No sigas a tu corazón

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English: Don’t Follow Your Heart

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Por Jon Bloom sobre Pecado Que Vive Adentro

Traducción por Roxana Verdejo


"Sigue lo que tu corazón dice" es un credo abrazado por miles de millones de personas. Es una declaración de fe en uno de los grandes mitos culturales pop del mundo occidental; un evangelio proclamado en muchas de nuestras historias, películas y canciones.

Esencialmente, es una creencia que dice que tu corazón es la brújula interna que te llevará hacía tu verdadero destino si tienes el coraje de seguirlo; también dice que tu corazón es la guía que te llevará a la verdadera felicidad si tienes el coraje de escucharlo. El credo dice que estás perdido y que tu corazón te salvará.

Este credo puede sonar tan simple, bello y liberador. Para la gente que se siente perdida es un evangelio tentador y creen en él.

¿Es este el líder que quieres seguir?

Hasta que te das cuenta de que tu corazón tiene tendencias sociopáticas. Piénsalo por un momento. ¿Qué dice tu corazón?

Por favor, no contestes. Probablemente, tu corazón ha dicho cosas hoy que no querrías repetir. Yo sé que el mío lo ha hecho. Mi corazón dice que toda la realidad debería servir a mis deseos. A mi corazón le gusta pensar en lo mejor de mí y en lo peor de los demás, excepto que si los demás piensen bien de mí, entonces son personas maravillosas. Pero si no piensa bien de mí, o si no estuvieran de acuerdo conmigo, pues entonces, algo está mal con ellos. Y mientras que mi corazón está reflexionando acerca de mis virtudes y de los errores ajenos, repentinamente puede transformar un pensamiento inmoral o terriblemente de enojo en algo muy atractivo.

Ciertamente, el credo "sigue lo que dice tu corazón" no se encuentra en la Biblia. En realidad, la Biblia piensa que nuestros corazones tienen una enfermedad: "Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo? (Jeremías 17:9). Jesús, el Gran Médico, enumera los síntomas severos de esta enfermedad: "Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, la inmoralidad sexual, los robos, falsos testimonios y las calumnias" (Mateo 15:19). Este no es material de liderazgo.

La verdad es que nadie nos miente más que nuestros propios corazones. Nadie. Si nuestros corazones son como brújulas, entonces son como brújulas al estilo Jack Sparrow, el personaje principal de la película Piratas del Caribe. No nos dicen la verdad, nos dicen lo que queremos escuchar. Si nuestros corazones son guías, son guías del estilo Gothel, el personaje antagonista de la película Rapunzel. No son benévolos, son patológicamente egoístas. De hecho, si hacemos lo que nuestros corazones dictan, solo pervertiremos y empobreceremos cada deseo, cada belleza, cada persona, cada maravilla y toda la alegría. Nuestros corazones quieren consumir estas cosas para nuestra propia gloria y autoindulgencia.

No, nuestros corazones no nos salvarán. Necesitamos ser salvados de nuestros corazones.

Este es el líder que tú quieres seguir

Nuestros corazones no fueron diseñados para ser seguidos, sino para ser guiados. Nuestros corazones no fueron diseñados para ser dioses en quien creemos; ellos fueron diseñados para creer en Dios.

Si hacemos que nuestros corazones sean nuestros dioses y les pedimos que nos guíen, en última instancia nos llevarán hacia una miseria narcisista y hacia la condenación. Ellos no pueden salvarnos, porque aquello que está mal en nuestro corazón es el corazón de nuestro problema. Pero si nuestros corazones creen en Dios, de la manera en que están diseñados para hacerlo, entonces Dios nos salva (Hebreos 7:25) y conduce nuestros corazones hacia una alegría profunda (Salmo 43).

Por lo tanto, no creas en tu corazón; dirige tu corazón hacia Dios. No sigas lo que tu corazón dice; sigue a Jesús. Ten en cuenta que Jesús no dijo a sus discípulos, "No se angustien. Confíen en sus corazones". Él dijo, "No se angustien. Confíen en Dios, y confíen también en mí" (Juan 14:1).

Entonces, aunque tu corazón intentará hoy ser tu pastor, no lo sigas. No es un pastor. Una oveja pomposa, debido al pecado que persiste, tiene algunas cualidades del lobo. No lo sigas y ten cuidado incluso al escucharlo. Recuerda, tu corazón sólo dice lo que tú quieres escuchar, no dice a dónde debes ir. Entonces, solo ten en cuenta lo que está diciendo sobre lo que tú quieres escuchar y luego presenta tus deseos, tanto los buenos como los malos, a Jesús en petición y confesión.

Jesús es tu Pastor (Salmo 23; Juan 10). Escucha su voz en su palabra y síguelo (Juan 10:27). Déjalo ser, en palabras de un gran himno, el "corazón de tu propio corazón pase lo que pase". Él es la verdad; Él es el camino y la vida (Juan 14:6).



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