Llamados a sufrir y a regocijarnos: para poder ganar a Cristo

De Libros y Sermones Bíblicos

Revisión a fecha de 14:35 14 abr 2011; Pcain (Discusión | contribuciones)
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English: Called to Suffer and Rejoice: That We Might Gain Christ

© Desiring God

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Por John Piper sobre Sufrimiento
Una parte de la serie Called to Suffer and Rejoice

Traducción por Carina Alejandra Rojas


Filipenses 3:1-14

Por lo demás, hermanos míos, regocijaos en el Señor. A mí no me es molesto escribiros otra vez lo mismo, y para vosotros es motivo de seguridad. Cuidaos de los perros, cuidaos de los malos obreros, cuidaos de la falsa circuncisión; porque nosotros somos la verdadera circuncisión, que adoramos en el Espíritu de Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no poniendo la confianza en la carne, aunque yo mismo podría confiar también en la carne. Si algún otro cree tener motivo para confiar en la carne, yo mucho más: circuncidado el octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible. Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, y conocerle a El, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte, a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos. No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Contenido

La Biblia promete el sufrimiento para el pueblo de Dios

Durante esta semana estaremos enfocándonos en la necesidad de prepararnos para el sufrimiento. Y la razón para hacerlo no es sólo mi percepción sobre lo malo que son estos días presentes y lo difícil que es andar en el camino de la rectitud, sino la promesa de la Biblia que afirma que el pueblo de Dios va a sufrir.

Por ejemplo, Hechos 14:22 menciona lo que Pablo les dijo a todas las nuevas iglesias, “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.” Y también Jesús dijo, “Si me persiguieron a mí, también os perseguirán a vosotros.” (Juan 15:20). Y Pedro afirmó, “No os sorprendáis del fuego de prueba que en medio de vosotros ha venido para probaros, como si alguna cosa extraña os estuviera aconteciendo” (1 Pedro 4:12). En otras palabras, esto no es algo extraño; es algo de esperar. Pablo declaró (en 2 Timoteo 3:12), “Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos.”

Así que, parece ser una verdad bíblica que, cuanto más impetuosos nos volvemos en ser la sal de la tierra y la luz del mundo, en alcanzar a los perdidos de este mundo, y exponer las obras de las tinieblas poniendo en libertad las ataduras del pecado y de Satanás, tanto más vamos a experimentar el sufrimiento. Esta es la razón por la que debemos prepararnos. Y es por eso que, en estas semanas voy a estar predicando sobre pasajes que nos ayudarán a prepararnos.

Los mensajes tratan sobre cuatro propósitos que Dios tiene a través del sufrimiento que experimentamos en Su servicio. Uno de ellos es el propósito moral ó espiritual: en medio del sufrimiento llegamos a confiar totalmente en Dios, poniendo menor confianza en las cosas de este mundo. El segundo, es un propósito de intimidad ó familiaridad: al compartir Sus sufrimientos podemos llegar a conocer mejor a Cristo. Este es hoy nuestro objetivo.

El propósito de una mayor intimidad con Cristo

Dios nos ayuda a prepararnos para el sufrimiento al enseñarnos y mostrarnos que a través de éste podemos proponernos ir más profundo en nuestra relación con Cristo. Puedes conocerlo mejor cuando compartes Sus sufrimientos. Las personas que escriben las cosas más profundas y dulces sobre la hermosura de Cristo, son aquellas que han sufrido intensamente junto a El.

El sufrimiento en la vida de Jerry Bridges

Por ejemplo, el libro de Jerry Bridges, Confiando en Dios aunque la vida duela, es un libro profundo y útil sobre el sufrimiento y la profundidad en la relación con Dios a través del dolor. A tal punto que no es de sorprender enterarnos que, ya a la edad de 14 años él escuchó los inadvertidos gritos de auxilio de su mamá procedentes del cuarto de al lado, y al llegar la vio dar su último respiro. El también tenía una condición física que le impedía realizar deportes comunes. Y hace unos pocos años atrás su esposa murió de cáncer. Mientras servía a Dios en “Los Navegantes” no estuvo exento de padecer. El escribe con profundidad sobre el sufrimiento porque él mismo junto a Cristo, ha padecido intensamente.

