La Gloria de la Santidad Total en la Vida de un Pastor

De Libros y Sermones Bíblicos

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English: The Glory of Pervasive Holiness in the Life of a Pastor

© Desiring God

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Por Thabiti Anyabwile sobre Ministerio Pastoral
Una parte de la serie 2007 Desiring God Conference for Pastors

Traducción por David Luchini


Estos apuntes se tomaron en la sesión, pero no son el mensaje.

Notas:

Como pastores, no solo debemos buscar la santidad personal, sino también la santidad del corporativa. Que tu congregación sea apta para entrar al Cielo. Preocúpate por una santidad total y veremos la gloria de Dios.

Ezequiel 8-9

Ezequiel ve a Dios en su gloria. Por debajo de la cintura es fuego y por encima un brillo difícil de describir. La gloria de Dios es tan luminosa, brillante y cautivante que queda reducida a descripciones vagas.

Este es el punto de vista de Ezequiel en cuatro de sus muchas visiones:

Visión 1:

Ezequiel ve la gloria de Dios en la presencia de un ídolo.

Visión 2:

Ezequiel ve a 70 ancianos que adoran en privado a toda clase de cosas creadas. Spurgeon dijo: "El corazón del hombre es una fábrica de ídolos". Estos ancianos no observan la gloria de Dios. Se sienten abandonados por El. Solemos creer que Dios ve lo mismo que nosotros, si nos sentimos abandonados, él nos asbandonó. Estamos equivocados.

Visión 3:

Ezequiel ve a una mujer que llora arrastrada en idolatría.

Visión 4:

Ezequiel ve a 25 hombres sirviendo al sol, dándole la espalda a Dios. Es un acto de desafío que sugiere que Dios es irrelevante.

Vemos que en estas escenas las abominaciones van siendo cada vez más intensas. Dios le dice a Ezequiel ahora voltea, ahora voltea. Dios le muestra a su profeta la penetrante y abrumadora corrupción. El sistema religioso entero de Israel es un desastre: la gente común, los ancianos, las mujeres, sacerdotes todos en una universalizada y unificada reverencia ante ídolos.

El poder en este pasaje se pierde por completo si creemos que esta es solo una historia más del Antiguo Testamento, o que el problema es solo la idolatría. Hay un vínculo entre la santidad y la gloria de Dios. Dios abandona a quienes abandonan la santidad. Hay un camino de ida y vuelta: las abominaciones que entran, la gloria de Dios que sale.

Jesús dijo: "Sin santidad nadie verá a Dios". Estas palabras son terribles y llamativas.

10 Aplicaciones de este texto.

1. Promueva la santidad para que la gente entre en el Cielo.

Como en la descripción de Sproul sobre los Serafines, así de lista debe estar la gente para la presencia de Dios. Esta aptitud es Santidad.

La predicación debe ser incisiva y muy intensa. Suficiente con -¿cómo hacer los sermones?, salvo que sea sobre ¿Cómo ser santo como Dios es Santo?. Sea iconoclasta, destructor de ídolos. En nuestro tiempo, existe el sincretismo teológico al igual que en este pasaje. Es verdad: todos los caminos llevan a Dios, pero solo uno lleva a Dios como juez.

La idolatría no es un crimen sin víctimas. Hagamos que los púlpitos sean sobrios y fuertes teológicamente. Mostremos a nuestra congregación la gloria de Dios y su majestad. Cristo es lo más amado de todo lo amado. Hagamos fijar -y fijemos- nuestros ojos en Cristo en su gloria y destruyamos a los ídolos

2. Elija a sus líderes con sabiduría.

Ezequiel se sentó con los ancianos de Judá, que en el exterior eran líderes de hombres, pero en su interior eran idólatras. Asegúrese de que sus líderes no solo parezcan santos ante la gente. Pruebe. Busque. Inspeccione. Ellos moldearán el cuerpo de la iglesia y a veces, lo harán por generaciones. Elija personas con santidad para que dirijan.

