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Por Ligonier Ministries Staff sobre Los Pactos
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Traducción por Javier Matus


“Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.” (Heb. 10:23).

- Hebreos 10:23

Ayer vimos que dadas las grandes verdades acerca de la superioridad de Cristo y de Su sumo sacerdocio, no puede haber otra respuesta aparte de acercarse a Él con certidumbre y confianza (Heb. 10:22). Cuando vemos la majestad y la fidelidad de Cristo, no podemos hacer otra cosa excepto acercarnos a Dios por medio de Él, en cualquier época de nuestra vida.

Sin embargo, no es suficiente acercarnos a Él. El pasaje de hoy nos dice que también debemos mantener firme la profesión de nuestra esperanza (v. 23). No debemos adorar a Dios en silencio y en secreto, sino también debemos mostrar públicamente nuestra lealtad a Él. Aquí vemos la estrecha relación entre la verdadera fe y la práctica externa que se destaca en todas las páginas de la Biblia. No es suficiente estar en silencio y pensar que tenemos verdadera fe si nadie más lo sabe. Más bien, la verdadera fe es verdadera fe sólo si creemos en nuestro corazón y confesamos con nuestras bocas (Rom. 10:9). Como John Calvin nos dice acerca de este versículo: “[Dios] requiere también profesión o confesión, porque no es la verdadera fe excepto si se manifiesta ante los hombres.”

Nuestra confesión es “la profesión de nuestra esperanza” (Heb. 10:23). Nuestra sociedad a menudo usa la palabra “esperanza” como un eufemismo para una ilusión o para expresar un anhelo de lo imposible. Pero esto no es lo que queremos decir cuando hablamos de la esperanza cristiana. La esperanza cristiana es la única digna de la palabra “esperanza”, porque es una verdadera confianza en que Dios cumplirá todas sus promesas –una verdadera confianza de que todo será renovado. Es algo que sabemos que va a suceder porque hemos experimentado las primicias de la salvación. A diferencia de nuestra sociedad, decimos que la esperanza es la verdadera esperanza sólo si tenemos razones suficientes para creer que las cosas por las cuales esperamos sucederán.

Sólo los cristianos tienen verdadera esperanza porque el que nos hace tales promesas es fiel (v. 23). La fidelidad de Su Palabra y Su actividad a través de la historia nos da la base para nuestra esperanza y confianza en que Dios va a hacer todo lo que promete. A causa de esta fidelidad, nosotros también debemos ser fieles a Él. Debemos aferrarnos a nuestra confesión “sin fluctuar”. Debemos decidir caminar con Él en fe a pesar de las dudas que puedan surgir. Debemos decidir buscarlo sólo a Él para la salvación. Debemos aferrarnos a Jesús y a nada más.

Coram Deo

Muchos de nosotros podemos encontrar lugares en nuestras vidas en los que no mantenemos firme nuestra profesión. Tal vez nuestros lugares de trabajo, familias o amigos nos presionan a guardar silencio sobre nuestra fe. Si está en una situación en la que no está manteniendo firme su profesión, ore para que Él le dé el valor necesario y luego haga lo que se requiera para estar firme ante Él.

Pasajes para Estudio Adicional

Deut. 31:6
Isa. 7:9b
Matt. 10:32-33
Hechos 4:1-31


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