Masculinidad, Feminidad y la Libertad para Ministrar

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English: Manhood, Womanhood and the Freedom to Minister

© Council of Biblical Manhood and Womanhood

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Por John Piper sobre Masculinidad y Feminidad
Una parte de la serie JBMW

Traducción por Luz Bordenkircher

1 Timoteo 2:8-15 (RVR 1960)
Quiero pues que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda. Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que profesan piedad. La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permita a la mujer ensenar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino guardar silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva y Adán no fue engañado, sino que la mujer siendo engañada incurrió en transgresión. Pero se salvara engendrando hijos, si permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.

La semana pasada vimos en Efesios 5:32 que el matrimonio es un misterio. Al inicio de la creación Dios le dio un sentido que no fue revelado plenamente durante mucho tiempo, y que ahora se expone con claridad en el Nuevo Testamento. El misterio es el siguiente: el matrimonio es una imagen o ilustración de la relación de Cristo con su novia, la iglesia. Un marido y una esposa están destinados por Dios a ser imágenes vivas de la relación existente entre Cristo y la Iglesia.

Así que cuando Dios creó al hombre y la mujer, nos hizo de la forma en que somos – con la diferencia entre hombre y mujer – para que pudiéramos ser idóneos con nuestros papeles complementarios (y para las otras expresiones de complementariedad fuera del matrimonio). En este drama el hombre estaba destinado a desempeñar el papel de Cristo, y la mujer estaba destinada a desempeñar el papel de su novia la iglesia.

Y hemos venido insistiendo durante cinco semanas, que estas diferencias no son el resultado del pecado. La masculinidad y la feminidad no surgieron del pecado. Dios las creó. La diversificación de las funciones y el papel complementario no lo generó el pecado. Dios lo generó. Antes de que el pecado entrara al mundo Dios ordenó y dispuso que Adán fuera un líder amoroso, comprensivo y fuerte para su esposa Eva. Así mismo, ordenó y dispuso que Eva fuera una compañera que apoyara, respetara y ayudara al hombre a desarrollar su autoridad. Los dos a la imagen de Dios. Ambos iguales en su semejanza a Dios. Sin embargo, diferentes en su masculinidad y feminidad. El patrón era hermoso. Se respetaban, servían, complementaban y se gozaban mutuamente.

Lo que hizo el pecado fue arruinar esta armonía. El pecado hizo que los hombres perdieran autoridad y se convirtieran en seres pasivos o rudos, insensibles e incompasivos o alguna otra distorsión de lo que es la autoridad bíblica. El pecado también distorsiono el apoyo y respeto de la mujer por manipulación, actitud desafiante, o de desamparo u alguna otra distorsión de lo que es la verdadera sumisión bíblica.

En consecuencia, lo que ha hecho Pablo en Efesios 5 (como vimos la semana pasada) es un llamamiento a la recuperación de la idea original de Dios. No suprime lo que Dios creó en un principio. Él quiere volver a ello: la autoridad bíblica y la sumisión bíblica. Esta es la forma como definimos estas dos realidades en nuestro estudio la semana pasada:
 
La autoridad es el llamado divino de un esposo a asumir la responsabilidad primordial de proteger, proveer y ejercer autoridad en su hogar, a la manera de Cristo.

La sumisión es el llamado divino de una esposa a honrar y reafirmar la autoridad de su esposo y ayudarle a sobrellevarla de acuerdo con sus dones.

Cuando un esposo lidera como Cristo y la esposa responde como la novia de Cristo, hay una armonía y reciprocidad, que es más hermosa, más satisfactoria y más fructífera que cualquier otro modelo de matrimonio creado por el hombre. Dios ama a su pueblo y ama a Su gloria y, por lo tanto, cuando seguimos Su idea del matrimonio, nosotros estamos más satisfechos y Él es más glorificado.

Ahora, la verdadera prueba, si hemos logrado captar la esencia de lo que es masculinidad y feminidad, y afirmamos que es verdadera y hermosa – la verdadera prueba consistirá en que si nos sorprendemos y ofendemos por la aplicación que le da Pablo en la vida de la iglesia o no. En el Nuevo Testamento el papel del hombre y la mujer en el matrimonio no se basa en un orgullo pecaminoso, o en unas expectativas culturales, sino en la concepción original de Dios para la creación, entonces ¿cómo esperamos que este concepto original se exprese a sí mismo en la vida de la iglesia? Eso es lo que tenemos ante nosotros hoy en 1 Timoteo 2:11-14.

Sentémonos ante estos versículos impopulares y escuchemos por unos minutos, veamos si la historia que ellos cuentan es verdaderamente tan poco atractiva como muchos piensan que es.

