No puedes estar ansioso por nada

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<span class="fck_mw_template">{{info|You Can Be Anxious About Nothing}}</span><p>&ldquo;No te preocupes por nada&rdquo; Palabras conocidas de la carta de Pablo a los Filipenses present&aacute;ndola como paradoja&nbsp;&mdash;&nbsp;nosotros los amamos adornados en marcos art&iacute;sticos, por un lado, y los encontramos aparentemente imposible ponerlos en pr&aacute;ctica, por el otro.</p>
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{{info|You Can Be Anxious About Nothing}}
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<p>Si somos honestos, secretamente creemos que obtenemos un pase obedeciendo este particular mandamiento. Nos decimos a nosotros mismos que eso simplemente no puede significar <em>nada</em>. No cuando sufrimos de tribulaciones que todas juntas son devastadoras. Seguramente Dios conoce nuestro marco humano. El sabe que no podemos controlar esos pensamientos ansiosos que nos bombardean &mdash;ni la falta de aliento, ni el coraz&oacute;n acelerado, e incluso en las noches inquietas que pueden acompa&ntilde;ar esos pensamientos.</p>
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“Por nada estéis afanosos” Las conocidas palabras de la carta de Pablo a los Filipenses presentan algo así como una paradoja — nos encanta verlas adornadas en artísticos marcos por un lado, y las encontramos aparentemente imposibles de poner en práctica por otro.
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<p>Alternativamente, nos decimos &ldquo;no est&eacute;s preocupado por nada&rdquo; es para un santo espiritualmente maduro, al cual aspirar. Y desde que a&uacute;n no estamos all&iacute;, podemos descartar este mandamiento por un momento. Por otra parte, somos cautelosos de no cargar a otros con esto. Si un compa&ntilde;ero creyente esta batallando con pensamientos ansiosos, creemos que en insensible traer este verso a la situaci&oacute;n. Es mejor mostrar simpat&iacute;a que sonar trillado.</p>
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<p>Pero Dios no nos ha dado un imposible est&aacute;ndar ni uno para ser alcanzado por crecimiento espiritual. El nos esta diciendo que es posible <em>por su Esp&iacute;ritu</em>. El conoce los efectos paralizantes de la ansiedad, y tambi&eacute;n nos dice que nos necesitamos someternos a su tiran&iacute;a. El nos est&aacute; bendiciendo con direcci&oacute;n divina en cuanto a como recibir ayuda sobrenatural.&nbsp;</p>
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Si somos honestos, puede que en secreto creamos que tenemos un pase para no obedecer este mandamiento en particular. Nos decimos a nosotros mismos que, simplemente, eso no puede significar ''nada''. No cuando sufrimos de tribulaciones que son completamente devastadoras. Seguramente Dios conoce nuestra condición humana. Él sabe que no podemos controlar esos pensamientos ansiosos que nos bombardean —ni la falta de aliento, ni el corazón acelerado, o las noches sin descanso que pueden acompañarlos.
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<p><strong>Llamado a la oraci&oacute;n</strong></p>
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<p>La ansiedad consume. Ordena la amplitud de nuestros pensamientos, y nos llena de temor. Desplegando de los peores escenarios, extingue la esperanza y golpea nuestra fe. Una herramienta favorita del enemigo; es efectivo silenciando la voz de Dios y anunciando nuestros miedos.</p>
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Alternativamente, nos decimos que el “Por nada estéis afanosos” es algo para un santo espiritualmente maduro, un versículo al cual aspirar. Y como aún no hemos llegado a ese punto, podemos descartar este mandamiento directo durante un tiempo. Por otra parte, somos cautelosos de no cargar a otros con él. Si un compañero creyente esta batallando con pensamientos de ansiedad, creemos que es insensible traer este verso a la situación. Es mejor mostrar simpatía que arriesgarse a sonar trillado.
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<p>Cuando somos golpeados por las preocupaciones del mundo, es dif&iacute;cil evitar esos ansiosos pensamientos. Nuestro Dios sabe &ldquo;No est&eacute;s preocupado por nada&rdquo; no quiere decir nunca sentiremos ansiedad. El vers&iacute;culo nos dice que hacer con eso &mdash;D&aacute;selo a Dios. Se lee en su totalidad:</p>
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Pero Dios no nos ha dado un estándar imposible o que solo pueda ser alcanzado mediante crecimiento espiritual. Nos esta diciendo lo que es posible ''por medio de su Espíritu''. Él conoce los efectos paralizantes de la ansiedad, y nos dice que no necesitamos someternos a su tiranía. Él nos está bendiciendo con dirección divina en cuanto a cómo recibir ayuda sobrenatural.  
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====Llamado a la oración====
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La ansiedad consume. Da órdenes a la amplitud de nuestros pensamientos, y nos llena de temor. Desplegando su abanico de peores casos posibles, extingue la esperanza y machaca nuestra fe. Siendo una de las herramientas favoritas del enemigo; resulta efectiva a la hora de silenciar la voz de Dios y proclamar nuestros miedos.
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Cuando somos golpeados por las preocupaciones del mundo, es difícil evitar esos ansiosos pensamientos. Nuestro Dios sabe que “por nada estéis afanosos” no quiere decir que nunca sentiremos ansiedad. El versículo nos dice qué hacer con eso —Entregárselo a Dios. En su totalidad se lee:
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<blockquote>Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.</blockquote>