Si busca un consejo de hermanos, haga preguntas específicas sobre la santidad personal. Pregunte cómo ha ido progresando. Pregunte cómo van a ayudar a otros a progresar. Consiga referencias de creyentes y no creyentes - estos últimos probablemente sean más rigurosos. ¿Está vigilando y cultivando la santidad en su vida?

3. Supervise a la gente.

No ignore la alegría de supervisar a su rebaño. Piense y ore sobre visitación y grupos pequeños. Tome una responsabilidad completa del cuidado del pueblo de Dios. Así serán formados a su semejanza.

4. Sea claro sobre la diferencia entre la justificación y la santificación.

La gente suele ir a dos extremos: todos los mandamientos son legalismo o legalismo real y tiránico. Quédese en el medio. Ayude a que conozcan que no hay justificación sin santificación. Solo la fe nos justifica, pero ella sola no nos santifica. Ayude a otros que se pongan a escalar la montaña que lleva a la gloria y la santidad de Dios. Predíque las palabras duras de Jesús no como legalismo sino como el derecho natural y gozoso de los hijos de Dios. Es el camino de un cristianismo alegre y vibrante.

5. Medite en la verdad de que el juicio comienza en la casa de Dios.

Vea la perfección exhaustiva del juicio de Dios. Aun los niños estarán delante de un Dios santo. No ignore esta enseñanza con ningún aspecto de su gente. La predicación debería siempre recordar la santidad de Dios en el juicio y la corrección. ¿Qué salvación existe sin liberación de la ira de Dios? ¿Cómo la gente se avanzará si no oyen el Evangelio que les pide que se avancen a su santidad?

Si alguien le dice: "No sé cuál es la voluntad de Dios para mi vida", al menos usted sabrá una respuesta: santidad, avance a la santidad. No hay espacio para consentir nuestros pecados pequeños. Descuidar esto es descuidar a Dios.

6. Medite en la situación del perdido.

Dios se compromete con la pureza de su pueblo. El día del juicio viene, y los perdidos estarán delante de un Dios que no juega con el pecado. Ellos no podrán permanecer de pie.

¿No te brotan lágrimas de los ojos, como el salmista, por aquellos que descuidaron la Palabra de Dios? ¿Cuándo fue la última vez que lloraste e imaginaste el día de juicio repentino y rápido? Será un día como hoy. Escuela, trabajo, café, Super Bowl, nieve, matrimonio, y viene el juicio. Vivimos con personas que cuelgan de una telaraña sobre las llamas del infierno. La madera a la deriva del pecado que sostiene a los perdidos no flota en la corriente del juicio.

7. Rodéese de aquellos que lloran y suspiran sobre el pecado.

Es inmadurez callarse o ser ligero con el pecado. Queremos promover a personas que vean el pecado con la mirada de Dios aborreciendo y afligido. Ellos persiguen santidad y matarán al pecado y cuidarán que usted no lo haga tampoco. Dios no considera a ninguno de los suyos que no gima en respuesta a la maldad. Si no odiamos el pecado no tenemos nada en común con Dios. Cultive eso en su congregación.

8. La santidad de Dios va de la mano con la gloria de su presencia.

Si queremos ver a Dios en nuestra iglesia, debemos cultivar la santidad para que haya lugar para él. Busque la presencia de la gloria y santidad de Dios y una iglesia regenerada.

9. Comprométase a la intercesión antes de que venga el juicio.

Conocer el temor de Dios debería llevarlo de rodillas. Cuando vea a los perdidos, interceda por ellos. Sea como Cristo: "Perdónalos porque no saben lo que hacen".

Hay gracia en conocer lo profanos que somos, nos motiva a seguir la santificación por más duro que sea. Recuperar a fariseos como usted y yo necesita llevarnos de rodillas por nosotros y por los que se pierden.

10. Siga la santidad y la alegría de la promesa del Evangelio.

Dios nos dará un corazón y espíritu nuevo. La santidad es una promesa del evangelio.



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