La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.

Creo que lo que tenemos que hacer para entender lo que significa sujeción en este texto es reflexionar pacientemente en el significado de "silencio" ("La mujer aprenda en silencio"). El significado de "enseñanza" ("porque no permito a la mujer enseñar"), y el significado de "autoridad" ("ni ejercer autoridad sobre el hombre").[1]  Así que veamos estos uno por uno.

1) En primer lugar "silencio". Versículo 11: "La mujer aprenda en silencio". Observa que la palabra "silencio" se utiliza dos otras veces en los versículos cercanos.

La palabra que se utiliza aquí para silencio (hesuchia) fue utilizada anteriormente en el versículo 2 de este capítulo (hesuchion). Sin embargo, allí se refiere a la vida "tranquila" que todas las personas piadosas deberían llevar. "Orad... para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad". Esto te da el tono y el alcance de la palabra. No se refiere a silencio absoluto: una vida "quieta" y reposada no es una vida de silencio total. Es una vida sin problemas, serena y de contentamiento. Por lo tanto, el silencio no parece ser total, sino que es más parecido a lo que nosotros llamamos "tranquilidad".

Esto se puede ver especialmente al final del versículo 12. Se vuelve a utilizar la misma palabra. Pero esta vez se puede determinar qué es lo que Pablo tiene en mente por su opuesto. Él dice, "Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio". "No ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio". En otras palabras, esta tranquilidad es lo contrario de ejercer autoridad sobre los hombres. "No ejerzan autoridad sobre los hombres, sino que estén en silencio".

Entonces, ¿qué tipo de tranquilidad tiene en mente Pablo? Aquella que respeta y honra la autoridad de los hombres que Dios ha llamado para liderar la iglesia. El versículo 11 dice "en silencio con toda sujeción", y el versículo 12 dice que el silencio es lo opuesto a "ejercer dominio sobre los hombres", entonces, el punto no es que si la mujer no debe decir nada, sino que si ella es sumisa y si apoya la autoridad de los hombres que Dios ha llamado para liderar la iglesia. Silencio significa no hablar de manera que se comprometa dicha autoridad.

Regresaremos en un minuto y veremos de manera más específica lo que significa sujeción.

2) Lo segundo que tenemos que ver es la referencia que se hace a la enseñanza en el versículo 12. ¿Cuán amplia es la prohibición de Pablo cuando dice, "no permito a la mujer enseñar"?

Para dar respuesta a esto, podemos ver otros lugares donde Pablo y otros hablan acerca de la enseñanza por parte de las mujeres. Por ejemplo, en Tito 2:3-4 dice que las mujeres mayores enseñen a las más jóvenes: (al final del versículo 3:) "maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos". Otro ejemplo es 2 Timoteo 3:14, donde Pablo le dice a Timoteo que recuerde de quién aprendió las Escrituras. Y las personas que tiene en mente (podemos verlo en 2 Timoteo 1:5) son Eunice y Loida, la madre y la abuela de Timoteo. (Su padre no era un creyente, ni siquiera Judío, Hechos 16:3). Otro ejemplo es Priscila. Se dice en Hechos 18:26, "pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios".

Por lo tanto, no es probable que Pablo este diciendo en 1 Timoteo 2:12 que todo tipo de enseñanza le está prohibida a las mujeres. Hay ejemplos de ellas enseñándole a mujeres más jóvenes, a los niños, y de alguna manera formando un equipo con sus esposos para dar instrucción privada cuando alguien está confundido o mal informado, como Apolo. Estos son sólo algunos ejemplos. ¿Será posible entonces generalizar sobre lo que Pablo tiene en mente cuando dice, "no permito a la mujer enseñar?" Creo que lo mas seguro es dejar que la próxima frase nos oriente. La frase a continuación dice: "... ni ejercer dominio sobre el hombre". "No permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre".

En lugar de dejar que la palabra "enseñar" signifique lo que nosotros queremos que signifique o pensamos que puede significar, es más seguro decir que probablemente significa un tipo de enseñanza que de alguna manera se refiere a la autoridad. Enseñar y ejercer autoridad van de la mano. De esta manera hay por lo menos un concepto general sobre la enseñanza que podemos mencionar, esto es, que Pablo la prohíbe cuando es parte del ejercicio de la autoridad sobre los hombres.

Esto nos lleva a la tercera pregunta, a saber, ¿cuál es esta "autoridad" a la que se refiere el versículo 12?

