La Intrepidez como Indicio de Perdición y Salvación

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English: Fearlessness as a Sign of Destruction and Salvation

© Desiring God

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Por John Piper sobre Audacia
Una parte de la serie The Righteous are As Bold as a Lion

Traducción por Beatriz G. Negron


Filipenses 1:12-30

Quiero que sepan, hermanos, que lo que me ha sucedido más bien ha servido para el avance del evangelio, de tal modo que mis encarcelamientos por Cristo se han hecho evidentes en todo el pretorio, y a todos los demás. Con mis encarcelamientos, la mayoría de los hermanos ha cobrado ánimo en el Señor, y más y más se atreven a hablar la palabra sin temor.
A decir verdad, algunos predican a Cristo por envidia y por pelear; pero otros lo hacen de buena voluntad. Unos anuncian a Cristo por pelear, y no con sinceridad, pues creen que así añaden aflicción a mis prisiones; pero otros lo hacen por amor, y saben que estoy aquí para defender al evangelio. ¿Qué diré, entonces? Pues que a pesar de todo, y de todas maneras, sea por pretexto o por verdad, Cristo es anunciado. Y en esto me gozo, y me gozaré aún.
Yo sé que por la oración de ustedes, y con el apoyo del Espíritu de Jesucristo, esto redundará en mi liberación, conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada seré avergonzado, sino que con toda confianza, y como siempre, también ahora Cristo será magnificado en mi cuerpo, ya sea por vida o por muerte. Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Pero si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Por ambas cosas me encuentro en un dilema, pues tengo el deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedarme en la carne es más necesario por causa de ustedes. Y confío en esto, y sé que me quedaré, que aún permaneceré con todos ustedes, para su provecho y gozo de la fe, para que abunde su vanagloria por mí en Cristo Jesús, por mi presencia otra vez entre ustedes.
Sólo compórtense ustedes como es digno del evangelio de Cristo, para que ya sea que vaya a verlos, o que me encuentre ausente, sepa yo que ustedes siguen firmes, en un mismo espíritu y luchando unánimes por la fe del evangelio, sin que en nada los intimiden los que se oponen. Para ellos, ciertamente, es indicio de perdición, pero para ustedes lo es de salvación; y esto de parte de Dios. Porque, por causa de Cristo, a ustedes les es concedido no sólo creer en él, sino también padecer por él y tener el mismo conflicto que han visto en mí, y que ahora saben que hay en mí.

Contenido

Cinco Razones para una Nueva Serie de Sermones

Existen por lo menos cinco razones por las cuales creo que Dios nos está guiando a una nueva serie de mensajes enfocados en la valerosidad, la audacia, la intrepidez y la toma de riesgos por Cristo y su reino, a la manera de Dios.

1. La Necesidad de Recalcar Sobre Algunos Temas Cruciales de Este Ministerio

Una es que hace mucho tiempo no se ha recalcado sobre algunos temas cruciales mencionados a comienzos de nuestro ministerio. Por ejemplo, mucho de lo que como iglesia somos hoy fue edificado sobre las enseñanzas bíblicas de un estilo de vida radical, centrado en Dios, aguerrido, arriesgado. La clase de vida plasmada en declaraciones bíblicas tales como:

Algunos percibimos la necesidad de izar nuevamente la bandera de la vida radical, arriesgada, centrada en Dios, valerosa, aguerrida, de modo que no haya equívocos: así es como Dios nos llama a ser.

2. La Necesidad de Estimularnos a Ser Arriesgados

En algunos de nosotros se acrecienta la percepción de que es necesario estimularnos unos a otros, de modo que nos arriesguemos a realizar más actos aventurados de amor, especialmente en el área de la evangelización, “por causa de su nombre.” Necesitamos romper con hábitos profundamente arraigados de timidez, silencio y miedo. Necesitamos ser liberados de ansiedades establecidas de antaño, que nos hacen pensar que al irritar y ofender a los pluralistas seculares, seremos calumniados. Debemos ser liberados para poder hablar la verdad en amor sin mirar sobre nuestros hombros a la burla y el ridículo resultantes. Esto concuerda con algunas de las cosas nuevas que estamos planeando relacionadas a nuevas oportunidades de alcance.