El sufrimiento en la vida de Horacio Bonar

Hace poco más de cien años, el pastor y escritor de himnos escocés, Horacio Bonar, escribió un pequeño libro titulado La noche del llanto, ó, “Cuando los hijos de Dios sufren.” En este libro él menciona que su objetivo era, “ministrar a los santos…descubrir como llevar sus cargas, vendar sus heridas, y enjugar, por lo menos algunas de sus tantas lágrimas.” Este es un libro afectuoso, profundo y sabio. Por lo tanto no es de sorprender oír ciertas declaraciones de él como,

Está escrito por uno que se busca beneficiar de la prueba, y que tiembla por miedo a que ésta pase como el viento sobre la roca, dejándolo tan duro como siempre; por alguien que, en cada momento de aflicción se acercaría más a Dios para poder conocerlo mejor, y quien no es reacio a confesar que hasta el momento es muy poco lo que conoce de El.

Bridges y Bonar nos muestran que el sufrimiento es un profundo camino hacia el corazón de Dios. Dios tiene preparadas revelaciones especiales de Su gloria para aquellos hijos que sufren.

Las palabras de Job, Esteban y Pedro

Después de meses de sufrimiento, Job finalmente dice a Dios, “He sabido de ti sólo de oídas, pero ahora mis ojos te ven” (Job 42:5). Job había sido un hombre piadoso y recto, agradable a Dios, pero la diferencia entre lo que él sabía de Dios en la prosperidad, y lo que llegó a conocer de El a través de la adversidad era la diferencia entre lo que él había oído y lo que había visto.

Cuando Esteban fue arrestado y puesto a prueba por causa de su fe, dada la oportunidad de predicar, el resultado fue un grupo de líderes religiosos tan enfurecidos que crujían los dientes contra él. Estaban a punto de sacarlo de la ciudad para matarlo. En ese preciso momento, Lucas nos relata, “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios” (Hechos 7:55). Hay una revelación especial, una intimidad especial, preparada para aquellos que sufren con Cristo.

Pedro lo dijo de esta manera, “Si sois vituperados por el nombre de Cristo, dichosos sois, pues el Espíritu de gloria y de Dios reposa sobre vosotros.” (1 Pedro 4:14). En otras palabras, Dios se reserva un particular advenimiento y reposo de Su Espíritu y de Su gloria sobre aquellos hijos que sufren por causa de Su nombre.

Tres observaciones del texto

Por lo tanto, el énfasis del mensaje de hoy está sobre el factor intimidad en medio del dolor. Uno de los propósitos en el sufrimiento de los santos es que su relación con Dios puede llegar a convertirse en menos formal, artificial y distante, y llegar a transformarse en algo más personal, real, íntima, cercana y profunda.

En nuestro texto (Filipenses 3:5-11) quiero que veamos al menos tres cosas:

En primer lugar, la preparación que tenía Pablo para sufrir, al revertir sus valores;
En segundo lugar, la experiencia de Pablo tuvo en el sufrimiento y la pérdida debido a la obediencia a Cristo;
En tercer lugar, la meta de Pablo en todo esto es, concretamente, para ganar a Cristo: conocerle más, permanecer en El y relacionarse con mayor intimidad y realismo que cuando estaba con Bernabé y Silas, sus grandes amigos.

1. La preparación de Pablo para sufrir

En los versículos 5 y 6 Pablo enumera los atributos de los que disfrutaba antes de llegar a ser cristiano. El muestra su pedigrí étnico como hijo de Abraham de pura raza, un hebreo de hebreos. Esto le ocasionó grandes ganancias, un gran sentido de importancia y seguridad. El era Israelita. A continuación el menciona tres cosas que llegan al corazón de la vida de Pablo antes de ser cristiano (al final del verso 5 y 6): “en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible.”

Los valores de Pablo antes de encontrarse con Cristo

Así era la vida de Pablo. Estas cosas eran las que le daban sentido y significado a su vida. Esta era su ganancia, su fortuna y su gozo. Sobre gustos no hay nada escrito- y el de Pablo era el de pertenecer al escalón superior de lo guardianes de la ley, los Fariseos, y entre ellos el era tan celoso que fue quien guió la persecución de los enemigos de Dios, la iglesia de Jesús, y quien guardaba la ley con todo rigor. El se sentía halagado por su sentido de pertenencia, por su distinción, creyendo que estos halagos venían de parte de Dios- o al menos eso pensaba el- por ser irreprensible en cumplir la ley.