3) La llave que abre esta puerta es una observación muy interesante. Cuando se lee el resto de 1 Timoteo sobre el papel de los ancianos en la iglesia lo que encontramos es que los ancianos tenían dos responsabilidades básicas: tenían que gobernar y tenían que enseñar. Estos requisitos pueden verse en el versículo 3:1-7, pero el lugar más fácil para verlos está en el versículo 5:17, "Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar".

Los ancianos gobiernan, y enseñan o predican. Como podrán recordar, en Hechos 20:28, los ancianos de la iglesia de Éfeso fueron llamados por el Espíritu Santo y fueron hechos "líderes" y se les encargo "apacentar" o alimentar al rebaño, esto es enseñar todo el consejo de Dios.

No creo que sea coincidencia que lo que Pablo dice en 1 Timoteo 2:12 sea que no permite a la mujer enseñar y ejercer autoridad sobre los hombres. Él está diciendo en esencia: yo no permito a las mujeres ocupar el cargo de ancianos en la iglesia. Los ancianos se encargan del liderazgo y la instrucción de la iglesia. Esto es un resumen de su trabajo. Así que cuando Pablo une las dos cosas y dice: "no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre", el sentido más natural es "no permito a la mujer asumir el cargo de anciano en la iglesia".

Así pues, la autoridad a la que se refiere Pablo en 1 Timoteo 2:12 es a la autoridad de los ancianos. ¿Y cómo debe ser esta? Bueno ya hemos visto según Jesús en Lucas 22:26, cómo debe ser: "sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el que dirige, como el que sirve". Pablo dijo en 2 Corintios 10:8 y 13:10 que Dios le dio autoridad en la iglesia no para destrucción, sino para edificación. Y Pedro le dijo a los ancianos de las iglesias (1 Pedro 5:3) "No como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey".

En otras palabras, la autoridad del anciano es una autoridad de siervo. El liderazgo del anciano, es un liderazgo de siervo. Es por esta razón que la enseñanza es la parte fundamental de este llamado. La autoridad del anciano se ejerce con la persuasión, enseñando; no por coacción o manejo político. La autoridad de los ancianos está siempre subordinada a los textos bíblicos. Siempre puede llamársele a rendir cuentas a través de las Escrituras. Por lo tanto, la enseñanza es el principal instrumento de liderazgo en la iglesia.

Creo que sería útil detenernos aquí y tratar de conceptualizar lo que es la autoridad y sumisión en la iglesia, como lo hicimos con la autoridad y sumisión en el hogar, es decir, darle un significado claro a cada uno.

"Autoridad" se refiere al llamado divino a hombres espirituales, con dones, para que asuman la responsabilidad primordial como ancianos a la semejanza de Cristo, con liderazgo de siervo, y a enseñar en la iglesia.

"Sumisión" se refiere al llamado divino al resto de la iglesia, tanto hombres como mujeres, para honrar y afirmar el liderazgo de los ancianos y para equiparse a través de éste para los cientos y cientos de diversos ministerios que están a disposición de hombres y mujeres en el servicio de Cristo.

Y este último punto es muy importante. Para los hombres y mujeres que tienen el deseo de ministrar - para salvar almas y sanar vidas; resistir el mal y satisfacer necesidades - existen oportunidades en infinidad de campos. La intención de Dios es que toda la iglesia se movilice en el ministerio, hombres y mujeres. Nadie debe quedarse en casa viendo telenovelas y repeticiones de las mismas mientras el mundo arde en llamas. La intención de Dios es preparar y movilizar a los santos a través de una empresa espiritual de hombres que asuman la responsabilidad primordial de liderar y enseñar en la iglesia.

Hay muchas voces que afirman saber una mejor manera de equipar y movilizar a los hombres y mujeres de la iglesia para el ministerio. Pero les recomiendo con todo mi corazón, el significado sencillo de estos versículos:

1. Que la masculinidad y la feminidad engranan mejor en el ministerio, cuando los hombres asumen la responsabilidad primordial de liderazgo y la enseñanza en la iglesia.

2. Que la masculinidad y la feminidad son más completas, más fructíferas, y se preservan y nutren mejor, en este ordenamiento de la iglesia que en cualquier otro ordenamiento.

Te recomiendo esto para tu creencia y tu comportamiento, porque

1. Esta es la forma en que las Escrituras nos enseñan que ordenemos la iglesia,

2. Dios inspiró las Escrituras

3. y Dios es bueno.

Espero el próximo domingo, para concluir esta serie, ver los versículos 13 y 14 y, a continuación, pintar una gran figura de lo que significa ser hombre y mujer en toda la vida.



  1. Nota del editor: Otras versiones utilizan la palabra “autoridad” en lugar de “dominio” en este versículo.

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