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No podemos estar preocupados por nada, porque ''en todo'' — en cada situación de prueba — estamos involucrando al Dios de todo el universo. En lugar de soportar la carga nosotros mismos y permitir que nos incapacite, la llevamos inmediatamente a Dios, “echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7)
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====La oración nos dirige de vuelta Dios====
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La oración redirige nuestra atención del problema que todo lo consume hacia nuestro Dios que todo lo puede. Antes de que nuestros pensamientos puedan repetir cada escenario sin esperanza que el problema pueda producir, nosotros intencionalmente ponemos nuestra mente en las cosas de arriba. Se nos recuerda que tenemos ayuda y esperanza. Se nos recuerda que incluso las dificultades están sujetas a la soberanía de Dios, y que Él permanece en control.
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Y oramos en contra de la ansiedad con ''acción de gracias'' porque sabemos que Dios es bueno. Nuestra perspectiva se transforma cuando echamos nuestro actual dilema bajo la luz de quien es Dios y todo lo que Él ha hecho. No podremos nunca agradecer suficientemente a Dios por haber enviado a su Hijo, por el don de vida eterna, y por bendecirnos con toda bendición espiritual.
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Mientras oramos, manteniéndonos en presencia de Dios, todo lo demás debe inclinarse. Orar silencia nuestros ansiosos pensamientos, y nos posiciona para escuchar de Dios, incluyendo recordatorios de  preciosas promesas como esta: Él es fiel.
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====Llamado a la guerra====
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“Por nada estéis afanosos” es también un llamado a la guerra espiritual. Nos está diciendo diciendo que estemos listos para rechazar cualquier levantamiento de tentación. Cuando una dificultad golpea, y nuestras mentes empiezan a girar fuera de control, se está librando una batalla. Gálatas 5:17 resulta instructivo:
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<p>No te preocupes por nada, pero en todo mediante la oraci&oacute;n y suplica con acci&oacute;n de gracias deja que tus peticiones se den a conocer a Dios.</p>
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Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues estos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.  
</blockquote>
</blockquote>
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<p>No podemos estar preocupados por nada, porque en todo &mdash; cada situaci&oacute;n de prueba &mdash; estamos involucrando al Dios de todo el universo. En lugar de soportar la carga de nosotros mismos y permitir nos mutile, tomamos inmediatamente a Dios, &ldquo;echa toda nuestra ansiedad sobre &eacute;l, porque el se preocupa por nosotros&rdquo; (1 Pedro 5:7)</p>
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<p><strong>La Oraci&oacute;n que nos Redirige hacia Dios</strong></p>
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Nuestra carne quiere estar en control. Soporta la carga de las dificultades y se esfuerza por ver como manejarlas. Y cuando determina que la dificultad está mas allá de sus capacidades — Cuando no podemos ver una solución satisfactoria — la ansiedad aparece. Esta postura esta en desacuerdo con el Espíritu que nos implora, como creyentes, que confiemos en Dios — para caminar por fe y no por vista.
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<p>La oraci&oacute;n redirige nuestra atenci&oacute;n de todo problema hacia nuestro Dios todopoderoso. Antes que nuestros pensamientos puedan repetir cada escenario sin esperanza que pueda ocupar el problema, nosotros intencionalmente preparamos nuestra mente en cosas mas arriba. Se nos recuerda que tenemos ayuda y esperanza. Se nos recuerda que incluso que los sufrimientos est&aacute;n sujetos a la soberan&iacute;a de Dios, y que el permanece en control.</p>
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<p>Y oramos en contra de la ansiedad <em>con acci&oacute;n de gracia </em>porque sabemos que Dios es bueno. Nuestra perspectiva se transforma cuando echamos nuestro actual dilema en la luz de quien es Dios y todo lo que &eacute;l ha hecho. No podemos nunca agradecer suficientemente por haber mandado a su hijo, el regalo de vida eterna, y por bendici&eacute;ndonos con cada bendici&oacute;n espiritual.</p>
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Este fue el principal problema cuando Moisés, por la dirección de Dios, envió a doce hombres para reconocer la tierra que Dios había prometido. Diez de ellos no pudieron sacudirse su ansiedad por encima de los gigantes que residían en la tierra. No importaba que ellos ya hubieran visto la fidelidad de Dios al luchar por ellos contra un poderoso enemigo, Egipto. No importaba que ellos hubieran visto a Dios hacer milagros, el mas notable partir en dos el Mar Rojo. En sus mentes, nunca pudieron derrotar este temible enemigo, por tanto, perdieron la esperanza diciendo, “a nosotros nos pareció que éramos como langostas; y así parecíamos ante sus ojos” (Números 13:33, LBLA).
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<p>Mientras oremos, persistente en presencia de Dios, todo lo dem&aacute;s tiene que inclinarse. Orar silencia nuestros ansiosos pensamientos, y nos posiciona a escuchar de Dios, incluyendo recordatorios de las preciosas promesas como estas: <em>El es fiel.</em></p>
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<p><strong>Llamado a la Guerra &nbsp;</strong></p>
