgeon. Inscríbete aquí—es gratis. RSS.

Sobre esta Traducción
English: The Waiting Is the Hardest Part

© Desiring God

Compartir esto
Nuestra Misión
Esta traducción ha sido publicada por Traducciones Evangelio, un ministerio que existe en internet para poner a disponibilidad de todas las naciones, sin costo alguno, libros y artículos centrados en el evangelio traducidos a diferentes idiomas.

Lea más (English).
Como Puedes Ayudar
Si tú puedes hablar Inglés bien, puedes ofrecerte de voluntario en traducir

Lea más (English).

Por David Mathis sobre Santificación y Crecimiento

Traducción por Carlos Diaz


Tom Petty tiene un talento natural para las letras atemporales con impacto universal.

Unos treinta años después de su salida en 1981, su canción “The Waiting” (La Espera) arrastra a sus oyentes de forma más poderosa que nunca. Ya sea que esté esperando en una fila, esperando en el tráfico, esperando un servicio de comida o esperando para casarse, esperar es más contracultural que nunca. Y proclamarlo “la parte más difícil” hace que nos identifiquemos profundamente. Hemos sido condicionados a que las cosas se hagan a nuestra manera, de inmediato. Primero fue la comida rápida y el café instantáneo; luego fue también todo lo demás.

Pero nuestro desdén por esperar no es solamente el producto de las tendencias sociales y los cambios generacionales; es una expresión de algo profundamente humano.

Nuestros niños mellizos de cuatro años ya pueden identificarse con ello. Escucharon el estribillo de Petty, y este atinó a un nervio — y lo recordaron más que cualquier otra cosa de su álbum de grandes éxitos. Ahora lo cantan para calmarse a sí mismos cuando sienten la quemazón de la espera.

Y los dolores de esperar parecen incluso más pronunciados en mamá y el papá. Desde la gestación, el cuidado de los hijos ha puesto a prueba nuestra paciencia, y expuso la falta de la misma con una frecuencia y profundidad bochornosa.

Contenido

El cristianismo está esperando

Nuestra perspectiva respecto a esperar es quizás una de las formas más fuertes en las que nuestra sociedad está fuera de línea con la cosmovisión bíblica. No es que esperar fuese fácil para nuestros ancestros, sino que estaban más en paz con ello, y más listos para ver su beneficio y potencial.

En el Antiguo Testamento, el salmista celebra el esperar pacientemente al Señor (Salmos 40:1), e Isaías promete que aquellos “que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán” (Isaías 40:31, LBLA).

Esperar en Dios es un refrán común en la vida de la fe. Es una expresión del deseo de un corazón saludable: “oh Señor, te hemos esperado; tu nombre y tu memoria son el anhelo del alma” (Isaías 26:8). Y es un eco del poder y gracia sin paralelo de Dios, “que obra a favor del que espera en Él” (Isaías 64:4).

Con todos esos siglos de espera por el Mesías, podrías pensar que la espera acabaría una vez que Jesús hubiese venido. Pero ahora en la era de la iglesia, esperamos tanto como nunca, llamados a vivir en la sombra de su regreso. Nosotros “Esperamos ansiosamente la revelación de nuestro Señor Jesucristo” (1 Corintios 1:7); somos personas “aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación de la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Cristo Jesucristo” (Tito 2:13). La iglesia es esa comunidad que se ha “convertido de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a su Hijo” (1 Tesalonicenses 1:9–10), sabiendo que cuando él aparezca, viene “para salvación de los que ansiosamente le esperan” (Hebreos 9:28).

La iglesia ha soportado dos milenios de extensa espera. Nosotros “gemimos en nuestro interior, aguardando ansiosamente la adopción como hijos, la redención de nuestro cuerpo” (Romanos 8:23), e intentamos vivir en “santa conducta y en piedad, esperando y apresurando la venida del día de Dios . . . esperando nuevos cielos y nueva tierra, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:11–13). Y mientras damos nuestro tiempo en esto, nos “conservamos en el amor de Dios” mediante el “esperar ansiosamente la misericordia de nuestro Señor Jesucristo para vida eterna” (Judas 21).

La paciencia es la virtud

La virtud elusiva, entonces, que corresponde a esta temida condición es la paciencia. Es lo primero que Pablo celebra sobre el amor en 1 Corintios 13 — “el amor es paciente” (1 Corintios 13:4) — y una de las más repetidas exhortaciones a los líderes de la iglesia (1 Tesalonicenses 5:14; 2 Timoteo 2:24; 4:2). La vida eterna es la posesión de “los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria, honor e inmortalidad” (Romanos 2:7). Y la paciencia es una virtud tan rara, y de tal obra divina, que Pablo bosqueja dos veces sobre su ejercicio como una defensa de su apostolado (2 Corintios 6:4–6; 12:12).