3. La Creciente Percepción de Hostilidad Contra la Iglesia

Existe una creciente percepción en muchos de nosotros de que los vientos están cambiando con respeto a la comodidad de los cristianos en América. No que esto sea necesariamente malo para la pureza y el poder de la Iglesia. Pero necesitamos estar listos para enfrentar el problema, la desaprobación, y el peligro cuando lleguen. 1 Pedro 4:12 dice: “Amados, no os sorprendáis del fuego de la prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciera.” No es algo extraño. Lo extraño es el largo tiempo que hemos podido vivir sin ello.

4. El Creciente Riesgo de Abordar Asuntos Importantes

Existe también la percepción en aumento de que asumir una posición bíblica y en amor con respecto a algunos temas de actualidad de nuestros tiempos (por ejemplo, el aborto y la conducta homosexual), se convertirá en un asunto peligroso que puede provocar no sólo hostilidad verbal, sino también física.

5. La Valerosidad y La Audacia son Esenciales para el Cristianismo

Finalmente, a medida que he enseñado sobre este gran libro de Filipenses los miércoles en la noche, he quedado bajo la convicción de que la valerosidad está en el centro de lo que significa vivir en una manera digna del evangelio. La audacia frente a la oposición está en el corazón de ser cristiano. No es un nivel superior de espiritualidad para los súper santos. Es en sí lo básico para la vida cristiana diaria. Esto lo vi en el texto de hoy, y quiero mostrárselos.

La Valerosidad Cristiana y David Koresh

Pero primero quiero relacionar nuestro tema sobre la valentía y la audacia y la toma de riesgos a favor del reino con David Koresh y la Rama Davidiana. A principios de esta semana, Tom Steller y yo estuvimos hablando sobre esta nueva serie de mensajes, y él planteó la cuestión de cómo la gente pudiera interpretar el llamado a la valerosidad radical y arriesgada en vista de la aparente disposición de todos los ocupantes del recinto davidiano a morir por la causa en la cual creían.

Mi respuesta es la siguiente: Una de las mayores amenazas a la valerosidad cristiana en nuestros días es el temor a que se nos etiquete con nombres burlones y asociaciones. Uno de los mayores temores en América hoy día (dentro y fuera de la iglesia) es que seamos vinculados a ciertos grupos radicales: racistas, sexistas, homofóbicos, de derecha, fundamentalistas, extremistas, fanáticos. Ahora, me desagradan todos esos términos y no deseo esas etiquetas. Me gustaría evitar que se me denomine cualquiera de esas cosas.

Pero hay peligro en eso. Qué tragedia cuando el mayor temor no es el que deshonremos al Señor al apartarnos de su verdad y su justicia, sino el que seamos acusados, etiquetados e injuriados con palabras lanzadas para destruir. La pregunta crucial no es: ‘¿pueden algunos grupos ponerte apodos?’, sino, ‘¿hablaste la verdad en amor?’ No existe correlación entre ambas.

De ahí que el mayor peligro para los cristianos con respecto a la tragedia de la Rama Davidiana no es que seamos arrastrados por otro farsante mesiánico, y que nos quitemos la vida por la causa de un Cristo falso. El mayor peligro es que tengamos tanto miedo de ser tildados de fanáticos apocalípticos que abandonemos cualquier verdad o acción que pudiera ser interpretada por el mundo como que hemos caído en esa categoría—o cualquier otra categoría rechazada por muchos.

La Manera en que Gamaliel Evaluó a los Cristianos de la Iglesia Primitiva

Este no es un problema nuevo. Permítanme leerles sobre una situación histórica similar. Hechos 5:35-41. Los funcionarios de Jerusalén habían dado órdenes estrictas a los apóstoles de no enseñar en nombre de Jesús (v. 28). Ellos respondieron con palabras radicales, centradas en Dios, valerosas, arriesgadas: “Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.” Y procedieron a decir a sus acusadores, los cuales tenían la autoridad de darles muerte, “Ustedes mataron a Jesús, pero Dios lo resucitó (v. 30).