Entonces se encuentra con Cristo, el Hijo del Dios viviente, en el camino a Damasco. Cristo le anuncia cuánto el va a tener que sufrir (Hechos 9:16). Y Pablo se preparara para esto.

Pablo estima como pérdida lo que antes consideraba de valor

La manera en que él se preparó para esto se explica en el versículo 7. “Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo.” Pablo se ve a si mismo erguido sobre el escalón superior de la sociedad religiosa, los Fariseos; el observa lo glorioso que es estar en la cima de ese grupo, recibiendo todos los halagos y aplausos; observa cuan rigoroso ha sido guardando la ley y disfrutando con orgullo de su sentido de moralidad; y se prepara a sí mismo para sufrir al revertir sus valores y tomar todo lo que conforma su mundo y ponerlo patas para arriba: “Pero todo lo que para mí era ganancia (esto es lo mencionado en vs.5-6), esas cosas he estimado como pérdida.”

Antes de conocer a Cristo Pablo llevaba un libro mayor con dos columnas: una de ganancias y la otra de pérdidas. En la de ganancias estaba la gloria humana de los versículos 5-6. En la columna de pérdidas se encontraba la terrible posibilidad de que este nuevo movimiento se les fuera de las manos y Jesús probara que es real y así saliera ganando. Cuando el se encuentra con el Cristo vivo en el camino a Damasco, Pablo toma un gran lápiz rojo y escribe con grandes letras rojas “PERDIDA” encima de la columna de ganancias. Y escribe “GANANCIA” en grandes letras rojas sobre la columna de pérdida en la que había un solo nombre: Cristo.

Y no solo eso, cuanto más pensaba Pablo acerca de los valores relacionados a la vida en este mundo y a la grandeza de Cristo, mas iba dejando a un lado las pocas cosas mencionadas en los versículos 5-6 poniendo nada mas que a Cristo en esa primer columna: Versículo 8: “Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.” El comienza contando sus más preciosos logros como pérdida, y luego termina contando todo como pérdida, excepto Cristo.

El cristianismo corriente

Eso es lo significaba para Pablo llegar a ser un cristiano. Y por si acaso alguno de nosotros llegara a pensar que el era alguien único ó excepcional, observe que en el versículo 17 declara con toda su autoridad apostólica, “Hermanos, sed imitadores míos.” Esto es un cristianismo corriente.

Lo que Pablo está queriendo hacer aquí es mostrar cómo la enseñanza de Jesús tiene que ser vivida. Por ejemplo, Jesús dijo, “Además, el reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo, el cual un hombre halla, y lo esconde de nuevo; y gozoso por ello va y vende todo lo que tiene, y compra aquel campo.” (Mateo 13:44). Llegar a ser cristiano significa descubrir a Cristo (el Rey) como un Cofre de tesoros lleno del gozo sagrado, y al hacerlo, escribir “PERDIDA” sobre todo lo demás en el mundo para poder ganarle. “El vende todo lo que tiene, y compra aquel campo”

U otra vez en Lucas 14:33 Jesús dijo, “Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo lo que posee, no puede ser mi discípulo.” En otras palabras, el hecho de ser un discípulo de Jesús implica escribir “PÉRDIDA” con grandes letras rojas sobre todas tus posesiones- y sobre todo lo demás que este mundo ofrece.

Lo que significa en forma práctica

Ahora bien, ¿que es lo que esto significa en forma práctica? En mi opinión son cuatro cosas:

  1. Significa que siempre que se me pida elegir entre cualquier cosa de este mundo y Cristo, voy a escoger a Cristo.
  2. Significa que voy a ocuparme de tal manera en las cosas de este mundo que me acerquen más a Cristo, de manera que pueda ganar más de Cristo y disfrutar más de El por medio del uso que le dé a las cosas de este mundo.
  3. Significa que siempre voy a tratar con las cosas de este mundo de forma tal que demuestre que éstas no son mi tesoro, sino que Cristo lo es.
  4. Significa que si yo perdiera una ó todas las cosas que ofrece este mundo, no perderé mi gozo ó mi tesoro ó mi vida, porque Cristo lo es todo.

Ahora bien, este era el cálculo que Pablo hacía en su alma (vs.8) “yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.” Cristo lo es todo, y todo lo demás es pérdida.

¿Porqué es ésta una forma de prepararnos para el sufrimiento?

