La búsqueda del gozo

De Libros y Sermones Bíblicos

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English: The Quest for Joy

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Por John Piper sobre El Evangelio

Traducción por Belén Mariel Goñi


Domingo de Pascua

Blaise Pascal fue un genio matemático que falleció en 1662. Después de haber huido de Dios hasta sus 31 años de edad, el 23 de noviembre de 1654 a las 10:30 p.m. Pascal conoció a Dios y se convirtió a Jesucristo profunda e inquebrantable. Lo dejó por escrito y lo guardó en su abrigo, el papel fue encontrado después de su muerte ocho años más tarde. Decía:

Año de gracia 1654, lunes 23 de noviembre, festival de San Clemente… Desde las diez y media de la noche hasta media hora después de la media noche, fuego. Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no de los filósofos ni de los letrados. Certidumbre, sentimiento, gozo, paz. Dios de Jesucristo. Dios de Jesucristo. “Mi Dios, Dios de ustedes” … Felicidad, felicidad, felicidad, lágrimas de felicidad … Jesucristo. Jesucristo. Que nunca me separen de ti.

En 1968 Pascal, C. S. Lewis, Jonathan Edwards, Dan Fuller y la biblia se juntaron para cambiar mi vida para siempre con esas palabras “Felicidad, felicidad, felicidad, lágrimas de felicidad”. Este pequeño libro, Quest for Joy, que usted tiene en su carpeta de adoración, nació en aquellos días. No fue escrito hasta aproximadamente quince años más tarde, pero nació en ese entonces. Fíjese dentro de la portada, allí está el soplo de Pascal que respondió mi miedo a la felicidad.

Todos los hombres buscan la felicidad. No hay excepción. No importa qué métodos utilicen, todos quieren llegar a esta meta. Esto hace que algunos vayan a la guerra y otros la eviten, es el mismo deseo en ambos casos, tratado de diferentes puntos de vista. Este es el motivo de cada acción del hombre, incluso de aquellos que se cuelgan a sí mismos.

Supuse que esto era verdad, pero siempre temí que fuera un pecado. Que el desear ser feliz sea un defecto moral. Que la abnegación era renunciar a la felicidad y no renunciar a las pequeñas felicidades por otras mayores. Pero luego Dios conspiró con estos escritores para hacerme leer la biblia otra vez. Para darle otra oportunidad de que me comunique su mensaje. Y lo que encontré sobre la felicidad me cambió para siempre. He estado tratando de entender, vivir y enseñar esta verdad desde entonces. No es algo nuevo. Ha estado allí por miles de años.

Lo que dice la biblia sobre la felicidad

Déjame darte una muestra de lo que dice la biblia sobre la felicidad:

El objetivo de todas las enseñanzas de Jesús era la felicidad de su gente

“Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea perfecto” (Juan 15:11)

Dios nos llena de felicidad cuando confiamos en Cristo

“Y el Dios de la esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer” (Romanos 15:13)

El reino de Dios es felicidad

“Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo” (Romanos 14:17)

La felicidad es el fruto del espíritu del Señor en nosotros

“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz” (Gálatas 5:22)

La felicidad es el objetivo de todo lo que hicieron y escribieron los apóstoles.

“No es que queramos tener control de vuestra fe, sino que somos colaboradores con vosotros para vuestro gozo” (2 Corintios 1:24)

Convertirse en cristiano es encontrar la felicidad que te permite abandonar todo lo demás

“El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, que, al encontrarlo un hombre, lo vuelve a esconder, y de alegría por ello, va, vende todo lo que tiene y compra aquel campo” (Mateo 13:44)

La felicidad se nutre y fortalece a través de la palabra de Dios en la biblia

“Los preceptos del Señor son rectos, que alegran el corazón” (Salmos 19:8)

La felicidad será más grande que el sufrimiento para aquellos que creen en Cristo