Cuando el concilio, en un arranque de ira, estuvo a punto de matar a los apóstoles, un fariseo llamado Gamaliel se puso en pie y dijo algo que debió haber incomodado a los apóstoles al escucharlo, algo mucho peor que la ira del concilio—Gamaliel dijo, ellos no son más que un montón de davidianos siguiendo a un farsante David Koresh. Así que déjenlos tranquilos y se autodestruirán. Veamos la manera en que Gamaliel lo puso.

Y les dijo: «Varones israelitas, piensen bien en lo que van a hacer con estos hombres. Hace ya algún tiempo, se levantó Teudas, quien se jactaba de ser alguien, y logró que se le uniera un grupo como de cuatrocientos hombres; pero lo mataron, y todos los que lo seguían fueron dispersados y exterminados. Después, cuando se hizo el censo, se levantó Judas el galileo y logró que muchos del pueblo lo siguieran. Pero también lo mataron, y todos los que lo seguían fueron dispersados. Por eso les digo ahora: Olvídense de estos hombres. Déjenlos. Porque si esto que hacen es de carácter humano, se desvanecerá; pero si es de Dios, no lo podrán destruir. ¡No vaya a ser que ustedes se encuentren luchando contra Dios!»
Todos estuvieron de acuerdo con él, así que llamaron a los apóstoles y, después de azotarlos, les advirtieron que no siguieran hablando en el nombre de Jesús y los pusieron en libertad. Los apóstoles salieron del concilio felices de haber sido tenidos por dignos de sufrir por causa del Nombre. (Hechos 5:35-41)

Esto sí que es un estilo de vida radical, centrado en Dios, arriesgado y valeroso—regocijándose de ser tenidos por dignos de ser avergonzados y azotados. ¿Qué sentimos nosotros que se acerque a experimentar tal regocijo?

Pero fíjese bién: parte de la vergüenza experimentada radica en el hecho de haber sido tratados con un desdén condescendiente—Ah, estos no son más que otro grupo seguidor de Teudas; estos no son más que otro Judas de Galilea y sus engañados seguidores—un Jim Jones ó un David Koresh más. Cuando los apóstoles lo oyeron, eso fue tal vez la peor de las ignominias.

¿Podrás regocijarte de Ser Avergonzado de Tal Manera?

Todos soñamos de vez en cuando con sufrir por causa de la justicia. Soñamos en sufrir noblemente—incluso de manera heroica—por causa de Jesús. Pero, ¿qué sentirás cuando las autoridades y las multitudes y los medios comunicativos distorsionen tu causa y le digan al mundo entero, no lo noble y valeroso que eres al sufrir por la justicia, sino que eres un fanático extremista engañado? Que al seguir a Jesús simplemente estás siguiendo a otro Teudas, a otro Judas de Galilea, a otro David Koresh.

¿Podrás regocijarte con los apóstoles de que fuiste avergonzado de esta manera—que fuiste incomprendido, malinterpretado e injuriado? ¿Estarás tan seguro en Dios y confiado en su verdad que te regocijarás? ¿O te postrarás y crujirás atemorizado, no sea que te incluyan con los seguidores de Teudas?

Ése, a mi parecer, es el mayor daño en este momento. Y esta es mi respuesta respecto a la conflagración en Waco.

La Valerosidad en Cristo es Esencial para la Vida Cristiana

Ahora, mencioné que la quinta razón para esta serie de mensajes es que al estudiar Filipenses fui convencido de que la valerosidad en Cristo es esencial para la vida cristiana—y esto no en la periferia. Es esencial, no opcional.

Lo Que Significa Vivir Dignos del Evangelio

Permítanme mostrar esto muy brevemente. Filipenses 1:27-28 describe lo que significa llevar una vida digna del Evangelio.