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Solo dos de los espías — Josué y Caleb — entendieron que la verdadera batalla estaba en sus almas. No necesitaban temer a los gigantes; necesitaban recordar que “el Señor está con nosotros” (Números 14:9). Josué y Caleb imploraron al pueblo que confiaran en Dios y siguieran adelante, sabiendo que con Él triunfarían. Estos dos hombres no podían estar afanosos por nada porque creían en Dios y caminaban por fe.
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<p>&ldquo;No te preocupes por nada&rdquo; es tambi&eacute;n llamado guerra espiritual. No est&aacute; diciendo estar listos para rechazar cualquier levantamiento de tentaci&oacute;n. Cuando una dificultad golpea nuestras mentes empiezan a girar fuera de control. Una batalla esta siendo librada. G&aacute;latas 5:17 es instructivo:</p>
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====Promesa de protección====
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Ese versículo en Filipenses 4:6 que nos dice: “Por nada estéis afanosos” antes bien, en todo,mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios,esta seguido por esto:
<blockquote>
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<p>Los deseos de la carne est&aacute;n en contra del Esp&iacute;ritu, y los deseos del Esp&iacute;ritu est&aacute;n en contra de la carne, por eso esta opuestos uno del otro, para evitar que hagas las cosas que quieras hacer.</p>
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Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. (Filipenses 4:7).
</blockquote>
</blockquote>
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<p>Nuestra carne quiere estar en control. Este lleva la carga de las dificultades y trabaja para descifrar como manejarlo. Y cuando esto determina que la dificultad es mas all&aacute; de sus capacidades &mdash; Cuando no podemos ver una soluci&oacute;n satisfactoria &mdash; la ansiedad se estable all&iacute;. Esta postura esta en desacuerdo con el esp&iacute;ritu que nos implora como creyentes confiar en Dios &mdash; para caminar por fe y no por la mirada.</p>
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Es una promesa muy poderosa. ''Tanta gracia''. Cuando miramos hacia el Señor en medio de la ansiedad, su paz guardará nuestros corazones y mentes. En otras palabras, su paz se mantendrá firme a las puertas, negándose a permitir que los pensamientos de ansiedad entren.
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<p>Este fue el problema central cuando Mois&eacute;s, a discreci&oacute;n de Dios, envi&oacute; 12 hombres para reconocer la tierra que Dios hab&iacute;a prometido. Diez de ellos no pudieron sacudirse su ansiedad por encima de los gigantes que resid&iacute;an en la tierra. Esto no importo que ellos ya hab&iacute;an visto la fidelidad de Dios en la lucha por ellos en contra del poderoso enemigo, Egipto. Esto no importo que ellos hab&iacute;an visto a Dios hacer milagros, el mas notablemente partiendo el Mar Rojo. En sus mentes, nunca pudieron derrotar este temible enemigo, por lo tanto, perdieron esperanza, diciendo, &ldquo;Nosotros parec&iacute;amos saltamontes, y eso parec&iacute;amos para ellos&rdquo; (N&uacute;meros 13:33).</p>
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<p>Solo dos de las especies &mdash; Josu&eacute; y Caleb &mdash; entendieron que la verdadera batalla estaba en sus almas. Ellos no necesitaban temer a los gigantes; ellos necesitaron recordar que &ldquo;el Se&ntilde;or est&aacute; con nosotros&rdquo; (N&uacute;meros 14:9). Josu&eacute; y Caleb imploraron a el pueblo a confiar en Dios e ir adelante, sabiendo que con el triunfar&iacute;an. Estos dos hombres no estaban temerosos por nada porque creyeron en Dios y caminaron en fe.</p>
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Pero, tal vez digas, he orado, pero eso pensamientos continúan viniendo. ''Sigue orando''. En Cristo, nuestro estilo de vida es la oración (1 Tesalonicenses 5:17). Nos mantenemos aferrados a nuestro salvador, conscientes de que separados de Él no podemos hacer nada. No podemos pelear la batalla sin Él. Pero con Él, sin importar cuantos pensamientos ansiosos puedan venir, su paz es nuestra más poderosa protección. En Cristo se nos promete un suministro interminable de gracia.
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<p><strong>Promesa de Protecci&oacute;n. </strong></p>
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<p>Ese vers&iacute;culo en Filipenses 4:6 que nos dice: &ldquo;No te preocupes por nada&rdquo; pero en todo ora en acci&oacute;n de gracia, esta seguido por esto:</p>
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<p>Y la paz de Dios, la cual sobrepasa todo el entendimiento, guardara sus corazones y sus mentes en Cristo Jes&uacute;s (Filipenses 4:7).</p>
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<p>Esta es una promesa tan poderosa. <em>Tanta gracia</em>. Cuando miramos al se&ntilde;or en el medio de la ansiedad, su paz guardar&aacute; nuestros corazones y mentes. En otras palabras, su paz se parar&aacute; a las puertas para rechazar a los pensamientos ansioso de entrar.</p>
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<p>Pero, tal vez digas, He orado, pero eso pensamientos contin&uacute;an viniendo. <em>Sigue orando</em>. En Cristo. Nuestro estilo de vida es la oraci&oacute;n (1 Tesalonicenses 5:17). Nos quedamos siempre pagados a nuestro salvador, consientes que separados de el no podemos hacer nada. No podemos pelear la batalla sin &eacute;l. Pero con &eacute;l, sin importar cuantos pensamientos ansiosos puedan venir, su paz en nuestra m&aacute;s poderosa protecci&oacute;n. En Cristo estamos prometidos a un suministro interminable de armon&iacute;a.</p>
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Última versión de 13:46 11 feb 2020

