Los inesperados golpes al pensamiento fatalista

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English: Unexpected Blows to Fatalistic Thinking

© Desiring God

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Traducción por Pablo Contreras


Los cristianos deberían considerar lo imposible cuando concierne a penetrar los lugares y pueblos más inverosímiles del mundo con el mensaje y el pueblo de Cristo. El fatalismo basado en una mera trayectoria humana de dos mil años es impío. En última instancia, el pensamiento fatalista es incredulidad a la promesa de Jesús;: “Para los hombres es imposible, pero no para Dios, porque todas las cosas son posibles para Dios.” (Marcos 10:27). La principal ayuda para romper el hábito del fatalismo es el libro que habla acerca de las hazañas sobrehumanas de Dios, la Biblia. Pero Dios manda a otros también.

Uno de los valores de ser conscientes del tipo de cosas sobre las que Philip Jenkins, de la Universidad Penn State, escribe en su libro The Next Christendom: The Coming of Global Christianity (La Próxima Cristiandad: La Llegada del Cristianismo Global) es que nos ayudan a reventar el pensamiento fatalista. Justo cuando pensabas que sabías cómo la misión cristiana y el mundo iban a terminar, y bostezabas cuando escuchabas hablar acerca del Armagedón, viene Jenkins con un relato de los últimos cien años que te hace dar cuenta que te has debido haber quedado dormido.

El libro trata principalmente sobre el desplazamiento del cristianismo visible (cristiandad) del hemisferio norte al sur, es decir de Europa y América a África, Asia y Sudamérica.

A lo largo del siglo pasado, el centro de gravedad del mundo cristiano se ha desplazado inexorablemente hacia el sur, a África, Asia y América Latina. Hoy en dia ya las comunidades cristianas más grandes están en África y América Latina. Si queremos visualizar un cristiano “típico” contemporáneo, deberíamos pensar en una mujer que vive en un poblado en Nigeria o en un suburbio Brasileño. Como el académico Keniata John Mbiti ha comentado, “Los centros de la universalidad de la iglesia ya no son Ginebra, Roma, Atenas, París, Londres o Nueva York sino Kinshasa, Buenos Aires, Addis Abeba y Manila” (p. 2)

¿Quién hubiera pensado que la influencia más poderosa hacia una sana fidelidad doctrinal en la Comunión Anglicana global no vendría del resurgir evangélico de los Británicos evangélicos (por muy maravilloso que sea) sino de los obispos africanos que consideran el llamado matrimonio homosexual (por ejemplo) como el oxímoron o la contradicción que es?

¿Quién hubiera pensado que unas treinta congregaciones episcopales conservadoras que están geográficamente localizadas en América del Norte estarían técnicamente bajo la jurisdicción de la Archidiócesis de Ruanda?

¿Quién hubiera pensado que hubiese casi el doble de presbiterianos en Corea del Sur que los que hay en los Estados Unidos?

¿Quién hubiera pensado que China sería uno de los países “cristianos” más grandes? En 1949, en China sólo había 4 millones de cristianos. Hoy, hay 82 millones. Eso es un aumento 20 veces mayor. David Aikman, el antiguo director de la oficina de la revista Time en Pekín estima que dentro de unas pocas décadas uno de cada tres chinos podrían ser cristianos (Jesus in Beijing: How Christianity Is Transforming China and Changing the Global Balance of Power. Jesús en Pekín: Como el Cristianismo Está Transformando China y Cambiando el Equilibrio del Poder Global).

¿Quién hubiera pensado que, como dice Mark Noll en Books and Culture -Libros y Cultura (Marzo/Abril 2002) “Mientras el Cristianismo Europeo se ha convertido en arqueología y el Cristianismo Norteamericano depende de la sociología; el cristianismo que se expande sin parar en partes de África, América Latina y Asia es dinámico, transforma vidas y es revolucionario (si acaso también es a menudo salvaje, mal informado e indisciplinado”?

Y, ¿qué cosas, completamente imprevistas, nos depara el futuro? Muchos peligros y mucho más que peligro. He aquí una de las conjeturas de Jenkin:

“Los próximos 20 años o así bien podrían ser los peores y más peligrosos. [Pero] por todo el mundo, hay un cambio demográfico importante. Áreas que nos sorprenden están experimentando el tipo de transición demográfica que Europa experimentó hace 30 años y el índice de natalidad está cayendo dramáticamente. Por ejemplo, sólo en los últimos 20 ó 30 años, Irán ha pasado de tener seis hijos por mujer a dos. Dicho de otra forma, EEUU tiene ahora un índice de natalidad más alto que Irán. Esto es interesante de por sí, pero también significa que en 15 ó 20 años habrán menos hombres jóvenes que representen grupos militantes activos y violentos. Es bastante probable que haya un declive en conflictos religiosos. Pero mientras tanto, será un periodo realmente peligroso.” (Christianity Today-"Cristianidad Hoy", Noviembre 2006 50/11 pág 103)

¿Cómo es que no nos arrodillamos con un nuevo sentido de temblor expectante y le pedimos a nuestro Dios, aquel que escucha nuestras oraciones, que haga imposibilidades globales que exalten a Cristo y más grandes que cualquier cosa que se haya visto en los últimos cien años?


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