Sólo compórtense ustedes como es digno del evangelio de Cristo, para que ya sea que vaya a verlos, o que me encuentre ausente, sepa yo que ustedes siguen firmes, en un mismo espíritu y luchando unánimes por la fe del evangelio, sin que en nada los intimiden los que se oponen. Para ellos, ciertamente, es indicio de perdición, pero para ustedes lo es de salvación; y esto de parte de Dios.

Peter O’Brien, en su comentario reciente de 600 páginas sobre este pequeño libro de Filipenses, titula el párrafo en 1:27-30, “Unidad y Valerosidad Frente a la Oposición”. Creo que es el título correcto. Pablo subraya dos cosas a ser consideradas como dignas del Evangelio:

  1. “firmes, en un mismo espíritu y luchando unánimes por la fe” (unidad), y
  2. “sin que en nada los intimiden [atemoricen] los que se oponen” (valerosidad)

El cristianismo significa llevar una vida digna del Evangelio (v. 27). El cristianismo es un estilo de vida, no sólo una manera de pensar o creer. Pero el orden es muy crucial. Primero, el evangelio, luego la vivencia.

Primero el Evangelio, Luego la Vivencia

Primero, encontramos a Cristo en el evangelio—las buenas nuevas de que Jesucristo vino al mundo a morir por nuestros pecados y resucitó para darnos vida eterna, y que él ofrece perdón y gozo eterno a todos los que pongan sus esperanzas en él y no en las promesas del mundo.

Luego viene un estilo de vida digno, o correspondiente, o adecuado a esa gran verdad—un estilo de vida que demuestre que realmente estamos poniendo nuestra esperanza en el evangelio y no en el mundo. Cuando Pablo dijo en el verso 21, “Para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia,” él estaba simplemente mostrando lo que significa vivir dignos del evangelio. Si el evangelio es cierto, y si ponemos nuestra esperanza en sus promesas, entonces el vivir es Cristo y el morir es ganancia.

Unidad e Intrepidez

Razón por lo cual Pablo define el vivir dignos del evangelio con el vivir en unidad los unos con los otros e intrépidamente hacia los que se oponen. Vivir dignos del evangelio significa que “el vivir es Cristo”—entonces, él se convierte en el centro de nuestra vida y nuestra unidad; vivir dignos del evangelio significa que “morir es ganancia”—y esa promesa despoja a nuestros oponentes de su última arma en contra nuestra (la muerte), y nuestro último temor.

Pablo dice que el luchar unidos por la causa del evangelio y ser intrépidos frente a nuestros oponentes son dos elementos esenciales para vivir dignos del evangelio.

Y debido a que estos muestran el valor del evangelio tan poderosamente, Pablo los denomina en el v. 28b como indicios de parte de Dios. Cuando vivimos en unidad y nos mantenemos sin miedo, valerosa, humilde y amorosamente ante nuestros oponentes, esto es un indicio de que el evangelio es de hecho verdad y, por lo tanto, aquellos que creen son salvos, mientras que los que no creen se pierden.

La Razón Más Importante para Esta Serie

Entonces, hay muchas razones para una serie como esta. Pero quizá lo más importante es que somos llamados a vivir dignos del evangelio. Somos llamados a vivir de manera que demuestre la dignidad y el valor del evangelio—que valoramos el evangelio por encima de todo en el mundo. Somos llamados a demostrar que nuestro tesoro no está en este mundo, que nuestra esperanza no está puesta en el dinero ni en la seguridad terrenal, que nuestra satisfacción no viene del poder ni del prestigio, que nuestro contentamiento no viene de la aprobación de otras personas, que nuestra felicidad no radica en evadir la crítica y las calumnias.

Más bien, nuestro tesoro y esperanza y satisfacción y contentamiento y felicidad están en Cristo y en sus promesas: el vivir es Cristo y el morir, ganancia. La unidad en Cristo y la intrepidez ante nuestros oponentes evidencian la dignidad del evangelio. Así que, el llamado a la valerosidad en estos mensajes es un llamado a magnificar la dignidad del evangelio y a glorificar el valor de Cristo, valor que satisface por sobre todas las cosas.



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