“Los que siembran con lágrimas, segarán con gritos de júbilo” (Salmos 126:5)
“el llanto puede durar toda la noche, pero a la mañana vendrá el grito de alegría” (Salmos 30:5)

Dios es nuestra felicidad

“Entonces llegaré al altar de Dios, a Dios, mi supremo gozo” (Salmos 43:4)
“Me darás a conocer la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; en tu diestra, deleites para siempre” (Salmos 16:11)

La felicidad de Dios supera toda felicidad terrenal

“Alegría pusiste en mi corazón, mayor que la de ellos cuando abundan su grano y su mosto” (Salmos 4:7)

Si tu felicidad está en Dios, nadie podrá quitártela

“Por tanto, ahora vosotros tenéis también aflicción; pero yo os veré otra vez, y vuestro corazón se alegrará, y nadie os quitará vuestro gozo” (Juan 16:22)

Dios llama a todas las naciones y gentes a unirse en la felicidad que él ofrece a los que creen. Sin racismo. Sin etnocentrismo.

“Alégrense y canten con júbilo las naciones” (Salmos 67:4)
“Aclamad con júbilo a Dios, toda la tierra” (Salmos 66:1)

El mensaje cristiano en su totalidad es buenas nuevas de gran felicidad

“Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo” (Lucas 2:10)
“Los rescatados del Señor volverán, entrarán en Sion con gritos de júbilo, con alegría eterna sobre sus cabezas. gozo y alegría alcanzarán, y huirán la tristeza y el gemido” (Isaías 51:11)

Cuando conozcamos a Cristo en su segunda visita entraremos en su indestructible gozo

“ Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; … entra en el gozo de tu señor” (Mateo 25:23)

La felicidad no es opcional

Tal vez lo que más me impactó en 1968 fue la simple y obvia observación que la felicidad de Dios es comandada. Lo encontrarán en la segunda página del libro:

Pon tu delicia en el Señor, y El te dará las peticiones de tu corazón. (Salmos 37:4)
Cantad de júbilo en el Señor, oh justos; apropiada es para los rectos la alabanza. (Salmos 33:1)
Alegraos en el Señor y regocijaos, justos; dad voces de júbilo, todos los rectos de corazón. (Salmos 32:11)

Es comandado porque lo que está en cuestión no es simplemente nuestra felicidad sino la gloria de Dios, su honor y su reputación. Si no nos regocijamos en Dios, si Dios no es nuestro tesoro, nuestro deleite y nuestra satisfacción, entonces lo estamos deshonrando. Su gloria está siendo menospreciada. Su reputación, desprestigiada. Por lo tanto, Dios comanda nuestra felicidad por nuestro bien y por su gloria.

Ese descubrimiento me ayudó a entender el mensaje central de la cristianidad, del góspel (las buenas nuevas) de Jesucristo. Y eso mismo es lo que este libro, Quest for Joy, pretende hacer: Dar un resumen del góspel cristiano y explicar cómo este salva a los pecadores y les da eterna felicidad.

Es peligroso tratar de poner el océano en una sola gota, o tratar de poner la rectitud y el amor de Dios en un libro. Pero creo que no es solamente peligroso, es un acto de amor y necesario. Dios lo hizo una vez. Él puso su infinito ser en un solo humano, Jesucristo (en Colosenses 2:9). Esto fue mucho más sorprendente que poner el océano en una gota. Y fue un acto de amor. Como Jesucristo fue Dios y humano, pudo morir por nuestros pecados. Muchos no reconocieron a Dios en él, y me arriesgo a decir que quizás muchos no reconozcan al góspel en este libro. Mi riesgo es grande porque no soy Dios y no soy infalible, pero si los amo y quiero hacerles ver lo que Dios ha hecho para salvarlos.

