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English: The Priests on Earth

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Por Ligonier Ministries Staff sobre Los Pactos
Una parte de la serie Tabletalk

Traducción por Javier Matus


“Los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales” (Heb. 8:5a).

- Hebreos 8:4-5

El Antiguo Testamento esperaba un sacerdote que se levantaría en los últimos días según el orden de Melquisedec. Este orden de Melquisedec sería mayor que el sacerdocio de Aarón, ya que proporcionaría un sacerdote que nunca dejaría el oficio sacerdotal. Después de explicar la grandeza del sacerdocio de Melquisedec en el capítulo 7, el autor de Hebreos comienza el capítulo 8 diciéndonos que Cristo ciertamente es este sacerdote prometido (v.v. 1-2).

En 8:3, se nos recuerda que si Cristo fuese un verdadero sacerdote, entonces Él también debe tener un sacrificio. Pero el sacrificio de Cristo fue diferente a los sacrificios ofrecidos por el sacerdocio levítico. Si Cristo estuviera en la tierra, ni siquiera sería sacerdote, porque habían sacerdotes en la tierra que ofrecían sacrificios de acuerdo con la ley (8:4). Esto significa que Cristo debe ser un sacerdote celestial, porque el sacrificio que Él trae no es uno de los sacrificios terrenales de animales prescritos por la ley.

Pero, ¿qué diremos acerca del sacrificio del cuerpo de Cristo? ¿No fue ofrecido mientras estuvo en la tierra? ¿Eso lo convertiría en un sacrificio terrenal? John Calvin es útil en su discusión sobre la naturaleza del sacrificio de Cristo. Él nos recuerda que “cualquier cosa de un tipo terrenal que parezca estar en Cristo, debe ser vista espiritualmente por el ojo de la fe.” Cristo sufrió de manera terrenal y física por nuestro pecado. Pero el más intenso sufrimiento que sintió fue el sufrimiento de una naturaleza invisible y espiritual que Él soportó cuando fue desamparado por el Padre. Fue en este abandono que Cristo hizo expiación por nuestros pecados en el sentido más completo y definitivo. Recuerde que la mayor parte de la intensa agonía de Cristo no vino del dolor físico, sino de la angustia que sintió cuando fue abandonado por el Padre (Marcos 15:34). Aunque Cristo sin duda fue abandonado en un sentido terrenal y corporal, el abandono de Su alma y Su sufrimiento en los lugares invisibles fue mucho peor.

Este sufrimiento invisible es un aspecto de la expiación que hace al sacrificio de Cristo superior a los sacrificios de la antigüedad. De hecho, la obra de Cristo es superior porque sucede tanto en la tierra como en el tabernáculo celestial. Los sumos sacerdotes de la antigüedad hicieron su obra sólo en las sombras, en la copia del lugar celestial que Moisés recibió la orden de construir (v. 5). Sin embargo, Cristo hace Su obra sacerdotal no en la copia y sombra, sino en la realidad celestial (v. 2).

Coram Deo

Muchos de nosotros hemos pasado por momentos en nuestras vidas cuando la depresión nos ha hecho sentir como si estuviésemos abandonados. Pero ninguno de nosotros ha sido abandonado como Cristo fue en la cruz. Al soportar los momentos de depresión, pídale al Señor que le devuelva su alegría y recuerde que por causa de Cristo, el Padre nunca le abandonará.

Pasajes para Estudio Adicional

Ex. 25:1-9
1 Cron. 22
Hechos 7:55-56
Col. 2:16-17


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