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English: Hands of the Living God

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Por Ligonier Ministries Staff sobre Perseverancia de los Santos
Una parte de la serie Tabletalk

Traducción por Javier Matus


“¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Heb. 10:31).

- Hebreos 10:30-31

En los últimos días hemos estado estudiando la segunda parte de Hebreos 10 y las exhortaciones y advertencias que se dan acerca de nuestra necesidad de perseverar. Hemos visto que el pecado deliberado e impenitente puede conducir a los miembros de la iglesia, profesos, a la apostasía final y al terrible juicio que merece (vv. 26-29).

Estas advertencias nos pueden asustar, y eso no es del todo malo. Después de todo, el temor del Señor es un tema importante en toda la Escritura (Prov. 1:7; 1 Pedro 2:17). Sería un error, sin embargo, permitirle a este temor paralizarnos. Sería un error para nosotros pensar que no hay esperanza para nosotros sólo porque tenemos algunas tendencias pecaminosas. No debemos pensar que Cristo no nos va a volver a recibir después de cometer un pecado grave si lo confesamos (1 Juan 1:8-10).

El propósito de estas advertencias es de prevenir que caigamos en la apostasía final. El autor no nos está diciendo que podemos arrebatarnos a nosotros mismos de la mano del Padre. Más bien, él tiene una visión bíblica de la providencia. Él sabe que Dios lleva a cabo su voluntad, incluyendo nuestra salvación, a través de la acción humana. Él sabe que una de las maneras en la que Dios nos preserva es dando estas advertencias para que las atendamos, y, al hacerlo, perseveramos en la fe (Heb. 10:39).

En este punto de la historia redentora seguimos esperando la consumación de todas las cosas. Esperamos el día en que serán separadas las ovejas de las cabras y el trigo sea separado de la paja. Hasta ese día, la comunidad visible de la fe incluirá a los creyentes verdaderos, así como los incrédulos que han hecho una falsa profesión. Se necesitan advertencias para ayudar a distinguir los dos grupos y para asegurar que los elegidos se mantendrán con Cristo sin importar el precio.

Todos debemos atender estas advertencias. No debemos tomar nuestra salvación por sentado (Heb. 2:3). Debemos vivir de una manera que crezcamos siendo más obedientes a Dios y más en línea con el gran precio que Jesús pagó por nuestra salvación. Sólo si hacemos esto podemos saber que realmente creemos.

El autor de Hebreos sabía esto muy bien. En el pasaje de hoy, se incluye a sí mismo en sus advertencias (v. 30). Él sabía que sólo aquellos que perseveran hasta el fin son salvos. Cuando atendemos estas advertencias confirmamos la realidad de nuestra fe y evitamos el juicio para los que las ignoran y caen en manos del Dios vivo (v. 31).

Coram Deo

John Owen escribe acerca de estos versículos: “Las personas son propensas a no pensar en esto. Pero el juicio de Dios existe y será espantoso, terrible y eternamente destructivo de todo lo que no es bueno.” Estas advertencias son reales. Si no creemos que se aplican a nosotros, entonces las ignoramos a nuestro propio riesgo.

Pasajes para Estudio Adicional

Isa. 1:19-20
Jer. 12:14-17
Lucas 12:4-5
2 Cor. 13:1-10


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