La búsqueda

¿Me acompañarían por este libro? Si no eres un creyente en Jesús, simplemente trata de estar abierto a lo que Dios puede mostrarte sobre él o tú mismo, pídele que te confirme lo que es verdad y que te proteja de lo que no lo es. Si eres un creyente, recuerda en qué construiste tu vida y prepárate para compartirle al mundo las buenas nuevas a través de este libro si Dios te lleva a usarlo. ¡Y que se honre al Cristo resucitado este Domingo de Pascua!

Considera estas primeras dos verdades bíblicas juntas:

Verdad bíblica #1: Dios nos ha creado para su gloria

Trae a mis hijos desde lejos y a mis hijas desde los confines de la tierra … a quien he creado para mi gloria. (Isaías 43:6-7)

Verdad bíblica #2: Todo ser humano debe vivir para la gloria de Dios

Entonces, ya sea que comáis, que bebáis, o que hagáis cualquier otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. (1 Corintios 10:31)

Son casi lo mismo, ¿no? ¿Cuál es la diferencia? ¿Para qué tener dos páginas si podemos unirlas en una sola? Pues, la diferencia es que la verdad #1 habla del diseño de Dios y la verdad #2 habla de nuestro deber. Ponerlas por separado y ponerlas en este orden dice algo crucial sobre la realidad. Si no la escuchamos, probablemente no veamos al góspel como la preciosa nueva que es y la terrible muerte de Cristo quizás nos parezca una exageración horrible. El punto es que Dios es el origen de todas las cosas, la medida de todas las cosas y el fin de todas las cosas. Todo el universo es sobre Dios.

Mi hija de siete años, Talitha, y yo fuimos ayer en nuestro paseo de sábado a almorzar al restaurante Arby en Lake Street. Cuando doblamos en la calle Hiawatha había una camioneta azul al frente de nosotros y le dije a Talitha: “No me gusta esa pegatina”. Ella no podía verla desde donde estaba así que se la leí: “Es todo sobre Mi”. Con M mayúscula. Es por esto que el góspel de Jesús es tan difícil de entender para varios. Se basa en una visión muy diferente de la realidad. No es sobre nosotros. Es sobre Dios.

Dios nos ha diseñado para vivir para su gloria. Se menciona en toda la biblia. Por lo tanto, es nuestra vocación y nuestro deber el vivir para su gloria. Pregúntate: ¿El amor de Dios para ti significa que tu eres el centro o significa que Él te dará felicidad eterna, con un costo gigante para Él, y Él será el centro? Fuiste creado para eso. Esa será tu felicidad y será su gloria.

Ahora considera estas dos verdades bíblicas juntas:

Verdad bíblica #3: Todos hemos fallado al no glorificar a Dios como deberíamos.

Por cuanto todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios. (Romanos 3:23)

Verdad bíblica #4: Todos estamos sujetos a la justa condena de Dios.

Porque la paga del pecado es muerte. (Romanos 6:23)

Estas también pueden ser unidas en una sola página, ¿no? Al igual que las primeras dos. Podemos decir: “Como todos somos pecadores, merecemos la condena de Dios, merecemos el castigo”. Pero estaríamos dejando afuera algo fundamental si lo decimos así. Estaríamos dejando afuera el énfasis de la verdad #3, el pecado no es principalmente la forma en que tratamos a la gente, sino la forma en que tratamos a Dios.

El sticker de la camioneta seguiría estando mal aun si dijera “Mi pecado es todo sobre Mí”. Dios es el centro de su propio diseño y creación. Dios es el centro de nuestro deber como criaturas. Dios es el centro de lo que significa ser pecadores: Y significa, según Romanos 3:23, no alcanzar la gloria de Dios, preferir y disfrutar otras grandezas que no son la grandeza de Dios. El pecado es, ante todo, acerca de la forma en que tratamos a Dios, no a los demás.