Ahora demos un paso atrás y tomemos un minuto para orientarnos. Todavía estoy tratando con el primer punto: es decir, la forma en que Pablo se prepara para el sufrimiento. ¿Por qué digo esto? ¿Por qué el hecho de llegar a ser cristiano y de escribir “PÉRDIDA” sobre todas las cosas de tu vida salvo Cristo, es una manera de prepararnos para el sufrimiento?

La respuesta es que el sufrimiento consta en llevarse las cosas malas ó buenas que este mundo ofrece para nuestro disfrute- reputación, estima entre los compañeros, trabajo, dinero, cónyuge, vida sexual, niños, amigos, salud, fortaleza, visión, audiencia, éxito, etc. Cuando éstas son quitadas (por fuerza, por circunstancia ó por elección), sufrimos. Pero si hemos seguido a Pablo y la enseñanza de Jesús y ya las hemos contado como pérdida por el inigualable valor de ganar a Cristo, entonces ya estamos preparados para sufrir.

Si cuando te conviertes en cristiano escribes en rojo y con grandes letras “PÉRDIDA” sobre todas las cosas que este mundo ofrece, excepto Cristo, entonces cuando Cristo te pida entregar alguna de estas cosas, no será algo extraño ó inesperado. El dolor y el sufrimiento pueden ser grandes. Quizá sean muchas las lágrimas, como lo fueron por Jesús en el Getsemaní. Pero estaremos preparados. Sabremos que el valor de Cristo sobrepasa a todas las cosas que el mundo pueda ofrecer, y que al perderlas estaremos ganando más de Cristo.

2. La experiencia de Pablo en el sufrimiento

En la segunda mitad del versículo 8 Pablo pasa de la preparación para enfrentar el sufrimiento, a su sufrimiento presente. El pasa de contar todas las cosas como pérdida en la primera mitad del versículo 8, al sufrimiento que le causa en el presente la pérdida de todas estas cosas en la segunda mitad de este versículo. “…Por El (Cristo) lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo.” Vamos a estar enfocándonos en esto la próxima semana: Tanto había experimentado Pablo la pérdida real de beneficios comunes y de las comodidades de este mundo que el podía decir que no solo contaba sus pérdidas sino que las sufría también. El estaba preparado debido a que revirtió sus valores, y ahora estaba siendo probado. ¿Valoró el a Cristo sobre todas las cosas?

3. La meta de Pablo (y el propósito de Dios) en el sufrimiento

Permítanme terminar con un llamado de atención sobre la meta de Pablo y el propósito de Dios en este sufrimiento. ¿Por qué Pablo aceptó las pérdidas que Dios decretó y que significaban para el ser cristiano?

Pablo da la respuesta una y otra vez en estos versículos para que no dejemos de captar la idea principal. El no está inactivo en medio del dolor causado por la pérdida. El está determinado. Su propósito es ganar a Cristo.

  • Versículo 7: “lo he estimado como pérdida por amor de Cristo.”
  • Versículo 8a: “yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.”
  • Versículo 8b: “Por El lo he perdido todo.”
  • Versículo 8c: “y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo…”
  • Versículo 9: “…y ser hallado en El (no con mi propia justicia sino la que Dios da)…”
  • Versículo 10a: ( todavía mostrando su objetivo al aceptar la pérdida de todas las cosas) “…y conocerlo a El”
  • Versículo 10b-11: (Seguido por cuatro aspectos específicos de lo que significa conocer a Cristo)
  • “…(conocer) el poder de su resurrección”; y
  • “la participación de Sus padecimientos”;
  • “llegando a ser como El en Su muerte”;
  • “a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos.”

Dicho de otra manera, lo que sostiene a Pablo en medio del sufrimiento en la pérdida de todas las cosas es la confianza en que, al perder las cosas preciosas que el mundo ofrece, el sabe que está ganando algo más precioso aún- Cristo.

En dos oportunidades a esa ganancia se la llama conocimiento- versículo 8a: “…en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús.” Versículo 10: “A fin de conocerle.” Este es el factor intimidad en el sufrimiento. ¿Deseamos conocerle? ¿Anhelamos tener una relación más personal, profunda, real e íntima con Él- tanto que contamos todas las cosas como pérdida para ganar el más grande de todos los tesoros? Si es así, estaremos dispuestos a sufrir. De lo contrario, nos tomará por sorpresa y nos rebelaremos. ¡Que el Señor abra nuestros ojos al sublime valor de conocer a Cristo!</blockquote>


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