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Por Kim Cash Tate sobre Miedo y Ansiedad

Traducción por Geovanny Osorio

“Por nada estéis afanosos” Las conocidas palabras de la carta de Pablo a los Filipenses presentan algo así como una paradoja — nos encanta verlas adornadas en artísticos marcos por un lado, y las encontramos aparentemente imposibles de poner en práctica por otro.

Si somos honestos, puede que en secreto creamos que tenemos un pase para no obedecer este mandamiento en particular. Nos decimos a nosotros mismos que, simplemente, eso no puede significar nada. No cuando sufrimos de tribulaciones que son completamente devastadoras. Seguramente Dios conoce nuestra condición humana. Él sabe que no podemos controlar esos pensamientos ansiosos que nos bombardean —ni la falta de aliento, ni el corazón acelerado, o las noches sin descanso que pueden acompañarlos.

Alternativamente, nos decimos que el “Por nada estéis afanosos” es algo para un santo espiritualmente maduro, un versículo al cual aspirar. Y como aún no hemos llegado a ese punto, podemos descartar este mandamiento directo durante un tiempo. Por otra parte, somos cautelosos de no cargar a otros con él. Si un compañero creyente esta batallando con pensamientos de ansiedad, creemos que es insensible traer este verso a la situación. Es mejor mostrar simpatía que arriesgarse a sonar trillado.

Pero Dios no nos ha dado un estándar imposible o que solo pueda ser alcanzado mediante crecimiento espiritual. Nos esta diciendo lo que es posible por medio de su Espíritu. Él conoce los efectos paralizantes de la ansiedad, y nos dice que no necesitamos someternos a su tiranía. Él nos está bendiciendo con dirección divina en cuanto a cómo recibir ayuda sobrenatural.

Contenido

Llamado a la oración

La ansiedad consume. Da órdenes a la amplitud de nuestros pensamientos, y nos llena de temor. Desplegando su abanico de peores casos posibles, extingue la esperanza y machaca nuestra fe. Siendo una de las herramientas favoritas del enemigo; resulta efectiva a la hora de silenciar la voz de Dios y proclamar nuestros miedos.