Nunca vamos a poder encontrarle sentido al horroroso infierno que fue la sangrienta cruz de Cristo si no sentimos el peso del pecado como un insulto hacia Dios. El pecado no es solo el hombre abusando al hombre. Es principalmente el hombre abusando a Dios. El hombre rechazando a Dios. El hombre ignorando a Dios. El hombre prefiriendo otras cosas antes que a Dios. Y, por lo tanto, es el hombre desvalorizando a Dios. Esta es la mayor atrocidad del universo. Debemos sentirnos de esta manera para que nos parezca justo el terrible castigo de la verdad #4.

Hemos tratado a Dios con desprecio, y su castigo caerá sobre nosotros. Ese es nuestro problema más grande. Más grande que la economía. Más grande que las relaciones internacionales con Irak o Corea del Norte. Más grande que los inconvenientes en el matrimonio o el devastador cáncer. Esto es lo que trata de remediar el góspel cristiano por sobre todas las cosas. ¿Cómo podemos ser salvados del juicio divino de Dios? ¡Hay muchos otros efectos hermosos del góspel! Pero este es el más importante y los demás se basan en este.

Ahora el góspel. Consideremos estas dos últimas verdades bíblicas juntas:

Verdad bíblica #5: Dios ha enviado a su único hijo, Jesús, para darnos vida y felicidad eterna.

Palabra fiel y digna de ser aceptada por todos: Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. (1 Timoteo 1:15)

Verdad bíblica #6: los beneficios de la muerte de Jesucristo pertenecen a aquellos que en él confían y se arrepienten.

Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que vuestros pecados sean borrados (Hechos 3:19)
Cree en el Señor Jesús, y serás salvo. (Hechos 16:31)

Una vez más podríamos combinar estas dos verdades en una sola página. Podríamos preguntar: ¿Cuál es el remedio para el pecado, la culpa y la condenación? La respuesta sería: “Cree en Jesucristo Nuestro Señor, y serás salvo”. ¡Pero esa sería una respuesta significativamente incompleta! Si te estás ahogando, el único remedio no es solo gritar por auxilio, también debemos tener en cuenta a los salvavidas, a las líneas de rescate y, si es necesario, a la reanimación. El grito de auxilio es solo tu conexión con el trabajo de salvación. Si estás teniendo un ataque al corazón, tu llamado a emergencias no es tu principal remedio. También hay que considerar a las ambulancias, los paramédicos, el RCP, las enfermeras, a los cirujanos y a las medicinas. El llamado a emergencias es solo tu conexión con el trabajo de salvación.

Y arrepentirte de tus pecados y creer en Jesucristo (verdad bíblica #6) es tu conexión con el trabajo de salvación de Dios en Jesucristo. Jesucristo nos salvó hace dos mil años. Vino, vivió una vida perfecta como el Hijo de Dios y murió en el lugar de todos aquellos que confiaban en él. 1 Pedro 3:18: “Porque también Cristo murió por los pecados una sola vez, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios”. Nuestra fe no es la base de nuestra salvación. Es nuestra conexión con la base de nuestra salvación. Jesucristo es la base de nuestra salvación.

Su muerte y condena en lugar de nuestra muerte y condena, su justicia perfecta en lugar de nuestra imperfección y pecado y su resurrección para validar y asegurar nuestra salvación y eterna felicidad. La biblia dice: “y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe es falsa; todavía estáis en vuestros pecados … Mas ahora Cristo ha resucitado de entre los muertos, primicias de los que durmieron“ (1 Corintios 15:17, 20). Porque murió por nosotros y se levantó otra vez, todos los que confíen en él poseen vida y felicidad eterna.

Confía en él tu vida. Confía en él tu matrimonio o soltería. Confía en él tu negocio y tu situación financiera. Confía en él tu salud. Y, por debajo de todas esas, confía en él tu pecado, tu culpa y tu miedo. Él ya te ha salvado. Se terminó. Él ha muerto y ha resucitado. Su salvación puede ser tuya si confías tu fe en él. Y cuando así sea, entonces se cumplirá tu propósito de ser creado: La gloria de Dios reflejada en tu felicidad eternamente.


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