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Por Kevin DeYoung sobre Ministerio Pastoral

Traducción por David Luchini


¿Cuáles son los instrumentos que debe haber en la caja de herramientas de todo pastor? ¿Qué habilidades debe poseer? O dicho sin rodeos: ¿qué cosas debe hacer bien un pastor para ser un pastor?

Noten lo que no estoy preguntando. No estoy preguntando sobre la teología del pastor, o sobre la santidad personal del pastor. Son cosas esenciales, más importantes que cualquier don particular. Cada pastor debe prestar mucha atención a su vida y su doctrina (1 Tim 4:16). Pero ¿qué debe hacer un pastor? Ese es el tema que nos ocupa en este post.

En otras palabras, supongamos que las primeras dos C están bien (Carácter y Convicción). ¿Qué se necesita para la tercera C (Competencia)?

La siguiente no es una lista exhaustiva, y ciertamente no afirmo estar excelente en cada aspecto. Pero desde mi experiencia un pastor de una iglesia local - pienso específicamente en el rol del pastor a cargo o pastor trabaja solo- debe ser competente en cinco aspectos.

1. Un pastor debe ser capaz de enseñar. Una de las pocas diferencias en cualificaciones para los ancianos y diáconos y la única habilidad en la lista es que un anciano "debe poder enseñar" (1 Tim. 3:2). Si el anciano está a cargo o es pastor solo, deberá trabajar especialmente en la predicación y la enseñanza (1 Tim. 5:17). Las iglesias deberán tolerar muchas deficiencias, pero la mayoría de ellas pronto se pondrán impacientes con un pastor que no pueda enseñar.

Claro, la enseñanza y la predicación son capacidades que se desarrollan con el tiempo, así que puede ser difícil determinar si un joven está "apto para enseñar". Pero ciertamente, antes de que alguien ingrese al ministerio, debería poder comunicar la Palabra con algo de confianza y claridad.

Algunas cosas para cuidar:

2. Un pastor debe ser capaz de relacionarse con la gente. Hay muchas maneras en las que un pastor puede conectarse con la gente. Puede crecer en visitas al hospital, o disfrutar consejerías individuales o destacarse en llevar a un grupo pequeño o trabajar duro involucrando al equipo. Siempre en el ministerio habrá personas alrededor y un buen pastor debe hacer un esfuerzo para estar alrededor de por lo menos algunas personas.

Las relaciones toman diversas formas. Puedes ser un pastor sociable y extrovertido o uno inhibido e introvertido. Algunos son buenos para el cotorreo. Otros lo odian y prefieren un ambiente íntimo y tranquilo con la otra persona. Quiero dejar en claro que el ministerio pastoral no es solo para los extrovertidos. Pero si un hombre no puede tratar con la gente con amabilidad, gentileza y no de manera extraña, debería pensar dos veces antes de ser pastor.

Una buena pregunta es: ¿Esta persona hace amigos con facilidad? Yo dudaría en llamar un pastor que tenga dificultad para hacer o mantener amistades.

3. Un pastor debe poder liderar. Pero aquí hay una trampa. Con "liderar" no me refiero a que cada pastor sea un emprendedor ambicioso. Un pastor debe tener su grupo. Debe estar dispuesto a estar firme y ser impopular a veces. Necesita tener fuerza de voluntad y la capacidad de tomar decisiones duras. Si alguien necesita ser querida por los demás todo el tiempo, entonces no está preparado para ser pastor. Un pastor no debe temer a influenciar. Y si no es un visionario audaz, el pastor debe ser de los líderes que da a otros dones más pronunciados de liderazgo.

4. Un pastor debe ser relativamente organizado o dejarse rodear de personas de lo hagan por él. Quise usar el término "administración" para esto, pero la cambié por miedo a incomprensión. No creo que los pastores necesiten ser gurúes administrativos. De hecho, no conozco a nadie que haya ingresado al seminario con el sueño de algún día poder mantener una iglesia que funcione bien. El ministerio no es acerca de administración, por lo menos, no lo debería ser.

Sin embargo, no hay otra manera: un pastor debe tener ciertas habilidades básicas de organización. No se puede olvidar de las citas todo el tiempo o llegar tarde a las reuniones de ancianos. Necesitar devolver llamadas y saber cómo dirigir una reunión. Por supuesto: todos nos olvidamos de algo. A todos se nos cae la pelota de vez en cuando. Ser pastor no requiere de omnisciencia u total competencia. Pero debemos ser responsables. Para bien o para mal, tu iglesia puede no notar a simple vista que dejaste de estar con la gente o que no puedes dirigir, pero van a notar rápidamente que no eres confiable.

En Norteamérica, se requiere alguna competencia básica administrativa. Pero si como pastor no la tienes, encuentra a alguien que sí la tenga y que se haga cargo en lugar de ti.

5. Un pastor debe orar. Si esta herramienta se oxida, nadie lo va a saber. Por lo menos, al comienzo. Es imposible sobrevivir como pastor sin las otras cuatro habilidades. Pero, es fácil sobrevivir y aun luchar sin esta última. Pero el pastor que progresa sin oración no es ni el que quiero ni lo que quiero ser. Podemos logar muchos por nuestra cuenta, pero lo que realmente importa requiere de oración porque requiere de Dios. Un hombre que no ora no debería predicar.

Como ves, estas cinco competencias no son iguales en importancia. Las 1, 2, y 5 son esenciales y deberían ser el foco de tu ministerio. La 3 y 4 se pueden falsear un poco, pero no ignorar. Por experiencia, las cinco son necesarias para un ministerio en Estados Unidos. Algunos pastores serán excelentes en varias categorías. Algunos serán muy buenos en una y bastante buenos en otras. Ningún pastor es un modelo en las cinco aéreas. Pero si estuviera evaluando a un alumno del seminario para que ingrese al ministerio o si estuviera en una iglesia que busca un pastor, me gustaría ver competencias básicas en cada categoría.



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