Cuando somos golpeados por las preocupaciones del mundo, es difícil evitar esos ansiosos pensamientos. Nuestro Dios sabe que “por nada estéis afanosos” no quiere decir que nunca sentiremos ansiedad. El versículo nos dice qué hacer con eso —Entregárselo a Dios. En su totalidad se lee:

Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.

No podemos estar preocupados por nada, porque en todo — en cada situación de prueba — estamos involucrando al Dios de todo el universo. En lugar de soportar la carga nosotros mismos y permitir que nos incapacite, la llevamos inmediatamente a Dios, “echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7)

La oración nos dirige de vuelta Dios

La oración redirige nuestra atención del problema que todo lo consume hacia nuestro Dios que todo lo puede. Antes de que nuestros pensamientos puedan repetir cada escenario sin esperanza que el problema pueda producir, nosotros intencionalmente ponemos nuestra mente en las cosas de arriba. Se nos recuerda que tenemos ayuda y esperanza. Se nos recuerda que incluso las dificultades están sujetas a la soberanía de Dios, y que Él permanece en control.

Y oramos en contra de la ansiedad con acción de gracias porque sabemos que Dios es bueno. Nuestra perspectiva se transforma cuando echamos nuestro actual dilema bajo la luz de quien es Dios y todo lo que Él ha hecho. No podremos nunca agradecer suficientemente a Dios por haber enviado a su Hijo, por el don de vida eterna, y por bendecirnos con toda bendición espiritual.

Mientras oramos, manteniéndonos en presencia de Dios, todo lo demás debe inclinarse. Orar silencia nuestros ansiosos pensamientos, y nos posiciona para escuchar de Dios, incluyendo recordatorios de preciosas promesas como esta: Él es fiel.

Llamado a la guerra

“Por nada estéis afanosos” es también un llamado a la guerra espiritual. Nos está diciendo diciendo que estemos listos para rechazar cualquier levantamiento de tentación. Cuando una dificultad golpea, y nuestras mentes empiezan a girar fuera de control, se está librando una batalla. Gálatas 5:17 resulta instructivo:

Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues estos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis.

Nuestra carne quiere estar en control. Soporta la carga de las dificultades y se esfuerza por ver como manejarlas. Y cuando determina que la dificultad está mas allá de sus capacidades — Cuando no podemos ver una solución satisfactoria — la ansiedad aparece. Esta postura esta en desacuerdo con el Espíritu que nos implora, como creyentes, que confiemos en Dios — para caminar por fe y no por vista.

Este fue el principal problema cuando Moisés, por la dirección de Dios, envió a doce hombres para reconocer la tierra que Dios había prometido. Diez de ellos no pudieron sacudirse su ansiedad por encima de los gigantes que residían en la tierra. No importaba que ellos ya hubieran visto la fidelidad de Dios al luchar por ellos contra un poderoso enemigo, Egipto. No importaba que ellos hubieran visto a Dios hacer milagros, el mas notable partir en dos el Mar Rojo. En sus mentes, nunca pudieron derrotar este temible enemigo, por tanto, perdieron la esperanza diciendo, “a nosotros nos pareció que éramos como langostas; y así parecíamos ante sus ojos” (Números 13:33, LBLA).

Solo dos de los espías — Josué y Caleb — entendieron que la verdadera batalla estaba en sus almas. No necesitaban temer a los gigantes; necesitaban recordar que “el Señor está con nosotros” (Números 14:9). Josué y Caleb imploraron al pueblo que confiaran en Dios y siguieran adelante, sabiendo que con Él triunfarían. Estos dos hombres no podían estar afanosos por nada porque creían en Dios y caminaban por fe.

Promesa de protección

Ese versículo en Filipenses 4:6 que nos dice: “Por nada estéis afanosos” antes bien, en todo,mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios,esta seguido por esto:

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús. (Filipenses 4:7).

Es una promesa muy poderosa. Tanta gracia. Cuando miramos hacia el Señor en medio de la ansiedad, su paz guardará nuestros corazones y mentes. En otras palabras, su paz se mantendrá firme a las puertas, negándose a permitir que los pensamientos de ansiedad entren.

Pero, tal vez digas, he orado, pero eso pensamientos continúan viniendo. Sigue orando. En Cristo, nuestro estilo de vida es la oración (1 Tesalonicenses 5:17). Nos mantenemos aferrados a nuestro salvador, conscientes de que separados de Él no podemos hacer nada. No podemos pelear la batalla sin Él. Pero con Él, sin importar cuantos pensamientos ansiosos puedan venir, su paz es nuestra más poderosa protección. En Cristo se nos promete un suministro interminable de gracia.


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