La paciencia es compañera de la humildad y enemiga del orgullo. “Mejor es la paciencia de espíritu que la altivez de espíritu” (Eclesiastés 7:8). Es la postura apropiada de la criatura que es lo bastante iluminada como para decir, “Dios es soberano, y yo no lo soy”. Y no es nuestra propia producción, sino “el fruto del Espíritu” (Gálatas 5:22; 5:5).

Tres caminos para cultivar la paciencia

En la práctica de la paciencia es uno de los momentos en que más sentimos la quemazón de la santificación y los gemidos internos del Espíritu (Romanos 8:23). Hay veces que puede parecer que estamos siendo conformados a Jesús casi sin esfuerzo; con los vientos del Espíritu en nuestras velas, a medida que recibimos el alimento del auto-olvido. Pero parte de la espera es la adversidad consciente. Saboreamos la píldora amarga de la paciencia y la sentimos serpentear lentamente en nuestra garganta. No es paciencia cuando somos gloriosamente ignorantes de la espera. Y por eso, cuando sentimos la quemazón, necesitamos tener almacenadas promesas divinas y un plan de ataque. He aquí tres formas bíblicas de cultivar la paciencia cuando esperamos.

1) Renovar la fe y la esperanza

Cuando sienta la primera resistencia, permita que sea un recordatorio para acudir a Dios. Recalibre el enfoque de su fe. Mueva el peso de su confianza lejos de sí mismo, donde se mantiene gravitando de vuelta, y reoriéntelo conscientemente hacia Dios. Ya sean simplemente ratos libres o días aparentemente interminables, esperar no es una pérdida en la economía de Dios. Es en los retrasos y las pausas, y en darnos cuenta de nuestra falta de paciencia, que Él obra para salvarnos de la autoconfianza y revitalizar nuestra fe y esperanza en él.

La paciencia viene con la fe (2 Timoteo 3:10; Hebreos 6:12) — fe para el momento, y esperanza hacia el futuro. La fe alimenta la esperanza, y cuando “esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos” (Romanos 8:25).

2) Orar y dar las gracias

Segundo, deje que la espera le incite a orar. Los llamamientos a “ser pacientes en la tribulación” continúan con el recordatorio a “dedicarse a la oración” (Romanos 12:12). Una vida saludable de oración no necesita horas cada día en el cuarto, sino ojos para ver las oportunidades, y un corazón al cual aferrarse, en los momentos inesperados y temporadas de espera.

Y hay un rol notable para la acción de gracias al culrivar “la paciencia con gozo”. Pablo ora para que los cristianos sean “fortalecidos con todo poder según la potencia de su gloria, para obtener toda perseverancia y paciencia, con gozo den gracias al Padre que nos ha capacitado para compartir la herencia de los santos en luz”. (Colosenses 1:11–12).

¿Cómo nos “revestimos . . . de paciencia” (Colosenses 3:12)? El apóstol nos apunta a una acción de gracias no una o dos veces, sino tres veces:

Sed agradecidos. Que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros, con toda sabiduría enseñándoos y amonestándoos unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en vuestros corazones. Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias por medio de Él a Dios el Padre. (Colosenses 3:15–17)

Pocas cosas ayudarán a pasar el tiempo tan efectiva y ricamente como contar nuestras bendiciones y nombrarlas a Dios.

3) Recordar la paciencia de Dios

Finalmente, el dolor de esperar puede apuntar nuestros corazones a la paciencia salvadora de Dios. Debemos nuestro todo a su bondad y paciencia con nosotros. “¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?” (Romanos 2:4).

Él fue paciente cuando el primer hombre y la primera mujer pecaron. Su “paciencia esperó en los días de Noé” (1 Pedro 3:20). Él fue paciente con Abraham y paciente con Israel. Él mostró su paciencia a través de sus profetas (Santiago 5:10). Y si Él es paciente incluso con “los vasos de ira preparados para la destrucción”, ¿cuánto más él ha mostrado su paciencia con nosotros en darnos a conocer “las riquezas de su gloria sobre los vasos de misericordia, que de antemano Él preparó para gloria” (Romanos 9:22–23)?

Jesús mismo es la demostración máxima de la paciencia perfecta de Dios hacia los pecadores (1 Timoteo 1:16). Él es “paciente para con vosotros, no queriendo que nadie perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9). “Consideramos la paciencia de nuestro Señor como salvación” (2 Pedro 3:15) y confiamos en su promesa, en toda nuestra espera, para “confirmarnos hasta el fin” (1 Corintios 1:8).

Quizá Tom Petty ha dado con algo mejor de lo que él mismo sabe cuando canta sobre esperar, “You take it on faith, you take it to the heart” (“La tomas con fe, la tomas hasta el corazón”). Las intrusiones no bienvenidas de la espera dentro de nuestras vidas, ya sea que sean pesadas o aparentemente trilladas, son oportunidades poderosas para darle la bienvenida a Dios dentro de cada momento y mantener nuestros corazones renovados en él.


Vota esta traducción

Puntúa utilizando las estrellas